Epílogo
(Se recomienda leer el capítulo con In The Star de Benson Boone)
¿Qué sucede cuando ya nada tiene sentido? ¿Qué sucede cuando el tiempo se detiene, pero el mundo sigue girando? Es decir, mi tiempo se había detenido y como nunca, aquellos números que llamamos horas, no transcurrían de ninguna manera.
Mi corazón latía, pero de miedo, de tristeza y pánico.
Nada a mi alrededor importaba, mi cabello sucio, mi ropa manchada con el queso de la pizza, nuestro... mi... el que iba a ser nuestro... hogar... era un chiquero. El olor a alcohol invadió mis fosas nasales, y me hizo recordar la dura realidad.
Aquella que no podía aceptar y tampoco quería.
Estaba naufragando en un inmenso mar, donde la tormenta no cesaba, no había luz, no había color, no había vida. Las espinas comenzaron a crecer cerca del mar, para así crear un muro y que nadie se atreviera a pasar.
De repente las luces comenzaron a titilar, ¿pero qué importancia tenía eso? No me importaba si no pagaba los impuestos, ya me había arrebatado todo, ¿Qué más podía perder?
Recordar aquellos ojos verdes... Ese brillo que los caracterizaba, esa felicidad, esa esperanza, se había esfumado en el momento en que esa bala atravesó su pecho. La sangre fluyendo por su cuerpo, estaba en mis manos, en todos lados y cuando traté de salvarla, ella se negó.
¿Por qué, Sheila? ¿Por qué?
No lo entendía, todo iba tan bien, estábamos siendo felices y de pronto, todo se oscureció. ¿Cómo fue qué pasó? ¿Cómo?
La televisión estaba prendida desde... Dios sabrá desde hace cuántos días.
—Hablando de Dios... ¿Por qué me la arrebataste? —miré hacia el techo, esperando una respuesta que nunca llegó.
El vaso que estaba en mi mano derecha contenía algo de... no sé, alguna sustancia que me hiciera olvidar la realidad. Tomé lo que restaba de la bebida y lo tiré contra el suelo con toda la ira que corría en mi venas.
—¡¿POR QUÉ?! ¡¿QUÉ FUE LO QUE ELLA TE HIZO?! ¡¿POR QUÉ?! —grité.
Caí de rodillas al suelo frío, mientras mi rostro caliente se enrojecía y las lágrimas caían por mi mejilla cual tobogán. Grité, para sacar todo aquel dolor que había dentro de mí, ¿pero realmente serviría de algo? ¿Realmente iba a solucionar esta gran tristeza que había en mi corazón?
No.
Los planes que teníamos... se fueron... murieron con ella... murieron con el amor de mi vida...
Ahora ella formaba parte de las estrellas que tanto nos gustaba admirar, pero... ¿a qué precio? ¿Por qué ser libre tenía ese precio? ¿Por qué tenía el costo de la vida?
No podía entenderlo...
Los recuerdos que vagaban en mi cabeza, buscando a quien atormentar, llegaron, cuando recordé como Sheila y yo nos habíamos declarado nuestro amor de una forma poco usual. Recuerdo que ambas estábamos tan felices, que todo parecía ser mágico y perfecto.
Sheila decía que debíamos agradecerle a Dios por ese bendito regalo, ¿pero y ahora? ¿Qué voy a agradecerle? ¿Qué me quitó el amor de mi vida? No, jamás estaría tan loca como para agradecer eso.
Entre medio de mis gritos, mis lágrimas y mis lamentos, oí que el celular comenzaba a sonar, así como sonó durante toda la mañana y gran parte de la tarde. Me levanté del suelo y al acercarme a la mesada de la cocina, observé que era Mayik quien llamaba.
Deslicé el ícono rojo, porque no quería hablar con él, ni con nadie.
Durante estos días estuve pensando en... Bueno, en ir con Sheila y con mi hermana, pero no tenía el valor de arrebatarme la vida. No podía, sentía que no era lo correcto, pero al mismo tiempo, convivir con este dolor era demasiado.
Unos ruidos me sacaron de mis pensamientos y me di cuenta que alguien estaba golpeando la puerta. No respondí, para saber si esa persona se iría, pero de pronto oí como alguien pasaba la llave por la cerradura y abría mi puerta.
Al ver al rubio, me lamenté internamente porque no fuera un ladrón y me disparara.
—Creí que te había sucedido algo, como no respondías...
—Vete, Jason.
Le di la espalda y me dirigí hacia la heladera, donde aún quedaban algunas botellas de alcohol. Aunque no tenía idea de qué estaba bebiendo exactamente, no me importaba, me hacía olvidar que ella se había ido.
—Thalía, por favor, no puedes seguir evitándonos.
—Por si no te diste cuenta, es lo que estoy haciendo
—Sé que te duele, ¿crees que a mi no? ¿Crees que no extraño a mi hermana? Era la única familia de sangre que me quedaba y la perdí.
—Al menos tienes tus padres adoptivos.
—¿Y crees qué ellos no sufren? ¿Crees que nuestres amigues no están sufriendo? —hice oídos sordos a sus preguntas y destapé la botella de vidrio para beber de ella—. No eres la única que sufre.
—Ella era mi novia... era todo para mí y Dios me la arrebató —murmuré con ira.
—¿Crees que culparlo va a aliviar tu dolor? —preguntó seriamente.
Me di la vuelta lentamente y lo miré a los ojos, era notorio que estaba sufriendo, estaban rojos, al igual que sus mejillas. Luego me di cuenta que tenía una polera, un saco, un pantalón y unos zapatos de color negros.
Ahora entendía sus insistentes llamadas...
—¿Cómo puedes tener la fuerza de estar de pie? ¿Cómo puedes no caer en la tristeza y culpar a Dios? ¿Acaso eres insensible o qué?
—No, no lo soy, pero culpar a Dios sería fácil, pero él no debe ser culpado por la maldad de los hombres.
—Eso diría un miedoso.
Jason negó con la cabeza frustrado y suspiró.
Observó todo a mi alrededor y alzó las cejas cuando onotó en qué estado estaba toda la casa, simplemente desvió la mirada. Luego me observó a los ojos y aunque los suyos estaban apagados, los míos estaban muertos.
—Ya perdiste a tu hermana, sabes por lo qué estoy pasando.
—Gracias por recordarme ese trágico suceso —dije irónicamente.
—¿Hace cuanto no duermes?
—Creo que... dos... no, uno, tres... Ah, ya sé, desde qué mi novia cayó muerta en mis brazos y el brillo de sus ojos se apagó, creo que desde ese día.
—Sheila tenía mucha paciencia contigo.
—Ella era un ángel que no merecía vivir en este infierno que llamamos vida....
—Escucha...
—¡Vete, Jason! ¡Vete! ¡Ya nada nos une y puedes dejarme en paz!
—Todes estamos preocupados por ti, hace dos semanas que no sabemos nada de ti y apenas nos hablas...
—Vete, Jason, ya nada nos une.
—Te equivocas en eso, Thalía, nos une mi hermana —dio unos pasos hacia mí—. Ella murió —dijo con los ojos cristalizados—, pero tú sigues siendo parte de nuestra familia y aunque no lo quieras, trataré de protegerte siempre que pueda, porque sé que ella lo habría querido así...
No sabía que decir, solo quería que se fuera de aquí, porque su simple presencia me hacía recordar todo lo que tenía que ver con ella. Sus ojos, su cabello, sus labios rosados, cada centímetro de su piel, todo... todo me hacía recordar a ella.
—Te quiero, nuestra familia también y por eso queremos que vayas al funeral.
—Vete, Jason, pierdes tu tiempo.
—Podrías bañarte y venir conmigo —trató de convencerme.
—¡Qué te vayas! ¡¿No entiendes?! —exclamé molesta—. ¡Vete! ¡No quiero saber nada de nadie!.
Bajó la cabeza con una expresión de tristeza como la mía y simplemente se acercó al escritorio y dejó un papel blanco escrito con tinta negra.
Sacó las llaves de su saco y se dirigió hacia la puerta, para luego marcharse.
Me acerqué al escritorio para saber qué decía el papel y al leerlo, lo arrugué con mis manos y lágrimas cayeron de mis ojos. Cuando los abrí, oí el silbido de aquel colibrí que me había acercado a Sheila desde el comienzo.
Se posicionó sobre el diario íntimo de Sheila y me miró.
—¿Qué? ¿También vas a obligarme a ir?
El colibrí chilló y voló sobre el diario. Asumí que quería que lo leyera y al tomarlo, sentí una especie de aura extraña. Con las manos temblorosas, abrí el diario en una página aleatoria y encontré varios poemas.
Decidí detenerme en uno de ellos.
4-04-2023
Si tuviese que volver a ese día, lo haría,
Si tuviese que llorar de nuevo, lo haría,
Si tuviese que pelear con mi hermano, lo haría.
Porque solo así pude encontrar esos bellos ojos,
Porque solo así pude admirar ese corazón,
Porque solo así pude conocerte de verdad.
Encontrarte fue de Dios,
Encontrarte fue una alegría a mi vida,
Encontrarte fue el mejor milagro de todos.
Al leer eso, no pude evitar sentir alegría y tristeza a la vez, porque ella había escrito sobre mi, Sheila, el amor de mi vida, me había tenido presente durante todos esos años que no nos vimos y para mí, fue solo una niña más del montón.
En la página siguiente había otro poema.
4-04-2023
En aquel baño,
En aquella circunstancia,
En aquel estado,
En aquel día,
Te encontré.
Años después, te volví a encontrar.
Años después encontré tu noble corazón,
Años después encontré tus ojos,
Años después encontré tu sonrisa.
Seguían iguales que el primer día que te vi,
Seguía todo igual, excepto, por una cosa.
Tu brillo,
Tus ojos,
Tu sonrisa,
Tu alma.
Eras tú, pero al mismo tiempo, no.
5-04-2023
Eres tan arisca como encantadora,
Eres tan bella como hace años,
Eres tan increíble como en aquella tarde.
Perdida en tus ojos yo estaba,
Perdida en tu corazón noble yo estaba,
Perdida en tu amabilidad yo estaba,
Perdida en tus ojos yo estaba.
Nunca creí que te encontraría,
Nunca creí que mis oraciones dieran resultados,
Nunca creí que mi mayor inseguridad volviera realidad.
¿Inseguridad?
9-04-2023
¿Debería decírtelo?
¿Debería arriesgarme?
¿Debería decir aquello que sentí una vez?
¿Tenía sentido?
¿Era real?
¿Era solo una alucinación?
¿O mis sentimientos por ti eran reales?
Se me cayeron algunas lágrimas al leer que ella siempre me había amado, incluso con tan solo verme, ella sabía que yo era especial. Dirigí mis ojos al siguiente poema.
25-04-2023
El mundo es muy cruel,
El mundo es confuso,
El mundo es raro,
El mundo es perfecto.
Cuando te dañaron,
Cuando te humillaron
Cuando te levantaste,
Cuando peleaste,
Cuando ganaste.
Me pregunté, ¿Cómo puedes ser así de valiente?
¿Sheila me admiraba? ¿Una mujer como ella admiraba a alguien como yo? ¿Por qué? Si ella era un ser de luz.
30-04-2023
En tus ojos hay brillo,
En tus labios hay historia,
En tu piel hay historia.
Lo sé, lo puedo sentir.
En cada mirada,
En cada suspiro tuyo,
En cada roce,
En cada interacción.
Tus ojos me dijeron que sufriste mucho,
Tus acciones me lo confirmaron,
Tus palabras lo respaldaron.
Tu frialdad me congeló,
¿Cómo sobreviviste a aquello que te hizo sufrir?
Se ve en tus ojos que fue un infierno.
Ni siquiera yo sé como sobreviví, solo sé que lo hice y ni sé para qué.
Pasé algunas páginas más, hasta que una de ellas me llamó la atención.
7-05-2023
¿Cómo callar aquellas voces?
¿Cómo callar aquello que me llama?
¿Cómo ignorarme?
¿Por qué tengo que ser así?
¿Por qué simplemente no puedo deciítelo?
¿Por qué tengo miedo?
¿Por qué tiene que ser así?
El pánico dice que no te diga nada,
El miedo dice que es mejor enterrarlo,
El amor dice que debo arriesgarme,
La felicidad dice que te diga quien soy.
Pasé a la siguiente página, leyendo sus poemas como si fueran un libro y lo era. El mejor poemario de toda mi vida.
10-05-2023
Ahora sabes quien soy en verdad,
Ahora sabes aquello que me atormentaba,
Ahora sabes mis preferencias,
Ahora sabes mi debilidad.
Ahora tú tienes el poder.
Si me quedo a tu lado, me demostrarás tu valor,
Si me quedo a tu lado, me demostrarás tu amor,
Si me quedo a tu lado, me demostrarás seguridad.
Si me quedo a tu lado, me demostrarás que se puede ser feliz.
Aunque me gusten las chicas,
Aunque tenga miedo,
Aunque no sepa quien soy,
Aunque tenga inseguridades, tú estás ahí.
¿Cómo puedes ser tan valiente con tanto dolor en tus ojos ?
14-05-2023
Ahora ya lo sabes,
Ahora conoces la verdad,
Ahora conoces mi mayor inseguridad.
No sé si fue bueno que lo supieras,
No sé si fue una buen manera,
No sé si fue como soñaba,
No sé si fue como esperaba.
17-05-2023
Exploté,
Caí,
Lloré,
Grité.
Porque tenía miedo,
Porque no era tan valiente como tú,
Porque no sabía manejarlo.
Como un barco sin rumbo alguno,
Me estrellé contra las rocas,
El agua me golpeó
La luz apareció en medio de la noche.
Ahora lo había recordado, esa fecha fue cuando supe que le gustaban las chicas y recuerdo que le había molestado que su madre me lo dijera, ¿por qué no le dije que fue la mejor noticia del mundo? ¿Por qué me lo guardé? ¿Por qué se fue?
Pasé algunas páginas y me detuve en una que me llamó la atención.
20-06-2023
Un colibrí estaba lastimado,
Sangraba, aunque nadie viera su sangre,
Lloraba, aunque nadie notara sus lágrimas,
Tenía dolor, aunque no lo demostrara.
Mi corazón latía con nervios,
Mi mente daba mil vueltas,
El sueño me abandonó,
Y la luna era testigo de mis miedos.
¿Cómo podría decirte que dormir a tu lado fue perfecto?
¿Cómo explicarle a mi corazón que no era el momento de amar?
¿Cómo saber si sentías eso?
¿Cómo vivir contigo sin amarte?
Cerré el poemario, porque me dolía demasiado leer lo que había en su interior, sabiendo que yo la maltrataba para alejarla de mí, porque sabía que a mi lado ella sufriría y al final de todo, yo tenía razón.
Sheila terminó muerta, enterrada bajo tierra por mi culpa, por el amor que teníamos, por mí...
Las lágrimas seguían cayendo, sin señal de que me fueran a dar una pequeña tregua.
El colibrí volvió a silbar y supuse que quería que leyera algo más.
Abrí la última página que estaba marcada por el marcador de páginas y observé el poema.
23-11-2023
Sentir tu piel con la mía,
Sentir tu calor,
Sentir tu temblor,
Sentir el sabor de tus labios.
Protegerte del frío con mi cuerpo,
Besar cada parte de ti,
Explorar cada centímetro de tu cuerpo,
Fue el regalo perfecto de Dios.
Quiero protegerte, porque un día serás la madre de nuestros hijos y podré presumir que tuve el honor de ir al cielo, en medio de tanto caos.
Sheila habría escrito sobre nuestra primera vez...
Un ángel como ella había escrito su romance con un demonio como yo, sin importar nada, ella escribió aquello que amaba, aquello que le aterraba y aquello que le causaba inseguridades.
¿Cómo no ibas a pensar que eras valiente, mi amor? Si ahora anhelo ser como tú, valiente, a pesar de tu ausencia....
La libertad tenía ese precio, la ausencia de quien más amas.
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