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🌸 11 🌸

Jimin estaba bastante irritado por haber visto la reacción de su preciada Ninfa, ¿cómo ese tipo desagradable, amargado había hecho que esa hermosura, ternura de persona lo mirara así? Con esos ojos tan llenos de brillo, y lo peor ¿hacer que su hermoso cabello se descontrole y parezca juegos artificiales?.

Tenía muchas preguntas que se las haría después, para luego también hablar con el amargado y darle a entender que no se atreva a acercarse a su tesoro.







Finalmente llegaban a Nara, Tae no habían hablado en todo el camino, se había dejado llevar por el hermoso paisaje y así calmar su alocado corazón.

Por otra parte los pasajeros de la parte de atrás se la habían pasado discutiendo por mensajes y ahora ambos estaban enojados bajando del auto con un genio insoportable.

Jimin no tardó en notar el comportamiento de los dos acompañantes, parecían dos niños enojados evitándose la mirada.
“Este será un largo día” pensó Jimin bufando.

-Muy bien vamos a empezar nuestro recorrido, síganme – pedía Jimin aplaudiendo para llamar la atención de todos.

Jimin tomó la mano de la Ninfa arrastrándolo por la extensa calle rodeada de árboles enormes que dejaban caer sus hojas, creando un camino con ellas.

El vampiro no pudo evitar sentirse extraño cuando vio cómo ese Kitsune ponía sus manos sobre esa bella Ninfa, sintiéndose ahora más enfadado.

Como había pasado antes, todas las personas que pasaban por su lado se quedaban mirando a Tae, otros hasta le sacaban fotos. Todos anonadados por su belleza.

-Al parecer no eres el único embobado- le decía Yoongi codeándolo, ganándose un bufido como respuesta.

La verdad era que cada que veía esas demostraciones hacia la Ninfa, su humor empeoraba más y más.

Finalmente llegaron al gran parque del cual Jimin no dejaba de hablar, era una gran zona verde, con árboles alrededor. Con un montón de ciervos correteando por todos lados, gente jugando con ellos, otros tomándose fotos junto a los ciervos, y otros alimentándolos.

Tae en cuanto los vio, soltó la mano de Jimin y se fue corriendo en dirección de los ciervos, lleno de alegría y emoción por al fin conocerlos.

El cabello de Tae brillaba en un naranja hermoso, clara muestra de su alegría.

Los tres que quedaron atrás no podían dejar de ver cómo esa Ninfa daba brincos, alrededor de los ciervos y estos le seguían como si estuvieran sincronizados, danzando algo que no se podía escuchar.

Tae los acariciaba y parecían estar hablando con ellos, cuando una pequeña manada de ciervos bebes aparecieron de la nada y lo tumbaron al piso jugando con él.

Esa hermosa escena había limpiado cualquier rastro de enojo en los tres que se quedaron observándolo.

-Bueno, ¿quién tiene hambre? – Jimin rompía el silencio, sacando a los otros dos del encanto – vamos a ese lugar – señalaba un árbol de Momiji que estaba cerca de Tae y sus amigos los ciervos.

Los tres llegaron bajo el árbol y acomodaron todo para su picnic, pese a que no necesitaban la comida humana, igual la apreciaban y degustaban. Al menos dos de ellos.

Jin no probaba bocado, a él no le gustaban la mayoría de las cosas que venían de los humanos. Mientras los otros dos compartían entre risas anécdotas, Jin no dejaba de admirar cada detalle de la Ninfa.

Jimin y Yoongi paseaban por el parque, sin alejarse demasiado de la Ninfa, pues Jimin era muy protector con Tae. Yoongi no tardó mucho en captar eso, al principio sintió celos, no mentiría, pero después de haber conocido más a su acompañante, se dio cuenta que Jimin era protector con Tae porque lo veía más como a un hermano o hijo quién sabe, pero era un sentimiento de protección a tus seres queridos.

Por lo tanto Yoongi después de haber tanteado el terreno, vio que tenía pase libre para luchar por conseguir el corazón de ese precioso Kitsune.


Tae estaba más que embelesado con los ciervos, eran criaturas hermosas, elegantes pero también traviesas,  se la pasó toda la tarde con los ciervos, olvidando por completo a sus acompañantes, disfrutando de la naturaleza que lo rodeaba.

Mientras Tae jugaba con los ciervos y parecía convertirse en uno más de la manada. A lo lejos un vampiro no le quitaba los ojos de encima. Se desplazaba junto con Tae, pero entre las sombras que los árboles le brindaban, la escusa que había creado, era que al nunca haber visto a una Ninfa en su vida, pues le causaba curiosidad. Con eso en su mente la culpa de no dejar de verlo la sentía más leve, sintiéndose más libre de seguir haciéndolo. 





















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Holas volviendo con otro capítulo 😏

Las amito 😘💜


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