Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Volumen 1: Aquella flor roja Acto 3

Varias horas después...

La noche había caído mientras el joven maestro Milfiore gradualmente empezaba a recobrar la conciencia.

—Joven amo... ¡Joven amo! — espeta la sirvienta.

—Donde estamos...

En ese momento Iván recuerda todo lo que pasó, mientras era azotado por un dolor áspero y punzante a un costado de su vientre al igual que una fuerte resaca, el joven había sido apuñalado con una daga envenenada.

Tras observar a su alrededor este pudo contemplar que se encontraban dentro del vestíbulo de la mansión, atados en sillas espalda contra espalda.

—Joven amo no se mueva tanto sus heridas podrían abrirse —espeta la criada.

—No te alarmes, solamente fue un corte superficial —responde — ahora es más importante elaborar un plan de acción.

—Eso no será necesario —Exclama la voz de Lord Barien ingresando a la habitación junto a un grupo de encapuchados —Dada su situación actual lo más prudente seria acatar nuestras instrucciones y no hacer nada estúpido.

—Tu eres... —Espeta Iván anonadado.

—Es un gusto verle de nuevo Joven maestro Iván —Espeta el hombre.

La mirada de Iván se llenó de confusión al mismo tiempo que de rabia, no solo por el despreciable hombre a quien tenía en frente, sino por el hecho de que este actualmente no debería estar aquí.

—¡Duncan Barien, como demonios no estas muerto, maldito bastardo...! —Exclama Colérico justo antes de que uno de los encapuchados lo golpee con la vaina de su espada.

—Muestra respeto hacia Lord Barien, escuincle —exclama el asaltante

En ese instante Iván logra ver el arma de uno de los asaltantes, una espada larga pero no una ordinaria, pues estas portaban el diseño y los grabados de las que usan los caballeros imperiales.

—Estoy seguro que estas lleno de preguntas, pero podrás hacerlas si lo deseas en otro momento —Afirma el hombre —en estos momentos necesitamos su completa cooperación, la de ambos; La mucama que conoce la ubicación de todas las puertas de la casa de las flores y el Milfiore que puede desbloquearlas.

—¿Y qué te hace pensar que te ayudaremos? — pregunta Iván con un tono hostil.

—Joven maestro, déjeme darle una lección —espeta el hombre con un tono tranquilo mientras camina hacia la sirvienta —Existen tres clases de hombres con los que nunca debe meterse, los primeros son los que renunciaron a su cordura, los segundos son los que renunciaron a su humanidad y los terceros son los que están totalmente desesperados.

Con un movimiento de su mano un círculo de runas se dibuja a los pies de la sirvienta, empezando a incrementar el peso de todo su cuerpo, al punto en que la sangre y el aire en sus pulmones eran tan pesados que una simple respiración se volvía un tormento.

La respiración desesperada de la joven poco a poco empieza a afectar a Iván quien no puede evitar desviarle una mirada de absoluto desprecio a Barien.

—Sabía que era una mentirá cuando escuche el rumor de que eras distinto a los otros Milfiore — Espeta el hombre —Todos poseen ese fuego en sus ojos que no les permite quedarse de brazos cruzados cuando hay alguien en peligro.

—¡Está bien!, ¡Hare lo que me pides, pero ya basta! —Exclama alterado ocasionando que Barien desista.

—Tan noble, Tan Heroico..., tan hipócrita —Aclama el hombre —Gracias a los Milfiore el continente de Animus y las personas que en el habitan pueden vivir en paz, pero que tan seguido la gente piensa en la cantidad de vidas que ellos mismos terminan en cada una de sus expediciones, Nordlands, Nazhkas..., Dríadas, en una vida no podría contar cuantos de ellos acabaron siendo asesinados o se convirtieron en esclavos a causa de los Milfiore.

—¿Por qué me dices esto...?

Tras aquellas ingenuas palabras Lord Barien toma abruptamente la silla de Iván obligándolo a darse la vuelta, para así poder ver por fin la cara de aquella sirvienta a quien tanto había maltratado, pero lo que vio en realidad lo dejo pasmado.

Una joven bastante bella de piel clara, ojos rojos cual rubies y cabello rubio y rizado de los cuales podía resaltar el crecimiento de pétalos de flores rojas maltratadas al igual que un par de orejas largas, todos estos rasgos característicos de la raza de las dríadas.

—Ahora lo vez, los humanos son una raza de dos caras, que por un bien insignificante sin cuestionárselo ni un momento harán un daño irreparable a los demás —Exclama el hombre —Mire bien joven maestro Iván, este es su legado.

Iván estaba anonadado ante lo que veía delante de sus ojos, al mismo tiempo que la mirada de la mucama solo entonaba vergüenza.

Barien ordeno a sus hombres desatar al joven maestro y a la mucama, pero la mirada de Iván no se separada de aquella joven, o mejor dicho de la ventana de luz sobre ella.

**

[Durabilidad: 0 días 22 horas 45 minutos 01 segundos]

**

Iván estaba seguro de que ese mismo día en la mañana le quedaba poco menos de una semana, pero ahora le quedaba menos de un día.

«¿Era esto acaso una obra de Barien?, ¿un error de la ventana?, ¿o alguna alucinación generada por el veneno?» Iván no podía entender el motivo por el cual esto estaba ocurriendo, y por primera vez en su vida estaba asustado.

—Estamos buscando una puerta grande de alrededor de 5 metros de alto y 3 de ancho Color roja y con el diseño de una flor de amapola. Joven maestro, por favor de la orden —Espeta Lord Barien.

—¿Por qué debo dar yo la orden? —reclama el joven.

—Esta joven tiene un sello de esclavitud en el cuerpo, está obligada a hacer todo lo que un Milfiore le ordene a menos que esto ponga la vida de su amo en peligro —expone el hombre —Ahora da la orden.

Iván no podía ver directamente a aquella criada, así como nunca podía ver directamente a aquellos cuya durabilidad estaba por expirar, pero en esta ocasión no podía apartar la mirada, las heridas en los brazos y en las piernas de la joven todas ellas fueron por su culpa, al igual que esta situación.

«Si tan solo su durabilidad no hubiese sido tan baja cuando se conocieron, si nunca hubiese robado la flor de su maleta, si él no hubiese actuado de forma tan repelente, o si él se hubiese interesado lo suficiente como para saber que era una esclava.»

Todas simples excusas que se repetía, pero que al final no hubiesen cambiado en nada esta situación.

—Llévalos a la puerta que están buscando —Espeta con un nudo en el pecho.

—Si, joven amo... —responde con una mirada derrotada.

Con esa instrucción la joven empezó a guiarlos dentro de la mansión, cruzando las puertas y los pasillos de una forma como ni al propio Iván se le hubiese ocurrido, hasta por fin llegar a ella, La puerta que tanto ansiaban.

—Finalmente —espeta el hombre.

Con esas palabras los encapuchados que acompañaban al hombre uno a uno empiezan a revelar sus rostros, todos ellos antiguos caballeros imperiales que pertenecían a la misma división que Barien, todos ellos presuntamente muertos.

De los costados de la puerta múltiples paneles de luz se hacen visibles, todos ellos con la forma de una mano, y sin pensarlo un momento los antiguos caballeros posan sus manos sobre las huellas.

Barien toma abruptamente a Iván de uno de sus brazos y empieza a arrastrarlo hacia la puerta; con una daga el hombre corta la mano del joven y con su sangre mancha la cerradura.

Ante esa reacción la monumental puerta empieza a brillar al tiempo que a los extremos aquellos caballeros que tenían sus manos en las fisuras, son abruptamente despojados de sus brazos, permitiendo así que las monumentales puertas se abran impregnando el lugar de un brillo cegador.

