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Al despertar pensé que lo primero que vería sería el rostro de Nam, pero no, frente a mi la almohada estaba un poco aplastada, al parecer no tenía mucho que se había despertado, enseguida un ligero olor a quemado disperso más pensamientos, me levante de la cama y me dirigí hacia la pequeña cocina, y ahí estaba él, podía ver que estaba sumamente concentrado cocinando algo, cuando notó mi presencia soltó un grito que desapareció el poco sueño que me quedaba.
- Jin, amor mío, ya despertaste - me acerque a Nam con sumo interés en lo que estaba en aquel sarten que sostenía con una de sus manos.
- Tan temprano y ya con sorpresas - al llegar a su lado recargue mi cabeza en su hombro, con uno de mis brazos abrace su cintura - ¿Qué haces?
- Se supone que son hotcakes pero algunas cosas están fallando - Nam le dio la vuelta al hotcake, el pobre estaba a nada de ser carbón, me fue imposible contener la risa.
- ¿Te ayudo? - Nam miraba con tristeza su pequeño y quemado hotcake.
- Quería sorprenderte con algo hecho por mi, pero no salió como esperaba - deje un beso en su mejilla.
- Me gusta la idea de cocinar juntos - una de las Nam tomo mi barbilla con suavidad y levanto con ligereza mi rostro, enseguida dejo varios besos en mis labios.
- Me vendría muy bien un poco de ayuda.
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Jin me ayudo mucho. Mi plan era llevarle el desayuno a la cama, pero las cosas no salieron como esperaba, solo rogaba al cielo que el resto del día no fuera a seguir con esta racha, el punto a favor es que aprovechamos momentos como estos para hablar de cosas que habían pasado pero que no habíamos podido platicar al respecto.
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Al terminar el desayuno nos vestimos y fuimos a visitar algunos lugares, principalmente a una tienda de arte que había encontrado en Internet. Era interesante ver como Nam analizaba con delicadeza los materiales que había.
- Tiene mucho que no uso estos - en sus manos tenía una caja de gises pastel.
- Lo que quieras te lo compro- señale la caja.
- No sabia que tenía sugar - le guiñe un ojo para seguir con el coqueteo - con esto esta bien.
- Tu lleva lo que necesites - seguimos caminando por el lugar y después de unos cuarenta minutos ya me encontraba pagando algunos sets de pinceles, pinturas al óleo y los gises, me encanta ver la sonrisa de Nam al tomar la bolsa con los materiales recién adquiridos. Recorrimos algunas calles relevantes de la ciudad y claro, aprovechamos para tomarnos algunas fotos durante la caminata me sentía observado, lo atribuí a que claramente se notaba que yo era extranjero y quizá lo que sentía eran las miradas de algunos curiosos así que centre mi atención en Nam ignorando por completo esta sensación.
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- Este lugar se ve muy bonito para algún promocional del bálsamo - Jin comenzó a buscar en la pequeña mochila que traía consigo.
- Tienes razón pero espero no vuelvas a mencionar el trabajo, hoy quiero tu atención solo para mi - enseguida del reclamo Jin hizo una linda pose la cual me apure a capturar con mi teléfono.
- woooah, todo un profesional mi novio.
- Claro - Jin cambio de pose. Mientras miraba rápidamente las fotos pude notar de reojo a alguien, lo que más me llamaba la atención era su vestimenta, estaba totalmente cubierto, si, estaba haciendo frío, pero nisiquiera sus ojos eran visibles pues unos grandes lentes oscuros los cubrían y un cubre bocas ocultaba el resto del rostro, no era la primera vez que lo veía, contando esta ocasión ya serían cinco veces que nuestros caminos "coincidían", si había una próxima vez lo enfrentaría, por el momento seguiría disimulando para no preocupar a Jin. Además hoy sería un día importante y no quería arruinarlo.
