Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 12

.
.
.

— Bien. Como todos saben, el festival del pueblo es hoy. La tarde de ayer estuve echándole un vistazo y todo está quedando fabuloso. Para las y los que no saben, les informo que ésta honorable institución también colabora para que cada año todo sea un éxito y más visitantes se unan a la celebración. Así que todos pondremos nuestro granito de arena para la preparación del tradicional pay de calabaza. —pronuncia melosamente dulce la señorita Morgan, nuestra maestra de inglés.

Y apesar de estar presente en el salón y de escucharla, estoy más concentrado en bajar la estúpida manga de mi uniforme. No me gustan las mangas tan cortas, ya que permite ver algunas de mis cicatrices. Hoseok está a mi lado y tomándome por sorpresa, levanta mi mano mientras levanta la suya con emoción.

— ¡Nosotros señorita Morgan! —grita él.

¿Nosotros qué?

— Oh, que bien, que bueno que se ofrezcan chicos. —dice Morgan. ¡¿QUÉ?!

— ¡Hoseok! —le reclamo entre dientes y mirada acusatoria. ¿Cómo se atreve? ¿Acaso piensa que no tengo nada mejor que hacer?

— Por favor... somos como los inseparables tres mosqueteros. Tenemos que estar juntos. —dice, haciendo ojitos tiernos al señalar a, Jennie y a Taehyung. Quiénes a su vez tienen cara de flojera.

— Sí, excepto que eran TRES. Yo no quiero pasar el resto de la tarde horneando tontos pays.

— No si cuentas a, Dartañan. —dice con una sonrisa boba en la cara. — Por favor...

— Bieeen. —acepto de mala gana. — Pero no esperes que meta mis manos. No sé cocinar. —le advertí.

— ¡Será genial! —exclama victorioso.

— Bueno, todos los que quieran ayudar, la Señora Johnson los estará esperando en la cocina al término de la clase. —añade la señorita Morgan, mientras prosigue con la materia en el pizarrón.

...

A punto para las trece horas, las clases habían terminado y por lo normal siempre tenemos el resto del día libre. Pero ya que debido a la brillante, -por no decir fastuosa- idea de Hoseok, ahora tengo que estar lavando enormes calabazas, bajo la presión incesante de la flemática Sra. J.

Emilie Johnson es la cocinera del colegio, una señora bastante gruñona, una omega odiosa, recelosa de su profesión y área de trabajo. Una vez me dio una palmada en la mano sólo porque quería comer una fruta antes que se sirviera la cena. Ella es alta, de tez clara, cabello castaño oscuro que siempre lleva en una trenza francesa. Además de su impecable uniforme azul con blusa blanca. Tiene unos cuarenta y... Solterona amargada.

— ¡No, no niño! —me grita ella, acercándose y quitándome el cepillo por segunda vez de las manos. Le pongo los ojos en blanco mentalmente. — Mira, así. —me nuestra como lavarlas.  — ¿Crecen en la tierra, ¿sabía? —refunfuña. — Bah, qué saben ustedes. Sólo tienen cabeza para esos cacharros tecnológicos! ¿Verdad señorita Kim? —regaña a Jennie, que inmediatamente guarda su celular. — ¡A trabajar! —nos grita a todos con un aplauso imperativo. Y al momento, alguien toca a la puerta trasera. Ella se dirige a abrir.

— Aquí las restantes Sra. Johnson —dice, Namjoon. Cargando una caja de madera con más calabazas.

— Haga el favor de ponerlas por ahí. —le dice ella, señalando el fregadero donde estoy yo. Él se acerca y la deja a un costado.

— Hola. —me saluda.

— Hey... —respondo con un breve vistazo. Me mira raro, es obvio que no entiende mi forma de saludar. — ¿Qué tal todo allá?

— De maravilla. Listo para el final de la tarde y noche. De verdad me alegra que aceptaste ir.

— Si bueno, eso si logro hacer esto bien. La señora "Scrooge" no me dejara salir, si no lo hago "según sus, exigencias" —dije en voz baja, imitando el engorroso acento inglés de la Sra. Johnson. Namjoon ríe, ya que mi imitación a sido casi perfecta.

— Sr. Kim... ¿le puedo ayudar en algo? —pregunta la Sra. J, a nuestras espaldas. Él carraspea para no reír más y se gira.

— Eh... No, nada Señora. Johnson. Con permiso. Hasta luego, Jimin. —se despide y se marcha.

— Señorito, Park, aún hay media caja allí esperándolo. —me regaña otra vez.

¡Amargada! A regañadientes continuo lavando y cepillando las calabazas.

Un grupo se encargó de cortar las calabazas en pedazos pequeños y otro de hacer los moldes para pay. Obviamente supervisadas por el "F 5 Johnson". Durante toda la tarde no hubo más que acatar órdenes, pero a casi diez para las siete ya por fin el trabajo en la cocina había terminado.

Debido a que, Nam estaría ayudando también a su familia, no podría hacerlo con nosotros. Así que el buen, noble, gallardo y único profesor Richards sería nuestro chofer para llevar a salvo los pays. Es un beta bastante atractivo y por lo que me he dado cuenta, trae vueltas locas a muchas y por muchas me refiero también a la Señorita Morgan.

Serían buena pareja, si no fueran tan estrictos con lo de ser compañeros de trabajo. Algunas cosas son injustas en esta vida. Como injusto es que no pueda usar una camiseta de manga corta sin otra por debajo. Si permito que vean mis cicatrices, no faltará quién me pregunte y me haga recordar ese hecho tan doloroso o quién piense que soy un sádico al que le gusta lastimarse sólo. Ya me a pasado, prefiero evitar ambas incomodidades. Pantalones, camisa manga larga de algodón y mis Vans tendrán que ser.

...

Todo el pueblo está decorado con pequeños banderines triangulares color naranja y púrpura. La mayoría están contribuyendo en diferentes cosas; concursos, comida, etc. En realidad parece que todo saldrá exitosamente y bueno me alegro de no ser yo el que tenga que repartir los pays. Para eso otras chicas se ofrecieron. Así que los señoritos "Mosqueteros" y yo tenemos tiempo para merodear por el lugar. Hay todo tipo de juegos -algunos demasiado pueblerinos para mi gusto-, puestos de joyería, recuerdos, máscaras y capas. Debo admitir que es un buen ambiente.

— ¡Jimin! —me llama, Jin, quien apenas viene llegando. Se ve realmente bien, se parece tanto a mamá. Me la recuerda increíblemente. Llega hasta mí algo cansado y usa su inhalador. — ¿Por qué no me esperaste? Creí que vendríamos juntos. —me reprocha un tanto indignado.

— Hmm... Es que estuve con los chicos, ayudando en la preparación de los pays y al terminar los trajimos de inmediato. —le explico.

— Bien. Oye, tengo algo que contarte. El rector Cosgrove me nombró supervisor de dormitorios. —me dice alegremente, mientras se cuelga de mi brazo al caminar hacia la plaza llena de gente.

— Uh... Genial.

¡Rayos! Con el sueño tan ligero que se carga y lo neurótico que se pone al escuchar el más mínimo ruido, seguramente se la pasará revisando a cada segundo. Una noche tan sexosa como la de días pasados en mi habitación, en definitiva no sería buena idea.

— Oh... ¡Quiero jugar eso! —interrumpe mis pensamientos, al pasar cerca del juego de tiro de aros. Ambos nos detenemos a jugar un poco.

— ¡Anda! ¡¿Cómo sabes que no te gusta, si no la has probado?! —dialoga, Taehyung caminando hacia nosotros. Jennie y Hoseok vienen con él.

— ¡Dije que no quiero! No insistan. —se queja, Hoseok.

— ¿Qué pasa? —les pregunto al estar a un lado.

— Pasa que no podemos hacer que, Hobi se aloque ni una sola vez. "El señorito reprimido" no quiere probar una simple y ligera cerveza de raíz. —se burla Jennie.

— Bueno, si no quiere no tienen que obligarlo. —se mete Jin.

— ¡Graaacias! —dice Hoseok.

