Capítulo 8
A los que más comenten les doy un besito <3
Anteriormente:
La misión ya había terminado, el sol ya estaba despertando de su siesta mostrando sus primeros rayos como saludos afuera de la fortaleza y los dos demonios nunca volvieron.
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Doce de doce. Misión finalizada, seis horas extra.
—La luna superior seis fue derrotada, Gyutaro y Daki murieron en la batalla contra el pilar del sonido y los cazadores que lo acompañaban.— La noticia le cayó como balde de agua fría a el pelinegro
—¿Que?— Sintió un ardor en los ojos, las lágrimas amenazaban con escaparse. Sus ojos azules, que gradualmente se oscurecían hacia un tono más negro, comenzaron a perder el leve brillo que habían ganado gracias a los hermanos. Su corazón se apretó con fuerza, sin entender por qué le dolía tanto. Eran demonios, destinados a morir, pero al mismo tiempo eran tan jóvenes. Eran solo niños en busca de salvación y vida eterna.
—Tomioka-Sama ¿Necesita un momento?— Preguntó cuidadoso Akaza, todavía no conocía bien al contrario por lo que temía pasarse de confianza y recibir algún castigo como los que le proporcionaba Muzan.
—¡N-no!— El temblor de su voz lo delató, sintió una lágrima besarle la mejilla pero fue borrada rápidamente por la manga de su ropa. —Solo, sigamos entrenando— Ordenó fríamente.
—Como usted desee— Fue la simple respuesta.
Tomioka se arañó una vez más, sintiendo cómo el líquido carmesí fluía rápidamente de su herida. Se centró en su interior y comenzó a imaginar su propia como agua, moldeándola según su voluntad solo que esta vez no lo estaba haciendo tranquilo, si no que estaba dejando que sus emociones guiarán su entrenamiento con frustración y enojo, se concentró intensamente, haciendo que una vena en su frente palpitara con fuerza.
De repente, el agua de los estanques cercanos comenzó a agitarse y como si tuviera vida propia salió de ellos para ir junto la sangre que estaba flotando, mezclandola para dar forma a una nichiri. No obstante, no estaba conforme con eso. Decidió deshacer la nichiri y comenzó a darle otra forma.
Unas cuchillas de agua fueron creadas en segundos, lo suficientemente filosas para cortar hasta el mismo aire y el pelinegro lo quería poner a prueba. Las cuchillas fueron lanzadas a los árboles a su alrededor los cuales tenían unas dianas de tiro y gracias a su increible punteria dieron el el blanco, logrando romper algunas. Las cuchillas se encontraban en perfecto estado, no se deformaran ni se volvieron a transformar en agua normal.
—Wow, Tomioka-Sama creo que es suficiente, ya llevamos casi 7 horas acá, tiene que des— Fue interrumpido por una cuchilla que rozó su mejilla.
—No, ya avance y no pienso parar.— afirmo antes de deshacer las cuchillas, permitiendo que el agua se esparciera y formara charcos a su alrededor. Luego, hizo que el agua se evaporara, creando una gran nube grisácea junto con un esfuerzo adicional, logró hacer que la nube soltara pequeñas gotas de agua de tono oscuro que rápidamente se formaron en una lluvia. Akaza subestimó el ataque, pensando que simplemente era una lluvia inofensiva, y decidió meter la mano bajo la lluvia. Fue un grave error.
Apenas entraron el contacto la mano del demonio comenzó a llenarse de pequeños hoyos que lentamente se agrandaban, como si el líquido estuviera quemándole la piel para dar a relucir los huesos. Logro sacar rápidamente su mano, el dolor fue insoportable por unos instante y regenerar la mano también fue algo costoso, Sin embargo, no sentía miedo, sino algo más profundo que eso. Estaba lleno de orgullo; las enseñanzas que había compartido y el entrenamiento que le dio al menor finalmente estaba dando frutos, frutos peligrosos y mortales. Al girarse para observar a su pupilo, notó que tenía la mirada perdida. Sus ojos estaban completamente negros, y su pupila rasgada, ahora tenía un tono gris.
Al sentir una mirada sobre el Tomioka salió del pequeño trance en el que el mismo se adentro para ver la mano del demonio. La culpa al ver esa escena lo invadió y sus ojos se volvieron a hacer normales.
—Y-Yo lo siento, no se que me paso, perdi el control. Por buda ¿estas bien? De verdad lo siento mucho— La desesperación lo estaba invadiendo, no solo por lo que había hecho si no que también por las noticias que fueron entregadas hace unos minutos.
—¿Bromeas verdad? Tomioka eso estuvo increíble ¿Sabes cuanto me costo a mi aprender a hacer un solo ataque controlando materia?— Dijo totalmente a orgullo escuchando una leve risa de fondo hasta que cayó en cuenta lo que había dicho. —Lo siento Tomioka-Sama me emocione mucho al parecer— Dijo rascándose la nuca.
—El que debería disculparse soy yo, te hice daño.— Volvió a adentrarse en su culpa
—No, no, no, no, no , está bien, estoy bien ¿ve?— Inquirió mientras se apuntaba su mano totalmente sana.
—Akaza-san creo que si necesitó ese descanso, lo ultimo me dejo muy— No logró terminar la frase antes de caer agotado por el cansancio, el nombrado rápidamente lo atrapó antes de que cayera al frío piso, aprovechó de verlo detalladamente. El peli rosa noto como en su clara piel empezaba a formarse pequeñas manchas azules que simulaban pecas las cuales solo se extendían de un lado de su cara, Sus pestañas era casi igual de largas que las suyas y sus facciones eran simplemente hermosas. Quedo embobado por la belleza del de más abajo hasta que recordó que estaba desmayado.
—Nakime, llévanos a su habitación— Sujeto fuertemente al menor hasta estar frente de la cama de el, lo deposito con mucho cuidado en el futón. Cuando estuvo seguro que estaba cómodo lo tapo con las mantas.
—¿Y como les fue en el entrenamiento? ¿Algún avance importante?— Como alma que lleva el diablo akaza se voltio rápidamente y se arrodillo frente al demonio.
—Tomioka-Sama avanzo muy rapido, ya logró manipular su propia sangre a su gusto, tambien logro despertar su arte demoniaca, la cual es transformar y manipular el agua a su gusto, pasando de un estado liquido a uno sólido e incluso gaseoso. Formo una nube de lluvia acida que logra quemar la piel y también manipulo el agua logrando crear unas cuchillas muy filosas.— Informo rápidamente, Akaza sabia que a muzan no le gustaban los rodeos.
—Entiendo, es impresionante ese chico, pero bueno, ya puedes retirarte. Cuando giyuu despierte y este listo ira a entrenar de nuevo.— El pelirosa solo asintió para proseguir a irse con la ayuda de nakime.
—Eres todo un caso, si estu puedes hacer por ahora... No me imagino que lograrás hacer con más sangre.
—¡Caw caw la luna superior seis fue derrotada... Uzui Tengen pilar de sonido junto a Tanjiro Kamado y sus compañeros están con vida pero con heridas profundas!—
—Esto es un avance, cada vez estamos más cerca de giyuu.— El ahora pilar del agua no perdía la esperanza de encontrar a su mejor amigo. — Cuando vuelva Tanjiro lo voy a felicitar e invitar a comer.
—Sabito...— La voz de la peli negra más baja se hizo presente —Tienes que aceptar que lo más probable es que Giyuu este muerto.— Trato de volverlo a la realidad.
—Jajaja Makomo no sabes lo que dices, nosotros tenemos esa conexión de años, si digo que está vivo lo está.— Su voz paso de una alegre a una sería en segundos.
—Bueno, si tú lo dices— Trato de restar importancia al tema, ella sabía que Sabito podía ser algo bipolar cuando se trataba del tema de su amigo.
—Estaba pensando en invitar a Rengoku a comer en la tarde ¿quieres acompañarnos? Por que puede que venga el y traiga a Mitsuri y ella a Iguro y el a Sanemi.— Invito a la chica.
—¿Tu crees que vayan? Sabito, Uzui está regresando de una misión con heridas graves, no sé si Rengoku-san acepte la salida, recuerda que ellos dos son buenos amigos.— Le recriminó de vuelta.
—Hmn, entonces vamos a comer los dos. Necesito despejarme.
A pesar de todas las evidencias que encontraron sobre la muerte de Tomioka, Sabito no creía eso. No lo aceptaba. Lo cual es lógico ellos fueron amigos desde los trece años y ahora los dos tenían veintiuno, el tiempo que pasaron juntos era mucho mayor que el tiempo que paso entre el secuestro y supuesta muerte de su compañero de vida.
El sol se ponía lentamente sobre las montañas cercanas al cuartel general de los pilares. Sabito y Makomo caminaban por los jardines tranquilos, cada uno perdido en sus pensamientos. La preocupación por Giyuu pesaba en el corazón de Sabito, mientras que Makomo se esforzaba por mantener una actitud optimista frente a su amigo.
—Sabito, sé que extrañas mucho a Giyuu. Pero también debes cuidarte a ti mismo. Estás trabajando demasiado últimamente —comentó Makoto con suave preocupación.
Sabito miró hacia el horizonte, donde el cielo adquiría tonos dorados y rosados mientras el sol se ocultaba por completo. Suspiró profundamente.
—Lo sé, Makomo. Pero no puedo evitarlo. Giyuu es como un hermano para mí. Necesito saber qué le sucedió realmente. No puedo darme por vencido hasta tener una respuesta concreta— respondió con determinación, apretando los puños.
Makomo asintió con comprensión. Ella misma había visto la cercanía entre Giyuu y Sabito a lo largo de los años, una amistad que trascendía las dificultades y desafíos que enfrentaban como pilares.
—Entiendo, Sabito. Solo recuerda que estamos aquí para apoyarte. Y no estás solo en esto —dijo Makoto con sinceridad.
Justo en ese momento, una figura alta y robusta se acercó a ellos desde el camino principal. Era Rengoku, el pilar de la llama, con su característica sonrisa despreocupada pero con un brillo de preocupación en sus ojos.
—Sabito, Makomo. Me alegra verlos aquí. ¿Cómo están recuperándose de la última misión? —preguntó Rengoku con tono amigable, aunque era evidente que estaba evaluando su estado físico y emocional. El sabía por lo que estaban pasando los dos, por lo que se preocupaba.
—Estamos bien, Rengoku-san. Gracias por preguntar —respondió Makomo con una leve sonrisa.
—Y tú, Sabito, ¿cómo estás? Veo que aún te pesa la ausencia de Tomioka —observó el rubio con una mirada perspicaz.
Sabito asintió solemnemente.
—Sí, Rengoku-san. No puedo dejar de pensar en él. Estoy seguro de que está vivo en alguna parte. Necesito encontrarlo —dijo con firmeza, mirando a el recién nombrado directamente a los ojos.
Este cruzó los brazos, reflexionando por un momento antes de volver a soltar una sonrisa amable.
—Entiendo cómo te sientes, Sabito. Tomioka era un gran compañero a pesar de que era callado y no logré conocerlo como se debe. Pero también debes considerar que el mundo de los cazadores de demonios es impredecible. A veces, las respuestas que buscamos no son las que esperamos —comentó en tono serio pero compasivo.
Sabito asintió lentamente, procesando las palabras de este. Sabía que tenía razón, pero no podía evitar aferrarse a la esperanza de encontrar a su amigo.
—Gracias, Rengoku-san. Aprecio tus palabras. Haré todo lo posible por descubrir la verdad —dijo Sabito con determinación renovada.
—Por cierto ¿Quieres acompañarnos a comer algo?
La noche comenzaba a envolver las fincas de los pilares, y los tres se dirigieron hacia el interior de la finca mariposa, compartiendo el silencio cómodo de la camaradería y la incertidumbre que unía sus corazones.
—Claro, pero primero vamos a ver a Uzui.
—Aun no logro entender cómo sigue vivo si no ha comido a ningún humano.— Una voz algo chillona se escuchó en el cuarto.
Tomioka iba poco a poco recuperando la conciencia, milagrosamente sus articulaciones no le dolían y después de mucho se sentía descansado y recuperado.
Quería abrir sus ojos no obstante al recordar que no estaba solo decidió fingir que seguía durmiendo.
—No se, es algo raro, pero no de la mala manera. Es simplemente impresionante— El pelinegro reconoció esa voz, era la voz de Akaza. —Supongo que Muzan-sama va a querer que kokushibo lo entrene después de acabar su entrenamiento físico.—
—Por que crees eso— La voz gruesa y pesada resonó en la habitación, logrando que el peli negro se estremeciera.
—Kokushibo-san cuidado que lo vas a despertar— Dijo burlona de nuevo la misma voz chillona.
—Contando que era un cazador de demonio por lo cual utilizaba una katana y tú también.— Le explico —Ademas que cuando estabamos practicando su arte de sangre demoníaca la primera estructura que creo fue una katana.—
Tomioka tenía algo de miedo, no quería despertar pero sabía que no podría fingir para simpre.
Se removió de manera visible indicando que su sueño había terminado, abrió lentamente los ojos, se los froto y luego trato de enderezarse en el futón.
—Akaza, ¿Quienes son ellos?— Su voz sonó más grave que de costumbre ya que estuvo mucho tiempo sin hablar por estar dormido.
—Tomioka-sama déjeme presentarlos— Le dijo mientras daba un leve reverencia la cual fue seguida por los otros dos presentes. —El es Douma, la asquerosa luna superior dos— Al escuchar eso Giyuu río levemente y Douma solo fingió su sonrisa. —Y el— Fue interrumpido.
—Mi nombre es Kokushibo, soy la luna superior uno y estoy a su servicio.— El pelinegro lo analizo, sus seis ojos brillaban con intensidad sin importar la oscuridad, tenía unas marcas rojas parecidas a las de Tanjiro, pero estás eran más definidas y puntiagudas. Por último tenía una katana enganchada en su cinturón.
—Un gusto al fin conocerlos.— Rompió el silencio —Mi nombre es Tomioka giyuu.
—Yyy ¿como se siente ser saber que vas a tener el poder y control sobre todos?— Pregunto el rubio tirándose a su lado en el futón, como si se conocieran de toda la vida.
—Mmm yo— No alcanzo a continuar ya que la boca del demonio que se encontraba a su lado invadiendo su espacio personal fue destrozada de un rápido movimiento. Mientras que la sangre le salpicó a su cara —¡Ah!— Un pequeño grito escapó de sus labios, no se esperaba eso.
—Lo siento Tomioka-Sama, Douma aveces puede ser algo irrespetuoso.— Hablo el más alto, mientras que sacudía su mano llena de sangre.
—No, está bien. Simplemente me sorprendió.— Trato de excusarse. Estaba algo nervioso, las miradas se posaban en el. Se sentía como un cordero que estaba apunto de ser devorado por tres lobos.
—No tienes que estar nervioso, no mordemos.— Hablo nuevamente el rubio con su boca ya regenerada ganándose unas miradas asesinas por parte de los otros.
—Lo siento, simplemente todo esto es nuevo para mi.— Se disculpó.
—Tomioka-Sama— Llamo la atención el mayor. —Segun lo que tengo entendido no se a alimentado durante todo el tiempo que lleva acá ¿Acaso no tiene hambre?— La pregunta lo heló, sabía que tenía que comer pero no estaba listo para ese momento.
—En realidad, no tengo mucha hambre ya que no ha pasado mucho tiempo desde que estoy acá, supongo que solo fueron una o dos semanas.— Los demonios lo miraron atónitos.
—Ya lleva un mes acá— Eso si lo tomo por sorpresa.
—Oh—
—No se preocupe, le traeremos a los humanos de mayor calidad posible.— Dijo Akaza. —¿Alguna preferencia?
—Que sea Humanos solitarios y sin familia.— Las palabras salieron solas de su boca. Su conciencia lo empujaba a comer humanos.
Sin embargo no querían que sufrieran, Tomioka sabía que si rechazaba la oferta buscarian a otros sin importarles que tuvieran familia. Después de todo aún conserva algo de su mente humana y para que no sufrieran decidió elegir a ese tipo de personas para que no pasarán lo mismo que el y su hermana.
—Entendido, Douma tu vienes conmigo— Ordenó —Nakime ya escuchaste, llevanos— Dijo antes de desaparecer por el ruido de la biwa. Dejando al mayor y a Tomioka solos.
El silencio se hizo presente, era uno incomodo ya que no todos los días te encuentras de frente con la luna superior uno.
—Tomioka-sama no se tiene que estar tan tenso.— Le dijo el — Nadie pondrá una mano encima suyo sin permiso y yo me encargo personalmente de eso.— Las palabras lo sorprendieron.
—Gracias, gracias por todo— No lo admitía pero se relajo mucho al saber que era casi intocable en este lugar. Pero nunca bajaría por completo la guardia. —Pero, hay algo que no entiendo Kokushibo-San— El agrego del honorífico a su nombre sorprendió al demonio mayor.
—Pregunte lo que necesite saber—
—¿Por que Muzan me eligió a mí?— El silencio volvió.
—Me encantaría darle una respuesta, pero ni yo lo se— Tomioka se desánimo enormemente al no obtener una respuesta.
—Esta bien, no importa.—
El silenció apareció por unos segundos, Tomioka observaba de arriba a bajo al demonio que tenía frente suyo.
—¡Padre, nuestramadre desperto!— La voz de un pequeño demonio irrumpió fuera del lugar
La puerta corrediza se abrió abruptamente mostrando una figura alta junto a otras tres más pequeñas que lo acompañaban.
—Madre es un gusto verlo nuevamente despierto— Hablo el mayor de los tres pequeños mientras que los otros dos corrían en su dirección. Eran tan rápidos que por poco y no los ve. Solo sabe que llegaron ya que siente su el peso de ellos en sus piernas.
—Kukoshibo retirate— Ordenó el pelinegro el cual seguía parado en una pequeña madera la cual le permitía no caerse al gran vacío que estaba fuera de la habitación.
Al ver que el demonio acato la orden sin rechistar de abrió paso a la oscura habitación.
—Veo que la noticia te tomo por sorpresa.— Fueron las primeras palabras que salieron de su boca, sin cuidado alguno.
—Por que los dejaste morir— Lo enfrentó sin miedo por primera vez, sentía que el enojo lo devoraba.
—No podía hacer nada— Se excusó.
—Le hubieras ordenado que se retiraran.—
—Ja y perder la oportunidad de matar a ese maldito niño junto al pilar ese, ni en mil años. Aunque con suerte lograron hacer algo de daño.— Se burló en su cara, al parecer la transformación de Giyuu todavía no estaba completa y eso se demostraba por su acto de rebeldía [según Muzan] Cuando todo ese proceso llegue a su fin será el mejor demonio que jamás creo.— Además esos eran unos simples y repugnantes peones. No era importante si vivían o no.—
—¿¡Estas loco!?— Grito enojado mientras sus pupilas se volvían afiladas al igual que sus uñas las cuales se convertían en unas garras y su mechas azules comenzaban a brillar con algo de intensidad
—Madre, cálmese por favor— Le dijo el mayor.
—No lo estoy, solo veo lo que es mejor para todos.— Dijo Muzan ignorando las palabras de sus propios "hijos" —No es mi culpa que ellos fueran débiles.
—Padre no digas eso por favor.— Ahora uno de los niños que estaban en el regazo de Tomioka se levantó junto a su hermano para tratar de calmar a Muzan.
—¡Tu eres el rey de los demonios como dejaste que unos niños murieran!— Su tono de voz se iba elevando cada vez más.
—Como odio esa compasión que tienen todos los humanos. Escúchame bien Giyuu— El tono autoritario que usó dejó a todos los presentes helados. —Ellos no eran ni fueron inocentes niños. Mataron incontables humanos o que crees que hacían con los humanos que tenían en su misión.
—¡Mientes! ¡Ni siquiera estaba en esa misión tu no sabes nada!— Volvió a contradecir logrando que el mayor se enojara.
—Niños, salgan de acá.— Por primera vez le dirigió la palabra a los tres menores. —Es una orden— Dijo mientras veía a los mini demonios irse.
—Escucha bien y grabate esto en la mente. Yo soy el rey aquí. Puedo controlar las memorias y los recuerdos de todos— hizo una pequeña pausa mirando al pelinegro frente suyo, esperando que esté se diera cuenta a que se refiere.
—Esto significa que puedo controlar incluso los tuyos.— Al escuchar estas palabras, Tomioka sintió que todo encajaba finalmente. —¿O crees que no sé qué quieres escapar?— El tono con el que enfatizó la última palabra hizo que el pelinegro más bajo sintiera como si su alma se desprendiera de su cuerpo. —Si no fuera por tu estúpido ego y tu idiotez, ellos seguirán vivos.— Mintió Muzan descaradamente, pero al ver la expresión del contrario cambiar de enojo a tristeza, supo que su estrategia había funcionado.
—¿Qué...?— Fue lo único que logró decir, sintiendo que sus ojos azules se llenaban de lágrimas, aunque se negaba a dejarlas escapar.
—Nunca lograrás escapar. Que no se te olvide que eres mío— sentenció el otro. Por un momento, Tomioka dejó de preocuparse por quién estaba frente a él. La ira y el deseo de venganza lo consumieron; quería vengar a los demonios.
Con esfuerzo, se levantó del futón y se lastimó el brazo, haciendo que la sangre se expandiera debajo de él. Recordando su entrenamiento con Akaza, formó una katana de agua y se lanzó sobre su adversario en busca de acabar con el.
Muzan solo río al ver el intento desesperado de su reina. Cuando sintió el filo de la katana hecha de agua en su cuello dejo que se lo cortará.
Tomioka quedó sorprendido, bajo su katana a la altura de su cadera dejando el filo apuntando el piso. El cuerpo del contrario permanecía inmóvil frente a el, no desaparecía.
—Por favor, no creas que será tan fácil— La cabeza rápidamente se regenero y antes que el pelinegro menor logrará moverse la mano de Muzan agarro su cuello golpeándolo fuertemente contra una de las paredes. —Recuerda tu lugar, puedes ser más fuerte que todos mis demonios juntos pero nunca más que yo.— Escupió la palabras a la cara del contrario antes de arrojarlo a la otra parte de la habitación.
—Yo...— Ni siquiera sabía que decir, temblaba ligeramente por el golpe y el miedo. La adrenalina bajó de una manera abrupta y sus los sentimientos que lo habían dejado cegado desaparecieron.
—Giyuu.— El nombrado volvió a temblar un poco más fuerte. Tenía miedo de morir —No hagas estos shows, no te lastimes a ti mismo. Cuando termines tus entrenamientos y logres ser mi luna superior cero podrás ser más fuerte que todos. Serás mi mano derecha, mi confidente y lo más preciado que tendré.— Dijo mientras soltaba palabras de aliento y algo cariñosas en forma de manipulación. —No seas así contigo, solo hazme caso y nadie salga herido por tu culpa.—
—Yo, lo siento así será.—
—¿Así será que?—
—Yo te haré caso y me convertiré en lo que tú desees con tal de no lastimar a otros.— Dijo en forma de sumisión, la cordura de su ser humano se iba desvaneciendo poco a poco
—Muy bien Giyuu, prepárate para volver a tu entrenamiento, tendrás que desbloquear más artes demoníacas para ser más fuerte— Le dijo mientras se acercaba a este, el cual seguía en el suelo.
—Eso hare— Dijo mientras sentía la mano del contrario apoyarse en su mejilla.
—Si fueras así de obediente siempre no tendríamos estos problemas— recriminó antes de dejar un beso en la frente de Giyuu.
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——————続ける——————
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Datos de la era Taisho
»Al decir ojos normales nos referimos a que ya están en mitad de proceso de su transformación o bueno un 25% osea el azul predomina en los ojos mientras que se logra notar un poco de negro al inicio de ellos. Cuando sean negros al cien porcientos significará que su memoria se perdió totalmente y como dice muzan "renació" para volverse un nuevo demonio.
»Tomioka siempre había lidiado con una inestabilidad emocional debido a la pérdida de su hermana. Al notar esta fragilidad tanto cuando era humano como ahora que era demonio, Muzan la aprovechó a su favor. Viendo que controlandolo a través de su sangre sería más fácil manipularlo además que por eso le atribuyó la culpa por la muerte de los hermanos para tenerlo completamente bajo su control.
Datos
Se me olvidó que existían los "hijos de Muzan" y como no sé cómo meterlos a la historia lo más probable es que los mate (MENTIRA ¿o no?)
Este capítulo lo termine de escribir el 30/6/2024. Lo cual significa que hoy vi la muerte del patrón animada. Me dejó muy triste ya que pronto esté hermoso anime va a acabar y no estoy lista para eso.
Así estaba: 🤣🤣🤣 (era llanto).
Anyways los amo mucho <3
Se despide konavx
Palabras: 4046
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