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Volumen 2: Teoría y Practica Acto 3

Hace muchos años...

Entre los pasillos de una mansión blanca como la nieve, iluminada por el reflejo de innumerables fractales con colores representativos del invierno, dos hombres se hacen presentes.

—Perdón, quizás no te escuche bien, pero... ¿Acabas de pedirme que te enseñe a cortejar? —Pregunta Enrique con una pronunciada sonrisa —Podrías repetirlo quiero recordar vívidamente este momento memorable.

A un lado de Enrique Manteniendo una mirada fría y férrea se podía vislumbrar a un hombre alto y Erguido, de cabellos oscuros con un mate azulado, barba y una pronunciada cicatriz que cruza por el centro de su rostro.

—No me hagas perder el tiempo Enrique — Reclama el hombre.

—Ese es el Diavolo que conozco —Aclama retomando la compostura —Y dime, ¿Quién es la doncella afortunada?

—Deberías conocerla bien, escuche que desde hace un año que te robo el puesto y se ha mantenido como el espadachín mago más fuerte del imperio...

Los espadachines magos, dentro del imperio son aquellos magos capaces de manifestar su poder mágico en forma de armas o por consiguiente poder imbuir un arma con su mana, liberando un nuevo universo de posibilidades.

A diferencia de los magos militares los espadachines magos son mucho más escasos y más difíciles de entrenar, no obstante, esto es compensado con su increíble fuerza y sentido para la batalla, volviéndolos ejércitos completos de una sola persona.

—¿Espera un momento acaso deseas Cortejar a Violetta Macchiavelli?, Desde tu ceremonia de mayoría de edad has rechazado cruelmente a toda mujer que tratase de cortejarte, ahora vas tras la cuñada del próximo Emperador, los Milfiore y la familia imperial ya tenemos una relación bastante estrecha —Expone con un rostro de burla —¿o será que realmente te has enamorado de ella?

—El motivo no necesitas saberlo —Espeta con un tono frio.

—Bien te ayudare, al fin y al cabo somos familia, es lo menos que puedo hacer...

Enrique aclamo esas palabras con la mejor intención, inconsciente de las genuinas motivaciones de su hermano.

Dos años después de esa charla, Diavolo Milfiore y Violetta Macchiavelli se unirían en santo matrimonio bajo la bendición de la iglesia como la del recién coronado emperador.

Enrique como muchos otros estuvo presente ese día, incapaz de desviar la mirada de los ojos de su hermano, los cuales aún y ahora en este día especial permanecen fríos, totalmente ajenos a la celebración.

Nuevamente Enrique no le dio mucha importancia, pues siempre había tenido en cuenta la personalidad de su hermano, quien siempre oculta sus emociones tras una expresión férrea, el trato de convencerse de eso, pero ese día una inquietante duda nacería.

1 año después de su boda Violetta empezaría a dar signos de embarazo, y 9 meses después el primer hijo de Diavolo vería la luz del día, pero ni siquiera eso pudo dibujarle un gesto de alegría.

Tras 8 años Diavolo y Violetta, establecerían una familia, engendrando a 3 hermosos niños y uno más en camino, Curiosamente nada de eso hizo flaquear su personalidad.

Ciertamente Diavolo nunca hizo daño a su familia y fue un proveedor excelente durante esos años, Pero Enrique no pudo evitar notar como sus hijos trataban desesperadamente de llamar la atención de su padre por cualquier medio, al punto de incluso llegar a lastimarse entre ellos.

Enrique ciertamente deseo reclamarle a su hermano, pero este acalló, pues sabía que no era un asunto que lo concerniese.

Tiempo después las tragedias iniciarían...

Como si de una maldición se tratase un velo de muerte empezaría a azotar a la familia Milfiore, una larga serie de muertes incidentales y por enfermedades repentinas, empezando por la mujer de Diavolo, quien cargaba a su 4to hijo con 8 meses de embarazo.

En el funeral que se llevaría a cabo, solo los miembros más cercanos de la familia Milfiore asistirían, excluyéndole el acceso a la hermana mayor de Violetta, la mismísima emperatriz.

La mirada de Diavolo se volvería sombría tras ese día, cerrándose a sí mismo mientras se hundía en su depresión, Aquella desgarradora escena hizo que Enrique viese a su hermano como un ser humano vulnerable por primera vez.

Pero lo peor estaba por venir...

Las muertes solo empezarían con Violetta, posteriormente los siguientes en morir serían los amigos cercanos de la familia, después los hijos más jóvenes.

En 3 años desde la muerte de Violetta, los Milfiore perderían a todos sus herederos y llegarían incluso a ser acusados de estar malditos.

Diavolo ni siquiera pestañeo cuando escucho la noticia de las muertes de sus hijos, aquel hombre había perdido totalmente la voluntad, así seria, hasta ese día.

2 años después...

Dentro de la gran capital del imperio Kyrien, Diavolo se abriría paso por los amplios pasillos del palacio, pues una noticia estremecedora había llegado a sus oídos.

Tras ordenar que se le abriesen las puertas al recibidor principal, una imagen impactante se presentaría ante él, una mujer de cabellos largos y brillantes en un matiz lavanda oscuro, quien arrodillada en el suelo se le ve abrazando a un niño.

Al Verla Diavolo ve un espejismo por un momento, de una mujer con las mismas características, de ojos violetas y un par de pequeños lunares en su mejilla quien le sonreía gentilmente.

El Hombre rápidamente recupera sus sentidos viendo a la mujer frente a él, una mujer imponente de ojos azul lavanda, tez aria y una expresión de profundo rencor hacia el hombre.

—El Patriarca de la familia Milfiore, saluda a la luna de nuestro imperio, su majestad Alexandria Vox Kyrien —Aclama arrodillándose en su presencia.

—Diavolo, parece ser que los dioses pueden mostrar compasión incluso de un bastardo como tu —Aclama la mujer quien es escoltada por sus guardias fuera de la habitación —No malgastes esta nueva oportunidad, o te aseguro que hare todo en mi poder para destruirte.

—Tendré siempre vigentes esas palabras su majestad...

Con esas últimas palabras la mujer solo le dirige una última mirada de desprecio antes de retirarse de la habitación.

Al redirigir la mirada hacia el frente el hombre es capaz de visualizar a un pequeño grupo de magos de la familia Milfiore, de los que se podían destacar tanto Enrique como Frieda.

—¡¿Díganme, es verdad?! —Aclama el hombre.

—Se hicieron todas las pruebas —Aclama Enrique —No solo las reliquias familiares reaccionaron a él, también el sistema lo hizo, él es un Milfiore...

—Pero, ¿están seguros que es mi hijo...? — pregunta.

—Vasta solo con mirarlo...

Al verlo directamente Diavolo lo percibe totalmente, los cabellos oscuros así como los ojos azules de Diavolo, acompañado de la mirada inocente y humilde de Violetta.

—Tiene los mismos lunares que su madre, ¿ya lo notaste? —Aclama Enrique tratado de hacer una broma en el momento, pero y para su sorpresa una leve risa emerge de Diavolo.

Enrique al igual que todos los presentes estaban atónitos de este hecho, mientras la leve risa del hombre rápidamente se volvía una fuerte carcajada.

Enrique por un momento pensó que su hermano sería capaz de superar su situación y empezar de nuevo, pero al mismo tiempo no podía evitar sentirse inquieto, pues por alguna razón la risa de Diavolo exudaba malicia.

De regreso al presente...

En ese momento lo entendió, la verdadera naturaleza de su hermano, y su oscura mirada que solo ve aquello que le es más conveniente.

Mirada que le mostro desde el primer momento, nunca fue de amor por la mujer quien le había entregado todo, los niños quienes se desvivían tratando de enorgullecerlo, o el ultimo heredero de quien dependía preservar el legado familiar.

Desde el principio Diavolo buscaba satisfacer un interés propio y aquella mirada deseosa de interés, se había dibujado en su joven sobrino, como el regreso de una maldición que nunca muere.

No solo se trataba de la casa, a los ojos de Enrique, Iván era el epicentro de un gran desastre en potencia, incapaz de saber si debía ayudarlo, protegerlo o incapacitarlo y dicha sensación, lo frustra enormemente.

En ese momento el sonido de las puertas principales de la mansión llama su atención, mientras desvía su mirada a la sirvienta quien recién había llegado a la propiedad.

—Buen día maestro Enrique —Aclama la joven con una reverencia.

—Erse, como siempre es un placer ver... —Aclama paralizándose un momento.

—Maestro, ¿le pasa algo?

—No te preocupes por eso, solo me mordí la lengua por accedente, tú puedes proseguir solo estoy aquí pasando el rato —Aclama con una expresión tranquila.

Durante unos segundos una mirada sombría se dibuja en los ojos de la joven sirvienta quien rápidamente reconstruye su característica sonrisa y solo lo deja pasar, retirándose al interior de los pasillos.

**

[Has activado la habilidad "Sentido espiritual" ...]

**

A través de los ojos de Enrique es capaz de percibir a unas pequeñas y casi traslucidas criaturas que vuelan de manera errática y violenta alrededor de la joven.

Algo que pocos saben y muchos ignoran es que pese a ser conocido por ser un estratega y un espadachín mago, el verdadero poder del hombre reside en su alta sinergia con la magia espiritual.

Los espíritus como su nombre lo indica son seres fuera de este mundo imperceptibles para las personas comunes, algunos son pequeños y difícilmente generan efecto en el mundo, mientras que otros si lo desean pueden desatar grandes catástrofes.

Los espíritus que el hombre vislumbraba en estos momentos son conocidos como Surias, un espíritu inferior que orbitan alrededor de las personas, alimentándose de sus emociones residuales.

Por lo general aquellos que tienden a experimentar emociones intensas muestran una alta proliferación de Surias, y cuando una persona no está emocionalmente estable las Surias suelen envenenarse y morir, siendo ese el escenario ante sus ojos.

La repentina aparición de Reva, los constantes acercamientos a Iván, la dríada en estado agónico en la feria de la ciudad, y la mera idea de estar perdiendo su odio por la familia Milfiore.

Aun pese a desconocer estos hechos, algo de lo que Enrique si era consciente es que adultos del doble de su edad, tienden a auto consumirse en alcohol y placeres o directamente saltar desde la azotea de una edificación por mucho menos que eso.

Erse estaba a unos pocos pasos de un colapso emocional total y por algún motivo la intuición del hombre le indica que Iván es el directo responsable; si las cosas no cambian no pasara mucho hasta que la joven tome una decisión estúpida.

—Y yo que pensé que me iba a aburrir en esta casa... —murmura el hombre —Supongo que tendré que vigilarlos más de cerca a partir de ahora.

Paralelamente en otra sección de la mansión...

Dentro de los incontables pasillos de la casa de las flores también residen cientos de habitaciones adecuadas tanto para el hospedaje como para actividades más recreativas.

Entre las múltiples cámaras que el joven pudo desvelar durante su estadía, una de las que más llamo su atención fue un estudio de música, tan grande para albergar a una orquesta y con un inmenso ventanal que conecta con el jardín interior.

En el cual se pueden apreciar más de doscientos instrumentos en buen estado, dándole al joven Milfiore una sorpresa inesperada.

Dentro de aquella habitación, el sonido de un piano se hizo presente, tocando una canción jovial perfecta para una celebración.

Además del violín Mimy también poseía una gran destreza para este instrumento, pero no se limitaba a ello, trompetas, tambores, gaitas.

Independientemente si el instrumento era de cuerdas, percusión o metal, tras analizarlos por unos minutos y experimentar Mimy podía tocarlos a la perfección, Salvo por un par de excepciones.

Un sonido metálico y desagradable se hace sentir abrumando a ambos jóvenes...

—¿Estamos de acuerdo en que nunca vuelvas a tocar un pandero?, ¿verdad? —Aclama el joven Milfiore quien apenas era capaz de escuchar sus propias palabras.

—Perdone joven maestro, los instrumentos donde solo usas una mano son mi debilidad —Señala la joven dríada.

Mientras Iván se recuperaba de tan desagradable experiencia auditiva no puede evitar ver la ventana de estado de la joven.

**

[Nombre: Mimy Lvl. 18]

[Profesión: Bardo todoterreno (Superior)]

[Fuerza: 2]

[Agilidad: 2]

[Intelecto: 108]

[Prana: 60]

[Mana: 120]

**

Salvo por su fuerza y agilidad sus estadísticas eran bastante buenas, y la existencia de una profesión como "Bardo todoterreno" explicaba su talento extremo para los instrumentos musicales, Iván no pudo evitar sentirse satisfecho con su inversión.

Aun así, para el joven había un interés personal más allá de simplemente entretenimiento para la fiesta, por lo que sin rodeos se dispuso a preguntar.

—Señorita Mimy me...

Antes de poder decir cualquier otra cosa la joven dríada empezó a tocar una suave tonada en el piano, una tonada que el joven reconoció en lo más profundo de su psique.

—Joven maestro, ¿estaba por decirme algo...?

—Esa canción...

Tras espetar esas palabras el joven camina hacia la dríada, sentándose junto a ella en el piano, repitiendo los movimientos que ella hizo.

—Esta fue la tonada ¿no? — pregunta el joven.

—Si... la imito perfectamente, me sorprende que la sepas —señala Mimy.

—¿Dónde aprendiste esta canción? —pregunta Iván.

—Es la primera canción que aprendí, de donde vengo es una canción que se les canta a los niños para que se porten bien —Responde.

—De casualidad esta canción ¿tiene letra? — pregunta.

—Estoy algo oxidada, pero si mal no recuerdo el coro era así...

Mimy empieza a tocar la melodía junto a Iván, quien en su mente empieza a ser inundado en una intensa sensación de nostalgia.

**

«La noche se cierne tras la luz, aun sin que haya un sol»

«Somos los hijos de la tierra, que diario nos llena de amor»

«Ya sea en el frio o en la soledad, no nos abandonara»

«En el horizonte crece una rosa, la sangre de nuestro emperador»

«En las montañas un lirio, nacido de sus lágrimas, y una Orquídea de su valor en el mar»

«De sus sueños crece una Hortensia, escondida en la fe de su pueblo»

«Que pacientes esperan su regreso»

«de la luz que ahuyenta la noche, aunque no haya un sol»

**

—¿Joven maestro...? —Aclama la joven en tono de alarma.

El rostro del Joven estaba totalmente contraído mientras lagrimas brotan de sus ojos.

Iván quedo totalmente atónito mientras su corazón empezaba a latir descontroladamente, no podía entender porque una canción del continente de Almah hacia tanto eco en su ser, ni mucho menos por qué esta le generaba tanto dolor.

—Tranquila, solo fue un golpe emocional...

—Por favor perdóneme — espeta la joven.

—No es necesario que te disculpes por esto —Señala con una sonrisa mientras efectúa un ligero aplauso —Una artista capaz de hacer reír y llorar a la audiencia es digna de aplausos no de reclamos.

—Muchas gracias... —aclama con una sonrisa ruborizada.

No muy lejos de ahí Erse los escuchaba hablar tras la puerta, al igual que Iván esta fue invadida por la nostalgia y sus ojos se llenaron de lágrimas, ella quería entrar, pero la sola idea de hacerlo casi le hiso perder la compostura.

La joven tras secar la humedad de sus parpados procede a retirarse del lugar con el té que había preparado para ellos.

—Pero cambiando el tema, hay algo que necesito preguntarte —Espeta el joven con un rostro más serio.

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