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CAPITULO 2


  Minutos más tarde en casa de Niahm, con ropa seca y restregándose la toalla sobre el cabello para quitar las últimas gotas de agua, esperaba el chocolate caliente que se hervía sobre la estufa.

   —Aun no puedo creer como fuiste a dar a un charco de agua tan estúpidamente—se burló su hermana sentada a su lado.

  —Yo no le veo lo gracioso a esto—refunfuño Carman atravesándola con esos ojos verdes terroríficos.

   Cuando estuvo seca y llena de chocolate caliente telefoneo a su madre avisándole que se quedaría, hablo durante un largo rato intentando no hacerla llorar, era la primera vez que pasaría su cumpleaños lejos de ella, pero en vista de que no paraba de llover no podría volver.

   Al colgar le dio una mirada larga a Niahm.

   —Ya se le pasara—le animo esta—ya conoces a mamá.

   Sí claro, se le pasaría solo cuando cumpliera los diecisiete.

   —Niahm sí sales con que debemos jugar ajedrez con el abuelo—cambio el tema—te advierto que me iré a dormir de inmediato.

   —No te preocupes ya le escondí el tablero—ambas rieron al unísono por aquella travesura.

   Su hermana era terrible.

   —Nada me ha salido bien en todo el día—suspiro desanimada—esperaba pasarla con toda mi familia, pero ya ves.

    Miro hacia afuera a través de la ventana, donde se precipitaba el diluvio del año.

   Carman siguió a su hermana por las escaleras hasta su cuarto le había dicho que le secaría el cabello hasta dejarlo completamente liso ya que según ella parecía una maraña.

   Mientras Niahm se dedicaba a aplacar el desastre sobre su cabeza hablando de todo, ella no le prestaba la mínima atención, pensaba amargamente en la nota, la nota que se fue volando y desapareció como por arte de magia.

   Cuando se ha visto a una hoja de papel no mojarse al contacto del agua, se decía amargamente intentando convencerse a sí misma que lo que vio fue absurdo.

   Ahora nunca sabría lo que decía y no se imaginaba ni un minuto plantándole cara a Sean explicándole lo sucedido. No eso no iba a pasar, aceptaría perder la única oportunidad de salir con el chico que le gustaba para siempre.

   Se hundió en su propio charco de agua desecha, había días buenos y días malos y por lo visto este no era ninguno de los dos.

   ¡Este era una abominación de día!

   Odiaba ese día y también odiaba mucho la lluvia.

   —Ves, ya quedaste hermosa—repuso su hermana apagando el secador—inclusive tanto como yo.

   Ni si quiera se había percatado que su hermana seguía allí con ella. Qué mala educada se estaba volviendo.

   Repaso lo que Niahm le había dicho, y como siempre nunca dejaba de hacer bromas, por esa razón sus caracteres no se parecían en nada, a pesar de que su hermana mayor tuviera veintitrés años no lo aparentaba, en cambio Carman poseía una madurez tal que podría ser la mayor.

   Pero gracias a Niahm todos los días malos se esfumaban.

   —Sí eres tan hermosa como dices porque están tan solterona entonces—contuvo la risa—no veo a ninguno de tus príncipes asomarse al balcón ni nada por el estilo o de seguro si se asomaron y te han visto cuando despiertas—se burló en venganza.

   Su hermana le dio un golpe en la cabeza con la mano.

   —Muy graciosa—exclamó caminando hacía su closet—aún no ha llegado el adecuado así que no te preocupes de eso.

   Entro dentro de su ropero.

   —Quiero tener sobrinos antes de volverme anciana Niahm, no puedo esperar toda la vida.

   —Sabes deberías hacer silencio sí sabes lo que te conviene, además ya eres toda una ancianita—su voz se escuchaba amortiguada y lejana mientras buscaba entre la ropa—y si es que quieres dormir bajo un techo esta noche de lluvia, cállate.

   Carman sonrió levantándose de su puesto y caminando hacía la cama, dejándose caer sobre esta tomo una de las almohadas y se tapó la cara.j

   — ¿Qué es lo que tanto buscas Niahm? —preguntó apartando la almohada.

   —Es una sorpresa cierra los ojos—dijo asomando la cabeza por las puertas del armario—es enserio—advirtió al ver que no la obedecía.

   Frunció el ceño.

   —Está bien, está bien lo hare—se llevó las manos a los ojos intentando no mirar—solo no quiero ratones corriendo por toda la habitación.

   Escuchó una risita inocente.

   Las sorpresas de Niahm a veces resultaban un poco peligrosas, una vez lleno la habitación de la abuela con ratones de campo asegurando que tenían que esconderse de los bandidos del camino real pues eran mercaderes que llevaban un encargo para el rey.

   Sí, así como suena, Niahm tenía una imaginación subida de nivel—por no decir que estaba mal de la cabeza.

   Mientras Carman divagaba en sus recuerdos sintió el peso de su hermana al sentarse en la cama.

   —Ya puedes abrirlos.

   La luz volvió y se quedó pasmada viendo una hermosa vestimenta plegada en la cama, unos pantalones azul noche lo bastantes ajustados como para que su mamá diera un grito al cielo y una chaqueta que hacía juego con la blusa verde pasto con mangas cortas.

   Hace unas semanas atrás cuando veían revistas en la salita de la casa, a Carman le había llamado la atención este traje, estaba realmente emocionada, nunca pensó en tenerlo consigo.

   —Gracias—no sabía que más decir—de verdad muchas gracias es...es hermoso.

   —Es bastante moderno y rebelde mamá enloquecería al verte vestir eso—sonrió—pero admito que está a la moda me costó un poco de trabajo hacerlo.

   Carman la miro aún más sorprendida.

   — ¿Tu lo hiciste? —no podía creerlo— ¿cuándo aprendiste de costura?

   —Paso todo el tiempo metida en esta casa algo tenía que pegárseme de la abuela—se encogió de hombros.

   Tenía que darle crédito a su hermana por eso.

   —Harías un buen negocio—aceptó tomando la chaqueta y apreciando los detalles—ganarías bastante dinero.

   —Sí pero no aun—se levantó—vamos cámbiate, no esperaras a que te vista también.

   Puso los ojos en blanco tomando las cosas y metiéndose en el armario se cambió lo más rápido que pudo, cuando salió su reflejo en el espejo le devolvió la figura de una chica atractiva y misteriosa, le gusto lo que vio.

   —Te ves fenomenal, seguro a mamá le dé un infarto—luego agregó—el mago se maravillará contigo cuando venga a buscarte.

   — ¿El mago? —no le extraño en absoluto que Niahm saliera con sus cosas raras—no me digas que tienes otras de tus historias fantásticas y de ficción—dijo aburrida.

   — ¡Oye! —se ofendió ella—no son de ficción y mucho menos aburridas, sí pusieras más cuidado sabrías que tengo razón, hoy puede venir a buscarte el mago. Según dice la historia una bruja de gran poder llamada Carman llevara la libertad a su mundo, pero solo cuando cumpla dieciséis años, que es la edad en que toda bruja experimenta los primeros síntomas de magia.

   Carman no podía creerlo, miro a su hermana con preocupación.

   —Niahm estoy comenzando a preocuparme por tu salud mental, deberías dejar de leer tantas historias infantiles, es difícil de procesar que una anciana como tú, pueda creer en ilusiones como estas.

   A pesar de bromear en parte tenía razón.

   —Sí vuelves a decirme anciana te prometo que los próximos segundos los pasaras rumbo a un hospital—de todo lo que le dijo aun no podía creer que solo eso fue lo que la ofendió.

   Niahm debería organizar mejor sus prioridades.

—Claro ignora lo que realmente importa—dijo molesta.

   Y la ignoro.

   —Será mejor que bajemos antes de que el abuelo se coma tu pastel—camino hacia la puerta como si nada hubiese pasado—cuando veas al mago no pensaras lo mismo, seguro es muy guapo.

   Como solía hacer ignoraba todas las cosas sensatas que su hermana solía decirle, salieron hacía el pasillo para dirigirse al comedor, avanzaron un poco y un sonido extraño proveniente del pasillo hizo detener a Carman.

   — ¿Escuchas eso? —se dirigió a Niahm que ya estaba en el tope de las escaleras.

   No pareció escucharla.

   —Niahm—volvió a llamarla.

   Pero siguió sin escucharla. Miro de nuevo al fondo luego a su hermana que desparecía por las escaleras, camino hasta ella dispuesta a gritarle y obtener su atención y cuando se plantó en la cima de los escalones vio como unas sombras oscuras le cerraban el paso.

   — ¡Niahm! —Grito asustada— ¡detrás de ti!

   Las sombras se unieron como lazos entrelazados formando un muro oscuro, no podía ver al otro lado donde hace un instante se encontraba su hermana.

   ¿Qué estaba pasando? se preguntó.

   Carman estaba paralizada, no podía mover ni un solo musculo de su cuerpo mientras las sombras se arrastraban hasta ella como serpientes acechantes.

   Tan inmersa estaba su mirada en aquellas sombras que apenas fue el sonido que hace el agua al desbordarse quien la hizo volver en sí.

   Sin pensárselo mucho corrió en dirección a la puerta del fondo.

   Las paredes comenzaron a teñirse de negro y el pasillo a quedar en completa oscuridad, Carman no le temía a esa oscuridad sí no a lo que podría haber en ella.

   Sintió algo frio tomándola de la pierna y que la tiro al piso.

   — ¡No suéltame! —Luchó contra unas extremidades que salían de la oscuridad por todas partes— ¡ayuda! ¡Niahm! ¡abuela! ¡ayuda!

   Se soltó y gateo por el piso hasta ponerse en pie.

   Llegó hasta la puerta que daba al ático, por debajo salía agua y ramitas de árboles— ¿de qué se trataba esto? —Carman abrió desesperada encontrándose con una corriente de agua tan inmensa que podría tirarla sí no tenía cuidado.

   No se atrevía a entrar, busco otra salida con la mirada en un movimiento rápido—las demás habitaciones ya no estaban.

   Vamos Carman tienes que hacerlo, se convenció a sí misma, tienes que hacerlo.

   Soltó un respiro cerrando los ojos, dio unos pasos atrás tomando vuelo para luego sumergirse en la fría agua que de manera extraña se mantenía retenida desde el portal hacía el interior, sin desbordarse.

   Subió unos escalones luego los otros, se giró esperando estar a salvo o por lo menos lejos de eso que no conocía.

   Se sorprendió al ver como la oscuridad retrocedía molesta cuando intentaba entrar al agua, sintió alivio de que algo pudiera retenerla, pero su alegría no duro por mucho al ver como los alargados brazos de su perseguidora comenzaron a trazar una ruta por las paredes hacía el techo.

   ¡Allí no hay agua!

   Los latidos de Carman se aceleraron mientras luchaba por continuar el empinado camino al ático, resbalo varias veces golpeándose las rodillas, debía apurarse. No quería descubrir lo que se ocultaba en esa negrura espeluznante.

   Se levantó dándose cuenta que ahora su cabeza casi podía chocar contra el techo—la corriente subía—tomo aire y se sumergió, nado hasta al tope de las escaleras encontrando que la habitación se encontraba inundada por completo.

   ¿Qué haría? ¿Cómo saldría?

   Miro la ventana dirigiéndose a ella sin dudar, intento halarla pero no abrió, tomo fuerza y lo intento de nuevo—nada—seguro estaba trabada de lo vieja que era.

   Desesperada porque perdía oxígeno, nado hasta unos cajones en busca de algo que le sirviese para abrir la ventana, movió todo lo que pudo encontrando solo libros, ropa vieja y más baúles.

   Tomo una de las gavetas y trato de usarla contra el vidrio de la ventana. No funciono.

   Soltando su arma se llevó las manos a la boca reteniendo las últimas gotas de aire que le quedaban, tenía que subir y rápido. Se dirigió lo más aprisa que pudo recordando las clases de natación que tomo de niña cuando su madre se empeñó en que concursara en un deporte durante el verano.

   Cuando saco la cabeza a la superficie unas marañas de hilos se lanzaron sobre ella de manera agresiva sacándola del agua.

   — ¡Suéltenme! —empezó a sacudirse dando patadas— ¡suéltenme!

   Los hilos comenzaron a atarla contra el techo mientras deliberadamente se intentaba zafar, ¿Qué le ocurriría sí no escapaba? quizás todo esto simplemente era un mal sueño del que todavía no despertaba.

   Cerró los ojos esperando abrirlos y no encontrar nada malo a su alrededor.

   Solo quiero una salida—pensó suplicante tratando de creer que nada de esto estaba pasando en realidad.

   Carman dejó a las pequeñas manos oscuras arrastrarla a través del techo, ya no valía la pena seguir luchando no tenía la fuerza suficiente para liberarse.

   Dejo que el sonido debajo de ella la hiciera abrir los ojos y ver lo que pasaba, de forma realmente extraña un remolino apareció dando vueltas y haciéndose más grande, retumbaba haciendo temblar la habitación y salpicándola.

   ¡Claro agua!, Se animó.

   Las manos huyeron soltándola, Carman cayó siendo arrastrada por el remolino hacía su interior, sentía como la succión no le permitía moverse libremente.

   Poco a poco fue acercándose más al fondo sin poder frenarlo, a donde la llevaría ahora este acontecimiento, ya ni si quiera podía entender nada de esto, esperaba no estrellarse contra el suelo pues ese remolino no tenía salida.

   Se tomó de una vieja cadena enganchada a una de las tuberías de la pared, no sabía por cuanto tiempo lograría resistir la presión y la respiración, esperaba a que algo ocurriera y la sacara de aquello, realmente necesitaba creerlo.

   Una de las mantas que daba vueltas se estampo contra su cara, automáticamente se llevó la mano al rostro haciendo que se resbalara. La desesperación la hacía pensar deliberadamente, si salía a la superficie aquellas manos la atraparían de nuevo si se quedaba ahí el remolino la arrastraría. Acaso no despertaría nunca, moriría ahogada.

   Ella no quería eso.

   Por favor quiero salir de aquí.

   Suplicó aferrándose a las cadenas y la manta.

   En ese momento una luz que despedían sus manos cobro vida cegándola por completo.


*** ¡Hola espero estén suuuuper bien! aquí les dejo otro cap. tenia muuuucho time que no actualizaba jejeje! aunque no tengo muchos capítulos este es el segundo apenas....pero bueno ahí vamos, espero sus hermosos votos y comentarios PLEASE comenten ... quiero saber sus opiniones de todo corazón***

Se despide una muy esperanzada Juli. 

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