Capítulo 15: Año sabático ❤︎
Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.
Hebreos 13:4
19:30 pm
—Doña Gema es un placer volverla a ver —pronuncia Víctor. Mi madre sonríe pletórica.
No puedo negar que puede llegar a ser un encanto cuando se lo propone. Su picardía mezclada con simpatía y educación le hacen el yerno perfecto. Pero todo es falso. En el fondo, es un embaucador.
Ellos hablan como si se conociesen de toda la vida.
—¿Has visto lo hermosa que es mi hija? Tiene mi mismo color de cabello. Aunque los ojazos de su padre. Has elegido bien.
—Es cierto que es bellísima. Pero lo más hermoso que tiene es su alma.
Mi corazón se acelera al oír esas palabras. No puedo negar que aunque no lo diga en serio, mi autoestima aumenta con lo que dice.
—¡Wow! ¿Oíste? —Mi madre me da un codazo y carcajea.
Sonrío. Una sensación extraña me invade. No sé porqué, pero recuerdo a Pilar. Ha ocultado el vídeo. Me ha encubierto.
Fijo mis ojos en Gema, mi madre. Recuerdo el día que me dijo que se iría de viaje y volvería pronto. No volvió.En realidad nunca estuvo cuando rompieron mi corazón, cuando estaba enferma, triste,cuando tenía resaca…
Pilar sí estuvo. Trago saliva y sonrío cuando dice algo que no entiendo.
Víctor nota mi expresión y se coloca a mi lado. Me da la mano.
—Todo irá bien —susurra, pero miente.
No deseo que lo que llevo en el vientre sienta soledad. Quiero que tenga una familia que lo ame y lo cuide. Porque yo no puedo ser buena madre. Ni quiero serlo.
***
2 de Diciembre
17:09 pm
Quizás lo que más temo de todo esto es hablar con mi padre. Porque ya estamos en diciembre. Víctor ha insistido en que para que sea creíble, debemos estar los dos. Le he dicho que no venga. Pero, aquí está.
Víctor entrelaza nuestros dedos bajo la atenta mirada de mi padre.
Desde que le conoce nunca le había visto tan serio con el pelirrojo.
Se supone que vamos a vivir juntos y yo haré un año sabático. No sé hasta qué punto nos creerán.
—Veo que estáis juntos. Sois novios, supongo.
—Sí —comienzo. La mano de Víctor suda y quiero desprenderme de ella, pero la aprieta más. Su rostro se ve tan pálido que decido continuar—. Y hemos venido a hablar contigo porque tenemos algo que decirte.
—¿Estás embarazada?
—¿Qué?
—Es lo único para lo que los jóvenes se reúnen con sus padres. Nunca antes me habíais presentado a un novio.
Se cruza de brazos y se apoya en el respaldo de la silla. Carraspeo y me preparo para lo que voy a decir. Debo creerlo.
—No es por un embarazo. Víctor y yo tenemos algunos planes....
Aprieta mi mano. Le observo y asiente. Comprendo que quiere anunciarlo él así que callo.
Estúpido.
—Señor Ramírez. Ashley y yo tendremos un año sabático. Queremos conocer el mundo, ahora que podemos.
—Víctor, solo os queda un año. Os recomiendo considerarlo. Además ya he pagado la matrícula del curso, es inaceptable.
—Lo sé. Le devolveré todo el dinero de la matrícula de Ashley. —afirma.
¿Qué?
—¿Cómo? ¿Se lo pedirás a tu tío?
—No. Tengo un buen capital gracias a las inversiones de estos meses. Capital propio.
—Aun así, es precipitado.
Mi padre me mira. Yo sé que tengo que dejar este año la universidad y volver el año que viene, pero no sabía que Víctor también lo haría.
Sonrío ocultando mi sorpresa y hablo.
—Papá. Con Víctor a mi lado, estaré bien.
Lo digo por él, siempre ha sido muy conservador. Cree que necesito un protector, como él y Pilar.
—Señor Ramírez. Estoy completamente enamorado de su hija y queremos disfrutar de nuestra juventud.
—Ni siquiera estáis casados. No me gusta.
Hace una mueca de disgusto.
¿En serio piensa en su reputación?
Si supiese…
—Papá.
— Solo le pido unos meses. Prometo traerla sana y salva.
—¿Cuándo os vais?
—En una semana —anuncio. Víctor quería que saliéramos mañana, pero yo no puedo. Dejar todo atrás me aterroriza. Apenas puedo dormir con las pesadillas y no creo que vivir con Víctor mejore lo que siente mi alma.
Mi padre, el gran Ignacio Ramírez, suspira. Observo su rostro contraído por la emoción. Sus ojos están cristalizados y yo no puedo sino asombrarme.
—Como le hagas daño… Te mataré —amenaza—.No me importa quién sea tu tío.
No bromea. Me mira como si fuese una joya y sonríe. Se levanta.
—Sed muy felices —finaliza. Sé que no quiere que veamos sus lágrimas. Víctor me mira con una sonrisa y besa mi frente.
—No voy a hacerle daño. Quiero cuidarla.
Pero miente. Lo sé, porque mi corazón se rompe por completo al imaginar nuestro futuro. Todo es falso.
Tan falso que parece ideal.
***
3 de diciembre
18:00pm
Víctor lee un libro tumbado en mi casa.
Hace unos meses todo esto me hubiera parecidoinverosímil. Si alguien me hubiera contado que esto sería posible no lo hubiera creído. El pelirrojo junto a mí y yo soportando su presencia en absoluta tranquilidad mientras empaco ropa en una gran maleta.
—¿Qué lees?
—Proverbios.
—¿Chinos? Déjame ver...
—No, la Biblia.
—¿Eh? No me digas que Sharon te convenció también de seguir esa religión... al final todos los VIPS nos volveremos santitos.
—Nadie me convenció.
—¡Oh perdón! Seguro fue Iván.
—Calla, Ashley.
—¿Hace cuánto estás yendo? ¿Antes o después de llamarme zorra?¿o cuando dijiste que soy exclusivamente tuya?
Pasa la página.
—Dime ¿Cuántas veces has ido?
—Tres... —murmura entre dientes.
—Ya sé porque estabas tan tranquilo cuando te hablé de no tener sexo. ¡Serás un monje!
—Estoy leyendo...
—Para Dios el sexo es pecado —me carcajeo.
—No es pecado.
—¿No? Entonces podemos.
Me acerco coqueta y rozo con mis dedos sus labios. No me puedo creer que se resista. Agarra mi muñeca y me mira con indignación.
—¡Ashley! El sexo es la unión de cuerpo y alma a la otra persona. Y se disfruta en el matrimonio.
—Aburrido…
—Piensa lo que quieras, pero hasta ahora no me ha traído ningún beneficio hacer las cosas mal. Solo haré el amor cuando me case.
Su convicción es tal que mis ojos brillan de admiración. Sin entender porqué aquella frase es lo más bonito que he escuchado en un chico.
Ninguna otra palabra que pudiesen decirme superaría eso. Aunque yo no me casaría con él.
***
6 de Diciembre
19:00 pm
Víctor ha insistido tanto en que debo acompañarle a despedirse de su iglesia que he accedido. Nos vemos con regularidad aunque no hacemos nada juntos. Él lee ese libro antiguo y yo veo pasar la vida de los demás en las redes sociales. Anhelando no estar preñada.
Al menos, mi padre cree que estamos enamorados. Y Charlotte cada vez está más encantada con él. Cada vez que viene quiere enseñarle algo, sea una nueva canción en el violín, un poema en francés o cualquier tontería con tal de estar con él.
—Quedan solo unos días, pelirrojo.
— pelinegra, yo me voy mañana.
—¿A dónde?
Víctor coge mi mano. Si alguien nos ve, debemos ser lo más parecido a una pareja ideal. Ya los rumores sobre nuestro noviazgo han volado y para fomentarlos hemos comenzado a poner imágenes en las redes sobre nuestra relación feliz.
—A buscar nuestro piso —susurra cerca de mi oído. Me estremezco. Su voz suena tan grave que no puedo evitar sentirme atraída por ella.
—¿Tanto tardarás?
—Hay que encontrar un sitio poco concurrido por la gente de estatus y a la vez que sea solitario. ¿Comprendes?
—¡Claro! No soy tonta.
—No sé yo …
Le pego en el hombro. No deja de reírse.
Me detengo cuando veo a Bryan en la acera de enfrente.
Aprieto su mano con fuerza. Él mira a Bryan y tuerce la boca. Lleva audífonos y ni siquiera llega a vernos. Recuerdo sus miradas llenas de maldad. Cierro los ojos notando el mareo.
—¿Pasa algo?
—Solo un mareo.
—Estás muy pálida.
Sus ojos se posan en Bryan. Son amigos y juegan juntos en el club de golf. Lo detesto.
—¿Él te pegó?
—No hace falta hablar de eso Víctor.
—¿Te ha hecho algo?
Su expresión se vuelve dura. Quiero hablar, pero el miedo me enmudece. Bryan ha hecho cosas horribles, pero la vergüenza me inunda. No soy capaz de decir nada.
Se da cuenta.
Además, él debería de saber que difundió el vídeo con Iván.
—Oye. Puedes contarme.
¡Reacciona!
—No hay nada de qué hablar. Vamos a ver a los santurrones antes de que me arrepienta.
—Quizás algunas cosas de las que hagamos en la iglesia te parezcan... Diferentes a lo tradicional, pero te gustará.
—No lo dudo —ironizo.
***
19:49 pm
No diré que estoy aburrida porque no es así. Es entretenido estar aquí, pero aún más asombroso ver a Víctor intentando cantar.
La voz de Sharon es preciosa, sin duda no hay otra con su talento, pero me parece que lo desperdicia cantando para la caridad. Ella llena conciertos y, sin embargo, en este lugar canta sin que la paguen. Increíble.
El pelirrojo mira la letra en una gran pantalla e intenta cantarla.
Veo las palabras y algo dentro de mí se estremece:
Me perdonaste, me acercaste a tu presencia, me levantaste y hoy me postro a adorarte
No hay lugar más alto, más grande que estar a tus pies, que estar a tus pies.
Pasa el tiempo y el micrófono pasa a manos de un hombre no muy alto. Nos dice que nos pongamos en pie y abramos la Biblia. No tengo ni idea de cómo se busca algo en este inmenso mamotreto.
Víctor me ayuda.
—Ha dicho Mateo 18:35 y eso está en la mitad de la Biblia —me explica.
—No soy tonta, pero este libro está lleno de cosas y no entiendo el orden.
—Sé que no eres tonta.
Sonríe y cuando encuentra la página le arrebato el libro. Leemos.
—Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas —leo.
Cuando nos sentamos Víctor me observa y no puedo evitar sonreír. En verdad parece embelesado. Es un gran actor.
Comienza la prédica.
—Es difícil comprender por qué la gente hace tanto daño y ocasiona tanto dolor en otro ser humano. El pecado ha podrido de tal forma al hombre, que no solo se destroza sino que también hace daño a otros. Recuerdo en una ocasión como mis compañeros de universidad se burlaban de mí cuando me convertí al Evangelio. Decían que perdía el tiempo y que no disfrutaba la vida. Su rechazo me marcó y por mucho tiempo guardé rencor en mi corazón. No quería perdonar. Pero entonces encontré este versículo... Impactó para siempre mi vida. Dios ha perdonado mis faltas y me ha limpiado. Limpia cada día mi corazón y me moldea a su imagen. Todo lo que yo pueda perdonar a otros, no es nada en comparación con lo que Dios me ha perdonado.
Mis brazos se cruzan.La predica continúa sin embargo ya no presto atención. Lo dice con una facilidad que asombra. Sé lo que es el rechazo, pero ni loca perdonaría a Inés, a Bryan…
Luego cantan otra canción, pero ya no me levanto. A mi no me interesa que Dios me perdone y, por lo tanto, perdonar a todos los que han querido hacerme daño.
Cuando todo acaba Víctor coge mi mano. Sharon llega hasta nosotros.
—Dios te bendiga. ¡Que gozo tenerte aquí!
—Gracias.
—Bienvenida Ashley —pronuncia Lexy sonriendo con sinceridad. Iván se acerca. Agradezco que no esté cerca Leonor.
Víctor entendiendo mis pensamientos susurra:
—Leonor va a otra iglesia.
Cuando el rubio está frente a mí, Víctor aprieta mi mano.
Hablan con entusiasmo, pero me siento una extraña. Son mis amigos de la infancia, pero mi alma se siente lejana.
El pelirrojo me observa y aprieto los labios.
—¿No tenéis hambre? Podemos ir a la cafetería.
Caminamos. Resulta que fuera del recinto hay una cafetería que pertenece a la iglesia. Sharon camina frente a mí con elegancia. Siempre lleva esos vestidos refinados y tacones.
Se cree demasiado. No sabe lo ridícula que se ve siempre tan arreglada e impecable.
El frío me produce castañeo en los dientes. Aquella sensación me recuerda a la extraña e inaudible conversación que tuvieron en la cocina Víctor y mi padre tras contarle lo del año sabático.
¿De qué hablarían?
***
Ashley :
Descubre lo que habló Victor con su padre por sí misma
Lo descubre cuando Víctor se lo cuenta.
Bendicioneees
Ailanitaaa💓💓💓
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro