Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 31: Renuncio ❤︎

En el día de mi angustia te llamaré,Porque tú me respondes.
Salmos 86:7

Estoy sentada en las escaleras de la puerta de su casa. Quizás han pasado dos horas, pero no quiero moverme.

He leído la biblia. La llevaba en el bolso. Pese al frío no quiero moverme de aquí. Es una locura pero, aquí le siento cerca. Su jersey me mantiene en calor. Y conserva su olor.

Vuelvo a abrir la biblia y releo las líneas:

Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Efesios 4:31-32

Cierro los ojos y oro. Pido a Jesús que me ayude a tomar la decisión correcta. Que dirija lo que debo hacer. Recuerdo su amor, su perdón, su bondad. Él perdonó mis pecados y me da nueva vida, llena la sed de mi alma.

Y yo. Sigo con mi orgullo,sin ceder.Escucho una voz atrás de mí. Me levanto con la biblia en las manos.

- Ashley,entra que está helando

- Hola doña Mercedes

- Vamos, vamos

Abre la puerta por completo y me obliga a entrar. Guardo la biblia en el bolso.

- ¿Qué leías?

- La Biblia

- Víctor también.

Mi corazón bota al oír aquello. Él siempre ha amado a Dios, es un chico bondadoso y lleno de amor. Me abrigo aún mas con su jersey.

-Sientate -ordena y obedezco. Mira mi atuendo con desaprobación.

Me recuerda a Rose por su baja estatura y su autoridad. Quizás por eso Víctor la quiere tanto. Sin embargo hay algo diferente en ambas, Mercedes es seria y expresa su opinión entre comentarios sutiles; Rose es dulce y directa. Y lo más importante, tiene a Dios. Las cosas cambian cuando las personas se dejan guiar por Jesucristo, tengan la edad que tengan.

- Voy a ordenar que nos sirvan un té ¿De que lo quieres,Ashley? - pregunta sentándose frente a mí.

-Poleo menta

-Buena elección. Yo de frutos rojos querida. Y llama a Víctor por favor- dice a su ama de llaves que ha aparecido de la nada.

Ambas quedamos en silencio. Ella siempre a cuidado a su nieto, la conozco desde hace muchos años,pero nunca habíamos hablado más de un minuto. Impone respeto.

-¿Qué pasa entre Víctor y tu?

-Yo...

-Ha cambiado mucho desde que está contigo. Va a la iglesia, no sale por las noches,no llega borracho. Os habéis ido de vacaciones juntos, incluso te ha pedido matrimonio.

-No creo que haya sido yo. Creo que ha sido Jesucristo

Me mira extrañada. Carraspea.

—¿Jesucristo?

— Sí. Nuestro único Dios y salvador

—Ya...me ha hablado de eso pero no creo mucho en esas sectas

—No es una secta. La biblia dice...

—Sí, sí. Pero eso no es lo que te pregunto ¿Cómo lo lograste?

—Dios llega y cambia nuestra vida. Yo no he hecho nada.

—Bien. Si vas a hacer algo, no le hagas sufrir.

El ama de llaves llega con el té. Nos lo sirve en sepulcral silencio. Diga lo que diga la abuela de Víctor, yo ya he tomado mi decisión.

Bebemos el té hablando de trivialidades. Su forma de expresarse es refinada, como era de esperarse. Pero en su rostro hay más amargura que felicidad.

Escucho pasos en las escaleras. Cuando Víctor aparece en mi campo visual, mis ojos se humedecen de la emoción. El rostro de su abuela también cambia. Él logra dulcificar la expresión casta de ella.

—Ashley — pronuncia con lentitud. Peina su cabello revuelto y se alisa la camiseta.

— La he hecho entrar. Estaba afuera pasando frío.

Me mira con preocupación. Me abrazo al jersey que llevo puesto, el suyo.

—Yo... Estoy bien

—Seguro tenéis que hablar. Subid arriba a hablar. —impera y señala las escaleras. Ante tal orden, Víctor no puede negarse.

Me levanto de la silla, con un gesto me indica que pase primero. Subo las escaleras, supongo que vamos a su habitación. Sé de memoria donde está.

Cierra la puerta cuando ambos estamos dentro. Ajusto el primer botón del jersey que huele a él.

Veo su pared derecha, hay un mural lleno de fotos nuestras. Llevo casi un año sin entrar aquí, ese lugar es nuevo. Algunas fotos están por el suelo. Supongo que debe haberlas arrancado.

Me giro y nuestras miradas se encuentran.

— No quiero que renuncies a mí. Y no quiero renunciar a ti.—digo caminando hacia él.

—Ashley. Ya no más

Su expresión me destruye por completo. Un nudo enorme inunda mi pecho.

—Por favor — suplico desde lo mas profundo de mí. Se lleva una mano al cabello y cruce los labios.

—Lo hemos intentado mucho y no funciona.

— Sí. Porque vivía solo para mí.  Ahora vivo para Jesucristo. Sé que mi vida es suya y que como dijiste quiero hacer las cosas bien.

—¿Estas segura de tu decisión ? No quiero que sea algo desesperado Ash, esto es...