—Lo ha hecho bien joven maestro Iván —espeta el hombre soltando al joven —No podemos perder más tiempo aquí, nos moveremos como acordamos.

Con esas palabras los caballeros en formación empezaron a ingresar por la puerta mientras el hombre daba sus últimas instrucciones.

—Los no seleccionados regresen e informen que la fase 6 fue un éxito, y procedan con la fase 7 como está acordado —expone el hombre.

—Lord Barien, ¿Qué debemos hacer con esos dos? —pregunta uno de los caballeros.

Lord Barien desvía la mirada hacia ellos notando al joven Milfiore con una mirada extremadamente hostil a su persona, impregnada de aquel fuego que tanto odia.

—hagan lo que quieran, de cualquier forma, ya es demasiado tarde para que se detenga lo que ya ha iniciado —Responde para así ingresar por la gran puerta.

Lord Barien sin nadie que lo detenga cruza a través del umbral cerrando así las puertas tras de él, dejando al joven Milfiore con una sensación de inutilidad e impotencia, él le dio todo lo que quiso y ni siquiera opuso resistencia; en estos momentos no podría ser más una vergüenza para el apellido Milfiore.

—¿Qué deberíamos hacer con ellos? —espeta uno de los caballeros.

—Si se tratase de cualquier otro noble no tendría problemas en dejarlo vivir, pero es un Milfiore quien además reconoció nuestros rostros, no podemos dejarlo vivo —Exclama otro de ellos.

—Entonces está decidido.

Con esas palabras los antiguos caballeros desenvainan sus espadas en contra del joven Milfiore acorralándolo contra una esquina, al mismo tiempo en que la sirvienta se pone en pie para defenderlo.

—No bajen la guardia —Aclama la joven Dizzy desde la parte posterior —Ella sola acabo con mi escuadrón.

—Joven amo — espeta la sirvienta — Yo le ganare algo de tiempo, úselo y huya lo más lejos que pueda.

—Espera, no....

En ese momento ante los ojos del joven Ocurre un hecho imposible, los ojos de la sirvienta empiezan a brillar en un tono rojo carmesí, al tiempo que un extraño poder mágico empezaba a rodearla.

Pero para los ojos expectantes de Iván este solo podía ver el cómo en esta acción, se había acelerado considerablemente la cuenta regresiva de su durabilidad.

—¡Espera, no lo hagas! — Exclama con todas sus fuerzas, pero ya era demasiado tarde.

El cuerpo de la sirvienta llego a su límite, las hojas marchitas sobre su cabeza empezaron a secarse y a caer, al mismo tiempo que sangre salía de los ojos nariz y boca de la joven.

**

[Durabilidad: 0 días 0 horas 00 minutos 55 segundos]

**

La sirvienta cae de rodillas incapaz de siquiera levantar la mirada ante sus atacantes, al mismo tiempo que estos apuntan sus armas en contra de su joven maestro.

—No lo tomes personal muchacho, todos hacemos lo que podemos para sobrevivir —espeta justo antes de levantar su espada.

En ese momento justo antes de encestar el golpe decisivo, la sirvienta se lanza nuevamente, pero en esta ocasión para proteger el cuerpo de su joven maestro, siendo atravesada por la espada que iba dirigida hacia él.

—Tu... porque... — espeta, justo antes de ser callado por la sirvienta.

Iván desvió la mirada hacia su pecho notando que la sirvienta había roto el filo de la espada y había sujetado fuertemente el extremo más grande.

—silencio... cachorrito...

Con esas últimas palabras la joven pinta una línea de sangre en la boca de Iván antes de desplomarse sobre su pecho.

—Maldita sea, se atoro —Reclama el caballero que los había apuñalado.

—Olvídalo, se acabó —señala otro de los presentes.

**

[Durabilidad: 0 días 0 horas 00 minutos 00 segundos]

**

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro