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𝔗𝔴𝔬

Los meses habían pasado con rapidez.
Los días y las noches no habían tenido piedad, no habían Sido pacientes en la búsqueda que ya llevaba un año, sin tener rastro alguno de Jisub.

Entrenaron sin descanso, compartiendo sus conocimientos para una lucha que sabían se llevaría a cabo cuando por fin encontrasen a ese demonio que esa un maldito escurridizo del que no tenían siquiera una pista. Al menos hasta hoy.

Esa noche saldrían a recorrer el pueblo, asegurarse de que todo seguía su rumbo normal y no había nada de que preocuparse, nada que fuese capaz de interrumpir el sueño de los habitantes del pequeño pueblo de Schiltach.

-¿No sientes que este último tiempo el pueblo pareciera más desolado?

-Creo que las personas se tomaron muy en serio aquello que deberían quedarse en su casa, el sacerdote fue bastante estricto al dar el mensaje.

-Sí... Pero es extraño, es como si se convirtiera en un pueblo fantasma, hasta el bar cerró, no hay vida nocturna aquí...

-¿Crees que esté pasando algo de lo que no estamos al tanto?

Taehyung pensó por unos momentos observando hacia el bosque dónde por el rabillo del ojo vio una figura pasar, una sombra con la rapidez necesaria para saber que se trataba de un vampiro y a juzgar por su forma tan sigilosa de ir entre las sombras, estaba seguro de que se trataba de un forastero.

Comenzó a correr en la dirección que había lo había visto, mientras Jungkook iba tras del bastante confundido por la acción del cazador.

Llegaron hasta una fábrica, estaba algo alejada del pueblo, una que se suponía estaba abandonada, dónde vieron entrar al forastero.

-¿Lo viste?

-Sí... ¿Qué diablos hace allí?

- No lo sé, pero voy a averiguarlo -dijo el cazador acercándose al lugar, buscando alguna entrada por la cual sorprender a quien estuviera dentro-

Una pequeña abertura en uno de los ventalanes que estaban cubiertos con madera, lo dejo ver hacia el interior y la ira creció dentro de él.

-Un nido - hablo con la mandíbula apretada - ahí dentro hay niños Jungkook... Están haciendo un nido en el pueblo... Voy a matarlos -sentenció antes de correr hacia el mismo lugar por donde había entrado aquel vampiro minutos atrás-

-¡Malditos infelices! - paso por en frente del castaño, entrando primero que el al lugar y comenzando la masacre sin piedad-

Uno a uno fueron cayendo los vampiros, ante la atenta mirada de los presentes, que solo podían ver a los dos intrusos como su jodida salvación.

No había más de cuatro allí dentro, pero los suficientes para atormentar a las pequeñas almas que estaban sobre unos viejos colchones protegiéndose entre ellos.

Taehyung observó al último de ellos tratar de huir y se lo impidió, amarrándolo en una de las vigas que sostenían la estructura y asegurándose que no podría escapar, lo necesitaba para entender todo lo que allí se estaba gestando.

Una vez logró su cometido se acercó con cautela a los niños, ya habían visto suficiente como para asustarlos otra vez.

Los observó detenidamente, dándose cuenta de inmediato que ellos no eran tan distintos a el cómo parecían.

-Son como yo -susurró cerca del vampiro - los crearon... Se me hace una idea con qué fin lo hicieron -su voz se escuchaba temblorosa-

Jungkook se acercó al vampiro que trataba de liberarse del lugar donde el cazador lo habia dejado y presionó una estaca en su pecho, la cual quemó la piel por la plata que esta poseía en la punta.

-¿Quién te envío? -dijo presionando cada vez más el arma sobre la piel contraria-

-No te lo diré, me matarás de todas formas -escupió el forastero-

-Claro que lo haré, pero será más tortuoso si decides mantener la boca cerrada.
Me encargaré de torturarte por un largo tiempo y tal vez luego solo te deje atado a un árbol, sé que te encantaría ver el amanecer - hablaba con voz gruesa y actitud dominate-

-Jisub -gritó- tienes frente a ti el perfecto ejército que hará que los humanos se conviertan en nuestras perras -hablaba burlesco y con una sonrisa ladina, como si lo que estaba diciendo fuese la mayor de las hazañas.

-Es todo lo que necesito de ti idiota -dijo Jungkook poniéndose unos guantes, de cuero mientras iba ocupando su velocidad para traer unas cadenas de plata al lugar.

Lo levantó como si su peso no fuese nada, salió al bosque para atarlo a un árbol, dejaría que encontrara su muerte verdadera tortuosamente, era lo mínimo que se merecían si aun después de saber las intensiones de Jisub, lo apoyaban y celebraban como si fuese una gran hazaña.

-¿Crees que esto termina conmigo?
No tienes idea de lo que se está formando, jamás podrán contra él -decía burlesco, riendo como un desquiciado.

Jungkook giro su cuerpo y volvió con Taehyung, quien se encontraba hablando con los niños, pero no pudo evitar notar lo decido que se veía.

-Tigresito, los llevaremos a mi casa.
-le dijo acariciando mínimamente su espalda -

-Esta bien, pero debemos ir ahora, el amanecer está por llegar y no me apetece verte observándolo - bromeó -

El mayor solo sonrió hacia él y comenzó a ayudar a los niños a ponerse de pie, había cuatro, podría asegurar que eran vampiros jóvenes, pero al ser mestizo, su crecimiento se aceleraba y estos ya se veían más grandes.
Estaba claro que Jisub los preparaba para su ejército, a pesar de haber pasado tantos años, él seguía con esa estúpida idea y sería la que los llevaría a la muerte y por las manos del que fue el primer niño que pensó sería quien iniciaría su descabellado plan.

Afortunadamente, cada uno de ellos no pusieron problemas para seguirlos y confiaron en los mayores, por lo mismo ahora se encontraban en la casa de Jungkook, quien esperaba en su habitación resguardándose de los rayos del sol que comenzaban a asomarse, esperando que Taehyung instalara a los pequeños y volviera hacia él.
Se había hecho costumbre tener a su tigre haciéndole compañía mientras la claridad del día se iba desvaneciendo.

-Los dejé en las habitaciones -dijo entrando al dormitorio de Jungkook y recostándose a su lado- Están asustados... Sus madres están muertas, murieron cuando ellos nacieron -guardo silencio- los crearon como a mí... Con un solo propósito y fue el mismo malnacido -su voz tembló levemente-

El mayor lo atrajo a su cuerpo, llevándolo hasta su pecho y rodeándole con sus brazos el torso, protegiéndolo inconscientemente al verlo tan vulnerable.
Odiaba lo que Jisub provocaba a su paso, pero más odiaba lo que estaba haciendo ahora mismo con Taehyung por sus actos.

-Lo mataré Taehyung... Te lo prometo...

-Cuando era niño- comenzó a narrar- él me entrenaba, me decía que si no era fuerte los humanos iban a matarme y que serían despiadados, me torturarían y me dejarían morir de la forma más dolorosa que imaginaría - guardo silencio unos segundos- le creí, por un tiempo lo hice, creí ciegamente en lo que mi padre decía... Hasta que lo escuché.

-¿Qué escuchaste hermoso?

- Que había Sido responsable de la muerte de mi madre, aunque no tuve clara la razón, esa sola verdad me hizo huir de él, tomar mis cosas e irme lejos.
Con el tiempo comencé a relacionarme con la gente y entendí que nada de lo que decía era cierto, que me engaño desde siempre y que fui un títere para el.

-¿Viniste aquí cuando todo paso, cuando supiste la verdad?

-Estuve en corea muchos años, pero hay costumbres distintas en cada lugar y ver morir gente que conocía a manos de los vampiros solo me hacía querer desaparecer de ahí.
Me vine aquí, con un propósito.
Cuidar a los humanos, cuidar a los míos, por qué soy parte de ellos, aunque no por completo, sigo siéndolo-respiro profundo-También me prometí a mí mismo que un día sería lo suficientemente fuerte para acabar con Jisub, me entrenaría y prepararía para destruirlo... Y sé que es mi padre, pero lo fue a causa de una atrocidad.
A causa de la vida de mi madre... Dios Jungkook -se lamentó- me siento tan culpable por aquello.
Si yo no hubiese nacido, ella podría haber llevado una vida plena, la vida que merecía, no fue justo ser la elegida por ese bastardo para su concretar su plan...

-No eres culpable -lo abrazó más hacia él- sé que tu madre perdió la vida, pero fue lo suficientemente fuerte para dártela a ti antes de hacerlo... Y sé que el trasfondo de todo es una mierda, pero yo no puedo evitar pensar que si todo esto no hubiese pasado, no te tendría junto a mi Tigresito y pensar en una eternidad sin ti solo me hace enloquecer.

Taehyung levantó su rostro para besar la perfilada mandíbula del mayor y acariciar con cariño su rostro.

-Sé que gracias a eso estoy aquí, pero no evitará que lo mate, si él sigue vivo llevará a la destrucción de todo lo que conocemos, de todo lo bueno que hay en este mundo y no voy a permitir que eso suceda.

-Claro que no lo permitiremos, vamos a encontrarlo y vamos a acabar con él, acabaremos con el maldito y luego de eso compartiré mis eternos años junto a mi mestizo favorito -dijo sonriendo-

-No debí confesarte eso el primer día que te conocí, fui descuidado, aunque sé que no me lastimarías, yo no confío en la gente.

-Sí, bueno, debo reconocer que sirvió de gran ayuda que me observarás a los ojos, no lograría hacerte decir la verdad de otra forma -dijo tranquilo-

-Sabía que había algo más -reclamó- había escuchado de aquello y había evitado hacer ese contacto con alguno de ustedes por la misma razón... Pero es que tienes unos ojos tan bonitos que no lo resistí -hablo coqueto-

Jungkook invirtió sus posiciones en menos de un segundo, dejando al cazador bajo su cuerpo, apresándolo entre el suyo y contemplando la belleza que se presentaba ante él.

-Igual te hubiese conquistado, te hubiese perseguido y conseguiría que fueses mío Tigresito, me perteneces desde el día que nos encontramos, eres el único que hace que mi congelado corazón se incendie y que aunque suene loco logre sentir, vuelva a la vida, me sienta vivo -rió- ¿Una locura verdad?

Taehyung levantó su mano para acariciar tras la nuca del pelinegro y atraerlo hacia él, lo suficientemente cerca para susurrar sobre sus labios.

- Las viejas leyendas hablan de ello, el ser sin corazón que descubrió que tenía uno cuando se enamoró...
¿Me amas Jungkook? -preguntó bajito-

-Te amo Tae, son emociones nuevas cada día, sensaciones que pensé nunca sentir y que se acumulan y se desbordan cada vez que estás junto a mí.

El castaño no pudo evitar soltar una pequeña lágrima ante las palabras del mayor, él también había sido un solitario, la única diferencia era que sus emociones se mostraban en todo momento y eso hacía más difícil la tarea de continuar con su vida.

Siempre sintió que algo faltaba, no se sentía completo, necesitaba aquello que ni el mismo entendía y de lo que era consciente ahora que el vampiro se estaba confesando.

-Te amo colmillos, yo te amo desde que te vi... Ahora lo comprendo, te busqué inconscientemente, te anhelé durante toda mi vida sin saber realmente que era lo que buscaba... Eras tú -beso sus labios castamente- necesitaba tu amor y tu compañía aun sin conocerte... En serio te amo -volvió a aclarar-

Jungkook no pudo evitar más y tomó los labios del contrario con urgencia, mientras pegaba su cuerpo hacia él y tomaba por completo la existencia de su amado.

Retiro las prendas una a una, expuso ambos cuerpos para que estuvieran a Merced del otro, para volver a reclamarse una vez más, como tantas veces lo hicieron, reafirmando el amor que se tenían.

El mayor se levantó llevando consigo al cazador y sentándolo sobre su regazo mientras alineaba su miembro en la intimidad contraria y sus colmillos salían al encuentro de la acanelada piel que se presentaba ante el dispuesta a ser probada, dispuesta abrirse paso para que el vampiro probase aquella sangre que era su perdición.

Se deslizó en su interior mientras sus dientes se encajaban en el cuello del cazador, dejando escurrir una pequeña línea de sangre que se escapaba de sus labios.

Taehyung se sostuvo con fuerza de los hombros del pelinegro y comenzó a impulsarse el mismo sobre la intimidad, para tener más acceso, para buscar más contacto del que fuese posible.

-Ah~ Jungkook me encantas -gemía sensualmente, haciendo que la presión en sus caderas se intensificara y que el vampiro comenzara a ser más brusco en sus penetraciones.

Soltó su cuello y se levantó de la cama para empotrarlo en la pared, observándolo con sus labios tintados de su sangre mientras sonreía ladino y aumentaba cada movimiento, buscando escuchar más de esos gloriosos gemidos que lo hacían perder la cordura y lo enviaban directo al mismo infierno.

Taehyung arañaba la blanca piel de la espalda del mayor, dejando pequeñas marcas que desaparecían al instante, pero que se sentían placenteras el momento de hacerlas.

-Vamos tigresito, córrete para mí -suplico sobre sus labios-

La imagen de Taehyung llegando a su orgasmo era una de sus favoritas y la buscaba con ansias cada vez que hacían el amor.

Solo unos segundos bastaron para que el conocido hormigueo en el vientre bajo se hiciera presente y ambos llegaran a su orgasmo entre gemidos y maldiciones, gritando sus nombres y entregándose al placer de volver a ser uno una vez más, reafirmando el sentimiento y profesándose amor una y otra vez.


Tiempo después...

Estaban listos, habían creado su propio ejército para defender a los humanos, uno que formaron con los niños que habían encontrado aquella vez, aquellos que ahora eran adolescentes y estaban dispuestos a proteger a una parte de su raza, la más vulnerable y que quedaba desprotegida ante Jisub y su ejército, el cual había logrado formar con mucho de aquellos vampiros despiadados que no tenían ningún respeto hacia la humanidad y que estaban dispuestos a seguirlo en cada uno de sus planes.

Habían descubierto un año después donde se encontraba, sabían perfecto como llegar a él y era donde se dirigían ahora mismo.

Reunieron amigos y muchos más que los apoyaban y querían tener una eternidad en paz, una dónde no existieran seres superiores ni donde hubiera gente masacrada solo por la ambición de poder.

Muchos se unieron y era su propio ejército quien ahora marchaba a ponerle un fin a todo lo que por años se estuvo gestando a causa de Jisub.

Debieron volver a Corea, el bastardo tenía su base en ese lugar, específicamente en Busan dónde residía también el padre de Jungkook, el cual ya estaba al tanto de todo lo que ocurriría y estaba dispuesto a apoyar a su hijo y a Taehyung, quien al poco tiempo supo que era el pequeño niño asustado que lamento por tantos años no haber protegido.

Su sorpresa fue grande cuando Jisub le dijo que él había muerto, que había Sido prácticamente un experimento fallido y que quedaría solo en el recuerdo.

Ahora entendía que el menor lo había abandonado, pero Jisub era muy orgulloso y jamás reconocería que su propio hijo huyó de su lado en contra de las creencias que él trató de inculcarle desde el nacimiento.

-Padre, es hora

-Vamos Jungkook, pondremos fin de una vez a todo esto

-Solo dejen que sea yo quien acabe con su vida -irrumpió Tae entrando al lugar- él mató a mi madre, yo lo mataré a él, es lo único que pido.

Ambos contrarios asintieron ante sus palabras y comenzaron su camino hacia el lugar donde la batalla se llevaría a cabo y dónde se decidiría al fin el destino de ambos, vampiros y humanos.

Los demás ya se encontraban el lugar, esperando la señal para entrar cuando ellos llegaron allí.

Una enorme bodega custodiada por dos de ellos, los cuales desaparecieron en menos de un segundo cuando Jaek y Jungkook liberaron el camino.

Se adentraron al lugar a paso firme, buscando por cada rincón a Jisub, el objetivo principal, el que daría con su muerte fin a toda la calamidad.

-Pensé que ya estabas muerto -la voz de Jisub se hizo presente en el lugar-

Iba acompañado de unos treinta vampiros, todos con sus mismas creencias, se podía notar en ellos ojos tintados de sangre, aquellos que gritaban por la sangre y que estaban dispuestos a lo que sea por conseguirla.

-Soy tu hijo después de todo, si tú no has muerto difícilmente lo haré yo que soy un vampiro con más vida y más energía -se burló-

-Ni siquiera eres un vampiro por completo, solo eres un mal experimento -habló altanero-

-Sí que lo soy, el peor de todos, porque será quien te llevará a la muerte -dijo antes de acercarse con rapidez a atacar a Jisub-

El mayor esquivó el ataque mientras ordenaba a sus hombres que defendieran su vida, iniciando así una lucha que comenzaba a teñir el suelo de carmín con rapidez.

Taehyung tenía solo un objetivo en mente y era acabar con la vida de su padre, el cual reía orgulloso por todo lo que había creado.

Jungkook derribó a muchos, pero aun así los ataques lo habían alcanzado y al estar hechos con plata le estaban impidiendo su rápida curación.

Jaek se encontraba en las mismas condiciones, ambos malheridos mientras los vampiros contrarios seguirán superándolos por número y una derrota era inminente se hacía presente para ellos.

Taehyung logró llegar hacia su padre, quien en un descuido se separó de los vampiros que lo custodiaban y quedó a Merced de él, que sin pensarlo se puso al frente y lo sostuvo con fuerza de su cuello levantandolo levemente del piso con una fuerza descomunal que al mismo viejo vampiro le sorprendió y le hacía sentirse un estúpido por haberlo dejado ir.

-¿Crees que puedes matarme sin consecuencias? Observa allá Taehyung -dijo apuntando hacia Jungkook y Jaek, quienes se encontraban atrapados con una estaca de plata apuntando directo hacia su corazón-

-Ellos morirán en el momento en que tú acabes con mi vida, conseguirás lo que quieres, pero no permitiré que los tengas Taehyung... Puedo ver en tus ojos, estás enamorado, eres un idiota -rió burlesco-

-No sabes cuánto te desprecio Jisub, lamento ser tu hijo y te odio más que a nadie en este mundo -aclaró-

Trataba de no sonar desesperado, pero la angustia de ver morir a Jungkook lo estaba matando también a él.

-Tu madre era una idiota, fue muy fácil acecharla y cazarla en ese bosque, se entregó a mí en bandeja de plata y fue un sacrificio para mis planes.
Aunque solo logro que el resultado fuera un maldito desastre que no es capaz de terminar con mi vida por el amor que siente hacia ese vampiro, uno de mi misma especie, uno como yo, que en cualquier momento lo dominará su sed de sangre.
Si tan solo hubieras buscado uno que fuese como yo, un ejemplar puro que sé comportarse como un verdadero vampiro -hablaba altanero-

-No tienes ni la menor idea de la fortaleza que te da el amor, siempre serás un ser miserable que no obtendrá nada más que odio y repulsión de quien se le acerque -respondió soltándolo y retrocediendo unos pasos- Te crees incontrolable, pero sé dé algo a lo que jamás podrás resistirte, aún jactándote del gran vampiro que eres.

Sacó su pequeña daga, esa que había guardado por tantos años y la cual muy pocos sabían que pertenecía a Rosseane, lo único que tenía de ella, aquella arma y las visiones que tantas veces había presenciado.

Cortó su brazo de forma profunda y dejó caer el líquido carmesí al piso, dejando que una gran cantidad quedara a vista y olfato de aquellos vampiros que nada más sentirlo perdieron su razón y dejaron cada acción que realizaban para dirigirse hacia él y tener un poco de la bebida que se desperdiciaba de forma rápida y descontrolada por su brazo.

Jungkook y Jaek fueron liberados, mientras veían como Tae abría sus brazos y dejaba que cada uno de los vampiros probaran de su sangre, haciendo que hasta Jisub fuera capaz de beber de su propio hijo, manteniéndose con los sentidos nublados, sin ser consientes como uno a uno iban alcanzando la muerte verdadera a manos de los Jeon que aprovecharon la distracción para eliminarlos con rapidez antes de que le quitaran la vida al cazador, quien ya se veía pálido y débil debido a toda la sangre que perdió.

Jisub fue el último en ser separado del cuerpo, haciendo que este cayera al piso totalmente debilitado, pero con la fuerza suficiente para levantarse y enterrar profundamente la misma daga de plata que pertenecía a su madre, directo al corazón del vampiro que le dio la vida.

-Te veo en el infierno padre -dijo segundos antes de que Jisub alcanzara la muerte verdadera y se convirtiera solo en un charco de sangre en el piso-

El cuerpo de Taehyung cayó con volencia al piso, siendo sostenido por Jungkook antes de golpear su cabeza en este y verlo cerrar sus ojos casi por completo.

-No lo hagas Tigresito -hablaba desesperado - no te atrevas a dejarme - suplicaba-

-Dale tu sangre hijo, rápido... Él está muriendo, se recuperara más rápido si bebe de ti.

Jungkook mordió su muñeca dejando caer unas gotas de sangre sobre la boca de Taehyung, quien comenzó a saborear lentamente mientras el mayor posaba su muñeca directamente en los labios del cazador, viendo cómo comenzaba a beber con más frenesí, recuperando de a poco cada una de sus fuerzas, deteniéndose de repente al ver que su colmillitos estaba siendo vaciado por él.

-Jungkook -dijo preocupado- ¿Estás bien?

-Perfectamente ahora que abriste tus ojos mi sol -habló dulcemente-

Taehyung le sonrió tierno antes de ponerse de pie, y observar a su alrededor solo charcos de sangre, más de alguno de aquello de sus amigos que dieron su vida para proteger la de los humanos, demostrando que la bondad aún existía en sus corazones y que no estaba perdida como todos pensaban.

Levantaron a los heridos, y salieron del lugar cuando el amanecer estaba a punto de comenzar, y necesitaban buscar un refugio.

Fueron hacia la casa de Jaek, donde les brindó protección y cuidados a todos sus fieles amigos que, sin importar arriesgar su vida, los habían seguido sin dudar.

-¿Esta era tu habitación cuando eras un pequeño vampiro?-habló sonriendo-

-De hecho si... Ven acá -dijo apegándolo a su cuerpo - te contaré una historia.

Año 1500, corea del sur.

Un pequeño bebé de cabellos azabaches, abría sus ojos al mundo, uno que había Sido, concebido bajo el amor incondicional y puro de un vampiro junto a una hermosa humana, que se enamoró de él, aún viendo la oscuridad que había en su interior.

La pareja se vio por primera vez en los campos de Busan, mientras Adelin buscaba a los pequeños becerros que han huido de la granja de sus padres y los cuales podrían ser robados si no se recuperaban.

En medio del campo, una silueta imponente se dejó ver.
Un hombre hermoso a los ojos de Adeline pero con un destello rojizo en sus ojos, que le hizo retroceder unos cuantos pasos.

El vampiro había quedado prendado de aquella chica que observaba durante ya varias noches y oía cantar en su habitación.

Estuvo totalmente eclipsado con tal belleza y tal majestuosidad que ese día había decidido acercarse con cautela y conseguir el nombre de ese bello ángel.

-Adelin...

Escucho el nombre del amor de esos hermosos labios que lo llamaban a pecar y de los cuales pudo probar en muchas ocasiones.

Luego de ese encuentro, los demás se hicieron recurrentes.
A Adelin no le asustaba saber que Jaek era un vampiro, se había enamorado de él y se había entregado con devoción, entregó su alma a ese ser nocturno que la había amado desde hace mucho.

Cuando Jungkook nació, Jaek convirtió a Adeline de inmediato, no permitió que la muerte la alcanzara, salvó a su amada y protegió a su hijo con su vida.

-¿Eras como yo?- preguntó nervioso-

-Nací como tú, pero tuve complicaciones, mi parte humana estaba enferma y me enfrentaría a la muerte de no ser que mi padre me convirtiera por completo, lo cual hizo.

-Eso es sorprendente colmillitos, me alegra que no murieras -dijo abrazándolo-

-Tae... Tú quieres algún día ...

-Solo si es necesario, la verdad quiero seguir siendo un mestizo, ser tus ojos en el día y tu compañía por la noche.

-También mi exquisito alimento -dijo mordiendo su mejilla- y mi hermoso esposo, porque serás mi esposo Taehyung, mi cazador, mi hermoso mestizo

Cada palabra fue susurrada con amor y con sentimiento hacia el menor, quien no podía estar más feliz y sentirse más completo de como estaba en ese momento.

-Siempre Jungkook... Te amo...

Se fundieron en un beso apasionado, uno de entrega y confirmación de lo que estaba recién comenzando.

Una eternidad juntos sonaba mucho mejor que ver pasar cada vida en completa soledad, una que había desaparecido en el momento en que ambos cuerpos impactaron en aquel callejón.

Fin

🌸 ErLith_ 🌸

#BorderCarnival2023
















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