Volumen 4: Ser temido Acto 2
Días después...
En las profundidades de un callejón el joven Milfiore se vio rodeado por múltiples agentes remanentes del gremio de los tigres azules, quienes habían preparado una meticulosa emboscada. Algo que solo dibujo una sonrisa en el joven.
Antes de que Iván fuese capaz de desenvainar un arma, los atacantes del Tigre azul arremetieron contra él, algunos incluso dispuesto a usar piedras de invocación en plena luz de día, aun así, Iván solo tuvo que decir una palabra.
—"Suicídense..."
Con tan solo decir esa palabra la mitad de los agresores desviaron el filo de sus espadas en contra de sus gargantas, asesinando a más de la mitad en cuestión de un parpadeo, siendo los únicos supervivientes aquellos quienes no estaban empuñando un arma cortopunzante.
Sin tiempo que perder en los tejados un grupo de arqueros trato de acribillar al joven Milfiore, quien en respuesta...
—"No van a poder atinarme..."
**
[Se ha activado la habilidad "Amo de las palabras"]
[Se ha activado la habilidad "Amo de las restricciones"]
**
Tras esas palabras los arqueros dispararon, aun así, todos sus disparos sin excepción fallaron, algunos incluso matando por error a los pocos supervivientes, y tras el paso de dos minutos, sus flechas se agotaron.
—Bien... "Ahora salten"
Con sus palabras los arqueros no pudieron desobedecer, saltando del techo incapaces de saber la razón por la cual no podían desobedecerlo, hasta que al final, solamente quedo, uno.
Un joven de los tigres azules de no más de 13 años quien en sus manos sostiene una piedra de invocación; en su posición no sería difícil para el joven Milfiore matarlo u obligarlo a matarse.
Aun así, opto por no hacerlo...
En un rápido movimiento el Joven arranca la piedra de invocación de sus manos dirigiéndole así una mirada hostil...
—Piérdete... —Aclama obligando al muchacho a correr lejos.
Iván fácilmente hubiese podido rematarlo, pero necesitaba un testigo, alguien que llene de terror los corazones de los remanentes del tigre azul a lo largo del país del sol...
Con una sonrisa entre sus labios, la nostalgia empieza a inundar al joven, mientras rememora una escena similar de su pasado; docenas de hombres armados muertos o inconscientes en el suelo, y en medio de todos, una silueta quien con una sonrisa ahuyento a los supervivientes.
—"Diego Falcone está muerto y sus hombres se repliegan ¿No deberíamos seguirlos?" —Rememora el joven Milfiore.
—"No es necesario, en la guerra aquellos que huyen despavoridos por el miedo son trofeos más valiosos que una pila de cadáveres" —Clama la imponente figura —"Si matas a tu enemigo abras ganado una batalla, si ganas la guerra psicológica, ganaras todas las batallas incluso sin disparar un arma, después de hoy la mafia Falcone no regresará a estas calles, y mañana, el ducado entero será mio..."
—"¿El ducado?, sueñas en grande..." —Espeta el joven Milfiore con una sonrisa "—No puedo esperar a ver ese loco sueño tuyo volverse realidad..."
Con la muerte de Myr Iván había cortado la cabeza, y se aseguraría que el cuerpo no vuelva a levantarse.
—Probablemente te estarías riendo de mi ahora. —Murmura el joven, retirándose del lugar.
Durante las semanas siguientes, los rumores de lo que había ocurrido en la ciudad de Bastos inundarían las naciones del sol y la luna, la leyenda de un trotamundos quien es capaz de matar a otros solo con sus palabras.
Durante ese tiempo y con el fin de acrecentar las ganancias del gusano de seda, el joven Milfiore les vendió la receta de la pócima Völunder a un precio exorbitantemente elevado, aun así, el gremio no tardaría mucho tiempo en recuperar su inversión y duplicarla.
La calidad del producto había superado las expectativas de todos los consumidores y al tener el nombre de un antiguo rey del país de la luna, los nobles y eruditos asumieron instintivamente que el creador y la receta debían encontrarse ahí, siendo esa la intención del joven Milfiore.
No obstante, al momento de vender la formula, el joven estipulo una cláusula que el gusano de seda debía respetar, «Nunca regalar su producto, sin importar su origen o la posición que dicha persona posea en la iglesia, Así mismo duplicar el precio a aquellos quienes intenten usar su estatus para tener un trato preferencial...»
Aunque pareciese una cláusula con la que el gremio podría ganarse muchos enemigos, el joven la puso por una razón concreta.
—¡¿Tienes idea de quién soy yo?! —Reclama un hombre de dos metros envuelto en una armadura dorada —Soy Gunder Belstram, un héroe consagrado por la santa de Tauro, debería ser un honor para gente como tu servirme, por eso exijo que me des la pócima de inmediato.
—Me temo que no puedo hacer eso —Espeta el usurero de una tienda —Nuestros proveedores son muy claros en que todo el material se debe vender, no podemos regalar nada a nadie.
—Maldito Hereje, estas cortejando a la muerte, es tu última oportunidad, dame la...
