porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.
Juan 4:18

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Se que ya lo dije pero... Amo al bebé bostezando ✨🦋💫💓🐥💛🤰💖💕💙💜💚💟💢💥💌

Pilar entra. Estoy tumbada en la cama temblando por el terror de imaginar a mi niña llorando. No puedo moverme. Era una nena. ¡Una pequeña princesa!
La conversación del número desconocido era de  Javier. Y no ha arreglado nada. Me ha explicado que tras irme del restaurante  logró ver a Víctor y aunque no le conoce me ha aconsejado que le dé otra oportunidad. Es injusto.

—Te he traído...—comienza Pilar. Un sudor frío recorre mi frente. Escucho un llanto agudo.

—No quiero nada.Vete.

—Estás temblando

—Tengo frío

—Está puesta la calefacción y tienes una mata gruesa, Ashley es primavera y ...

—Vete

Por primera vez en su vida no me escucha. Me quita la manta y se lleva una mano a la boca jadeando.

Con horror observo dónde está mirando y veo mi camiseta sangrando. La levanto. La cicatriz sangra. Luego mis ojos se diriguen a Pilar.

—No digas nada a papá, por favor—suplico.

—Hay que ir al hospital ¡Ya!

***
En el hospital  no drenaron la herida pero me dieron antibióticos. Me dan el alta en unas horas pero piden que me cuide. Estos días apenas lo he hecho. Cada ciertas horas debo tomar el antibiótico sin falta, sino drenarán la herida cosa que prefiero que no suceda. Es 27 de marzo así que han pasado seis días desde el nacimiento de mi hija.

Pilar me acompaña hasta el coche y se sienta en el asiento del conductor. Me siento a su lado. Pienso en salir corriendo pero me duele demasiado la espalda como para hacerlo.

—Explicamelo todo

—Tuve apendicitis cuando estaba de vacaciones y...

—Es una cesárea. ¿Donde está el bebé?

Quedo en silencio. Puedo seguir con mi mentira pero recuerdo que ella tuvo una cesárea con Mike y sé que no creerá nada de lo que le diga. Cambio de estrategia.

—No tengo que contarte nada.

—¡Oh sí! Si no quieres que le cuente a tu padre deberás decirme todo lo que ocurrió

— Lo di en adopción. —acorto y ella jadea. Se lleva una mano a la boca.

—¿Víctor estaba de acuerdo con eso?

—No. Por eso terminanos.

—Supongo que el bebé era de él.

—Sí

—¿Y estás de acuerdo con la decisión que tomaste?

—Sí.— afirmo pero tengo ganas de llorar.

— Víctor debe estar debastado ¿No podía quedarse con la custodia?

—No.

—Ay Ashley...

Quiero reírme con sarcarmo. O gritarle que yo también estoy sufriendo. Quizás salir corriendo. Pero, no hago nada de eso.
Pienso en mi hija. Debe de haber alguna forma de verla.Solo necesito eso, despedirme.

***

—¿Acaso no hay opción a la adopción abierta?

La asistenta de servicios sociales que ha llevado mi caso apenas se muestra amable. Bosteza.

—las cláusulas se hacen antes de firmar la renuncia de la potestad

—¿Y si la familia adoptiva acepta el contacto con la madre biológica?

—No es el caso. La familia solicitó expresamente que no deseaba ningún tipo de contacto.

—¿Ya la han adoptado? Solo han pasado seis días

—Hay muchas familias esperando.

—Sé que cuento con un periodo de 6 semanas hasta la renuncia de la tutela

—Es así pero usted cedió la tutela al estado

— pero debe de haber alguna forma de despedirme. De verla una vez.

—lo siento mucho. Sepa que su hija tiene una familia que la ama. Estará bien —explica. . Su tono  demuestra que algo oculta. No me fío de ella.

— ¿Podrías informar a la familia adoptiva que he llamado?

—Claro —dice. Y cuelga. Mi alma se rompe cuando tiro el teléfono sobre la cama y me tumbo en ella. Si tan solo pusiese verla una vez.

***
Si no puedo recuperar a mi hija por lo menos voy a hacer pagar caro a quién fuese que me ha difamado con el vídeo.

Camino por los pasillos vacíos. No pienso llegar pronto a esta clase. Cruzo un pasillo pequeño en el que hay un banco viejo. Allí se contacta con el dios de la mafia.
Llego  hasta el mismo demonio. Me mira con fuego en sus ojos y una sonrisa perversa.

— un placer verte de nuevo muñeca

—Vengo por información— suelto directa. Kek levanta ambas cejas y hace un gesto burlesco.

— No vendo noticias

— Haz una excepción

— Tampoco hago excepciones

—¿Cuánto quieres?

—¿Cuánto estás dispuesta a dar?

Observo a mi alrededor. Está despejado.Esta zona apenas es transitada.

—Lo que quieras

—Ya me han dicho eso antes y no han cumplido.

—¿Qué quieres?

Por la forma en la que se ríe sé que lo que pedirá será más macabro de lo pienso.

—Un favor

—¿Cuál?

—Un favor indeterminado. No tiene fecha de caducidad ni límite. Cuándo lo necesite te lo exigiré.

—Si me pides dos millones de euros será imposible. No los tendré ni en diez años — bromeo.

—No me refiero a dinero, muñeca

—¿Me pedirás un baile de stripper en cinco años?

—Puede

—Lo que me pides es morir en tus manos cuando quieras

—Quizás tu contacto me venga bien. Solo eso.

Bufo. Le necesito. Quizás en un futuro lo que me pide me cueste la vida pero ¿Acaso importa? Mi vida ha dejado de tener sentido. Soy un barco a la deriva.

Sin brújula, Víctor.
Sin luna, mi bebé.
Sin tripulantes, mi familia y falsas amistades.

—Vale. Te guardo un favor sin fecha de caducidad. Solo dime quién fue.

—lo quiero por escrito —dice.

—¿No te fias de mi palabra?

—Sabes la respuesta

—Bien.

Camino hasta la taquilla. Kek me sigue.
Saco un cuaderno y escribo el contrato colocando la fecha en la parte superior. Firmo. Le entrego el bolígrafo y firma a mi lado.
Arranco la hoja y se la entrego.

—¿Contento?

—Con esto servirá

—Ahora dime quién es

Pienso en los posibles sospechosos. Inés,Bryan, Juan,Joaquín, Meredith.

— Quizás te sorprenda

—No lo hará

—Es Bryan

Mi cuerpo emana calor de la rabia tan intensa que siento.

— Quiero acabar con él.

Paseo de un lado a otro del pasillo. Kek me mira pero no hace ningún gesto.

—¿Cómo estás seguro de que es él?

— Tú decides si me crees o no.

— Te creo pero...es absurdo.

— Simple: Celos. Está obsesionado contigo y tú elegiste al zanahoria.

— Ya veo... No se te escapa nada

—También sé que estuviste embarazada

—¿Cómo?

Se ríe y la cicatriz de su rostro se marca.

—Lo sé todo

—¿Se lo has dicho a alguien ?

—A nadie

Permanezco en silencio y me llevo una mano al rostro. Estyo temblando de la ira.

—Sería un placer vengarme de él

—No. Debo trazar un plan.

Cruza los brazos y sonríe moviendo la hoja con mi firma en el aire. Un pacto con el demonio.

—en todo caso muñeca, es un gusto  hacer negocios contigo.

***
Escucho el llanto de un bebé. Suena intenso en mi oído. Me levanto sobresaltada y quiero gritar.

Me peino el cabello con los dedos temblorosos. Son las cuatro de la madrugada. Me asomo a la ventana pero no se ve nada.

Esto es terrorífico. Solo quiero que se detenga la culpa, que las pesadillas terminen y no volver a oír los gritos de un bebé jamás.

Respiro hondo. Necesito hablar con alguien pero tras lo último que me dijo Javi, no es una opción.

Cierro los ojos y vuelvo a tumbarme. Me imagino a mi nena y sollozo.

Jamás pensé desear tanto a mi hija. La desprecié cuando podía tenerla y ahora amaría acunarla entre mis brazos.

Agarro mi teléfono y reviso las redes sociales pero no hay nada interesante.
Una lágrima cae. Un estado de Sharon llama mi atención. Es un vídeo.

Un señor habla con un micrófono en su mano. Le escucho.

— mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

»La mujer en el pozo oyó las palabras de Jesús pero en el principio no las entendió. Tuvo que escuchar atentamente para comprender lo que significaba el agua. Jesús no le hablaba del agua física sino del agua que necesitaba su alma. Podemos alimentar nuestra alma de cosas pasajeras que nos den felicidad. Podemos disfrutar de la euforia en las fiestas, la adrenalina de  los deportes, el cobijo de los buenos amigos, la intensidad del amor romántico pero jamás esas cosas lograrán llenarnos. Porque nuestra alma tiene sed. Una sed profunda que  no se sacia con  esas  aguas extrañas. Al final siempre tienes más sed, no se llena. Y lo peor, Por la noche esa sed se vuelve agónica, desesperante.

»Jesús sabía que ella sufría. Ella buscaba llenar su alma con pasiones y emociones fuertes. Tuvo seis hombres con los que se acostó pero  no se casó con ninguno. Ellos no llenaron su vacío. Tenía mucha sed. Y cuando llegó Jesús su vida cambió. La palabra de Dios llenó su vida de alegría y su alma fue una fuente para otros. Corrió a hablarles a otros de Jesús.

No sé por qué pero estoy  llorando. Y no puedo parar. Es como si supiese que Jesús está aquí. Para darle agua a mi alma sedienta. Dejo el teléfono y me encojo en la cama como una niña. Mis piernas se flexionan e intento no llorar.

Él era todo lo que necesitaba. No sé que decir. Ni sé como se ora. Intento decir dos frases pero las lágrimas no me dejan ni pensar.

—Jesús —susurró—Debo ser muy pecadora, he estado con más de seis hombres pero...tengo sed. Y no quiero que mi alma vuelva a sentir sed ¿Qué debo hacer? 

***

El teléfono sonando me despierta.Es sábado. Miro la hora ¿Quién llama a las nueve de la mañana?  El número es desconocido.

Agarro el número para colgarlo pero me equivoco y contesto.

—Dios te bendiga

Salto de la cama y me acerco el teléfono al oído

—¿Rose? ¿Eres tú?

—Sí, soy yo

***

Ashley :

Habla con ella

La cuelga. Tiene miedo de que descubra la verdad