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capítulo 5

Alex era un jugador regular no jugaba ni tan bien; ni tan mal, estaba en la selección del colegio, aunque por estar en tercer año no lo tomaban en cuenta como titular. Él, estudiante del colegio “María Auxiliadora” desde el nivel primario, siempre había soñado con jugar contra el colegio que representaba el Clásico rival de años:  “El Glorioso "González Vigil" .

Ya se acercaba los Juegos Escolares y el entrenador obviamente no lo tenía en sus planes.  Alex le pidió ayuda a Wilmar para que lesione a los delanteros, pues para que no parezca muy extraño que lo haga en pleno partido o actividad deportiva.

Eran tres, es decir Alex prácticamente no tenía oportunidad de jugar pues, Él solamente jugaba en aquel puesto y tendrían que lesionarse los tres para que tenga la oportunidad de jugar. Para que no sea demasiado sospechoso y perjudicial; Wilmar venía invisible a los partidos de práctica y actuaba, a uno de ellos lo empujó y éste cayó mal, por lo cual se imposibilitó su participación. Lo mismo con otro jugador a éste otro también lo empujó de tal manera que éste chocó con otro jugador más y los dos quedaron seriamente lesionados. Esto ocurrió a dos días del partido estelar.

El entrenador estaba bastante preocupado, y solamente le quedaba un delantero y el siguiente suplente era Alex.

Wilmar y Alex tenían planeado imposibilitar a César que era el otro delantero pero en su casa; es decir tenían miedo de que se les pase la mano y como César era su amigo no querían cometer un error del que luego se lamentaran.

Con lo que no contaban es que César ya no vivía en su anterior casa sino en la de su tío, que como era jugador de primera división le enseñaba algunas técnicas del fútbol y éste vivía demasiado lejos, su casa estaba fuera de la ciudad prácticamente cerca de Huancayoq, una comunidad que quedaba a casi 40 minutos de la ciudad.

Aquella noche en que Wilmar haría de las suyas había llovido y hacía mucho frío; además, ir descalzo y desnudo hasta ese lugar, sería muy sacrificado.  Así que Wilmar no quiso ir a lesionar a César y por esto discutieron con Alex.  Alex se lo recriminó pues para Él era muy importante, ese partido.  César era titular indiscutible y estaba totalmente concentrado y listo. Alex sería suplente y era poco probable que el entrenador se arriesgara a ponerlo en un partido tan importante .

Aquella memorable tarde, el Estadio estaba repleto, Wilmar no podía actuar, pues necesitaba de 1 hora de concentración y tendría que estar en su casa y luego de lograr ser invisible ir al estadio y luego volver a ser visible volver al estadio y hasta eso se perdería de todo el espectáculo, por lo tanto, esta vez,  no podría hacer nada para ayudar a Alex.

El González Vigil se adelantó en el marcador 2 – 0 y ya Alex prácticamente no tendría ninguna oportunidad. Por otro lado no es que César, esté jugando mal, sino que lo tenían muy marcado. El juego se tornó  demasiado brusco.  En un tiro de esquina habían lesionado al arquero titular y allí se produjo el tanto inicial, al portero tuvieron que llevarlo en la ambulancia, pues le rompieron la cabeza y al caer se golpeó la espalda, sin embargo era la fiesta del fútbol, estos hechos siempre ocurrían en partidos como éste.

El segundo gol se lo hicieron de Penal, la defensa estaba demasiado floja ya que el caudillo, es decir el líbero, se había lesionado en un partido de práctica, por obra y gracia de Wilmar "el invisible", claro que nadie lo sabía.

El segundo tiempo ya se había iniciado y una vez más El Vigil anotó un gol que realmente fue dudoso ya que había un fuera de juego que el juez de línea no cobró. Ya el Vigil se sentía vencedor y además era quien más atacaba. La hinchada pedía una goleada y ya se estaba generando violencia en las tribunas, por parte de los estudiantes más violentos y fanáticos.

Faltaban 15 minutos exactamente y en una acción de ataque del conjunto mariano lesionan a César de manera violenta lo cual desesperó al entrenador y a la hinchada.  Las únicas caras alegres eran la de Alex y Wilmar, ellos se miraron y se hicieron un guiño y una seña con el dedo pulgar levantado, ya sabían lo que vendría.

Sin que le diga el entrenador, Alex se puso de pie y a calentar; el director técnico le dijo que ya no lo haga, pues no había tiempo que perder, que pida permiso al árbitro e ingrese.  

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