Jin y Yoongi habían llegado ya a Japón, con todo listo salieron del aeropuerto donde los esperaba ya la movilidad que los llevaría hasta su hotel, gracias a los vidrios polarizados la luz del día no estaba afectando tanto al vampiro, pero aún así sentía el cansancio deseando poder llegar de una vez para dormir al fin.

Mientras tanto Yoongi estaba quedando por mensajes los implementos que necesitarían en el Ryokan para su amigo y así no sufrir percances que hagan irritar a Jin.

-Yoongichi ¿por qué sigues siendo mi amigo? - hablaba el mayor sacándolo de sus pensamientos dejándolo sorprendido por esa extraña pregunta.

-Disculpa? – preguntaba con cierto tono juguetón dándose cuenta en la mirada del mayor que no estaba bromeando – ¿Por qué crees que dejarla de serlo? – respondía con otra pregunta pues no estaba seguro de por qué el mayor tenían ese extraño comportamiento.

-Pues porque soy insoportable, un viejo vampiro gruñón, amargado que sólo te trata como a una basura – respondía con un tono de voz claramente dolido alertando a su amigo que había entrado en su estado de depresión otra vez.

-Vamos ¿cómo crees que te dejaría por esas pequeñeces? – respondía ganándose la mirada asombrada de Jin – Soy tu amigo, no por tu estatus social, poder, dinero, ni aunque te volvieras el ser más oscuro del planeta te dejaría – decía mirándolo fijamente a los ojos – sabes ¿por qué?- preguntaba obteniendo un ademán de negación como respuesta – porque eres más que un amigo para mí, eres mi única familia, te quiero mucho, aunque seas insoportable – confesaba haciendo llorar al vampiro asustándolo pues hace demasiado tiempo que no lo veía llorar.

- Yoongichi! No merezco tu cariño!! No te merezco!! Gracias por todo – rompía en llanto apoyando su frente en el pecho del menor.

- Te mereces el mundo entero Jingichi – respondía mientras acariciaba sus negros cabellos tratando de calmarlo, culpándose por no haberse dado cuenta que su amigo se encontraba tan mal anímicamente, deseando con el alma que en este viaje Jin pudiera aliviar y encontrar paz para su atormentada alma.

Jimin había atendido personalmente a las personas tan especiales que se alojarían en su Ryokan debido a que le había causado demasiada curiosidad. 

Percatándose que eran personas realmente de la alta sociedad, un Vampiro y un Elfo. Así que ya no le pareció extraño tanto cuidado y aislamiento que habían requerido.

Tampoco pasó desapercibido la belleza de ambos, aunque a sus ojos el Elfo le parecía encantador, en especial sus pequeños ojos afelinados. Por  otra parte el vampiro a su punto de vista era alguien muy insípido, amargado por así decirlo pues apenas habían cruzado unas cuantas palabras y se había retirado de inmediato a dónde ahora era su habitación sin siquiera mirarlo una sola vez, ni mucho menos despedirse cortésmente como lo hacen las personas normales. “Muy antipático” pensó.

-Perdone por eso – aclaró la garganta al percatarse que la actitud hostil de su amigo había incomodado al Kitsune – ha sido un viaje agotador y necesita descansar – justificaba las acciones de Jin pues no quería ser mal juzgado en su primer día allí ni mucho menos por ese hermoso Kitsune que había cautivado sus ojos al primer instante que lo vio, su porte tan elegante, con movimientos finos y ese Yukata que dejaba ver un poco sus clavículas, ceñido a su cintura, mostrando ligeramente sus piernas debido a su larga y afelpada cola que yacía bajo esa indumentaria tan ligera, dejando poco a la imaginación de un ya alborotado Yoongi sintiendo su pecho arder con sólo verlo deslizarse descalzo entre los ambientes.

-No tiene por qué disculparse, entiendo- respondía con su dulce voz el Kitsune sacando de su ensoñación a Yoongi – Le hemos dejado unos folletos informativos que le ayudarán a tener una mejor experiencia acá en Kyoto, espero disfruten su estancia, cualquier cosa que necesite puede llamar al personal a través de éste teléfono- le indicaba amablemente ganándose un asentimiento como respuesta el cual le pareció adorable – Dicho todo entonces me retiro – se disponía a dejar la habitación, siendo detenido por la pregunta de Yoongi

-Y usted? – preguntaba un tanto ansioso

-Disculpe? – respondía con otra pregunta

-Me refiero a que si podré contactarme con usted? – lo decía claramente curioso por la respuesta que el Kitsune le daría

-Señor Min, no se preocupe, mi personal está altamente capacitado para atender las necesidades que se les pueda presentar, yo solamente los superviso, así que si su pregunta es si me volverá a ver, la respuesta es puede que sí – le guiñaba el ojo pues había entendido la indirecta del Elfo, no por nada era de los seres más inteligentes que existe. Además que eso alimentaba a su ego, por lo que no le venía mal coquetear un poco.

Yoongi por su parte había quedado sin habla ante esa respuesta y la actitud coqueta del Kitsune, había escuchado hablar de que eran muy astutos pero nunca había visto a uno como el que estaba frente a sus ojos.

-Entonces me despido señor Min disfrute su estancia – se despedía caminando aún más provocadoramente meneando su cola para hacer notar aún más sus marcadas piernas dejando a un Elfo babeando y él con su orgullo en alto por tener ahora más diversión que muchos años en su vida.

Yoongi por su parte se había propuesto que en esas dos semanas debía lograr obtener una cita con esa belleza o no sería Min Yoongi.

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Holas acá continuando con la maratón!

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