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Volumen 3: Fuera de cuadro Acto 5

Ahora solo restaba tomar una decisión importante, salvar la vida de aquel encapuchado, o matarlo en este preciso momento; la mera ausencia de Merlín significaba que en estos momentos estaba centrando su mirada en otra cosa, no obstante, eso podría cambiar en cualquier momento.

Su primera acción indudablemente debía ser la de deshacerse del cuerpo de su atacante, por lo que sin tiempo que perder, este procedió a guardar la espada del encapuchado, así como sus piedras de invocación dentro del inventario.

Pero cuando este se dispuso a almacenar su cuerpo, este por un instante fue capaz de ver su rostro; un hombre de cabellos rojizos y barba corta, una descripción que para el joven sonó inquietantemente familiar.

—No puede ser, debe ser un error...

**

[Nombre: Gregory Percival Lvl. 255]

[Trabajo: Héroe del trueno azabache (Heroico)]

[Fuerza: 2500]

[Agilidad: 2500]

[Intelecto: 2800]

[Vigor: 2100]

[Aura: 2600]

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—¿Un... héroe...?

Los héroes, dentro de las páginas del héroe de la fe, estos fungen como los principales aliados del protagonista, individuos que han sido criados y entrenados desde la infancia, o quienes simplemente han demostrado un talento abrumador...

Quienes al ser consagrados por una de las 12 santas reciben una bendición especial además de un poder abrumador más allá de los limites mortales.

—Maldita sea en que fue lo que me metí... — se reclama a si mismo —"Eres literalmente la última persona a quien quería ver hoy..."

—¡Escuche algo por aquí! —Clama la voz de un guardia en las cercanías.

Sin tiempo para reconsiderar sus opciones el joven Milfiore almacena el cuerpo de aquel hombre dentro del inventario para posteriormente ocultarse de los ojos de los guardias quienes a causa de su intervención pierden el rastro de Gregory.

El joven Milfiore estaba frustrado, pues sin querer se había involucrado en uno de los eventos mas importantes de la obra original...

Tras el paso de unos minutos la inspección de los guardias termina y proceden a retirarse rápidamente de aquellas tierras sagradas, al tiempo que el joven Milfiore considera su siguiente curso de acción.

—"¿Qué clase de absurda broma es esta?, sabía que esa persona aparecería en el palacio en un día como hoy, pero no hubiese imaginado que sería hoy mismo" — reclama internamente —"Si los acontecimientos de la obra original siguen su curso, entonces Rory Percival debe estar en los pisos inferiores del palacio distrayendo a los guardias, mientras que Gregory y esa tonta mujer, se separaron tras encontrarse con uno de los héroes veteranos que protegen los pisos superiores; si la historia sigue su curso, entonces esa mujer debe estar a punto de llegar al piso de uno de los elfos, Zergil...¿creo que ese era su nombre?"

Tras meditar esas palabras el joven Milfiore no puede evitar liberar una leve risa, como la de un niño al ver como un gato esta apunto de atrapar su ignorante presa.

—"Salvarla sería fácil, pero a decir verdad no estoy de humor para tomar ese riesgo..."

**

[Alerta una existencia ajena al sistema ha sido detectada...]

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—Yo no te llame, pero parece que igual has venido, Grayman...

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[Yo no soy tu sirviente, joven...]

[Sabes lo que pasara, ¿en realidad no harás nada igualmente...?]

**

—Lo dices como si tuviese alguna obligación.

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[No puedo obligarte a actuar...]

[Ni tengo el poder suficiente para crear una misión para motivarte...]

[Lo único que puedo decirte es que si no haces nada...]

[Te arrepentirás...]

**

Tras esas últimas palabras la presencia de Grayman desapareció del sistema, aquella seria indudablemente su intervención más efímera y extraña hasta la fecha.

Analizando su situación el joven empezó a replantearse su postura, por un lado, si actuaba podría recibir una perdida pequeña, pero si no actuaba y la advertencia de Grayman era real, su perdida podría ser mayor.

Al final las consecuencias de su acción o inacción solamente eran retoricas, no obstante ...

—Bien, lo hare... —Reclama en voz alta.

En una situación desconocida, entre elegir no hacer nada y hacer algo, siempre es mejor elegir la segunda opción, y por mucho que al joven le molestase, sabía que lo más conveniente para el seria mantener una buena relación con Grayman...

Al menos hasta que finalmente pueda prescindir de este...

Con un rostro agotado y desmotivado el joven se pone en pie y procede a caminar hasta el exterior del bosque siguiendo el paso de los guardias...

Algún tiempo después en los pisos superiores...

Cruzando a través de los pasillos de un palacio una gran cantidad de guardias y espíritus armados requisan el área en búsqueda de la última intrusa, quien no muy lejos de ahí, hace todo en su poder para no ser descubierta.

Tratando de calmar su respiración esta centra sus ojos en las escaleras que le ayudaran a llegar al siguiente piso...

La joven del velo extiende su mano hacia los guardias ocasionando que durante unos segundos estos detengan toda actividad en sus cuerpos, oportunidad que la joven toma para correr con todas sus fuerzas hacia el siguiente piso.

Cuando los hombres recuperaron el sentido estos solo se sintieron levemente mareados mientras continúan su búsqueda.

Subiendo las escaleras, la joven del velo empieza a respirar con mayor esfuerzo mientras hace todo en su poder para no toser en ese lugar y llamar la atención de todos.

Con una postura mas decidida esa se pone nuevamente de pie y cruza el umbral del próximo piso...

Dentro del palacio de los elfos cada piso es único, algunos quieren tener un palacio, otros desean volver a sus raíces y otros vuelven de su espacio la manifestación de todos sus deseos.

Aquel piso contrario a parecer un palacio se encontraba lleno de sillas de seda roja, además de una extensa plataforma similar a la de un teatro, de la cual el telón empieza a moverse.

Al levantarse el telón una silueta empieza a notarse, un elfo de cabellos rubios además de maquillaje negro en los ojos con la forma de lágrimas, quien le comparte una desquiciante sonrisa a la joven.

—Porque tardaste tanto mi niña, es descortés retrasar una función tanto para la audiencia como para el elenco... —Clama el elfo.

—Lamento mi descortesía su excelencia Zergil —Espeta la joven.

Con una mirada sombría y una sonrisa macabra el elfo levanta el velo de la joven, lo que le ocasiona una ligera risa.

—No pasa nada no me atrevería a dejar que un rostro tan bonito deba rebajarse así.

—Me halaga con sus palabras...

—Mi atención es muy fugas así que vayamos rápido al grano, forzar esta reunión fue una acción desesperada de tu parte, un paso en falso y lo hubieses perdido todo, pero aun y así llegaste hasta aquí, por eso debo reconocerte — Señala el elfo —Entonces dime, ¿Por qué motivo una de las 12 santas correría tal riesgo?

Dentro del país del sol la fe de la diosa rige en país en una teocracia absoluta donde el papa es superior al mismo rey de la nación, y por de bajo de estos dos se encuentran las 12 santas.

12 doncellas consagradas por la iglesia y dotadas de un poder divino casi incalculable, cada una representando a las grandes bestias del zodiaco que protegen a la diosa.

Al espetar esas palabras la joven del velo posa su frente contra el suelo, intrigando todavía más al elfo.

—Su excelencia, pido desesperadamente su ayuda —Exclama la santa de rodillas —Los grandes cardenales están malversando a los creyentes de nuestra iglesia, creen que no lo he notado pero he visto como una cantidad discreta de niños mujeres y ancianos desaparecen cada día en mi ciudad, pensé que era un caso aislado de mi templo, pero, conforme he viajado he visto cómo lo mismo ha pasado el otras ciudades donde residen santas...

—Detente un momento, desapariciones, ¿qué tiene que ver eso con los grandes cardenales?

—En el estudio del gran cardenal Lawrence vi con mis propios ojos la presencia de un libro prohibido que debió haber sido destruido en la purga de ébano hace 100 años, investigue por mi cuenta y descubrí un lugar oculto bajo mi templo, cuando llegamos estaba vacío, pero el aroma a sangre, era indiscutible, trate de encarar a los cardenales, pero no me escucharon, trate de comunicarme con este palacio, pero mis cartas eran interceptadas, tuve que recurrir al favor de una vieja amiga para poder hacer llegar una carta hasta aquí.

—Puedo sentir por tu tono de voz que has estado guardando esto por demasiado tiempo —Espeta el elfo con un tono empático y una mirada cálida —Dime, ¿Qué es lo que quieres que haga?, ¿deseas que autorice una investigación?, ¿o directamente quieres que abran la garganta del gran cardenal como a un pez?

—No, no desearía la muerte a otra persona, solo quiero que los ciudadanos y sus familias vuelvan a estar tranquilos y las desapariciones se detengan.

—Ya veo, no es tan interesante, pero es más fácil... —Espeta el elfo —Te asistiré cuanto pueda para lograr su cometido mi pequeña santa.

Al escuchar esas palabras una profunda sensación de alivio empezó a inundar su corazón, ante ella el fruto de todos los esfuerzos de las ultimas semanas se estaba presentando.

—Santa... —Clama una voz familiar para la joven.

—Sir Gregory —responde la joven con alivio —Creí por un momento que había muerto...

—Puede estar segura de que estuve muy cerca. Usted ¿ya vio al elfo? — pregunta.

—Así es, este viaje..., finalmente lo hemos conseguido.

—Ya veo... —Clama con un tono sombrío, al tiempo que extrae una navaja del inventario.

Aun pese al velo que cubre su rostro el joven Milfiore pudo sentir la emoción en las palabras de la joven, el sabía bien del largo viaje que habían recorrido para finalmente llegar hasta aquí, siendo ese el motivo principal por el que debía hacer esto.

En un rápido movimiento el joven realiza un leve corte en el hombro de la santa ocasionando que esta caiga al suelo, una vez el sedante surta efecto se aseguraría de llevarla lejos de este lugar.

—Sir Gregory... — Aclama la santa, quien no había sido afectada por el sedante —... ¿Por qué hizo eso?

—No se supone que eso pase...

El joven Milfiore estaba sorprendido, pero del mismo modo confundido al tiempo que aquella joven empieza a arrastrase lejos de él.

La santa intenta gritar por ayuda, pero antes de poder hacer algo el joven se abalanza sobre ella y tapa su boca evitando que grite, no obstante, ella aprovecha la oportunidad para morder uno de sus dedos y liberarse momentáneamente de su agarre.

Por un instante el joven Milfiore había pensado que capturar y extraer a la santa sería una tarea fácil gracias a sus sedantes, no obstante, el corte con sedante no surtió efecto, ni tampoco las ampollas que le inyecto durante su forcejeo.

—No me harás las cosas fáciles o si... — reclama el joven.

Sin tiempo que perder el joven Milfiore salta sobre la cabecera de uno de los asientos del teatro y sobre los asientos inicia su persecución.

Aquella joven carecía notablemente de agilidad, y tras su forcejeo noto una gran falta de fuerza física, por lo tanto, ingenio un plan para capturarla sin hacerle mucho daño, lamentablemente no sería tan simple.

La santa en un rápido movimiento extiende su mano al joven ocasionando que este detenga su cuerpo en el lugar y caiga de cabeza al suelo, ocasionando que el efecto de la máscara polimórfica se rompa.

Cuando el joven Milfiore recupera la conciencia, este intenta recomponerse, pero al ponerse nuevamente de pie, la santa ya no se encontraba a la vista, algo que lleno de hostilidad los ojos de Iván.

No muy lejos de ahí, oculta tras los telones del teatro aquella joven hace cuanto puede para guardar silencio hasta que Zergil regrese a la habitación, el miedo y la confusión la inundaban, repitiéndose a si misma que todo estaría bien siempre y cuando pueda aguantar.

Palabras que se ha dicho toda su vida...

—No es necesario alargar esto, puede que no lo parezca pero no es mi intensión hacerte daño —Clama el joven Milfiore —si no sales voluntariamente harás esto más difícil para los dos, sé que deseas ayudar a la gente, así como una vez te ayudaron a ti, lamentablemente la historia en la que actúas no tiene un final feliz, te adelantare el final y te diré que habrá gente quienes digan que cometen el mal por un bien mayor, quienes dicen eso mienten, o se engañan a sí mismos para creerlo, tú eres de las segundas, Santa de libra Vanya Rasputín...

Al escuchar esa declaración el corazón de la joven se detuvo, pues además de los caballeros que la acompañan y el mismísimo señor Zergil, no debería haber ninguna persona que sepa su identidad.

Dichos pensamientos engendraron una idea horrible en la mente de la santa, pues tras contemplar el rostro de sir Gregory en su atacante, imagino la posibilidad de que este hubiese sido capturado o peor.

—El señor Zergil no va a venir a ayudarte, es tu ultima oportunidad para salir por tu cuenta, o realmente te arrepentirás.

Tras esas palabras el joven libera un suspiro y durante unos minutos cae el silencio, mientras que en su escondite Vania niega las palabras del joven, inconsciente que desde el principio este ha estado a menos de un metro de ella.

Desde el momento en que el joven entro a la habitación se dispuso a poner uno de los marcadores de los ojos de Ereshkigal sobre ella, por lo que su ubicación nunca fue un secreto desde el principio.

En un rápido movimiento el joven extrae del inventario la espada de sir Gregory, y con ella corta el telón que los separa, haciéndolo caer sobre la santa, no sin antes tocarlo con sus manos.

**

[Has activado la habilidad "Amo de las restricciones" ...]

**

Alrededor del cuerpo de Vanya el telón empezó a enredarse en su cuerpo como un capullo de tela, ocasionado que mientras más forcejease sus restricciones se volviesen mas apretadas, hasta que finalmente fue incapaz de moverse.

—"Fascinante, parece que solo basta con tocar un objeto para poder activar la habilidad" — medita el joven —"Ya tendré otras oportunidades para experimentar con esta habilidad, ahora lo mejor es salir de aquí antes de que Zergil vuelva."

Sin más tiempo que perder, el joven abre su ventana de inventario y al igual de como lo hizo con sir Gregory, este tenía la intención de meter a la santa ahí dentro, no obstante, al momento de acercarla lo suficiente a la ventana, una fuerza invisible empezó a repelerla.

**

[Alerta: el anfitrión está tratando de almacenar un objeto imbuido con "plausibilidad" de origen desconocido...]

[Se recomienda desistir...]

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Al leer esa notificación, el joven empezó a sentir frustración, al mismo tiempo que interés, pues aquella joven atada a sus pies tenía la plausibilidad que el buscaba, lamentablemente, tendría que posponer es asunto para otro momento.

No muy lejos de ahí, los pasos del elfo empezaron a hacerse audibles, Iván no podía ocultara el cuerpo de la joven ni tampoco transportarlo fuera del teatro sin llamar la atención, la situación se había vuelto precaria.

—Perdón por la tardanza, tenía que encargarme de algunos estorbos de último minuto, espero no haberla hecho esperar mucho... santa... —Exclama el elfo dándose cuenta que no había nadie a su alrededor —Su santidad, no es cortés ocultarse así de un anfitrión.

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