- Ya es hora, vamos rápido o llegaremos tarde - Jin me miro como mucha confusión- las cataratas del Niágara nos esperan - en cuanto termine de decir el nombre de nuestro próximo destino los ojos del contrarío se abrieron como platos.
- ¿De verdad? - asentí - siento que me leíste la mente, cuando vi la ubicación de nuestra estadía noté que quedaba relativamente cerca, pero no te dije nada pues no sabia si nos daría tiempo ir.
- Ay amor mío sabes que puedes decirme lo que sea - deje un rápido beso en su frente, pues no había nadie cerca de nosotros- vamos que el tiempo corre.
Después de unos 40 minutos en carretera llegamos al lugar, los ojos de Jin tenían un bello brillo, el cual había visto en momentos muy puntuales pero me indicaba que él se encontraba feliz, lo cual me causaba una satisfacción única. Comenzamos a caminar por el lugar, Jin tomaba muchas fotos desde diferentes ángulos como si quisiera capturar hasta el último detalle, a su vez nos turnabamos para tomarle fotos el uno al otro.
- Esta me gusta junto con esta - Jin me mostraba las fotos elegidas - las subiré a mi perfil, adoro que mi novio si logre captar mis buenos ángulos.
- Y eso que hay algunos mejores pero en ese momento no puedo tomar fotos - sentí un ligero codazo en mi abdomen, fue inevitable la risa más aún al ver el rostro de Jin.
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- Fue hermoso, que bueno que compraste los impermeables sino nos hubiéramos dado un segundo baño - al subir al auto busqué una bufanda qué había dejado el día anterior y la tome para secarme un poco el rostro, después se la di a Nam quien hizo lo mismo.
- Si, algunos amigos me lo advirtieron, por suerte no olvide comprarlos - mi teléfono comenzó a sonar interrumpiendo a Nam.
- ¡Cariño! ¿Cómo estás? ¿La estas pasando bien? ¿A donde te ha llevado Nam? ¿Haz podido ir al baño? - las preguntas de mi madre eran tantas que algunas nisiquiera las pude entender.
- Hola mamá, estoy bien, de hecho acabamos de salir de las cataratas del Niágara.
- Dime que te cubriste bien, no quiero que te enfermes.
- Me cubrí bien, Nam compro impermeables, asi que la brisa solo mojo mi rostro.
- Salúdame a Nam - toque la pantalla y active el altavoz.
- Te esta escuchando.
- Hola Nam ¿cómo va todo? - el tono de mi madre se volvió más dulce, vaya que quería a Nam.
- Todo bien señora Kim, ya estamos en el auto listo para ir a comer algo y después regresar a descansar al hospedaje - Nam miraba en su teléfono en la aplicación de mapas el siguiente lugar al que iríamos.
- Ay ya te he dicho que puedes decirme suegra sobre todo después de este viaje - lo último que dijo mi madre llamó mi atención.
- Claro, el darle permiso a Jin para viajar conmigo me deja ver que me tiene confianza - noté a Nam algo nervioso pero solía ser así cuando hablaba con mi madre y estaba yo cerca.
- Bueno bueno, los dejo, disfruten su día y cualquier cosa no duden en llamarme, adiooooooos - los dos nos despedimos de mi madre dando fin a la llamada. Durante el trayecto de regreso Nam me contaba algunas anécdotas de sus primeros viajes al extranjero, sus primeras exposiciones y la venta de sus primeros cuadros, era bonito ver esa alegría en su rostro reviviendo esos momentos.
- Fue genial ver un punto rojo en la ficha técnica de mi cuadro, de hecho hubo algunas personas que me pidieron hacerles una réplica - él se escuchaba muy orgulloso de lo que contaba.
- Wow, el día de la exposición también vi que algunos tenían puntos rojos, al parecer hubo muy buen recibimiento para ser el primer día - llegamos al lugar donde nos estábamos hospedando, yo pensaba que iríamos directo a algún restaurante.
- Sí, tuve buena suerte, por cierto, tengo una sorpresa así que - Nam busco algo en la guantera del auto - cúbrete los ojos, esta vez será poco tiempo - tomé el antifaz para dormir y me lo puse, luego escuche como Nam abría la puerta del auto y a continuación abrió la mía, tomó mi mano siendo mi guía, por más que intentaba mirar algo solo podía ver mis pies y un poquito del piso. Luego de unos pasos cruzamos el umbral de la puerta principal.
- Puedes quitarte el antifaz - su voz fue suave, como si el levantar un poco más el tono pudiera romper algo, la emoción me invadía así que en cuanto termino de dar la indicación el antifaz desapareció de mi rostro, ni me di cuenta en donde lo tiré.
Mi vista era un poco borrosa a causa del antifaz, además el lugar contaba con una iluminación tenue reforzada por algunas velas, poco a poco mi visión se torno más nítida y pude apreciar varios detalles, frente a mi se encontraba un caballete, a los lados había varios ramos de rosas las cuales con su aroma volvían acogedor el ambiente, entre estas podía apreciar algunas hortensias en varios colores pero principalmente blanco, además de peonias qué repetían el patrón de color de las hortensias. Me acerque al caballete, en el se encontraba un cuadro el cual enseguida capto mi atención, en segundos reconocí mi rostro, al lado de él estaba el de Nam, por la posición parecía que estábamos recargados en algo, solo se observan nuestros rostros y parte de los hombros, una de mis manos está al lado de mi rostro, encima de esta se encuentra una de las manos de Nam, sin embargo todo esto pasa a segundo plano cuando notó que las manos de los dos tienen un anillo a juego, mi corazón comenzó a acelerarse, la voz de Nam rompió el silencio del lugar, di media vuelta para verlo y la escena que encontré le dio un vuelco a mi corazón.
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- Kim SeokJin - intentaba que el temblor en mis manos no se notará tanto, sentía que el corazón quería salir de mi pecho - llevo días o semanas, ya he perdido la cuenta, pensando que decir en este momento, sin embargo se que no hay palabras para describir todo lo que siento, todo lo que he aprendido y descubierto en el tiempo que llevo teniendo la fortuna de llamarte mi novio - con cuidado me arrodille frente a él, mis piernas me temblaban - lo que si me queda claro es que quiero seguir compartiendo momentos como este a tu lado, seguir creciendo juntos, poder despertar a tu lado y envejecer juntos, Kim SeokJin ¿Me harías el honor de casarte conmigo? - con cuidado abrí la pequeña caja de terciopelo blanco mostrando así el anillo, en el rostro de Jin podía ver como las lágrimas se hacían presentes, sus ojos brillaban a causa de estas y las velas del lugar, los segundos que transcurrian los sentía como si de una eternidad se tratara.
- ¡Sí! Claro que quiero casarme contigo - una alegría inmensa se hizo presente en mi, enseguida los labios de Jin estaban sobre los míos, sus manos se colocaron en mis mejillas con suma delicadeza, haciendo más profundo el beso, con un poco de torpeza me puse de pie, disfrutando del beso que se había vuelto profundo y muy placentero. En cuanto este llego a su fin tomé su mano, saqué el anillo de su caja y lo coloque ahora en su lugar correspondiente, al terminar de colocar el anillo en el dedo de Jin deje un suave beso sobre este.
- Se ve más hermoso de lo que pensé - Jin miraba con una enorme sonrisa el anillo, al parecer los dos estábamos nerviosos pues sus manos también estaban temblando.
- Me impresiona lo bien que lo replicaste en el cuadro - Jin dejo muchos besos por todo mi rostro - Te amo Kim Namjoon, nunca lo olvides.
- Yo a ti Kim SeokJin.
¡Vivan los noviooooooooooos!
Hola! Espero les haya gustado este capítulo 💜 no olvides comentar.
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