Capítulo 11: Inés ❤︎
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Mateo 5:7
7 de octubre
08:28 am
Se ríe.
—¿Eso es todo lo que sabes hacer? —habla el chico. Inés me mira con las mejillas alzadas. Burlándose.
—Víctor... —pronuncia con lentitud Iván. Me giro completamente y lo veo. Todo mi ser reacciona a su voz y no soy capaz de moverme. Aunque no sonría, la felicidad llega a sus ojos. Leonor.
Sus cabellos dorados están peinados hacia atrás con gomina. Lleva la chaqueta del uniforme con clase, una mano en el bolsillo y su expresión seria indica que está regañando a Víctor. Mi corazón se encoge.
Me obligo a mirar hacia otro lado para no derramar una lágrima.
Víctor se da la vuelta y camina hacia el rubio, Iván, que le mira con los brazos cruzados.
Me quedo sola.
***
10:30 am
Llevo dos horas sentada en la taza del wáter. De nada sirve asistir a clase si en realidad voy a abandonar el curso.
Sé firmemente que tras darlo en adopción volveré, pero ahora no tengo fuerzas para lidiar con ello.
Escucho unos pasos muy conocidos. Solo ella andaría en tacones con tanta firmeza.
—Sé que te encuentras aquí. Te vi entrar.
Mi amiga Sharon a la que todos llamamos reina es la chica más elegante de la universidad. Tiene un porte y una clase digna de la realeza, de ahí su apodo. Estudia psicología, quizás su único defecto sea su obsesión por su religión.
—Vete, reina.
—Sabes que no lo haré. Solicité salir al servicio para buscarte.
Abro la puerta y dejo que pase.
La cierra tras de sí, Se queda de pie frente de mí.
—¿Qué ocurre exactamente?
Me destroza ver a Iván y saber que jamás me pertenecerá.
—¿Has amado alguna vez?
Queda en silencio.
—¿Te refieres a una persona?
—Sí.
—No. Es un sentimiento muy profundo.
—Entonces no lo entenderías. Mi alma está fraccionada en millones de pedazos. No te lo puedes imaginar..
—Ashley…
—Tienes una reputación sin mácula.Tienes una familia estructurada y no te han destrozado el alma. No me digas que lo entiendes, ¡porque no tienes ni idea!
Se acuclilla frente a mí y carraspea mirando alrededor. Es un baño muy limpio, pero aún así noto su incomodidad.
—Vine a acompañarte. Aunque no lo comprenda como dices, quiero estar contigo.
—No te necesito. —Pero mi voz tiembla.
—Necesitas compañía.
—Sal, por favor.
—Sabes que cuentas conmigo. Cuando quieras podemos hablar.
—Estoy bien.
Seco mis lágrimas y me levanto. Abro la puerta dejando a Sharon sola.
***
10 de octubre
12:05 pm
Han pasado tres días y Víctor ha continuado como el año pasado. Nada ha cambiado.
Mi estómago arde. Se supone que esto es normal en éste periodo de embarazo, pero es muy molesto.
Calculo que estoy en el segundo mes. Es imposible que alguien sepa que estoy embarazada porque la falda del uniforme me queda igual que siempre.
Entro a la cafetería y me siento en una esquina, alejada de Lexy y Sharon que hablan con uno de los jugadores de golf.
La rubia, Lexy, voltea la vista y me saluda con la mano. Le dedico una mirada fría y se da la vuelta con tristeza.
He pedido un té y una tarta velvet, pero me arde el estómago nada más probarlo.
Este secreto está pudiendo conmigo. Y ahora comprendo porque Víctor me dijo que necesito ayuda.
Alguien coloca su mano en mi cabeza. Levanto la vista y una sonrisa burlona me mira. Aunque me colocase en pie, es mucho más alto que yo.
—¿Qué quieres, estúpido?
—Hola pequeñaja —se burla Víctor. Hasta ahora nunca se había acercado directamente. No entiendo porqué lo hace. Viene cuando quiere y se va cuando quiere. Detestable.
—Déjame.
Se sienta a mi lado. Todos nos observan. Somos la comidilla de la universidad. Fantástico. Todos saben lo mal que él ha hablado de mí. Y ahora, se hace el simpático.
—Te veo radiante.
—Si lo que querías era reírte de mí lo has logrado. Confié en ti y ¡Bravo! Me engañaste —susurro cerca de su rostro. Pese al silencio, sé que solo él llega a oírme.
—Oh nena, no tienes ni idea…
—Ve al desván con Inés y olvídame.
—Quizás a quién quiera sea a ti.
Le lanzo el té a la camiseta. Se levanta con las cejas levantadas y expresión perpleja. Yo siento como mi cuerpo arde de la rabia.
Sharon llega hasta nosotros.
—Víctor. No molestes a Ashley, déjala tranquila —le regaña.
—Reina ¡Mira mi camisa!
—Lo que ha hecho Ashley no es lo más adecuado, pero cierto es que viniste a provocarla.
—No necesito que me defiendas —murmuro mirando con énfasis a la joven de ojos verdes que intenta mediar entre nosotros.
Me levanto bajo la atenta mirada de todos los alumnos que cuchichean.
Con él o sin él. Daré en adopción a este bebé.
Camino hacia el enorme jardín y me siento en un banco.
El viento gélido de octubre cala mis huesos. Llevo la falda y la chaqueta del uniforme sobre la fina camisa. Las medias y los zapatos apenas calientan. Pienso en el té con rabia. Debido al embarazo tengo más hambre y la verdad sí me apetecía té de frutos rojos.
Pienso en el director al ver a su secretaria paseando por el jardín con un cigarro en sus labios. Es el hermano de Pilar y aún no entiendo porqué no ha hablado conmigo.
No para saber qué ocurre, sino para expulsarme.
Mi reputación ensucia su exquisito prestigio de alumnos sin mácula.
No porque los demás estén libres de pecado, sino porque el único video que se difundió fue el mío. Y además, Víctor hizo que todos se pusieran en mi contra.Recuerdo cada chico con el que he estado.
El primero fue mi novio de verano a los doce años, con el que perdí mi virginidad, Ian. Cuando acabaron las vacaciones nos separamos. Sufrí lo que era un corazón roto, aunque no con la intensidad actual.
Iván es el amor de mi vida.
El siguiente fue en el colegio privado, Malik. Tendría catorce años y fuimos amigos con derecho a roce casi un año. Cuando se enamoró, terminé con él.
No volví a tener novio, me negué después de ver como terminaron mis padres.
Entre los dieciséis y los dieciocho recuerdo que estuve con varios, pero no destaco a ninguno, cada fin de semana era uno diferente.
En el último año de bachillerato estuve con Javi, que fue el que más hondo caló, aunque fue cosa de seis meses. Y no me pidió ser novia suya, tampoco se lo hubiese permitido.
Cuando entré a la universidad y los VIP salíamos de fiesta, mis pretendientes subieron tanto que comencé a seleccionar los que más me gustaban. Pero en el segundo año me enamoré de Iván.
Víctor actúa igual, pero al ser hombre es alabado por ello.Injusto.
Lexy se sienta a mi lado en silencio y me entrega un vaso desechable con té.
—No quiero... —comienzo.
—Solo quiero estar aquí contigo. No quiero que estés sola —expresa con la ternura de una niña. Sonrío.
***
17 de octubre
08:31am
Una semana tras el incidente de la cafetería,Víctor ha dejado de molestarme,pero no de mirarme con interés. Baboso estúpido.
Ya no escucho murmullos sobre mí, pero si comentarios sobre el extraño comportamiento de Víctor. Agradezco que nadie quiera hablarme, al ser así ningún chico se acerca y no siento ansiedad.
El pelirrojo irritante pasa por mi lado.
— ¡Hey Ashley!
Le ignoro. Acelero el paso aunque mis cortas piernas no sirven de mucho. Me alcanza y agarra mi brazo. Un par de estudiantes nos observan. Las clases están a punto de comenzar y la impuntualidad es inaceptable.
No quiero entrar al aula aunque cualquier cosa es mejor que estar con él. La verdad debería abandonar esta universidad hoy mismo.
—Suéltame.
—Tenemos que hablar
— ¡Oh no! No hay nada que decir.
—Ashley por favor… Antes éramos amigos.
Escucho al dúo cuchichear. No se quiénes son pero he visto sus rostros varias veces. Me suelto del agarre del chico.
—No hay nada entre nosotros. Lo destruiste todo.
Camino alejándome de allí, pero Víctor me agarra por ambos brazos y me levanta.
Grito quejándome y él murmura. Es fuerte y yo apenas peso. Entra por la puerta del baño y me suelta.
Me empuja y quedo entre su cuerpo y la pared.
Levanta ambas manos a la altura de mi cabeza.
—No te muevas
***
Ashley :
Se aparta
Se queda
Bendiciones bellezas 💙💙💙
Pronto más y mejor 😏
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