—Tome la decisión hace un tiempo. Es real Víctor.  Quiero casarme contigo y cuidar juntos a Valentina. Mi orgullo quiere vencerme pero leyendo la Biblia he aprendido que la clave es el amor.

—Ash...

Las lágrimas sale y me acerco. Toco con mis dedos su mejilla y sollozo. No quiero perderle.

Por favor Jesús ayudame

Siento mi corazón salirse. Debo hablar pero decir lo que siento es muy difícil para mí.

— Te amo — pronunció y sus ojos se dilatan. Es la mirada mas romántica que jamas alguien me había dado —  Pero no sé como demostrártelo y se me da fatal perdonar.

Camina hacia mí acortando la distancia. Mi mano se separa de su rostro.

— Víctor — sigo— Estaba confundida. Estoy confundida aún. No se como expresarlo pero quiero un hogar. En lo profundo de mí sé que lo quiero pero tengo miedo de que no funcione.

—¿Lo dices por Valentina?

—Por ti, por ella ...yo

Suspiro. Mis labios tiemblan. Le miro a los ojos.

—Quiero a mi niña y  te quiero a ti. Te perdono. Perdono tu engaño y espero que me perdones por lo que ocurrió el día que Valentina nació, por todo lo que pasó después. Por mis malas actitudes por abandonarla, por despreciar tu amor... Yo  no debí...

—Te perdonaría siempre pero ahora me asaltan tantas dudas. Ashley dime la verdad ¿Me quieres?

El corazón se me encoge ante la mirada depresiva que muestra. Me acerco y cojo sus manos. Sus ojos me observan con cariño. Sonrío y afirmo con la cabeza.

—De verdad te amo. A nadie querré como a ti

Su mirada me derrite completamente. Aun tengo sus manís entre las mías. Sonríe y habla :

—Te perdonaría todo un millón de veces. Eres el amor de mi vida, Ashley

Una lágrima de felicidad se resbala por mi rostro.

—Dios es bueno con nosotros— pronuncio. El agradecimiento no cabe en mi pecho.  Esto parecía completamente imposible hacia unas horas.

—Así es. Sino, yo ya habría renunciado a ti

Besa mi frente. Permanece unos  instantes así. Vivir esta realidad es mucho más apasionante que mi vida anterior. Siento tanta paz y tanta alegría que no cabe en mi pecho.

—Tenemos que hablar con Charlotte— digo pensando en mi hermanita sonriendo al ver a mi  niña.

—Lo difícil va a ser hablar con mi abuela — murmura Víctor intentando no reírse.

Me separo y nos miramos, se carcajea.

—Y  con tu tío, te matará. Aún no nos hemos casado  y él es muy tradicional.

—Mi tío ya lo sabe

—oh.

—¿Y que piensa ? —pregunto.

— Preparemos la boda cuánto antes ¿Un mes será suficiente?—me responde con otra pregunta.

-¿Un mes y medio? Así desfilará Valentina Copper —sugiero.

—Valentina Copper Ramírez

***

—¿Así que el bebé no había muerto ?—- pregunta Charlotte sentada en la cama de mi habitación. No se cómo llegó a esa conclusión, pero al no decirle nada sobre Valentina no era difícil imaginar eso.

— No queríamos preocuparte diciéndote que estaba en el hospital.— dice Víctor con ternura.

—¿Entonces soy tía?

—Sí

La niña se abalanza sobre Víctor. Y él se ríe. Da vueltas con ella en brazos. Mister calabaza tiene un don con los niños. Hasta a Mike le cae bien.

—Pero aún no puedes decírselo a papá. Se lo diremos nosotros

—¿Qué no puede decirme?

Mi padre se asoma a la puerta de mi habitación. Tiene los brazos cruzados. Mi corazón de acelera de temor. No se cuál es la forma correcta de explicar lo ocurrido.

—¡Eres abuelo! — dice Víctor dejando a Char en el suelo y levantando las manos como si estuviese en un espectáculo. Mi estomago se encoge al escuchar decirlo de esa manera.
Voy a matarle 

—Esto eh...papá...—intento acercarme y hablar.

Charlotte salta hacia sus brazos diciendo que es tía. Él está pálido. Temo que se caiga. Ni siquiera sostiene a Char, ella se agarra a él como un mono.

—¿Estas embarazada ? Pero ...vosotros... EH...—balbucea sin saber que decir. Charlotte se suelta.

—No, no. Ya ha nacido—dice Víctor y le miro con rabia. Creo que está tan emocionado que ni se da cuenta de que mi padre está en shock.

Papá se tambalea  y corro a ayudarle pero Pilar le agarra por detrás. Él la mira con preocupación.

—¡Felicidades!—suelta ella y sonríe. Luego Pilar me mira con aprobación. Mis ojos se cristalizan al sentir su apoyo.

— ...eh...pero como ...—  balbucea mi padre  mirando a su esposa. Ella mueve la  mano restándole importancia ñ y se ríe.

— ¡Ignacio! Tú sabes cómo. Felicita a tu hija, está comprometida y tiene un hijo. ¡Serán felices!

—Una niña, Valentina Copper Ramírez

— Copper Ramírez —repite mi padre parpadeando.

Y entonces, sonríe.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro