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Capítulo 5

Daphne:

Salgo de la sala donde tuve una reunión con la asamblea por videollamada, exigieron hablar conmigo para poder agradecerme reiteradas veces mi idea de búsqueda para interceptar las llamadas de los Tákashi y también para ofrecerme un lugar junto a ellos en la asamblea, que consiste en ser su estratega principal, pero jamás dejaría de lado estar en el campo de batalla. Además tampoco podría hacerlo ya que eso sería una traba para lo que me trajo aquí en un principio.

Camino por el pasillo de la planta baja en el ala oeste reparando mi vestimenta en el cristal de enfrente, la sonrisa burlona sale sola viendo como luzco, es que Jobbs prácticamente me obligó a lucir algo pulcra y decente para estar frente a una pantalla y mostrar mi imagen frente a los miembros de la asamblea, y no es para menos dado las pintas con las que llegue ayer cuando recibí su llamada.

Mi atuendo se basa en mi cabello suelto cayendo como cascada, labial nude, aros dorados a juego con la esclava que porto en la mano derecha, una falda tubo negra hasta las rodillas que se adapta a mis curvas, una blusa blanca que metí por debajo de la falda para definir mi cintura, unos zapatos negros Christian Louboutin de 12 centímetros y fue suerte para mi siempre contar con ropa extra para todas las ocasiones en mi dormitorio de la agencia.

Pase la noche aquí, no dormí para poder terminar el reporte que había quedado a medias el 24 a la mañana cuando me avisaron, perdón, me obligaron a retirarme para la noche buena.. Así que aproveche mi tiempo aquí y termine el informe de la misión encubierta que culmine con éxito comenzando el 22 de diciembre y terminando con la misma el 23 de diciembre a media noche, dado que apenas tuve tiempo para informar al general al llegar aquí y darle un par de ideas que se me ocurrieron durante la misión para interceptar a los Tákashi, me fue imposible terminar con el papeleo a tiempo antes de ser casi sacada a la fuerza de las instalaciones en Bali por el mismo general. Quizás de haber podido seguir con dicha investigación en este momento no estarían buscando problemas con los malditos Rusos.

Sigo caminando metida en mis pensamientos cuando oigo voces tras de mí llamando a alguien

-Oye, tú, aguarda..- siento a una mujer y al no reconocer su voz, sigo con mi camino hacía los ascensores que se encuentran al lado sur de las instalaciones -pero con que afán camina la princesa..- la escucho quejarse

-Señorita, aguarde por favor- esta vez habla un hombre, levanto la vista viendo al frente y a mis costados pero todo el pasillo parece estar vacío, frunzo el ceño y comienzo a reducir la velocidad, en verdad espero que no me estén hablando a mi de esa forma, estando en las instalaciones me deben respeto, el cargo que porto no es para que cualquiera se lo tome a la ligera.. y los únicos inconscientes que lo hacen están a kilómetros de distancia

-Oye tú- otro hombre habla -la de falda sexy- eso si me hace detenerme por completo pero sin voltear -hasta que te detienes, ven? Tenían que decirle algo positivo- dice el mismo idiota haciéndome apretar los dientes

Volteo con expresión neutra sin querer que los subtitulos me salgan por la cara y les griten que se vayan a la mierda, los veo acercándose, al verme frenan un poco y luego lentamente, muy lentamente vuelven a acercarse con expresiones de confusión en sus rostros como si de un fantasma se tratara, me giro hasta que estoy totalmente de frente, mi vista pasea por todos y cada uno de ellos, cuento dos mujeres y seis hombres todos ellos atractivos y bien formados, mi mirada se detiene al llegar al último, alto, mandíbula apretada y marcada cubierta por una barba de unos dias, pulcro, con cara de un maldito fuckboy, cabello un poco revuelto, cejas perfectamente pobladas y una mirada que parece atravesarte, sus labios lucen realmente apetecibles y su cuerpo.. Es un maldito dios griego que grita sexo duro por donde se lo mire, su camiseta blanca se adapta y amolda como una segunda piel en cada uno de sus músculos, luce fuerte, poderoso, dominante.. siento algo que me hace imposible despegar la vista del verde grisáceo sus ojos, me recorre de pies a cabeza y su mirada traviesa se queda un momento en mis labios para después volver a subir a mis ojos, no quito mi expresión neutra del rostro hasta que se detienen frente a mi

-Niña disculpa?- bajo la mirada de sus ojos, a mi pesar y los conecto con una rubia, es de la misma altura que yo y eso que ella no esta en tacones de 12 centímetros, es que si, soy algo baja de estatura sin ellos, subo mi mentón ante su forma de hablarme y mirarme, y la observo sin decir una palabra -tengo tu atención? Bien, somos agentes de EGAIC-L- no me digas? Pienso para mi -viajamos desde Nueva York hasta aqui- así que estos son los refuerzos que me otorgó la asamblea.. -acabamos de llegar y creo que el soldado que debía guiarnos se extravío o algo así ya que nos abandono en la entrada- sigo observándola sin emitir algún tipo de sonido o cambiar mi expresion -el general Walker nos espera, podrias tú, llevarnos a nostrotros, ante él, a su oficina? O tienes algo mas que hacer que caminar sin oir que te llaman?- termina y yo solo sigo observándola a los ojos, en realidad no suelo ser desagradable, pero es que no me gusta ni un poco el tono que usa conmigo, como si de una idiota se tratara y cada cosa que dijo lo a explicado con sus manos y expresiones como si habláramos en otro idioma, me limito a repasarlos con la mirada a todos una vez más

-Disculpala- dice un rubio -no sabe comportarse cuando ve mujeres hermosas- este se acerca y toma mi mano derecha dejando un beso en esta, lo miro desde arriba subiendo mi ceja izquierda -usted debe estar más perdida que nosotros, no parece pertenecer aquí- continúa soltando mi extremidad y este quién se cree? -tú deberías estar en una agencia de modelos- dice eso con una sonrisa coqueta en el rostro mientras me obligo a mantener mi expresión neutra y que no se me noten las ganas que se acumulan de patearle los huevos, otro hombre da un paso al frente

-Soy el capitán James Gianni- este si se presenta como una persona normal y extiende su mano hacia mi -lamento esto- se disculpa como si el comportamiento de sus compañeros lo hubiera avergonzado, tomo su mano y estrecho esta en un saludo -Podría indicarnos si sabe donde queda..-

-Ay por favor..- interrumpe la rubia de nueva cuenta y yo bajo mi mano de vuelta a su lugar -solo guianos a la maldita oficina, o es que tus dos neuronas no pueden recordar donde mierda se encuentra la oficina del General Walker?- pregunta bastante exasperada -es obvio que si trabaja aquí sabe donde está- aclara dando una mirada rápida a sus colegas -así que guianos a ella princesa, es una orden de la Sargento Mayor Sarah Bennet- termina y yo quiero aclararle a quien carajos se esta atreviendo a hablarle así, pero en su lugar finjo pestañear rápidamente cuando escucho su rango, frunciendo levemente mi ceño en señal de confusión

-Sarah- la regaña el adonis hablando por primera vez -será mejor que te disculpes ahora mismo si no quieres..-

-Lo siento, no sabía quién eras- lo interrumpo con arrepentimiento fingido en mi voz

-Ya lo sabes, ahora has tu papel de buena asistente y llevanos a la oficina- habla en tono demandante

-Si.. ya estamos bastante cansados del viaje amiga, si pudieras mover tu lindo trasero..- añade un idiota

-Claro, acompañenme- volteo y empiezo a caminar al otro extremo de donde venía antes que las ganas que tengo de cerrar sus estúpidas bocas me ganen

-Y como se llama la hermosa asistente?- pregunta un moreno.