Antes de que el héroe pudiese terminar su frase, una presencia abrumadora se hizo presente, tras aquel hombre un gran numero de aventureros quienes consumían regularmente Völunder, lo tenían en la mira, obligándolo a retirarse en silencio.
Así mismo no muy lejos de ahí, el joven ve como el caballero se retira con el rabo entre las patas maldiciendo a la tienda, así como a quien haya creado esa cláusula, algo que lleva a Iván a imaginarse la respuesta de esa persona...
—"Maldito cerdo, con esa deslumbrante armadura es más que seguro que podría comprar la tienda entera" —Clama la voz de una joven mujer — "el problema con los nobles es que creen que el mundo les debe algo, pero la verdad es que el mundo no le debe nada a nadie, todos somos peones en un mutuo juego de ladrones, si vez a un hombre en armadura dorada, ¿debes bajar el precio?, no, lo duplicas, y si llega a quejarse lo triplicas, así los educas, y los vuelves sumisos..."
—"¿Y si solamente se retira y no vuelve?" — Pregunta.
—"Volverá, porque algo que los nobles temen perder más que su dinero, es su orgullo..."
Así y tal como lo imagino Iván en su conversación aquel hombre regresaría a la tienda...
Dentro de la historia del héroe de la fe, hubo muchos casos de héroes que aprovecharon su posición para saquear y obtener cosas gratis, siendo que la mayoría de estos héroes habían sido consagrados por la santa de Tauro, Filomena Lenin.
Al final ella acabaría pagando caro por sus pecados, no obstante, las acciones de sus héroes consagrados no se detendrían y pasaría mucho más tiempo para que estas tuviesen un fin.
Con esa cláusula, el joven Milfiore había obligado a los ciudadanos del país del sol a ver la verdadera naturaleza de algunos héroes, y generarles escepticismo sobre los objetivos reales de la iglesia.
Así los meses seguirían pasando, y gracias a lo recaudado con la venta de la fórmula de Völunder, el joven Milfiore inicio su proyecto de emprendimiento más grande desde su llegada a este mundo.
Tras 4 meses de trabajo, en lo que alguna vez había sido un bosque cerca del lago, se había convertido en una imponente fragua, más grande y mejor equipada que cualquier otra en la ciudad de bastos.
—Vaya niño, esto es suficiente para poner a babear a cualquier artesano o herrero —Aclama Mordejái absorto con la escena.
—Qué bueno que te guste —Espeta Iván —¿No te gustaría trabajar aquí como capataz en jefe?
—Niño, cuando te conocí me generaste un mal presentimiento, aun y ahora no confió en lo absoluto en ti, pero, No me imagino diciendo que no, jefe —Clama Mordejái extendiéndole una mano.
—No es necesario que me llames jefe, eso debes discutirlo con el dueño de la empresa —Señala abriendo una puerta.
Ante los dos una pequeña oficina se dio a relucir en la cual se podía evidenciar a aun cansado Björn ahogándose bajo una montaña de papel.
—jefe, no puedo más, no sabía que comprar un terreno era tan complicado, impuestos que pagar, seguros que comprar, impuestos que pagar...
—Dijiste impuestos dos veces... —Señala Iván.
—Por favor déjeme ir a casa, tenga piedad jefe... —Exclama Björn al borde de las lágrimas.
—Me temo que no puedo hacer eso, primero apenas es medio día, y segundo, ¿no vez a Ash quejándose?, ¿o sí? —Señala Iván.
—Y eso que he estado haciendo el 90% del papeleo —Espeta la joven —Aun así, me pagan menos que a esa bola de cebo.
—Creo que mejor los dejare solos un rato hasta que se calmen —Clama Iván tomando un contrato de trabajo para posteriormente cerrar la puerta de la oficina.
—¡Esto es explotación laboral!
—También desigualdad de género...
Tras esas últimas palabras el joven Milfiore cierra la puerta de la oficina con seguro, limpiándose las manos en el proceso.
—Niño, realmente hay algo muy dañado en lo profundo de tu alma —Señala Mordejái.
—Lo se..., ¿quieres el trabajo o no?
—Antes quiero hacerte una pregunta... —Clama el enano —Por lo que puedo ver alrededor, tu intención es crear en masa más de esas "Armas de fuego" ¿no es así?
—¿Temes que me vuelva como Myr y trate de acaparar las armas solo para mí?
—No, desde el primer momento en que te vi no me disté esa impresión; más bien parece que te estas preparando para una guerra —Señal el Enano
—¿Y si así fuese? — pregunta el joven
—En ese caso significa que debo esforzarme un poco más de lo que tenía pensado, hay una enorme diferencia entre las armas destinadas para la guardia y protección que las que son destinadas a usarse continuamente en el campo de batalla.
—¿No tienes problemas en dar a alguien como yo suficientes armas para equipar a un ejército?
—Tu mataste a Myr y me devolviste mis creaciones, estoy en deuda, sea cual sea tu objetivo es tu asunto, mi objetivo, es saldar esa deuda.
Aquellas eran las palabras del gran Mordejái Afton, un herrero que revolucionaria este mundo, tristemente nadie vería el valor real de sus creaciones sino hasta tiempo después de su muerte, ahora ese hombre trabajaba para el joven Milfiore, y más que eso, se encontraba inspirado.
Una semana después la fragua empezaría a trabajar, atrayendo a herreros y artesanos quienes deseaban explotar sus capacidades en la creación de armas y armaduras que nunca antes había sido vistas.
Pero más allá que solo armas, aquellas instalaciones también se usaron en la elaboración de infraestructuras, las cuales posteriormente serían vendidas a precios económicos a los gremios de construcción quienes, gracias a las vigas y contrapesos, ahorraron tiempo y materiales en sus proyectos.
Posteriormente dichos precios serian elevados exorbitantemente, obligando a los gremios de construcción a elegir si podían o no prescindir de estas herramientas innovadoras.
Al final más del 75% de los gremios de construcción aceptaron pagar los precios por los materiales, agrandando la fortuna del joven Afton sin que este tuviese que hacer nada.
Por otra parte, el negocio de las armas de fuego, pese a tener un inicio estancado, poco a poco empezó a ganar fuerza dentro del país del sol.
Dentro de la historia del héroe de la fe, hubo muchas ocasiones donde Lion se vio en la necesidad de ingresar en torneos de esgrima o de gladiadores, siempre ganando de forma abrumadora.
No obstante, entre todos los torneos donde se integró solo hay uno que permite a los participantes combatir con cualquier tipo de arma, técnica o invocación, siendo también uno de los más famosos, o por lo menos hasta este año.
En un imponente estadio de gladiadores un abrumador silencio se formó, al ver como uno de los candidatos más probables de perder, se sienta sobre los cadáveres acribillados de sus oponentes.
—"Las apuestas por este tipo eran de 1 en 523 mil, ni siquiera el favorito a ganar pudo durar más de 5 minutos contra la segunda generación de armas de fuego, puede que después de este año las prohíban en la competición" —Medita el joven Milfiore al tiempo que los trabajadores del estadio le llevan 3 costales llenos de Roots —"Simplemente es hacer trampa."
Después de ese día, la fama de las armas de fuego estallaría de forma exponencial, obligando al joven Afton a incrementar 8 veces el tamaño de su fragua para poder cumplir con la exorbitante demanda de su producto.
Varias semanas después...
Para el cumplimiento de los 5 meses de la caída de los tigres azules, Björn ya se había convertido en uno de los empresarios locales más acaudalados, solo superado por la familia Galahad, pero con cada día que pasaba esa brecha empezaba a reducirse.
En consecuencia, el joven Milfiore fue formalmente invitado a una audiencia con madame Margaret, en relación a su última conversación.
A diferencia de las veces anteriores, la mujer se presentó ante el joven sin ningún escolta además de Olga, quien aún y ahora sentía hostilidad hacia el joven.
—Es un gusto verla de nuevo madame —Espeta el joven.
—He visto que has estado ocupado, según e oído planeas hacer de ese enano el alcalde de Bastos —Señala la anciana.
—Supongo que no tiene sentido ocultarlo...
—Parece que has sido bastante imprudente, pero tus métodos de algún modo funcionan, es casi como si pudieses predecir el futuro, aun así, no es por eso que te he llamado.
—Si desea obtener un trato preferencial en la venta de armas, debo decirle que no las venderé por debajo del precio del mercado —Clama con una expresión sombría —También espero entienda que no soy bueno reaccionando a las amenazas.
—Qué curioso, yo tampoco... —Clama la anciana con una ligera risa —Estoy llena de curiosidad, si te cediese el control del gusano de seda, que tan lejos llegarían.
Al espetar esas palabras la expresión de Olga palideció mientras que la del joven Milfiore permaneció inerte, pues el ya había esperado esto...
—Dime, ¿Qué harías si te cediese el control del gremio? — pregunta.
—Antes que nada, lo destruiría... —Clama llenando de Hostilidad a Olga, aun así, Margaret sabía que Iván no había terminado de hablar —El gusano de seda tiene mala fama por ser un gremio criminal, es por eso que quiero cambiar la organización.
—Una rosa con otro nombre seguirá teniendo espinas, aunque le cambies el nombre, seguirá siendo un gremio criminal.
—Pero no tengo la intención de reconstruirlo como un gremio, lo que quiero hacer es un ejército privado, además de eso un grupo de auxilio al ciudadano, un laboratorio alquímico, además de muchos otros servicios que el país del sol pueda aprovechar —Expone el joven —Obviamente, conservando las actividades ilícitas tras bambalinas.
—Deseas engañar a todo el país, creo que te sobreestime, tarde o temprano alguien te descubrirá, esta nación tiene muchos ojos...
—¿Y qué?, si el país tiene muchos ojos solo es necesarios cerrar los ojos que no queremos que nos vean, Crear pantallas de humo y declaraciones falsas que impidan que las autoridades descubran lo que en realidad estamos haciendo.
—Tu, ¿deseas manipular la delincuencia de esta nación como un titiritero?, es imposible...
—Es posible, de hecho..., de donde vengo incluso le hemos puesto un nombre —Clama el joven —Crimen organizado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro