Erse empezó a girar descontroladamente por los aires tratando de recuperar el equilibrio, antes de chocar contra el amplio tejado de un almacén.

En ese instante la joven supo que, si no hubiese usado la habilidad de Berserker, los huesos de sus cuatro extremidades se hubiesen roto con ese golpe.

Por unos instantes la sirvienta pensó que gracias a ese golpe había ganado algo de tiempo, pero más pronto que tarde la atacante cae justo delante.

La atacante lentamente empezó a caminar hacia la joven, su movimiento poseía un fuerte grado de delicadeza lo que le permitía caminar perfectamente sobre la nieve, algo que Erse no pudo evitar notar pues sus pasos eran iguales.

—¿Quién demonios eres? —Reclama la joven, pero esta no obtiene respuesta.

En ese mismo instante el joven Milfiore empezó a correr desesperadamente hacia la posición de la joven, puesto a que en su condición actual nunca serán capaces de enfrentar a este oponente.

Justo antes de llegar a la zona donde se desarrollaba la pelea una fuerte explosión se hace presente, al tiempo que Erse salta entre los tejados de la ciudad, con un brazo totalmente maltrecho por el impacto.

Alrededor de la joven poderosos proyectiles de hielo empezaron a ser disparados, provocando un gran daño a los alrededores; para el alivio de Iván no se encontraban en una zona residencial, pero ese mismo hecho significaba que la guardia no se haría presente pronto.

Iván siguió corriendo, pues debía alcanzar a Erse lo antes posible, pues él sabía que contra este enemigo ninguno de los dos tendría oportunidad.

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[Nombre: Reva Endlesswall Lvl. +99]

[Profesión: Bruja de sangre y hielo (Profesional)]

[Fuerza: +999]

[Agilidad: +999]

[Intelecto: +999]

[Prana: +999]

[Mana: +999]

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Su oponente no solo poseía estadísticas que superaban el nivel de comprensión de los ojos de Ereshkigal, sino que además de eso poseía una profesión de alto rango; volviéndola así un oponente equiparable a los Milfiore.

Iván trato de idear un plan en su mente, él sabía que como la durabilidad de Erse estaba ligada a la suya ella no moriría esta noche, aun así, las notificaciones del sistema le remarcan lo contrario.

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[La propiedad "Perséfone Rosengard" está bajo ataque, si se acumula suficiente daño entrara en vigencia la anulación del contrato]

[Daño acumulado: 25/100]

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Una vez más el contrato de propiedad empezó a extorsionar a Iván para interceder por la joven sirvienta, generando así en él una sensación de rabia y desesperación.

En ese momento el joven trato de recuperar la compostura mientras perseguía desde el suelo el enfrentamiento en los techos de los almacenes, percatándose que poco a poco se estaban acercando a las áreas residenciales, pero a Erse eso no parecía importarle.

En ese instante el joven Milfiore sin querer tropieza con la nieve y cae de frente contra el suelo, inmediatamente este trata de levantarse cuando de repente es visto por una persona.

—Joven maestro Milfiore ¿está usted bien? —pregunta un hombre a quien Iván reconoce como a uno de los vendedores ambulantes de la feria.

—¿Que hace usted aquí?, es demasiado peligroso —Reclama el joven.

En ese momento el ruido de la pelea empezó a hacerse distante, evidenciando que la joven y su atacante se estaban alejando rápidamente.

Iván rápidamente activo los ojos de Ereshkigal para localizar su ubicación...

—Joven maestro, será mejor que venga conmigo, puedo proveerlo rápidamente de un refugio —Aclama el anciano.

—Ya le dije que... —En ese momento Iván queda helado ante una inquietante presencia que se había manifestado.

—Joven maestro, ¿se encuentra bien?

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[Nombre: Kris Haor Lvl. +99]

[Profesión: Destripador de Waterline (Profesional)]

[Fuerza: +999]

[Agilidad: +999]

[Intelecto: +999]

[Prana: +999]

[Mana: +999]

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En ese instante Iván palideció justo antes de dar un par de pasos hacia atrás, lugar donde este sintió la punzante sensación de cables de acero que realizaron un corte profundo en su mano y su hombro.

—Parece ser, que me he descuidado un poco... —Aclama el hombre, al tiempo que observa como el joven se encontraba rodeado por un centenar de cables de acero.

Simultáneamente...

La joven sirvienta esta desconcertada, pues de un momento a otro empezó a sentirse más débil, o más bien desde el principio de la pelea había sentido que algo estaba mal.

Por lo general los puños de la joven son más pesados y sus saltos mucho más largos, pero ahora mismo sentía como se sobre esforzaba para seguir el ritmo de la pelea, mientras su oponente apenas había gastado un respiro.

Los pasos de la encapuchada de blanco eran finos y elegantes, como si su cuerpo no tuviese peso en lo absoluto, una técnica que Erse conocía bastante bien.

—Ya veo, tú eres una Flecha del "Crisol", ¿no es así? —Espeta la joven logrando que su oponente se detenga por un segundo —Eso pensé, la técnica que usas es magia de sangre y hielo; la conozco bien. No se que problemas tengas con el joven amo bastardo, pero no hay motivo para que peleemos entre nosotras.

—¿No planeas defender a Iván Milfiore? —Pregunta la atacante.

—¿defenderlo?, me harías un favor si lo matas por mi —Señala la joven —Me impusieron un sello de esclavitud que impide que lo mate yo misma y si lo veo en peligro no puedo evitar interceder, pero alguien con tu fuerza debería poder hacerlo fácilmente.

Ante esa afirmación la atacante baja la guardia un segundo, permitiendo que la joven pensase por un segundo que deseaba llegar a un acuerdo, justo antes de que una estaca de hielo perforase su pantorrilla desde atrás, provocando que la encapuchada empiece a reír.

—Por un momento pensé que habías cambiado, pero ahora veo que eres la misma demente de siempre —Aclama la atacante de manera eufórica.

—Hablas como si me conocieses —Señala la joven tratando de mantener la compostura.

—¿de verdad no me recuerdas? —Pregunta la encapuchada.

—Las brujas de sangre y hielo no son muy comunes, por lo que no recuerdo haber tenido el lujo de conocerte —Responde.

—Ya veo, supongo que tendré que hacerlo más fácil para ti...

Con esas palabras la encapuchada se retira la máscara y la capucha, mostrando así ser una joven dríada de cabello y pétalos blancos sobre su cabeza, con un par de ojos dorados que miran directamente a la joven horrorizada.

—Dime, ahora lo recuerdas...

En ese momento por la memoria de ambas una imagen cruza vívidamente, una pelea entre la bruja de hielo en contra de una bestia roja cegada por la rabia; la cual termino en la absoluta derrota de la bruja quien pedía por clemencia, mientras con una sonrisa la bestia destroza su rostro.

—Reva... —Espeta la joven totalmente desconcertada.

—¿Qué pasa?, ¿ya no te ríes como antes? —Aclama la Dríada de blanco.

—Esto no es posible, yo...

—¿Tu que...?, ¿me mataste...? —Señala relamiéndose los labios —Eso es verdad, y sinceramente me gustaría pagarte con la misma moneda.

Alrededor del cuerpo de la joven estacas de hielo empezaron a perforar sus brazos y sus piernas, evitando deliberadamente todos los puntos vitales.

—¿Qué pasa?, ¿no puedes soportarlo?, es una pena, pues no tengo intención de darte una muerte fácil...

Con esas palabras los fragmentos de hielo empezaron a propagarse por el cuerpo de la joven provocándole un inmenso dolor, lo cual la llevo a efectuar un grito que el joven Milfiore pudo escuchar desde su posición.

—¡Erse! —Exclama el joven...

—Joven maestro, creo que debería preocuparse más por su situación actual que por esa sirvienta...

Con esa afirmación el cuerpo del joven empezó a ser cortado repetidas veces por los cables de acero, al punto de casi hacerlo caer al suelo a causa del dolor.

Su atacante claramente se estaba divirtiendo torturando al joven quien buscaba de forma desesperada una salida de la actual situación en la que se encontraba.

—Que pasa, ¿no vas a gritar también?, no dejes que la señorita sufra sola, quiero que grites, —Exclama efectuando repetidos cortes sobre el joven —¡Vamos!, ¡Grita, llora, suplica por misericordia maldita zorra...!

En cuestión de segundos las ropas de Iván se encontraban manchadas por su sangre, al igual que la nieve a su alrededor, todo apuntaba a que el joven Milfiore estaba por caer, pero justo antes de desplomarse, espeta unas palabras.

—...Inventario...

Con esas palabras Iván invoca la ventana del inventario y de esta extrae un puñado de rocas las cuales arroja en contra de su atacante.

—Rocas... ¿de verdad pensaste que eso te serviría de algo...? —Exclama el hombre justo antes de ver como el joven Milfiore había extraído nuevamente su rifle cargado del inventario.

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[Has lanzado un total de 25 proyectiles...]

[Se ha activado la habilidad "Callejón cerrado" ...]

[Efecto: "El siguiente tiro tiene una probabilidad del 60% de impactar en el objetivo", "Si el golpe es mortal ha habilidad se reiniciará"]

**

La mirada de Iván cambio, sus ojos estaban totalmente abiertos mientras que con sus escasas fuerzas, apunta su arma a su oponente antes de que pueda reaccionar a lo que está pasando, y centrando su mirada en su rostro a través de los cables, ahora visibles por su sangre, dispara.

La bala impacta perfectamente en el centro de la frente del atacante, ocasionando que el joven Milfiore libere un suspiro de alivio, justo antes de escuchar una tenue risa.

El cuerpo de aquel hombre pese a recibir un disparo en el centro del rostro no cae al suelo, Al levantar su mirada Iván es capaz de notar como su rostro empezaba a partirse por la mitad.

—Este arcano de polimorfo, es quizás una de las herramientas más útiles que he tenido, valió la pena invertir tantas placas de Oro para que lo reforzasen —Espeta el hombre.

Con un movimiento aquel vendedor se retira el rostro como si fuese una máscara, revelando debajo de este una apariencia totalmente distinta; un hombre alto, rubio de cabellos largos, ojos azules y bastante atractivo.

Al verlo Iván no puede creer lo que está mirando, se trataba de convencer a si mismo de que lo que veía no era real y solo era una alucinación del sistema.

El modus operandi que estaba utilizando era uno bastante conocido dentro del imperio, pues era la marca característica de un asesino el cual se apodaba a sí mismo como el Destripador de Waterline.

Oficiales imperiales, archimagos e inclusive los propios Milfiore trataron de atraparlo, pero nunca nadie pudo hacerlo, y finalmente un día solo desapareció.

Y curiosamente en esos días, una persona muy cercana para el joven Milfiore también había muerto frente a sus ojos.

—Maestro Kirchoff... —Espeta el joven totalmente desconcertado.

—Ha pasado tiempo, mi querido alumno...

Una vez más los muertos habían vuelto a la vida, en esta ocasión para atormentar a los habitantes de la casa de las flores, arrebatando de los jóvenes las fuerzas para pelear.

Pues a quienes veían, eran la manifestación de sus pecados en carne y hueso...

Próxima etapa...