capítulo 1: conexión
Desde un inicio existían dos clases de seres que luchaban para obtener el mandato absoluto... Mounstro y humanos... Ambos se habían declarado la guerra, no importaba el precio a pagar, cada bando no iba a permitir perder ante el otro.
Por azares del destino, los humanos siempre terminaban ganando.
¿La razón?
Así sonara tonto, ellos los superaban en números... Sí, a diferencia de esos simples mortales, los mounstruos poseían poderes y magia pero eso no era suficiente una vez que se quedaban sin energías, eran una pequeña minoría comparado con la cantidad de humanos que existen.
Anteriormente quisieron ser pacíficos y llegar a un acuerdo, no pensaron que era necesario luchar entre ellos pero todo se complicó a raíz de que los humanos estaban disconforme en compartir su espacio con otros.
La furia de la reina creció al ver cómo su gente morían a manos de esas bestias sin corazón... Sobre todo los niños, en su inocencia solo querían conocer a los otros seres, su curiosidad los llevaba a convertirse en polvo...
Decidió no mostrar misericordia, no habrá más piedad para esos malditos.
Como consecuencia de las batallas perdidas, fueron mandados a encerrar en el subsuelo siendo sellados para toda la eternidad.
Fueron muchos años de oscuridad y desesperanza, casi nada sobrevivía ahí abajo.
La reina toriel no se quedó de brazos cruzados, no seguiría permitiendo que su gente se quede en ese frío lugar.
Gracias a un grupo de científicos, pudieron usar las almas de esos seres a su favor rompiendo por primera vez la barrera, fueron muchos sacrificios de por medio, pero habían ganado nuevamente su libertad.
Los humanos no estuvieron contentos al saber que esa amenaza estaba nuevamente en la superficie... Seguirían declarando la guerra hasta que vuelvan a ser sellados nuevamente.
Teniendo esto en cuenta, toriel se comunicó con una fiel y vieja amiga, la doctora DW gaster.
Era la mounstro más inteligente del subsuelo, gracias a ella pudieron romper el sello que los tenían atrapados en la oscuridad.
Pero ahora tenía nuevos planes para ella, no volverían a pasar por ese calvario otra vez.
La dr. Gaster jamás se opuso a la reina, entendía muy bien su preocupación... Así que lo había decidido, seguiría experimentando con esas almas para hallar una forma de evitar que los humanos los encierren nuevamente.
Era algo muy difícil de hacer, en primera porque su especie estaba muriendo, con cada guerra declarada más mounstruos perecían... Haciendo que el número siga disminuyendo.
Los mejores soldados caían en largas y arduas batallas dejándolos indefensos.
Debe haber algún modo en hacer que se vuelvan mucho más fuerte, esto no puede seguir sucediendo, la reina confiaba en ella.
Muchas noches sin dormir... Esa era la nueva rutina de gaster, horas y horas de investigación, pruebas y experimentación... cuando no había llegado a nada en esos largos 3 meses y sus esperanzas se estaban terminando, tuvo una genial idea.
Iba a crear a un ser usando esas almas, de seguro si tiene éxito, esa sería la llave a su liberación.
Podría experimentar con él, estudiarlo para sacar provecho, tenía una vaga hipótesis sobre aquello.
Si logra dar vida con solo almas humanas y materia prima, puede crear una solución para usarla en los demás mounstros... Tal vez... una droga de determinación... Con ella puede usarse en los soldados y así resistir varios periodos de combates sin descanso dándoles una gran ventaja...
Su primer logro demoró otros tres meses, lo había conseguido... ¡se movía!, estaba vivo.
Era un pequeño esqueleto que se veía prometedor, había usado parte de sus huesos para crearlo, prácticamente era como su "madre".
Decidió nombrarlo sans.
Con el pasar de los días se dió cuenta del inmenso poder que poseía, un gran intelecto, era muy tranquilo y aprendía a pasos agigantados.
'todo un genio... Muy cauteloso e indagador... Muy parecido a mí'
Pensó al verlo dar sus primeros pasos por sí solo, en pocos días ya hablaba y eso que apenas tenía meses de haber salido de su cápsula, su vocabulario era muy fluido, muy extenso, entendía bien las cosas... Crecía con rapidez.
No se quedó ahí, a los pocos días dió a "luz" a otro experimento.
Al final terminó haciendo otro esqueleto.
Era mejor tener dos por si el primero fallara... Aunque tenían todas sus esperanzas en sans... Pero no viene mal si puede replicar otro igual.
Esta vez... No salió como lo esperaba...
Fue una gran decepción, no sabía qué había hecho mal para que salga... Así.
Sin dejar de ver con enojo aquella creación, se alejó de esa cápsula, debe revisar bien sus papeles y hallar el error, puede que aún tenga solución.
Era una anomalía... solo poseía 1Hp... Moriría con el más simple golpe.
Papyrus era el nombre de ese gran error... Muy débil, no tenía rastro de magia, no servía para nada.
Tal vez puede romperlo y volver a hacerlo... Esa era la mejor opción.
Simplemente era muy inútil, no podía hacer nada por sí mismo a diferencia de sans, que sigue siendo más talentoso con el pasar de los días.
Aunque ahora había un problema que le impedía hacer aquello...
Nunca debió permitir que se conocieran, ese fué un grave error de su parte.
Ocurrió en un descuido, había salido a por unos documentos y dejó a sans completamente solo, claro que antes de irse le advirtió estrictamente no acercarse al cuarto de experimentos, ya conocía muy bien a su "primogénito", no le iba a desobedecer.
¡Qué equivocada estaba!, algo que olvidó era que sans es demasiado curioso.
El pequeño había esperado un buen tiempo antes de adentrarse a ese lugar que le prohibieron, quería saber lo que su creadora ocultaba.
En varias ocasiones escuchaba sonidos muy raros desde adentro, no era solo la voz de la dr.gaster, había algo más...
Muy aparte sentía que algo le llamaba hacia ese lugar, como si su alma estuviera inquieta, buscando... Bueno, no sabe ni lo que busca pero lo que sea que sea... Está ahí adentro.
Fue ahí que lo vió y su alma brilló con intensidad, no era el único, la otra alma también estaba brillando.
Algo hipnotizado se acercó hasta esa cúpula de cristal, dentro había un especie de líquido azul, pero lo que más llamó su atención fue ese pequeño y frágil esqueleto tan parecido a él, flotando en su interior, su diminuto cuerpo tenía infinidad de cables.
Como si estuvieran conectados, el más pequeño sintió la presencia del otro, abrió sus enormes ojos... Al inicio tenía miedo, pero ver ese brillo rojo en el más grande le hizo calmarse.
En respuesta sus cuencas se iluminaron de un cálido naranja.
No sabía cuánto tiempo estuvo parado allí sin moverse, sin dejar de apreciar al otro.
Pero no podía dejar de hacerlo, su pecho se sentía cálido, quería seguir mirándolo, quería seguir a su lado.
El ruido de cosas cayendo alertaron a sans, para su mala suerte, su creadora estaba en la puerta mirando algo molesta lo que había ocurrido.
Sin darle alguna explicación tomó bruscamente del brazo de sans y lo regresó a su habitación.
Por largos minutos escuchó el tono molesto de su creadora, las claras advertencias sobre el otro sujeto de prueba y sin olvidar la prohibición de regresar a ese lugar.
Dejando nuevamente a su experimento en la habitación, regresó donde el otro sujeto de prueba, ya había estudiado bien varias posibilidades y llegó a una sola conclusión.
Desperdicie mucho tiempo contigo pero de todas formas tiene solución, solo debo destruirte y volver a rehacer te...
No se había percatado que muy cerca de la puerta, sans había escuchado todo.
A escondidas le siguió, sentía preocupación por el pequeño esqueleto...
Escuchar esas palabras de "romper y volver a rehacer" entendió muy bien lo que su creadora iba a hacer...
Definitivamente no lo iba a permitir, no dejará que esa cálida luz se apague.
Las siguientes pruebas que le tocó hacer fueron muy difíciles, el uso de la magia azul y los gasterblas resultaron agotadores, para su corta edad.
Aún le tenía prohibido acercarse al otro, no era tonto ya que podía escuchar la infinidad de reproches que su creadora le decía al otro sujeto de prueba detrás de esa puerta.
Sin que ella se diera cuenta, sans la tenía muy bien vigilada en el caso intenté algo contra el esqueleto más pequeño.
Fueron contadas las veces en que lograba escaparse y se dirigía a ese lugar, se quedaba observando por largos minutos al más pequeño a través del cristal, poco a poco le contaba sobre sus pruebas, su aprendizaje, sus deseos de salir y explorar lo que sea que se encuentre afuera de esos muros donde estaban.
-dicen que el sol es muy brillante, las estrellas que aparecen por la noche también lo son y sin olvidar la luna, quiero verlo... Algún día lo haré y te llevaré conmigo- prometió mientras le mostraba una cálida sonrisa.
Papyrus solo asentía, aún no sabía hablar pero sí entendía, era relajante la voz del mayor.
-¿Estas bien paps? ¿Te hizo algo malo?- preguntó mirando atento sus reacciones.
Paps era el dulce sobrenombre que le colocó al menor.
El otro esqueleto sólo asintió y luego negó avergonzado, se sentía algo raro su tono de voz.
La de su creadora era siempre hostil, molesta, enojada...
La de él era cálida, dulce, suave... Y no entendía... No lo entendía...
No comprende porqué sigue viniendo, a pesar de las advertencias dadas tanto para él como para el otro.
Su pequeña boca se abrió y por primera vez dijo su primera palabra.
-sans-
Eso fué suficiente para dibujar una auténtica sonrisa en el mayor.
-¡Dijiste mi nombre! ¡Eres un genio paps!- celebró importando le poco si alguien más le escucha.
Estaba muy contento, de seguro con ese avance la dr.gaster se olvidará sobre la idea de rehacer a papyrus.
Sus esperanzas se hicieron añicos una noche, cuando quiso desearle dulces sueños al menor.
Sans tuvo que ocultarse entre unas cajas al ver que su creadora estaba cara a cara con paps.
Ya no estaba encerrado en la cápsula, ahora estaba un tanto tambaleando de pie, mirando la imponente imagen de la dr.gaster.
-tus avances no me son de ayuda, a diferencia de sans, él tardó apenas un mes en hablar y caminar después de salir de su cápsula, y tú apenas y puedes hablar en más de tres meses... El proyecto no puede retrasarse más- habló consigo misma mientras observaba al pequeño esqueleto.
Este solo escuchaba... entendía muy bien sus palabras.
Asintió lentamente, al fin y al cabo, no podía hacer nada por su cuenta... Tal vez ella tenga razón y ser creado nuevamente era la mejor opción.
El rostro de sans se desformo y un claro ceño fruncido se colocó de inmediato, muy enojado regresó a su habitación.
La eutanasia estaba programada para el segundo día, aún estaba ocupada entrenando a sans, debía hacer que mejore mucho más sus habilidades, sin duda alguna se convertirá en un mounstro jefe... Muy poderoso.
Debe enseñar los resultados a la reina toriel, había hecho un gran avance y de seguro esto la pondrá muy feliz.
Algo raro que notó en su mejor experimento fue el hecho de que a pesar de que hacía un buen trabajo, su rostro estaba sin alguna expresión, solo se dedicaba a obedecer y de vez en cuando su mirada se posaba sobre aquella puerta.
Claramente estaba interesado en aquella habitación que le prohibieron.
La doctora gaster soltó un largo y frustrante suspiro, no estaba de ánimos para debatir con el menor.
Se hizo estresante las pláticas después de que lo pilló esa noche en aquel lugar.
Todo el tiempo pregunta por el y aún no comprende qué es lo que le llama la atención.
En parte utilizó piezas de sus propios hueso pero son dos almas diferentes, no debería existir ni una pizca de conexión.
Entonces... ¿Por qué se preocupa por el otro? Sans no fue creado con ese propósito, su creación fué para usarlo contra los humanos.
Seguirá haciéndole más prueba, no necesita que se vuelva sentimental, eso arruinaría toda su investigación.
-detengamonos por hoy, has mejorado mucho en tu resistencia y ya puedes resolver puzzles avanzados, solo nos falta seguir con las sesiones de magia azul, mañana veremos qué tanto puede aumentar el poder de tu gasterblas- mencionó anotando algunas cosas en su libreta.
Le pareció raro no escuchar nada del menor, usualmente se le infla el ego cuando reconocen que es talentoso, en cambio se mantenía ausente mirando fijamente el suelo.
-¿Ocurre algo?- preguntó dejando de escribir y prestándole atención.
-¿puedo preguntarle algo?-
Su seño se frunció y gruñó molesta, no otra vez...
-sans... Hoy no...- pidió sin ánimos.
Al mencionado le importó muy poco las palabras de su creadora, no se iba a cansar hasta lograr lo que quiere.
-usted dijo que me creo para ayudar a los mounstros y a la reina, ¿Correcto?-
-sí, es cierto, pero eso lo sabes desde que tienes conciencia ¿No?- su mirada se mostró aburrida.
Intentó irse, esa plática ya no tenía sentido.
Pero se detuvo a medio camino, no se olvida que sans llega a ser muy irritante e insistente.
Y ahí iban denuevo...
-eso no es toda la pregunta... Continúa- ánimo al otro.
No lo dudó más y siguió preguntando...
-bien... Ya lo sé... Lo sé... Entiendo el porqué me creaste pero... ¿Y "él"? ¿Por qué sigue encerrado? ¿Por qué no entrena? ¿Por qué lo tratas así?... Estoy seguro de que puede ser mucho mejor que yo si tan solo... -
Esta será otra larga charla...
-¿Cómo puedes saber eso?... No se compara en nada contigo, es un error y punto, no necesito perder mi valioso tiempo con cosas inútiles- gruñó sin querer.
No puede creer que se haya equivocado de esa manera y aún no encuentra la falla, repitió el proceso al igual que lo hizo con sans... ¿Donde está el error para que sea tan débil?
El tono de voz que usó la doctora gaster dejó un mal sabor de boca en el infante.
Sus huesos crisparon violentamente, sentía mucho rechazo.... Tal vez ¿Fastidio? O era ¿Odio?... No lo sabía aún.
Pero le desagradaba la manera en la que ella se refería así de papyrus.
Ese sentimiento se incrustaba en su alma provocándole un intenso y agudo dolor.
Mostrando lo oscuro que se habían vuelto sus cuencas, decidió responderle.
-lo mismo digo... ¿Cómo lo sabe usted? Nunca lo puso a prueba o es acaso que ¿teme equivocarse?- retó mostrando un brillo intenso en su mirada.
Esto le pareció algo interesante, usualmente solo muestra ese brillo cuando tiene que usar sus ataques, pero ahora...
-bien, tú ganas, le haré una prueba y verás que no estoy equivocada- dijo alejándose de ahí.
Usó una llave especial y entró a esa habitación, a los pocos segundos salió junto a el esqueleto más pequeño, este estaba algo temeroso y su caminar era torpe.
Sans reprimió el impulso de correr y protegerlo entre sus brazos.
-hagamos esto rápido, colócate ahí y espera mi señal- le ordenó mientras guardaba su libreta en su bolsillo.
Con pasos lentos obedeció y se puso en posición, desde lejos podía ver cómo sans le miraba con emoción, incluso se veían estrellas rojas donde deberían estar sus ojos.
-la prueba será rápida y sencilla, demuéstrale a sans el porqué eres un error- sonrió cínicamente.
Sans se puso en alerta, algo no andaba bien, la expresión de la doctora no mostraba nada bueno.
Invocó a un solo gasterblas y lanzó un certero disparo contra esa anomalía levantando mucho polvo por el impacto, de seguro no sobrevivió a eso, podrá tranquilamente usar sus restos para volver a crearlo.
Pero... Al disiparse el polvo, se sorprendió de ver una muralla de huesos rojos y naranja mezcladas entre sí.
Al divisar mejor, ese error no estaba solo, su brillante creación estaba a su lado.
Estaban tomados de las manos compartiendo sus poderes, sus almas brillaban al mismo tiempo.
Esto era increíble, sans de por sí tiene una buena defensa pero, esa muralla supera lo que ha visto... Y esos huesos naranja, no pensó que sí podía usar magia, débil pero magia al final.
¿Cómo es esto posible? ¿Acaso me equivoqué? ¿Por qué sus poderes se combinaron si no son nada? Ni siquiera usé la misma alma, cada una es independiente...
Necesito saberlo, no sé si esto sea bueno o malo, en parte tengo la pequeña hipótesis de que son capaces de juntar sus ataques, usar ataques combinados incrementado así su resistencia y poder, si pudiera extraer esa esencia, la "vacuna" tendrá éxito.
Si... Lo mejor es seguir estudiando a ambos, no quiero admitirlo pero si papyrus influye ese extraño aumento de poder en sans, también debo entrenarlo y ver resultado, una vez tenga la muestra ...
No lo necesitaré más y seguiré con el siguiente paso, destruir y rehacer.
En todo ese tiempo que se quedó pensando, sans estaba tocando y mirando al infante, buscando algún signo de daño.
Al ver que se encontraba sin ningún rasguño, sonrió aliviado.
Minutos atrás, su cuerpo reaccionó en cuando vió las intenciones de su creadora, no lo iba a permitir y no le importaba si resultaba herido, lo protegería cueste lo que cueste.
Fue una gran sorpresa el ver que la muralla de huesos que usualmente usaba como defensa en sus entrenamientos, había aumentado de tamaño y grosor.
Y ni mencionar los brillantes huesos naranjas que intercalaban con los suyos.
¿Cómo hicieron eso?
No tiene ni idea, inconscientemente apretó su agarre sin llegar a lastimarlo.
Esto no pasó desapercibido para el menor, también estaba algo inseguro con lo que ocurrió y no sabe tampoco explicarlo.
Ambos prestaron atención en cuando escucharon una tos muy fingida.
-esto no me lo esperaba, eres una caja de sorpresas papyrus, será interesante saber que otras cosas más continentes ahí adentro- sonrió de lado sin dejar de mirarlo.
En respuesta el mencionado se ocultó más detrás de sans.
-sí... Esta vez tengo que darte la razón sans... Él tiene aún cosas por dar- esta vez su sonrisa era muy engañosa.
No sabía si era falsa o maliciosa, sea cuál sea no era nada bueno.
-¿que está queriendo decir?- se atrevió a preguntar.
Retrocedió un poco al tener muy de cerca el rostro de ella, demaciado cerca para su gusto.
-digamos... Que despertó mi interés, ¡alégrate! Ambos estarán puestos a prueba, es más, les permitiré estar juntos después de todo, si lo pensamos mejor, son algo así como hermanos, vienen de mis mismos huesos- bromeó mientras anotaba algunas cosas nuevamente en su libreta.
Tenía que mostrarse amistosa si quería que sans siga colaborando como lo hace.
Miró por algunos segundos a papyrus, esto no se sentía seguro pero al menos podrá tenerlo cerca y protegerlo si intentan algo contra él.
-usted sabe lo que hace...-
-eso es cierto, no hay nada de qué preocuparse-
Sus palabras le hacia sentir muy inseguro...
Esta es la primera vez que muestras tantas sonrisas falsas, solo las usa cuando quiere que haga algo.
Y saber que papyrus también está involucrado...
Desde que la vió por primera vez, no siente confianza en las cosas que dice.
-ahora sí terminamos... Sans, lleva a papyrus contigo, de seguro pueden acomodarse en tu lugar- ordenó mientras salía de ahí.
Teniendo aún ese inquietante sentimiento, se llevó al menor a su habitación.
Era un simple cuarto vacío, con algunos libros, rompecabezas... un colchón viejo y gastado, demasiado poco pero muy confortante para sans.
Con cuidado llevó al infante hasta sentarlo en su "cama".
Buscó entre algunas cajas hasta que regresó junto a él,llevaba una especie de batas muy viejas y gastadas.
Lo envolvió sobre su pequeño cuerpo siendo observado por papyrus.
-con esto estarás mejor, no tenemos piel pero de igual forma podemos sentir la temperatura, en pocas horas dejarán el aire acondicionado prendido y la verdad que aquí se siente muy frío- informó.
De igual manera, usó la otra bata... solo se podían ver sus cuencas entre toda esa tela.
Se acercó todo lo que pudo hasta chocar su cráneo con el otro.
-no te preocupes, no dejaré que nos haga algo, buscaré el modo de salir, seremos libres... Lo prometo- juró mirando la puerta.
Papyrus solo asentía con la cabeza, a él no le importaba lo que la doctora fuera a serle pero era sans quien le preocupaba.
Sin querer dió un respingo asustando un poco a sans al acordar una palabra en específico que ella dijo.
-s... Sa-sans... Q... Qué...- intentó pronunciar bien cada palabra.
-wow, despacio, sé que puedes- esperó pacientemente a que terminara.
-¿qué... E-es... He-rmano?- terminó correctamente su oración.
Sans se le quedó viendo por largos minutos, sabía el significado, no por nada le hacen estudiar muchos libros y a parte a escondidas a guardado otros más.
El ver al mayor tan concentrado le hizo creer que dijo algo malo.
Iba a disculparse pero se detuvo al escuchar al otro hablar.
-eso... Eso es un vínculo de seres que nacen del mismo padre y madre, más específicamente los hijos de ellos- explicó tratando de no entrar en detalles.
Desde un inicio ambos saben que solo son simples cosas, son herramientas desechables.
El menor sólo asintió entendiendo, definitivamente la doctora se equivocó otra vez, no pueden ser hermanos por el simple hecho de que son solo objetos.
Su atención volvió a sans al escuchar unas suaves risas, está era la primera vez que escuchaba esos sonidos provenir de él.
-¿pero sabes? También se pueden llamar hermanos a aquellos que siempre se preocupan por el bienestar de alguien más, es una conexión más allá del vínculo con los padres- sonrió divertido.
Papyrus no entendió esa parte, ¿A qué se refería sans?
-y la verdad, no me molestaría que fuéramos hermanos, cumplimos con los requisitos... ¿Qué dices?- preguntó emocionado.
Su respuesta llegó en modo de un gran abrazo y un suave asentimiento de cabeza por parte del menor... No dudó en corresponder tan cálido gesto.
-sabía que te iba a gusta la idea... Todo va a estar bien, lo prometo... Hermano-
La sonrisa que mostró paps fue suficiente para sans.
Tomó con cuidado a su hermano y ambos se acurrucaron para poder descansar.
Sin que nadie se dé cuenta, sus almas comenzaron a brillas al unisolo, muestra clara de que estaban compartiendo el mismo sueño, y por la sonrisa sobre sus rostros, era un muy agradable.
Desde el monitor de una gran cabina, la doctora gaster miraba interesada aquella rara reacción con la alma de ambos, había escuchado todo, no por nada tiene muy bien vigilados a sans y papyrus.
Sin duda alguna tomó una buena decisión, si esto beneficia a la investigación, puede permitir que sigan jugando a los "hermanos".
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