Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cap. 7 "La Guerra"

Cuando Perséfone, la hija de Zeus y Deméter, fue raptada por su tío Hades (hermano de Zeus y Dios de los Infiernos), quien se enamoró de ella, se convirtió en la esposa de Hades, volviéndose así en la Diosa de los Infiernos.

Tiempo después, los mortales se volvieron en contra de Zeus por ser cómplice y culpable de la desaparición de Perséfone (Diosa de la primavera) y además privar a los mortales de ella.

Desde entonces, la tierra es áspera, seca y sin vida alguna, con constantes guerras entre mortales por agua, por alimento, por todo con tal de tener vida.

Cosas como estas me llevaron a pensar que el ser humano puede llegar a ser capaz de miles de cosas con tal de vivir solo un poco más. Ellos solo quieren cuidar a sus seres queridos, ellos solo quieren vivir un poco más, solo un poco más.

Manos calientes acarician mi cuello y mejilla. Despierto con el corazón latiendo a mil. Llevo instantáneamente mis manos a mi cuello y respiro entrecortado.

El bulto junto a mí se mueve y me alejo de él con brusquedad.

— Hermana, tranquilízate, soy yo...

— ¿Kratos? — agudizo la mirada entre la oscuridad, reconociendo aquella voz y su rostro — ¿En verdad eres tú?...

— Sí, soy yo — sentencia.

Me siento caer en la negrura de la noche, si es que aún es de noche, y mis fuerzas se desprenden de mi cuerpo.

— ¿Qué haces aquí? ¿Qué es lo que quieres? — pregunto, pero la respuesta llega a mí en un suspiro de derrota. «Ya sabes lo que quiere».

— Lo que todos deseamos, Nike. «Victoria».

Sus ojos destellan en la oscuridad y no puedo verlo más. Él es la personificación de todo lo que odio en el mundo: (Violencia, Fuerza y Poder) conocido como Kratos, «El Dios de la Guerra».

— ¿Por qué? — pregunto. — Quiero que me lo digas — ordenó, elevando la voz — Quiero que me digas ahora por qué te interpondrás en mi camino. En el camino de tu hermana — pido, sabiendo bien que él es ahora la distracción que evitará que salga del infierno antes de que el anochecer llegue.

La mirada de Kratos me encuentra y se atreve a confesar.

— Porque es tiempo de que los Dioses conozcan cuál es su lugar y que dejen de manejar a sus hijos y mortales como a ellos se les place.

— ¿Mortales? A ti nunca te importaron los mortales — me burlo, poniéndome de pie — Dime, ¿qué hace la persona más solicitada del mundo en la tierra, aquí en el infierno? — explico una vez más mi pregunta, que sigue siendo la misma.

— Solo vine a hablar con mi querida hermanita — miente descaradamente y se posa relajadamente sobre la pared tras él.

— ¿Y qué es eso tan importante de lo que me quieres hablar justamente ahora? — desafío, colocándome en posición de combate, dándole con mi lenguaje corporal la invitación a una pelea, algo que es irresistible para él, Dios de la Guerra.

— Necesito de tu ayuda, hermanita. Quiero la victoria en una de mis guerras.

— ¿Y contra quién sería esa guerra? — pregunto.

— Sabes que te ahorras mucho dolor si me ayudas sin reusarte, Nike. También sabes que Bia estará a salvo y también mamá...

— ¿Contra quién? — interrumpo, harta de los monólogos.

— Los Dioses — dice en seco — Obedece, Nike...

— No.

— Nike — reprende.

Apenas lo miro, mis alas hacen presencia en el lugar.

— Ni...

— ¡No! — interrumpo con un grito.

Él abre sus ojos grandes como llamas y me mira con desprecio.

— Lo lamentas — amenaza.

«Si tuviera dracmas por cada vez que me dijeron eso en este día, ya hubiera salido del inframundo».

— Tú también lo harás — le digo sin problema, alzando mi vuelo e impulsándome para atacar. Mis alas levantan un suave viento que llega a él y mueve su cabellera anástole.

«Esta vez pelearé con mi hermano para abandonar el infierno y la victoria será mía.»

Ataco golpeando a Kratos, pero él no devuelve el golpe. En cambio, me toma de mi brazo y nuestras miradas se encuentran. Sus ojos avellanas parecen encenderse como caliente fuego. Él está furioso y me habla de la misma manera áspera y seca.

— Dime — pide — ¿Qué hicieron los Dioses por ti? ¿Qué te dieron más que la vida de una simple mortal en la tierra? — grita. No le contesto, sé que eso lo molesta aún más y ya me queda poco tiempo — Vas a darme la victoria en esta guerra, te guste o no — me sigue gritando y entonces aleteo, impulsándome hacia atrás, y él me suelta.

— ¿Por qué? ¿Qué ganarías entonces? —

Sé que aquella pregunta lo deja sin habla. La fuerza y el poder no siempre tienen el don erudito y no son muy inteligentes.

— ¿Qué ganas entonces? — me acerco a mi hermano sigilosa — ¿Qué te prometió ella? — susurro junto a su oído.

— ¿De qué hablas? — musita entre dientes, alejándose de mí como si le causara estupor.

«En el blanco».

— ¡Oh! ¿Te prometió algo, no es así? ¿Qué hizo? ¡Dime! — pido — ¿Te sedujo o simplemente se acostó contigo? ¿Te dijo que traicionarías a tu hermana, a Bia? ¿Te encargó qué hacer y cómo? — trago duro, conteniendo mi enojo, y ahora soy yo quien lo toma del brazo, obligándolo a verme — ¡Vamos, Kratos! — Ambos sabemos que él solo no planeó todo — Tú no eres capaz...

Los ojos de Kratos se encienden aún más, parecían las llamas de un fuego viviente.

— Es verdad — dice una voz ronca y lanza una sonrisa estridente. Suelto de inmediato el brazo de Kratos y me hago hacia atrás.

— No lo hizo solo y tampoco fue con Perséfone — la figura terrorífica de Hades aparece entre las tinieblas y la oscuridad — Yo fui quien planeó todo esto, Niké...

— Maldito — gruño, pero eso solo parece divertirlo.

— ¡Ah! Mi querida victoria. Tu tiempo se acaba.

****************

Nike

***************

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro