Especial 100k de leídas.
El sol no es una estrella.
Hoy es un día grande, ¡muy grande! ¡Joder! Estoy extremadamente feliz y todo es gracias a que por fin tengo el dinero para mi auto.
Oh sí, señores, Cristine Ray obtendrá un auto en pocos minutos.
Estoy dentro del auto de George mientras discutimos sobre una tontería. Como siempre George quiere tener la razón en todo y sigue insistiendo en que el sol no es una estrella. Al parecer alguien reprobó ciencias de la tierra en el instituto y se lo ocultó a todo el mundo.
—El sol no es una estrella, Cristine.
—¡Claro que sí! ¡El sol es una estrella, psicópata del café!—porfío tercamente como lo he hecho la última media hora.
—No lo es.
—Que sí.
—Que no.
—¡Que sí, coño!
—Mala palabra.
—No me interesa, el sol si es una estrella y... ¡Mira, llegamos, llegamos, llegamos!—doy saltos como una niña pequeña en el asiento del copiloto.
George se estaciona a un lado del concesionario y poco tiempo después estamos dentro viendo todo tipo de autos. Veo a lo lejos un jeep que me hace ojitos pero que es increíblemente caro, estoy segura que tendría que donar un riñón y un pulmón para poder comprarlo.
—Buenas tardes, ¿Puedo ayudarles?—se acerca un empleado.
—Claro vengo...
—Usted puede ayudarnos a resolver está incógnita—interrumpe George mirando al empleado con seriedad—. ¿El sol es una estrella, sí o no?
—Emm yo...
—¡Cierra la boca!—regaño yo mirando con vergüenza al confundido vendedor—. No le haga caso, hoy le faltaron sus medicinas.
—¿Medicinas?
—Estoy buscando un auto.
Duh, ¿no puede ser más obvia Cristine? Para eso estamos aquí. En mi defensa la emoción nubla mis sentidos.
A pesar de mi momento de estupidez y la pregunta tonta de George el vendedor del concesionario nos atiende de maravilla. Muchos autos me hicieron ojitos como el jeep pero un hermoso volkswagen polo anaranjado se ganó mi corazón y no pude evitar comprarlo.
—Se parece al sol...que por cierto, no es una estrella.
—¿Puedes parar ya, George?
—Me ganaste con las peleas del café, debo ganar en esta—responde decidido.
El vendedor nos da una ojeada y cuando finalmente me entrega las llaves de mi nuevo bebé le dice a George—: Lo lamento hijo, pero la muchacha tiene razón, el sol si es una estrella.
—¡No lo es!
—Si lo es, búscalo en internet—luego me mira y con una sonrisa me felicita por mi nueva compra—. Gracias por preferirnos.
—Muchas gracias por su amabilidad, recomendaré el lugar.
Como si algún conocido mío quisiera comprar un auto en estos momentos.
—No puedo creer que ese tonto dijera que el sol es una estrella—masculla George mientras salimos del lugar sacándome de mis casillas.
—George, me estás enojando.
—Vale, pero solo dilo, para que tu lindo novio este feliz, por favor—hace pucheros.
Ruedo mis ojos y para complacerlo digo las palabras—: El sol no es una estrella.
—Gracias por darme la razón, mi amor.
—Tonto—mascullo por lo bajo.
Camino hacia mi nuevo bebé y con una sonrisa entro en él. Tanto tiempo esperando por esto y luego de mucho esfuerzo por fin soy dueña de un auto, no lo puedo creer.
—Te lo mereces un montón.
—Si no hubiese sido por ti aun estaría reuniendo para que sucediera esto.
Y es así, George había conseguido un trabajo y la mitad de sus ganancias iban dedicados a mi auto, con ingresos dobles mi cuenta bancaria fue en aumento cada mes.
—Te amo demasiado.
—Yo también, psicópata del café y como te amo debo corregir tus errores, por lo tanto... el sol es una estrella.
—¡Cristine!
¡Estoy taaaan emocionada! Es la tercera historia que ya tiene 100k de leídas ¡Gracias!
Espero que disfruten este pequeño especial :)
Un beso y un abrazo para todos los intocables que amaron esta historia <3
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