-Linda- respondo mientras les muestro una sonrisa fingida observándolos de soslayo, vuelvo mi vista al frente y la quito de inmediato, como que estos no ayudan a mi autocontrol

-Linda- repite el rubio de hace un rato -ese nombre te queda muñeca- finjo otra sonrisa coqueta con las ganas de bajarle un par de dientes y sigo caminando adelantandome unos pasos

Me detengo frente a una puerta y con cuidado de que no me vean quito el nombre que hay en el cartel de esta, volteo sonriente mientras paso el lector de mi esclava por la pantalla digital permitiendo que la puerta se abra

-Pasen, por favor, el general aún no llega, pero pueden esperarlo aquí- me adentro en el lugar fingiendo amabilidad, llego al escritorio y volteo el cartel que posa en este indicando el nombre del dueño de la oficina

-Candy, luces- pide la tal Sarah, volteo con una sonrisa de lado al ver que nada sucede, es que no se de donde salio ésta o como funcionen las cosas en Nueva York, estuve ahí hace un año y puedo decir que era casi igual que aquí, pero aquí no cualquiera tiene el acceso a Candy o a las esclavas, pulseras de oro que son las encargadas de desbloquear puertas o accesos para nosotros, eso debido a que los jerarcas y líderes de la agencia vienen a menudo por aquí y no todos tienen ese beneficio, miro al dios griego que aún no a dicho su nombre ni me ha hablado de forma directa y este me observa con curiosidad

-Candy- pido -enciende las luces y sube las persianas-

-Enseguida- responde y automáticamente lo hace.

-Pueden tomar asiento, desean algo mientras esperan al general?- pregunto siguiendo en mi papel mientras camino hacia la puerta y ellos toman asiento

-Un café está bien- habla la tal Sarah

-Alguno en especial?- volteo mientras abro la puerta y les muestro mi sonrisa más falsa

-Solo café, si no es mucha molestia, por favor- pide el tal James de forma amable

-Un capuchino,dos Moka, tres expresos y dos latte- pide uno de ellos y asiento

-Gragor, ya basta de..- regaña el adonis

-Enseguida se los traigo- informo cortandolo otra vez y cuando estoy por salir me habla por primera vez

-Gracias, Linda- lo observo y me regala una sonrisa de lado

-Con su permiso- asiento, salgo y cierro la puerta con la esclava para que no puedan salir a menos que alguien venga, lo que según mi reloj sera en 40 minutos, excelente, camino ahora si al ascensor para poder ir a mi oficina y cambiarme de una vez, la sonrisa que tengo pintada en el rostro puede conmigo mientras el elevador sube.

Llego a mi oficina y me cambio la falda por un pantalón de mezclilla negro ceñido de tiro alto, me pongo las bucaneras negras que me llegan casi al muslo, hago un moño desordenado en mi cabeza y me coloco una musculosa negra sin mangas, dejándola por dentro del pantalón, tomo las placas que me había sacado para la reunión formal y me las coloco en el cuello, posiciono mi beretta en la parte baja de mi espalda y salgo por la puerta con la carpeta en mano.

-Buenos días Cheryl, que placer verte aquí- si, desde que trabajo para la agencia mi nombre aquí cambió a Cheryl Schmidt para proteger mi identidad -luces radiante- dice mientras me acerco a ella

-Tú si sabes como hacer feliz a una mujer, Linda- así es, no mentí cuando dije el nombre de la asistente, pero tampoco les dije que no era yo -ya esta el osito en la cueva?- pregunto de forma juguetona haciendo que ella ría por lo bajo

-Llego hace diez minutos cariño, ten cuidado que esta molesto por la demora de unos agentes- ups, si, quizá no lleguen en un buen rato, sonrío mientras me adentro en la oficina

-Buenos días osito, como aneciste?- observo a un Jobbs muy serio y con cara de pocos amigos, cierro la puerta, le dedico un vago saludo militar ya que esta modo ogro y me voy al otro extremo del lugar de donde él se encuentra para servirme café y quedar al lado de la pizarra -cuando vendrán mis chicos?- pregunto volteando a verlo mientras bebo un sorbo y me apoyo en la mesa a mis espaldas

-No vendrán por ahora Cher..- suspira pesadamente recostando su espalda en la silla y que aún no tenga una fecha establecida me hace rodar los ojos -buenos días a ti también, y ya que eres la única que parece comprometerse con su trabajo, comencemos.. muéstrame que averiguaste- sonrío ante lo último recordando a los idiotas encerrados y volteo a la pizarra para comenzar a escribir en esta y pegar las fotografías que tengo en mi poder.

En mi defensa solo dire que se metieron con la mujer equivocada..






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General Jobbs Walker:

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