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Al terminar una buena ronda de besos me acerque a ver los detalles de la decoración, sobre todo me acerque a ver las flores, había algo en las rosas que me llamaba la atención.
- ¿Son rosas Julieta? - Nam asintió con la cabeza - pero... ¿cómo las conseguiste? - en alguna ocasión le comenté a Nam que en un evento importante de la empresa de mi madre alguno de los accionistas le regalo rosas Julieta, ella me explicó el porqué eran flores de un costo elevado y algo complicadas de encontrar, desde entonces quería algún día volverlas a ver y sobre todo disfrutar de su distinguido aroma - y son muchos ramos, las hortensias se ven hermosas y las peonias parecen ireales, muchas gracias - me acerque a Nam para abrazarlo nuevamente.
- Lo que sea para ver la hermosa sonrisa de mi prometido - no pude evitar revolverme en sus brazos al escucharlo llamarme así.
De un momento a otro un simple beso paso a suaves caricias, que a su vez aumentaron nuestros ritmos cardíacos, el sentir la piel del otro se sentía como una necesidad, prenda a prenda fueron cayendo al piso y al mismo tiempo nuestra desnudez se hacía presente, con delicadeza comencé a dejar una fila de besos en el cuello y pecho de Nam.
Sentía como su respiración comenzaba a tener un ritmo errático el cual aumento cuando mi mano comenzó a hacer suaves caricias sobre su miembro. De un momento a otro me encontraba entre los brazos de Nam, el destino era la cama, al llegar colocó con cuidado mi cuerpo en ella, frente a mi se encontraba mi ahora prometido, observándome, haciéndome sentir como una presa, totalmente indefenso.
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El cuerpo de Jin me volvía loco, ver su desnudez es todo un deleite para mi, pero lo que más disfruta es ver el rostro de él desbordado en placer, me acerque, primero dejando varios besos en sus labios, los cuales al separarme pude notar que aumentaban de tamaño, vaya que los besos estaban siendo intensos. Abrí con delicadeza sus piernas, introduje dos dedos en su boca, mojandolos con su saliva, sin detener el ritmo comencé a dar suaves masajes en su entrada y con la mano libre envolví su miembro.
Los gemidos de Jin comenzaron a desplazar el silencio de la habitación y escucharlo decir mi nombre de esa forma tan particular me hacía disfrutarlo más, introducí con delicadeza uno de mis dedos, el cuerpo de Jin reaccionaba a cada uno de mis toques, la exitación era evidente pues su cuerpo enseguida se acopló a ese dedo, así que introducí uno más, pero ahora con un ritmo más rápido e incluso con un poco de rudeza la cual me he dado cuenta que él disfruta mucho, mis dedos se movían de manera errática buscando tocar todo su interior, luego de varios minutos saqué mis dedos, escuchaba como Jin buscaba tranquilizar su respiración pero esa intensión fue frustrada por mi lengua. Al levantar la mirada pude ver los ojos de mi prometido llenos de lágrimas a causa del placer, sus labios rojos e hinchados pues en el torpe intento de callar sus gemidos los mordía.
- Nam... mmm... ya casi - esa fue mi señal, sin dejar de mover mi lengua volví a colocar una de mis manos libres alrededor de su miembro, con pulgar comencé a hacer círculos en la cabeza del pené.
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Una oleada de placer se desbordó por todo mi cuerpo, cada vez Nam me sorprendía más y me demostraba que mi extasis podía extenderse cada vez más, cuando sentía que el placer estaba a punto de llegar al final Nam colocaba su dedo en la entrada de la uretra, pausando el final pero aumentando el placer, las lágrimas se apoderaban de mis ojos y la necesidad de apretar las sábanas buscando saciar la euforia del momento.
- Quiero venirme....mmm Nam - trataba hablar pero me era complicado - Por favor - en el rostro de Nam se dibujo una sonrisa que solo en estos momentos la podía observar, él se puso nuevamente de pie, me tomo en brazos, enseguida enrolle mis piernas en su cadera para no caerme y somo siguiente sentí como poco a poco comenzó a entrar en mi haciendo que fuera difícil contener los gemidos, subía y bajaba, sentía como mi clímax se acercaba, mis brazos que se encontraban en sus hombros se fueron tensando a causa del mar de sensaciones, mis labios devoraban los suyos, las mordías eran muy placenteras.
- Ya casi.. ya casi... - Al escuchar mis palabras Nam aumento el ritmo, y el clímax se hizo presente.
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- Ya tenemos que levantarnos - ya perdí la cuenta de cuantas veces Jin a dicho lo mismo en los últimos 30 minutos.
- Amor mío déjate llevar, además anoche casi me dejas seco - las mejillas de Jin se pusieron rojas, no pude evitar reírme - ¿Quieres hacer algo en especifico hoy y por eso la urgencia? - deje un beso en su frente.
- No, pero me es raro estar en la cama acostado después de las ocho sin hacer nada.
- Señorito disciplinado rompa sus costumbres por mi, ¿si? - como respuesta obtuve un tierno beso.
- Esta bien, pero quiero ir a comprar ropa a la tarde, quiero llevarle algunas cosas a los chicos.
- Bien, me gusta la idea, pero ven acá - sin previo aviso tomé a Jin entre mis brazos.
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Después de la larga mañana en cama, cuando llego el medio día pudimos salir de la cama, tomamos un buen baño y nos dirigimos a un centro comercial que nos quedaba cerca, aprovechamos para comer algo estando ahí. Recorrimos varias tiendas buscando cosas que les podrían gustar a los chicos, algunas prendas principalmente para Tae y Kookie, algunas cosas para decorar el hogar para Yoongi y Jimin, Nam compró unos bellos audífonos para Hoseok entre otras cosas más.
Mientras caminábamos algunas personas nos miraban y cuando se daban cuenta que lo notabamos miraban nerviosas a otra parte, algo estaba raro, pero quizá se debía a que había una tienda de maquillaje coreano en donde los productos de mi madre estaban a la venta y una foto mía se encontraba en su sección.
- Este juego de tazas se ve bonito, combina con la cocina de Jiminshi, pero algo me dice que no llegará completo a casa, me ha tocado ver como a veces tiran las maletas, ¿qué otra cosa puede ser? - observaba a profundidad los artículos de la sección de hogar.
- Cariño con lo que llevamos creo que esta bien, así que me... -Nam no termino la oración y me percate del porque, en una de ollas de acero de exhibición pudimos ver el reflejo de un hombre vestido totalmente de negro, enseguida me acorde del de aquel día, aunque no le había mencionado nada a Nam al parecer el también lo había notado, sin dudarlo comenzamos a caminar hacía el tipo, el cual al notar que había sido descubierto comenzó a caminar alejándose, pero nosotros no lo pensábamos dejar escapar, apuramos el paso, hasta el punto en que trotamos. El sospechoso hombre se dirigió a los baños, el tonto se acorralo solo, en cuanto entramos al baño Nam tomo al tipo de su sudadera, era la primera vez que lo veía enojado.
- ¿Quien quien y porqué nos estas siguiendo? - en definitiva algo no estaba bien.
-Suéltame - Nam había hecho la pregunta en inglés pero obtuvo una respuesta en coreano, no tenía sentido, Nam apretó más su agarre.
- No te hagas el idiota, habla o te sacaré las palabras a puñetazos- me acerque y le descubrí el rostro al tipo, enseguida le tomé una foto.
- Aunque no lo digas sabré quien eres - sacudí mi teléfono con la imagen en la pantalla.
- ¿Porqué nos sigues? - Nam movió al tipo haciendo que su cabeza golpeara con la pared, sus manos comenzaron a ejercer más presión sobre el cuello del tipo, el cual en su rostro mostraba incomodidad por no poder respirar bien.
- Suéltame - vi claramente como Nam perdía la paciencia y su puño impactando en el rostro del tipo lo confirmaba, el hombre comenzó a llorar - solo me pidieron tomar fotos, solo eso, las puedo borrar.
-¿Quien? - el hombre mi miro.
- Su padre - sentí un frío intenso apoderarse de mi cuerpo.
- Borra las fotos ahora - el tipo, que hasta este momento tenía sus manos aferradas a las de Nam comenzaron a buscar en las bolsas de su pantalón, tomo su teléfono y comenzó a mover sus dedos por la pantalla, borró las fotos tanto de su galería como de la papelera, lo que aumento el ritmo cardíaco de mi corazón fue ver fotos de días anteriores - lárgate y espero no volverte a ver - en cuanto Nam soltó al tipo este salió corriendo.
Mi respiración comenzó a perder ritmo al igual mis latidos, el frío se apoderó de mi cuerpo y todo se comenzó a escuchar con un extraño eco.
- Jin ¿estás bien? - aunque Nam se encontraba a mi lado lo escuchaba tan lejano - cariño háblame.
- Mi padre... - algo tramaba y tenía miedo de que Nam resultará herido por ello - ¿porqué?
- No me sueltes - Nam colocó uno de mis brazos alrededor de su cintura, nisiquiera tenía fuerzas para aseguar mi agarre, escuche que Nam llamaba a su manager, y llegó un punto en el que me desconecte.
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No estaba seguro si Jin estaba sufriendo un ataque de ansiedad o de pánico, pero lo que me quedaba claro es que teníamos que salir del lugar lo antes posible, además de ponerme a investigar sobre lo que estaba pasando. Llegar al auto se sintió como una odisea, abrí rápidamente la puerta y ayude a Jin a subir, enseguida coloqué las cosas en el asiento del copiloto, después me senté al lado de mi prometido mientras mi manager llegaba.
- Respira conmigo Jin - los ojos de Jin se posaron sobre los míos, puse una de sus manos sobre mi pecho, observaba como él intentaba imitar el ritmo de mi respiración, también pusé una de mis manos sobre su pecho, pues de esa forma podía sentir si su ritmo cardíaco se calmaba y al parecer estaba funcionando. No me di cuenta de cuanto tiempo pasó pero pude escuchar como alguien tocaba el vidrio de la ventana del auto, era Lilith.
- ¿Están bien? - abrió la puerta del conductor - Bang me pidió que viniera, yo estaba más cerca - la pobre se veía agitada.
- Jin ya esta más tranquilo, ¿podrías manejar y llevarnos a un hospital? Yo estaré aquí atrás con Jin - el mencionado apretó mi mano la cual aun seguía sobre su pecho.
- No, ya estoy mejor, vamos a la estadía por favor - yo solo miré a Lilith y luego a Jin, poco después llegamos al lugar.
- No lo entiendo, ¿porqué mi padre está haciendo esto? ¿porqué me esta siguiendo? ¿porqué no me quiere dejar en paz? - abrace con mayor fuerza a Jin, estábamos recostados en la cama, él estaba casi en posición fetal, como podía buscaba rodearlo con mi cuerpo para que supiera que yo lo protegería.
- No lo sé, pero lo averiguare, y haga lo que haga no podrá separarnos - dejé un cálido beso en sus labios, corto pero que expresaba todo mi amor. Un te amo salió de los labios de ambos, luego el silencio se hizo presente pero la sensación de unión lleno de calidez nuestros corazones.
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