Cap 11: Rompiendo Un Nudo De Mi Verdadera Yo
Después de salir de la oficina de Winston, Cameron, retornaba al lugar donde dejo a sus compañeros de empleo; para darles la noticia y las razones de su futura ausencia.
Mientras se encontraba en el pasillo que llevaba a la salida, comenzó a poner sus pensamientos en orden: Primero Gaster, luego Salvia, los regalos de Fabian y Zechariah; junto con el comportamiento de ellos, era mucho en lo que pensar.
Decidió empezar por lo más importante: Gaster.
Si bien había dicho confiar en él, seguía teniendo demasiada inseguridad con respecto al asunto. Los que le había dicho la otra noche era algo difícil de creer, aunque hasta ahora no hubo ningún tipo de agresividad de parte del ¨doctor¨, seguía siendo una situación bastante confusa. Pero, había razones para creerle a Gaster, la primera: paso su ¨detector de mentiras¨ por decirlo así, la segunda: su voz, algo había en ella; que le inspiraba confianza, una sensación... que le hacía querer fiarse, la tercera, la de más peso: Salvia, defensora de Safe Haven, colega de un guardián y amadora de su hogar, le afirmo que W.D Gaster no era malo. ¿Por qué mentiría?
Lo que más se cuestionaba era su propio papel en todo esto ¿Qué Chingados tenía que ver ella en todo esto? Solo era una simple humana, sin habilidades mágicas, súper-sentidos, ¡Apenas sabia pelear! Todo esto se volvía más confuso y le causaba desconfianza.
Entonces, su cabeza se posó en algo más positivo. No podía ignorar lo halagadores que fueron los regalos de Fabian y Zech.
Cameron nunca tuvo novio, así que este tipo de detalles; siempre la hacen sentir especial. Pero, con ellos dos, desde por lo menos año y medio, era más que especial. Fabian con sus recurrentes halagos, sus tranquilas fiestas de té, su caballerosidad que rayaba en coqueteo. Y Zechariah, con sus profundas y perspicaces conversaciones, las escoltas nocturnas y su actitud protectora. Sin duda ellos se ganaron un lugar importante en la vida de la humana.
Pero se dio cuenta de algo, una cosa muy importante en todo el asunto: ellos son animales, con la capacidad mental de un humano, pero animales, a fin de cuentas. Siendo humana ¿Eso no caería en la zoofilia? Tal vez.
No estaba admitiendo un enamoramiento... aún. Pero la cuestión entre muchas involucradas; la moral, la genética... el tamaño (debido a la gran estatura de ellos). Estaba el problema de terminar dividida entre dos opciones, cada una con pros y contras. Hasta donde recuerda, ella nunca fue buena lidiando con ese tipo de dilemas... cuando era ella la de en medio
. Y aunque había oído acerca de las relaciones entre 3, estaba segura que alguien con los estándares Fabian y la educación de Zechariah, jamás aceptaría algo así. ¿De verdad estaba considerando esa opción?
Cameron tenía la cabeza metida entre las nubes y la mirada baja, sin darse cuenta ya se encontraba afuera de la escuela; caminando en dirección al lugar de almuerzo. Cuando llego seguía atrapada en sus pensamientos. Hasta que...
-¨AHHHHHHHHHHHHHH, ¡A LA MIERDA! ¡Quema, arde, lástima! AHHHHHHHHHH¨
-¨ ¿Pero qué chiga-? - pregunto al volver a poner los pies sobre la tierra -
Cameron levanto la mirada y se encontró con una escena digna de una caricatura: Carrie y Jackie tenían la cara enrojecida, jadeaban con la lengua afuera de la boca, y con notable gotas de sudor en sus rostros. Ambas trataban de abanicarse como podían. Fabián se encontraba en el suelo bocarriba, con el hocico abierto, lengua afuera y jadeando fuertemente, y en cuanto a Zechariah, él trataba de calmar a Alonzo, quien corría en círculos en un mismo lugar, con su rostro teñido del color de un pimiento, soltando cataratas de lágrimas; junto con líneas de moco escurriéndose por su nariz y mejillas. El cuello de su camisa estaba empapado de sudor; al igual que su cara y algo de su cabello. Era para no creérselo.
Tras estar confundida por unos momentos, Cameron cayo en cuenta de lo sucedido; recordando que les había ofrecido su almuerzo.
- Ahora que hago memoria, hice emparedados de pan de chile de árbol; rellenados con ensalada de atún con jalapeños, y para acompañar un puré de papas con habanero picado; más habanero que papas. Creo que no fue buena idea ofrecerles mi almuerzo... apuesto a que valieron gorro al primer mordisco... opss, soy pendeja.
Cam llevo sus manos a los bolsillos de su pantalón, y se acercó a sus enchilados amigos, tratando de esconder una sonrisa burlona; causada por tal situación, pero no lo hacía muy bien.
Por su parte, Carry se tapaba la cara con sus dos manos en su rostro, el ardor era increíble, aun habiendo experimentado el calor húmedo de selva o del bosque, y aunque no fuera un demonio como tal, ella sí que resistía varias cosas, entre ellas: las altas temperaturas y el fuego, pero esto lo superaba por mucho. Y lo peor de todo es que pudo haberse ahorrado tal sufrimiento, pero no lo hizo. Ella ni siquiera se detuvo a pensar en el contenido de la comida, cuando detecto un curioso y fuerte olor proveniente del pan y de la ensalada de atún, solo se confió pensado que no sería nada; viniendo de algo que fue cocinado por Cameron.
Jackie estaba en un plan parecido. Su lengua, garganta, encías, labios y partes de su cara y nariz le ardían. Tanto era el ardor para la avían, que partes de su cabello involuntariamente se convertían en plumas y se caían. Ella estaba sudando más que un pavo en noviembre, y hablando del Día de acción de gracias, Jackie, describiría la sensación como algo parecido a ser un pavo en un horno.
Fabián solo se maldecía a si mismo mentalmente, por no haber hecho caso de la advertencia dada por su nariz. Esa pequeña pero útil entrada y salida para oxígeno, le había dado la advertencia de sustancias picantes en el emparedado, si bien él había consumido condimentos antes, esto era ridículo, en niveles que no podía explicar. Tanto le ardía la boca que no podía moverse, así que seguía acostado en el suelo sobre su espalda.
Y en cuanto a Alonzo, él estaba llegando a un punto en donde la vista se le nublaba, casi no podía ver, le costaba respirar. Sentía que en algún momento le daría un ataque, su lengua se encogería o simplemente su cerebro herviría por el ¨calor¨ que estaba sintiendo.
Cameron había llegado a lugar donde estaban todos, solo que estaban muy abrumados por la picante situación; que no se percataron de su presencia. Por la cabeza de la humana pasaban los mil y un chistes mexicanos sobre gente que se enchila que le enseño su tío. Desde el clásico: ¨ ¿Qué tal, pica? ¨ hasta el ¨Bienvenidos sean a México, pendejos ¨. Pero usando todo su autocontrol, se enfocó en ayudar a sus amigos a salir de esta.
Tranquilamente se acercó al que requería más atención del grupo. Así que, tomando del hombro a Alonzo y lo acerco a la mesa, tomo varios paquetes de sal y con su mano a sujeto la mandíbula inferior del avían; abriendo levemente. Con ojos rojizos y llorosos le miro confundido.
- Saca la lengua, echare algo de sal en ella y quédate quietecito Al, confía en mí, ayudara - dijo guiñándole un ojo- y por todo lo que ames no te la tragues
Alanzo obedeció la orden, y saco su lengua. Ya teniendo el camino libre, Cameron, abrió los paquetes de sal y procedió a colocar los cristales salinos en la cavidad gustativa del avían. A pesar del, valga lo obvio, salado sabor, Al, siguió las instrucciones de su amiga. Al poco tiempo el ardor en su boca fue lentamente extinguido por la saliva que empezó llenar su cavidad bucal.
Cameron volteo a ver los demás, Zechariah lo miraba algo sorprendido e intrigado por facilidad con la que soluciono lo situación. Mientras Carrie, Fabián, quien logro recobrar la movilidad del su cuerpo, y Jackie la miraba aún sudorosos por ardor del chile, Cam solo les miro y dijo con una sonrisa:
- Y para ustedes tres, tengo algo especial. Al principio me sorprendió conseguir los ingredientes aquí e incluso a buen precio. Pero, esto les ayudara para sus ya torturadas lenguas –dijo tomando su bolso y sacando una botella de litro plástica que contenía un líquido parecido a la avena- admiren – coloco el envase en la mesa- Horchata de chufa, compártala, les calmara el ardor-
Sin vacilar, los tres tomaron un poco de dicho líquido. Tal como había dicho Cameron, el ardor bajo a un nivel tolerable. Entonces, todos tomaron asiento en la mesa de nuevo para recuperar el aliento.
Al ver los en tales pintas, Cameron, no se pudo contener más y se echó a reír. Todos le voltearon a ver, tratando de averiguar que era tan cómico.
- Discúlpenme, jajaja, esto es muy gracioso, Jajajaja, un momento... jajajaja- dijo ahogada entre risas- ¿Cuántas veces no me paso esto cuando teníamos visitas extrajera? Vaya, que buenos tiempos y que risas. Jajajaja – se reía mientras golpeaba la mesa -
- Perdón, compañera, pero... ¿De c$%# te estas riendo?
- ¡Carrie! ¿Qué te dije del lenguaje dentro la academia – le replico Zecharias-
- No, jaja, está bien, jeje, no pasa nada... uhh, no recuerdo la última vez que me carcajee tanto. Y respondiendo a tu pregunta. Me reía de como ustedes reaccionaron a la pequeña y... picante, particularidad de mi comida. Jejeje.
- Vaya, Cam, no sabía de estas mañas tuyas – le dijo Jackie-
- Créeme, hay mucho que no saben... - luego su expresión se afligió un poco- incluso yo misma no se mucho de mí – pronuncio en un susurro-
Al notar la expresión de su amiga, los demás se miraron entre sí, no era raro sus cambias de humor, pero ya a estas alturas, deseaban que eso cambiaran, ella es una buena persona, algo que algunos de la mesa no podrían decir de sí mismos.
Jackie quiso saber le pasaba, era su amiga y los amigos se ayudan.
- Camy, ¿Qué sucede?
- N-nada, Jackie.
- Oh, Cameron, no me vengas con eso. Llevas así más de dos años. Apenas y se significa todo o que lo causa. Vamos, ábrete con nosotros, sabes somos tus amigos, puedes confiar en nosotros, ¿Qué quieres decir con ¨ incluso yo misma no se mucho de mí ¨?
Cameron tenía un semblante inseguro, no sabía qué hacer, realmente ayudaría sacar lo malo, pero tenía miedo de pedir ayuda. Miro a su alrededor, todos la miraban con ojos compasivos y amables. Pero la mirada de Zecharia y Fabián la capturo, no podía negarse a esos ojos.
- Vale... bueno..., lo casa es...- respiro hondo - sufro de un problema de memoria...
Los demás se miraron entre sí, que significaba eso. Cameron siempre era puntual, cumplida y jamás se le olvidaba de nada. Entonces, ¿Cómo que problemas de memoria?
- ¿Qué quieres decir? – pregunto Alonzo-
- Bueno... es más bien Amnesia. Esta fue provocada con una enfermedad que padecí – la expresión se tornó increíblemente triste y algunas lágrimas escaparon de sus ojos- l-la-la misma enfermedad que acabo con toda mi familia y casi termina conmigo también – dijo temblando como un chihuahua –
Los demás al escuchar aquello se les estrujo el corazón y sintieron un escalofrió en la espalda.
- Cameron... no tenía idea- Jackie no pudo terminar puesto que Cam continúo hablando-
- Abuelos, Abuelas, tías, tíos, primos, primas... los más 130 miembros de los miembros de la familia, de lado materno y paterno, Velázquez Walden y Skeleton, Se los llevo la puta catrina. A todos – su miraba expresaba enojo, ira, impotencia, tristeza, y un monto que emociones negativas-
Carrie casi con de manera instintiva se quitó el sombrero y lo puso sobre su pecho, Jackie cubrió sus manos en su boca, Fabian y Zechariah bajaron sus orejas.
Cameron cerro su mano dejando que sus uñas rascaran lentamente la mesa. Su Cara era la combinación perfecta entre enojo y tristeza. Sus pupilas estaban encogidas, claras lagrimas brotaban de sus ojos, eran la parte de la tristeza, su boca enseñaba su completa dentadura, sus dientes estaban en tensión.
- Solo mi tío Gregory y mis padres sobrevivieron, además de mí. Pero mamá y papá, no pudieron evadir la muerte segunda vez; cuando sufrieron ese accidente de auto – su respiración era pesada-
- Señorita Cameron, no tiene que con-
- No. No, llevo con este pesar 5 cinco años, atascado en un nudo en mi garganta. A veces en mis momentos más privados... solo puedo pensar en eso; en como mi familia fue borrada del mapa, necesito dejarlo salir. Déjame, por favor. Me importa un carajo, si parezco putita de burdel de la chingada. Ahora que puedo, lo dejare salir sobre el hombro de alguien.
De ahí Cameron comenzó a llorar y desahogarse. Lleva mucho tiempo con ese dolor atascado. Lo disimulaba muy bien, se podría decir que aprendió a ¨medio ir con ello¨. Pero no dejaba de doler. Le ofrecieron desahogarse varias veces en el pasado, incluso antes de llegar a Safe heaven, pero se había negado... hasta ahora.
Ya pasado unos minutos, Cam pareció haberse calmado, aunque sea un poco.
Todos estaban callados y sorprendidos. Nunca se imaginaron que una persona tan aparentemente alegre como Cameron, tendría tanto dolor acumulado y sobre algo tan horrible como la pérdida de un clan, familia, o como le quieran llamar.
Cameron respiraba agitada, había soltado mucho dolor en muy poco tiempo. La sombra de sus ojos se escurría por las lágrimas. Sentía que se quitó un enorme peso de la espada.
- Discúlpenme, creo... que no tenían que ver eso – dijo tomando una servilleta de la mesa, que uso para limpiarse la cara- ah, que la canción, ya valió queso mi maquillaje – agrego al notar manchas negras en la servilleta-
- Señoriata Walden, yo... no tenía idea... usted, ¿Todo este tiempo ha estado guardando este dolor?
- Si... al principio me lo guardaba, pero con el tiempo se hace más difícil contenerlo.
- P-pero... umm... ¿Cómo paso? - pregunto a Fabián-
- Todo se debió a una falla genética, por lo que me conto mi tío, le llamaron el síndrome Calavera, solo mi familia lo padeció. Gregory, mi tío, logro superarlo y mis padres, que eran primos terceros, también. No sé a detalle como actuaba la enfermedad, solo que provocaba un deterioro peor que el cáncer, puesto que afectaba la sangre, los órganos se una manera peculiar. En pocas palabras, hacía que los procesos de nutrición y mantenimiento del cuerpo; funcionaran de manera opuesta a la debida, ósea, si comías o te nutrias, envés de fortalecerte, te destruía, te deteriorabas los órganos. Fue un milagro que me salvara– suspiro- ¿Saben? Lo que más me duele de este asunto es no poder recordar a mis familiares como se debe. La enfermedad afecto mi cerebro, provocando que mi memoria se fuera al caño. Se mantuvieron mis conocimientos académicos, pero mis recuerdos familiares y de la niñez – ella sin completar la oración hizo un ademán de corte sobre su cuello- no era de extrañar, pase un año y medio en coma; una semana después de que me internaran. Sobrevivir era cuestión azar. Se podría decir que le gane a la muerte en un juego de dados, que tuve la carta ganadora... en ocasiones pienso que no debí ser tan afortunada.
- No digas esa, querida, estás viva, gracias a Dios – le respondió Jackie- entiendo que sufras por eso, pero creo que estas echando culpa que no es tuya en tus hombros.
- Tal vez... pero igual es triste, y ni siquiera lo puedo recordarlos como desearía, digo, algo de mi memoria volvió con el tiempo, pero solo trozos, lo demás me lo conto mi tío. No lo reconocí cuando desperté del coma... - bajo la mirada- de igual manera, no deberías lamentarlo, no es tu culpa, la de nadie, no se sientan mal por mí.
Hubo un momento de silencio.
Carrie mantenía su sombrero en la señal de respeto por los muertos. Ella miraba a Cam con una mirada empática, le dolía saber eso sombre su amiga. Podría decirse que sabía lo que es perder a alguien, pero en su caso, era como si no le importara.
Carrie al mirar a los ojos a Cam, pudo ver algo inusual y preocupante. Los ojos de un muerto. Así es, parpados caídos, mirada pedida, ojos vacíos y fríos. Cameron tenía la misma mirada que un cadáver, era obvio que tenían que animarla de algún modo antes de que se pusiera peor. Y las charlas motivacionales no eran lo suyo; así que dijo lo primero que se le vino a la mente.
- Bueno amiga, eso es triste... ¿Pero ¿qué puedes recordar?
- ¿A qué te refieres?
- Tu dice que pudiste recordar unas cuantas cosas, ¿Cuáles? – le dedico una sonrisa- pero di algo bonito ¿Eh?
- Jeje... déjame ver – Cameron se puso una pequeña sonrisa- están los días de acampada con mamá, las noches de juegos con mis tíos Felipe y Francisco, el chile colorado de la abuela...- su sonrisa se ensancho- las prácticas de tiro con mi abuelo, la vez que gane la bala de oro en el torneo de tiro estadal de Texas.
- Espera un momento, compañera... ¿Dijiste torneo de tiro? Sin ofender, pero tú eres la última persona en la tierra que imaginaria sosteniendo un arma. – le expreso Carrie-
- Jeje, sí. Solo recuerdo que gané, pero mi tío me explicó los detalles. Además de ganarle a las semiautomáticas en un duelo, también impuse una marca abatible que se mantiene hasta hoy.
- ¿La cual es...? – pregunto Alonzo-
- Le llamarón ¨El ojo de la muerte¨ a la marca. La razón era curiosa, todo el torneo no falle ni un disparo, y todos daban en el centro, inclusive en los calentamientos y en los blancos móviles, hasta en el temido circuito ¨El Gran Asalto¨. Esa cosa imitaba una especie de pueblo vaquero, corrías a contrarreloj por la pista, y a su vez salían figuritas de cartón con figuras de bandidos. Me ¨cargue¨ a todos con tiros en la cabeza.
- Eso suena increíble Cameron, tal vez... demasiado. – Fabián algo incrédulo-
- ¿No me crees? Mira esto, rojito.
Cameron volvió a tomar su bolso, lo abrió y lo reviso en búsqueda de algo. Cuando pareció encontrarlo, saco su mano con su cartera y teléfono asidos. Abrió su cartera primero y saco una de fotografía.
- Chéquenlo ustedes mismos – le dijo extendiéndoles las fotos-
A tomar las fotos y verlas, todos se sorprendieron al a Cameron vestida con un atuendo vaquero, con sombrero y botas de cuero, sosteniendo en su diestra una escopeta de doble cañón y con la siniestra sujetaba un revolver con la punta de su cañón levantando ligeramente el sombrero. Y junto a ella estaban un hombre adulto, el cual vestía un traje de policía y lentes oscuros, quien sostenía un trofeo de oro. Ambos sonreían a la cámara.
Zechariah estaba echando humo por sus orejas, al igual que todos tenía la mandíbula caída, pero con la diferencia de tener un tono rojizo en algunas partes del rostro que él pelaje no ocultaba.
- Ese es mi tío Gregorio Ramón Velázquez Skeleton, tenía 30 años en esa foto -suspiro- era el gemelo de mi papá, solo que Pa padecía albinismo, por lo cual tenía cabello blanco y era pálido. – suelta una risita- mi tío fue mi única familia después de salir del coma... lo extraño mucho...
- Al menos es bueno saber que no estuviste sola – le dijo Fabián- y espero me perdone el atrevimiento, pero te ves muy sexy en esta foto.
El vulpino fue rápidamente fue silenciado por un coscorrón de Carrie, realmente tenía que aprender menos extrovertido.
- Seré sincero, no tengo objeción contra ese argumento...-dijo Zech-
Cameron tenía la cara roja de los halagos, realmente le parecía linda esa clase de atención.
Continuara...
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