— El punto no es obligación, si no que alguna vez debería hacer algo por lo que cuando tenga setenta años recuerde con alegría y no muera pensando, ¡que no hizo nada jamás! —dijo, Tae.

— Bueno yo creo que debes probar primero, si no te gusta la dejas. Además, no me vengas con ironías, ¿recuerdas la noche en la cabaña del profesor Richards? Te tomaste como tres shots de tequila. —le reclamo.

— ¡¿Que bebieron QUÉ, DÓNDE?! —levanta la voz, Jin. ¡Diablos! Ya metí la pata.

— No te pongas histérico, sólo fue una botella. —le dije para calmarlo. Me mira sin ocultar su enojo. Él me ignoro y continuo jugando. Los chicos y yo nos alejamos unos cuantos pasos. Era mejor no darle más motivos a su furia.

— De acuerdo. Pero sólo una —susurra, Hoseok, aceptando la cerveza que, Taehyung le ofreció. De pronto todos se quedan en silencio y miran atentos algo.

— ¿Qué pasa? —pregunto.

— Amm... Dime tonta, pero creo que alguien te busca... —murmura Jennie, señalando algo tras de mi. Me giré lentamente.

— Hola, Jimin. —murmura con gran seguridad.

Es... Es... Está... ¡Wow!

Era YoonGi y luce más joven de lo que "literalmente" no es. Todo un chico malo con chamarra de cuero que hace que me desarme. Por primera vez en mi jodida vida, creo que me han cerrado la boca. Mis piernas se vuelven tan sólidas como un budín.

— Hola. —balbuceo después de no sé cuándo en silencio. Taehyung afina la voz, procurando a la presentación y reacciono. — Ah... Él, él es, YoonGi. —susurro. Jin en automático voltea. — Taehyung, Jennie, Hoseok y mi hermano Seokjin. —les presento rápidamente señalándolos.

— Es un placer. —murmura él, dando la mano de cada uno para saludar.

Sus modismos anticuados me causan algo de gracia. Cuando lo hace, todos se le quedan mirando, como hipnotizados. Sí, ya sé. Dejen de mirarlo, es mío arpías. Jin interviene mis avispados pensamientos de nuevo, jalandome del brazo.

— Se puede saber, ¿Quién es ese tipo? —me preguntó inquisitivamente.

— Él es de quién te había hablado. —susurro. Él me mira con incredulidad.

— ¡Es mucho más grande que tú! —dice. Mucho...

— Lo sé. En realidad no es para tanto.

— ¿Ah no? ¿Cuántos años tiene? —inquiere.

— Veintiséis... —le digo distraídamente. — Casi doscientos. —añado con un tosido que él no alcanza a entender y rasco mi nuca. A pesar de eso, él me mira boquiabierto.

— ¡Son ocho años! ¿Eso no es mucho para ti? —me regaña entre dientes.

— Seokjin por favor...

— ¿A eso te referías cierto? Era lo que te preocupaba el otro día. —dice reflexivo.

Son tantas cosas de las que no tienes una idea Jin.

— Me interesa. La edad es algo que simplemente, no me importa. Apreciaría mucho que me entendieras y apoyaras. —le digo seriamente.

Él se queda pensativo un momento y voltea a verlo. Lo miro también. Él está hablando con los chicos. ¿De qué? Ni idea. Él me mira y me sonríe. Miro de nuevo a Jin.

— Muy bien. —me dice, con un suspiro de resignación. Se me acerca y me abraza fuerte. — Sí te hace feliz, lo aceptaré. —murmura. Y luego de otra sonrisa regresamos con los demás.

Al llegar, casi al instante soy sorprendido por, Namjoon. Él me aborda desde atrás. Está muy guapo debo admitir. Desprende un aire fresco y agradable.

— Jimin-ah, que gusto que estés aquí. —pronuncia e intenta besar mi mejilla al saludar. Pero volteo y el beso me intercepta los labios accidentalmente. Ambos nos quedamos mirándonos nerviosamente.

Tragame tierra…

.
.
.

MIN∆BRIL

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro