Capítulo 20 : Tu decisión ❤︎
tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.
Eclesiastés 3:8
Corro hasta la playa.Son las 00:13 de un 1 de febrero. El día que Víctor me ha rechazado.
Llego hasta la orilla envuelta en lágrimas. La oscuridad es profunda y el sonido de las olas impetuosas impone.
Caigo sobre la arena y recuerdo todas las veces que he caído.
Apenas puedo mantener mi espíritu en pie y cuando lo hago es para volver a caer. Una y otra vez.
Cierro los ojos. Agradezco que mi bebé vaya a tener una familia que lo quiera. Porque commigo sería completamente infeliz.
Agarro la arena con ganas de gritar.
- ¡Estás loca! ¡No hagas tonterías! - grita el pelirrojo detrás de mí.
Giro el rostro y noto su respiración acelerada.
-¡Imbécil! ¡Ahora ve a gritarle al mundo que fui yo la que me lancé sobre ti!
Tiro arena a ambos lados. Le odio.
-Ash...
-¡Nada de Ash! ¡Lárgate y dejame tranquila!
Se acerca pero no me toca. Se sienta a mi lado. Yo sigo tumbada.
-¿Quieres saber quienes son mis padres y dónde están?
-¿Qué? - me siento, sorprendida por lo abrupto del tema. Pero la curiosidad puede conmigo. Me siento en la arena y limpio mis manos sobre la ropa.
-¿Quieres saberlo o no ?
-¿Y eso que tiene que ver con ...?
Con tu rechazo
Pero no digo nada.La frase queda suspendida en el aire y completa en mi mente. Mi corazón late desbocado por la rabia.
-Debo decírtelo. Es importante para mí que lo sepas - explica con cierto cariño.
-Está bien. - digo. La curiosidad me mata, no se nada sobre sus padres.
-Mi padre nació en Gales. Se llama Dylan Copper. Mi madre es de aquí. Se llama Raquel caballero... Se llamaba
-Lo siento yo ...
-No está muerta.-aclara- Ahora se llama Raquel Copper
-¿Se casó con tu padre?
-Sí.
Una brisa congelada atravesó mi rostro. Agradecía haber bajado una bufanda. Me acerco a Víctor, él observa el mar.
-¿Eso es bueno, no?
-Para ellos sí.
Me sorprende su comentario. Para mí hubiese sido una alegría que mis padres aún estuviesen casados.
- Mi madre se quedó embarazada de mí cuando fue a Gales a acompañar a mi tío a un viaje de negocios. Luego, nací yo. Mis abuelos y mis tíos me brindaron todo el cariño que tenían. Mi madre no era feliz
-¿Por qué? -interrumpí.
- Ella estaba enamorada de mi padre y él apenas la hacía caso por aquel entonces. Se dedicó a viajar conmigo hasta encontrarlo. Lo conoció en Gales pero él vivía en un pueblo perdido. Los primeros cuatro años vivimos con mi abuela, después comenzamos a viajar hasta los seis.
-creo que nos conocimos a esa edad
-Recuerdo el primer día que te vi. Tenía siete años. Llevabas dos coletas negras y te tiré de una de ellas. Agarraste tu bolso y me lo lanzaste. Se me hinchó la frente
-Te lo merecías -me río. No recuerdo ese momento pero sé que no miente.
-Ese verano me fui a casa de mi abuela, como cada año. Mi familia materna estaba preocupada por mi educación. En seis años, no había ido al colegio. Mi madre solo quería encontrar a mi padre así que mi tío que ya tenía un buen capital decidió ayudarla y contrataron un detective privado.
-¿Y se casaron?
-No fue tan así... Resulta que Dylan, mi padre. Estaba comprometido
-¡Oh!
-Mi madre quedó devastada y por años estuvo en depresión. Yo vivía entre la casa de mis tíos y de mi abuela. Y ya iba al colegio.
- No lo sabía.
-No hablo de ello
-Resulta que aún así mi madre quiso ir a verle y en fin...confirmaron su amor, él dejó el compromiso y decidió casarse con ella
-Bonita historia de amor ¿No te fuiste a vivir con ellos a Gales?
-Hubiese sido lo más lógico pero no. Mi tío dijo que veía potencial en mí. Decidió pagar a mis padres para que me dejasen en este país y así tener una buena educación para llegar a ser tan exitoso como él
-Aceptaron
-Sí. Me cambiaron por dinero. -sonríe fingiendo indiferencia - Pero bueno, por lo menos mi abuela me quiere
- Sí...
- y mis padres, todo por mi bien, claro. Por mi educación...- ironiza. Pienso en lo difícil que tuvo que ser para el consolarme por el divorcio de mis padres. Seguro el deseaba que los suyos se divorciasen para poder estar con su madre. Me estremezco.
-¿Por eso a los trece fuiste al internado? -pregunto con cariño agarrandome a su brazo.
-Sí. Después de terminar primaria me enviaron a un internado. Al año siguiente fue Iván. Sin él, me hubiese vuelto loco.
-Me dijeron que siempre te metías en problemas
-Sí. Todo el tiempo.
-Me alegra que... Nos hayamos vuelto a reencontrar en el mare nostrum. -pronuncio con total sinceridad y me mira. Estamos muy cerca.
-Si te aparté no fue por rechazarte
Su explicación me deja un sinsabor en la boca. Suelto su brazo y me aparto de él. Observo el imponente mar, da miedo.
-Víctor...
-Quiero que sepas que nunca fingí
Nuestros ojos se encuentran. Se acerca.
-¿Lo que sientes es real? -pregunto.
-Te quiero - dice. Vuelvo a ver lo vulnerable que está, como la primera vez que se declaró. - No tienes que responder. Solo quiero expresarte lo que siento
Sonrío.Me levanto y caminamos de vuelta al apartamento en completo silencio.
***
Víctor ha actuado con normalidad desde su confesión pero yo no puedo. Cada vez que está cerca me pongo nerviosa. Y lo detesto. Desde Ian no había sentido mariposas con nadie. Ni siquiera con Iván aunque le amaba.
Mi mente vuelve a míster calabaza, está siendo caballeroso y dedicado.
Te quiero
Eso había dicho.
-¿Cómo estás? -pregunta con una taza en sus manos.
- Bien.
-Voy a ir a la iglesia.
- Yo...- pienso. Víctor no insiste solo asiste puntualmente pero sé que puedo ir con él. Su cambio me impacta. Habla y actua tan diferente... Me observa.
- Dime
- Quiero ir contigo
Sus ojos brillan. Lleva meses intentando que vuelva y hasta ahora no había querido.
-¡Claro!
***
El templo está igual a como lo recordaba. La primera que me saluda es Frida. Transmite calma. De alguna forma me cae bien aunque apenas la conozco.
Hoy predica el pastor y la incomodidad vuelve porque dice cosas que tienen que ver conmigo.
Habla acerca del perdón de pecados. Y como Dios perdonó los nuestros. Explica la historia de una mujer que lloró a los pies de Cristo.
Lo veo tan machista que me repulsa. Tuerzo la boca con desagrado. El pastor dice una frase que descoloca mi mentalidad preconcebida.
-Aunque la cultura de la época menospreciaba las mujeres, Jesús mostró su valor. No era válido que ninguna mujer se acercase a un hombre y menos en un banquete. Pero Jesucristo no hace acepción de personas ni por sexo o raza. Él nos mostró a través de aquella mujer el valor que ella tenía y la importancia de perdonar. Dios perdonó los pecados de ella. Pero ella tuvo que perdonarse a si misma.
»La escritura dice:
𝐏𝐨𝐫 𝐥𝐨 𝐜𝐮𝐚𝐥 𝐭𝐞 𝐝𝐢𝐠𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐮𝐬 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐜𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐥𝐞 𝐬𝐨𝐧 𝐩𝐞𝐫𝐝𝐨𝐧𝐚𝐝𝐨𝐬, 𝐩𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐚𝐦𝐨́ 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨 ; 𝐦𝐚𝐬 𝐚𝐪𝐮𝐞𝐥 𝐚 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐬𝐞 𝐥𝐞 𝐩𝐞𝐫𝐝𝐨𝐧𝐚 𝐩𝐨𝐜𝐨, 𝐩𝐨𝐜𝐨 𝐚𝐦𝐚.
𝐋𝐮𝐜𝐚𝐬 7:47
»¿Cuanto no nos perdonó Cristo? ¡Muchísimo! Por eso nosotros le amamos y le servimos con toda nuestra alma
La prédica termina. Víctor pasa al altar y se arrodilla. Yo me quedo en la silla. Cierro los ojos y oro. No se muy bien que decir así que solo digo que deseo ser buena persona.
Aún no se si arrepentirme sea lo que quiero.
***
Víctor camina en silencio. Abre la puerta del apartamento.
- ¿Qué te pareció? -pregunta yendo a por agua. Coge un vaso y abre el grifo, lo llena de agua.
-Bien. Me gustó.
-Debo decirte algo -digo
Se sienta en el sofá con el vaso en una mano y bebe. Deja el vaso y me observa. Parpadea y se cruza de brazos con expresión seria.
-Te escucho
Callo unos segundos. Cierro los ojos y los aprieto. Cojo aire y lo suelto.
-Te quiero Víctor.
-¿Qué?
Abro mis ojos y los suyos se agrandan. Se lleva las manos a la cabeza y luego se frota los ojos. Se levanta y se apoya en la pared. Camina hacia un lado y luego se detiene.
-No te escuché bien
- Te quiero
-Espera ¿Me quieres?
Me carcajeo. Quiere que lo vuelva a repetir. Se remueve el pelo, parpadea un par de veces, sus pecas se mueven. Se ve adorable.
-Sí, tonto. Te quiero.
Se separa de la pared y se acerca a mí. Se sienta.
-Ash. Si te aparté aquel día fue porque te respeto.
-Yo acepté. Te besé yo
-No voy a tener relaciones hasta que me case. Y no quiero desobedecer a Dios... Es por eso que preferí irme.
Estoy tan admirada que no puedo creer que lo esté diciendo de verdad. Pero, necesito confirmar algo antes de aceptar mi primer noviazgo tras mi amor de verano.
-Tengo que preguntarte una cosa
-Lo que quieras
-¿Te has enamorado alguna vez? Aparte de mí
Se pasa la mano por la sien. Su rostro se vuelve serio, cruza el ceño.
-¿De verdad tienes que preguntar eso? -dice molesto.
-Nunca hago lo que debo
Me encojo de hombros. Por mi propia tranquilidad necesito una respuesta.
-Lo sé
Me mira y revuelve mi pelo como si fuese una niña.
-Eres un incordio ¿Lo sabes?
-Así me quieres-digo con orgullo acercándome a él.
Víctor :
Responde
No responde
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro