
Volumen 1: Mascara sonriente Acto 4
De regreso en el presente...
Dentro de una habitación Iván esperaba a que la joven terminase su baño mientras revisaba la ventana de estado...
En un momento la puerta se abre y vistiendo una bata blanca de baño Erse se hace presente.
—Parece que ya terminaste... —Espeta Iván.
—Joven Amo...
—Escuche que había una feria en el pueblo así que si tenemos tiempo podríamos...
—¡Joven amo! — Exclama la joven.
Ante tal exclamación Iván no pudo evitar dirigirle la mirada a la joven sirvienta, ya sea por la temperatura del agua su rostro se encontraba ruborizado, mientras el pecho de la bata estaba expuesto.
—¿Qué crees que haces? — Reclama el joven.
—Yo no soy una ignorante —Aclama la sirvienta —Yo se lo que los nobles como usted suelen hacer con las Dríadas como yo; Hoy fue mucho más amable que de costumbre y lo aprecio, pero si le atraigo o desea mi cuerpo solo debe pedirlo...
—Erse... ¿Eres estúpida o qué? —Reclama el joven —¿Crees que soy de la clase de persona que te forzaría a darme tu cuerpo?, tengo demasiado orgullo como para atreverme a hacer algo tal lamentable.
—Yo... pensé que... —Espeta antes de que el joven le lanzase unas prendas a la cara.
—Me importa un comino lo que estuvieses pensando, ponte ese vestido y avísame cuando te lo hayas puesto —Exclama el joven —Y si vuelves a hacer algo tan descarado como eso te hare limpiar el tejado de la casa con un trapo.
Tras esas palabras Iván se retira de la habitación y cierra la puerta, al tiempo que Erse se desplomaba en la cama, pensado en la penosa situación en la que se había puesto y en el aún más penoso hecho de que hubiese sido rechazada.
Paralelamente el joven Milfiore titubea apretando con fuerza su pecho, repitiendo en su mente una y otra vez aquella escena; si el joven no se hubiese contenido a tiempo, ni siquiera él podría predecir lo que pudo haber pasado.
Aun así, él está seguro de que no se hubiese aprovechado de su cuerpo...
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[Simpatía: -12.320%]
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Después de todo "hay que ser muy valiente o un completo estúpido para Acostarse con alguien que te odia".
Tras el paso de unos minutos la puerta de la habitación se vuelve a abrir permitiéndole a Iván ver a la joven; Actualmente está relucía un vestido negro de una pieza, falda hasta la ante pierna, mangas largas, y un cuello alto; además de un par de botas color café.
—Y dime, ¿Qué opinas? —pregunta el joven.
—Realmente no sé qué decir, es bastante diferente de lo que estoy acostumbrada a usar —Responde, al tiempo que Iván la rodea.
—Ya veo, me preocupaba que no supieses ponértelo correctamente, pero veo que no tenía motivos para hacerlo —Espeta al tiempo que la inspeccionaba —Tal como supuse te quedo correctamente, además la tela es resistente y fácil de limpiar.
—Joven amo, ¿no entiendo porque hace esto por mí? —Señala la joven.
—¿Porque no debería hacerlo?, Eres mi sirvienta personal, así que como te veas y lo que hagas se verá reflejado en mí —Exclama —además me estaba molestando el hecho de que corrieses de un lado al otro con un uniforme harapiento.
—Aun así, siento que no puedo aceptar esto —Espeta la joven bajando la cabeza.
—No bajes la mirada y acepta un regalo en cuanto te lo dan, esa es la mínima cortesía —Reclama el joven provocando que la sirvienta se quede sin palabras —Deja de verme así, Puedes acceder a ese closet las veces que gustes cuando necesites ropa o tela; he visto que eres algo competente con la aguja y el hilo así que puedes adecuar el atuendo que usas con las piezas de tu uniforme.
—Joven amo no me atrevería, que dirá la dueña de esta ropa —Señala la joven.
—La dueña está muerta... —Espeta el joven con un tono indiferente —Casualmente ella tenía medidas similares a las tuyas por lo que es mejor que tu uses su ropa. Además, aún falta un detalle.
Con esas palabras el joven Milfiore toma delicadamente los rizados cabellos de Erse y procede a peinarlos, avivando una sensación de nostalgia en la joven quien experimentaba esto por primera vez en muchos años.
En su rostro ella no expresó nada al tiempo que una de sus manos se posa en su pecho sin que esta se dé cuenta.
Cuando Iván terminó, las orejas y los pétalos en el cabello de la joven habían sido cubiertos por un gorro de tela, como el que suelen usar algunas sirvientas, permitiendo así a esta verse en un espejo de mano.
—Perdón si fui algo brusco, hace tiempo una conocida me enseñó a peinar el cabello, pero hace mucho que no lo pongo en práctica —Aclama el joven —cuando debamos salir creo que esta es una mejor alternativa a usar un yelmo sobre tu cabeza.
Erse había quedado anonadada al tiempo que se veía en el espejo, dándose cuenta lo mucho que su rostro había madurado en estos años, recordando así el motivo por el que había venido a esta casa en primer lugar.
—Yo... lo comprendo, joven amo... mu... Muchas gracias —espeta la joven con un tono de nerviosismo y una sonrisa al tiempo que apretaba uno de sus puños.
Iván no reaccionó a esto, al fin y al cabo, sabía que lo que la joven dijese o mostrase poco o nada tenía que ver con lo que sentía en realidad, y no podía confiar en lo que sus ojos le mostrasen.
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[Nombre: Perséfone Rosengard Lvl. 5]
[Profesión: Esbirro suicida]
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[Lista de habilidades]
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[Bella (Heroico) Lvl. 20 (Max)], [Resistencia a los estados alterados (Superior) Lvl. 0], [Recuperación de condición (Avanzado) Lvl. 4], [Tajo cortador de robles (Avanzado) Lvl. 2], [Resistencia al dolor (Avanzado) Lvl.1], [Peso pluma (Común) Lvl. 4], [Persistencia (Común) Lvl. 4], [Berserker (Fallido) Lvl.0], [Magia de sangre (Fallido) Lvl.0], [Ignición (Fallido) Lvl.0]
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[Bella (Heroico) Lvl. 20 (Max)]
[Descripción: "Tu belleza prodigiosa se ha vuelto la envidia y deleite de muchos, al punto que inclusive los dioses están embelesados con ella, pero al final toda rosa por más bella que sea está llena de espinas"]
[Efectos: "Tus genuinos sentimientos serán tapados por una expresión gentil", "una probabilidad muy alta de evadir la magia detectora de mentiras", "Una probabilidad muy alta de que otros crean tus mentiras", "Una probabilidad alta de acumular simpatía del género opuesto", "Los efectos de esta habilidad se verán reducidos en objetivos con un nivel de simpatía alto"]
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Desde el principio Iván no pudo evitar percibir que había algo mal con aquella sirvienta, quien siempre optaba por mostrarse gentil y sumisa, cuando en realidad es una guerrera inclemente.
Por lo que incluso si sonríe, si le habla con un tono gentil o si siquiera es amable con él, no era algo que naciese de su ser, simplemente era efecto de esa habilidad que cubre su rostro como una máscara.
Aquella sirvienta no era alguien confiable, pero aun sabiendo eso Iván no podía permitirse perderla...
Tras unos minutos ambos jóvenes caminaron hacia los establos donde Réquiem se encontraba; Erse quien desde que tiene memoria había sido derribada o atacada por el corcel cada que se acercaba, no podía esperar a ver el rostro de su joven amo chocar contra el suelo.
No obstante, en el instante en que Iván poso una mano sobre el caballo, este lo siguió de manera tranquila asombrando a la joven.
—Buen chico, has crecido mucho en este tiempo —Señala el joven pasando sus manos suavemente por su crin, para la envidia de Erse.
Tras esas palabras el joven camino a un extremo del establo, tomando así la montura de Réquiem la cual pudo instalar con total facilidad, para poder así sacarlo al exterior.
—Erse, ¿has subido antes en un caballo o necesitas que te ayude? — pregunta el joven.
Ciertamente Erse nunca se había subido a un caballo y la idea de que el corcel se descontrolase en cuanto se suba la aterraba; pero antes de poder decir algo Iván la toma de la cintura y de un solo movimiento la sube en el equino.
—Lamento haber sido tan abrupto, pero no parecías decidirte —Señala Iván subiéndose justo detrás de la joven.
Al estar en contacto tan cercano con su joven maestro hizo que su rostro se ruborizase, al tiempo que internamente reclamaba la proximidad y su área de contacto.
—¿Estas bien...?
—Estoy perfectamente Joven amo...
—Entonces vamos.
Con esas palabras Iván pone en movimiento al corcel logrando adquirir una velocidad considerable en unos pocos minutos.
Simultáneamente en el interior de la mansión...
Una corriente de viento cruza junto a la nuca de Enrique.
—Parece que los niños por fin se fueron —Espeta el hombre —Entonces dime, ¿Qué es lo que te tiene tan inquieta?
En ese instante el sonido de la madera crujiendo se hace sentir en la mansión, hasta que de manera inminente un poderoso temblor sacude la casa en su totalidad.
Los vidrios empiezan a romperse, la madera empieza a expandirse y a contraerse como el interior de un ser vivo y en el fondo del pasillo donde Enrique estaba parado una nueva puerta hace acto de presencia destrozando las paredes a su alrededor, como un polluelo rompiendo un cascaron.
—¿Eso es todo? —pregunta el hombre.
En ese momento el temblor se intensifica y de la parte superior de la nueva puerta una grieta empieza a destrozar el techo de la mansión, avanzando con gran velocidad entre los pasillos de la casa, así hasta llegar a una amplia puerta color blanco.
Tras esta una nueva sección de la mansión se hace presente, lugar donde de la grieta una nueva puerta sale siguiendo de largo hasta llegar a dos secciones más de la mansión, todas ellas con ecosistemas distintos hasta finalmente detenerse justo frente a la gran puerta roja.
—Esto es algo poco usual, desbloqueaste los pabellones de invierno, verano y otoño; ¿Por qué?, ¿Por... Iván? —Pregunta el hombre a la casa —¡¿Por qué haces esto?!, ¡¿Qué ganas con hacerlo madurar tan rápido?!
El hombre clama por una respuesta, pero la casa elige no hacerle caso, al tiempo que la reconstrucción de la propiedad continua.
—Él es solo un niño —reclama el hombre — si deseas hacerle daño, no te lo voy a permitir, él es el último que nos queda, no podemos darnos el lujo de ser imprudentes.
Con esas palabras la reconstrucción de la casa frena repentinamente, al tiempo que una gigantesca estaca de madera perfora el suelo de la habitación tratado de ensartar al hombre quien rápidamente lo bloquea con un escudo de fuego.
A sus espaldas las ilustraciones de rosas en el techo caen sobre el inmovilizándolo y arrastrándolo hasta el techo donde una grieta negra se abriría y de ella docenas de ojos se harían visibles.
Fauces de madera tratan de atrapar al hombre, pero en el último segundo este logra escapar, viendo directamente a los ojos ocultos en las grietas.
—Qué demonios es lo que quieres de él, porque estas tan desesperada...
La casa de las flores no dio cuartel a las preguntas del hombre, al tiempo que el suelo el techo y las paredes se levantan para atacarlo, Enrique inmediatamente crea un escudo de 3 capas de viento fuego y gravedad; pero incluso así este sabía que no podría vencer a su oponente actual.
Y rápidamente la oscuridad se lo traga.
Próxima etapa...
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