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Capítulo 10

Anteriormente:

—Volviendo con el tema de la carta, no me voy a arriesgar ya que parece que muzan nuevamente se va a mover entre las sombras. Las próximas misiones que requieran algún Pilar serán de a dos— Dictaminó buscando la seguridad de sus hijos.

—Dicho esto, la reunión se acaba— Dijo antes de salir junto a sus hijas.

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—Mgh, joder —los jadeos de cansancio resonaban en la habitación, rompiendo el silencio que se había creado.

—¿Ya no puedes más, Giyuu-san? —preguntó divertido el pelirosa, que se encontraba de pie frente a él—. Yo todavía tengo energías para otra ronda —indicó, esperando una respuesta.

Giyuu, respirando con dificultad, levantó la vista hacia Akaza. El sudor corría por su frente, mezclándose con la sangre de pequeñas heridas. A pesar del agotamiento, una chispa de determinación brilló en sus ojos.

—Claro que puedo más. ¡Tsunami! —gritó Giyuu.

El agua de su alrededor comenzó a alterarse, girando en remolinos furiosos. Rápidamente, el agua se elevó, flotando en el aire para luego juntarse y formar un gigantesco tsunami. La fuerza del agua era imponente, avanzando con una velocidad y potencia abrumadoras hacia Akaza.

Akaza, con una sonrisa confiada, se preparó para enfrentar el ataque. Sus músculos se tensaron y su postura cambió, lista para el impacto. Justo antes de que el tsunami lo alcanzara, Akaza se lanzó hacia adelante, desatando una serie de rápidos y precisos golpes contra la ola. Cada golpe parecía dividir el agua, creando salpicaduras que se dispersaban en todas direcciones.

—¡No subestimes mi fuerza, Giyuu! —exclamó Akaza, sus ojos brillando con un fervor combativo.

Giyuu, sin embargo, no se detuvo. Concentró su energía en mantener la forma del tsunami, aumentando su intensidad. Con un grito de esfuerzo, dirigió la gigantesca ola hacia Akaza con aún más fuerza, intentando abrumarlo con el poder del agua.

—¡Choque acuático! —gritó mientras las salpicaduras que Akaza había creado comenzaban a transformarse en bolitas de agua.

Akaza no se preocupó por las pequeñas esferas de agua mientras se defendía del tsunami. Sin embargo, pronto sintió una serie de golpes en su cuerpo, como si estuviera siendo atacado por una técnica muy parecida a la suya. Trató de escapar, pero las gotas de agua bloqueaban su vía de escape trasera y el tsunami la delantera.

Giyuu, aprovechando su dominio de la Hidroquinesis avanzada, hizo que las gotas de agua se solidificarán en pequeños proyectiles afilados. Las bolas de agua, ahora convertidas en cristales de hielo, rodearon a Akaza y comenzaron a lanzarse hacia él con velocidad y precisión.

—¡Esto no ha terminado! —gritó Akaza, esquivando y bloqueando los proyectiles de hielo con una serie de movimientos rápidos y precisos. Sin embargo, cada vez que destruía uno, otros dos tomaban su lugar, manteniéndolo acorralado.

Giyuu, viendo la oportunidad, decidió llevar su control del agua a otro nivel. Transformó parte del tsunami en vapor, creando una niebla densa que llenó la sala. La visibilidad se redujo a casi cero, y Akaza, atrapado entre la niebla y los proyectiles de hielo, empezó a perder terreno.

—¡No puedes escapar, Akaza! —gritó Giyuu, su voz resonando a través de la niebla—. ¡Este es el poder del Agua!

Akaza, frustrado, intentó lanzar un contraataque, pero la combinación de la niebla, el hielo y el agua líquida lo tenía completamente cercado. Cada movimiento que hacía era bloqueado por la habilidad versátil de Giyuu para manipular el agua en sus tres estados.

Finalmente, Giyuu concentró su energía en un último ataque. Con un gesto de su mano, hizo que el vapor se condensará y luego se solidificará en enormes lanzas de hielo que rodearon al pelirosa desde todas las direcciones.

—¡Corte del Dragón de Agua! —gritó Tomioka, desatando su técnica más poderosa.

Un dragón formado por agua, hielo y vapor surgió, serpenteando en el aire antes de lanzarse hacia Akaza con una velocidad mortal. El dragón rugía con fuerza, su presencia imponente llenando la sala.

Akaza, sin inmutarse, preparó su contraataque. Con una precisión impecable, canalizó su energía demoníaca en sus puños, preparándose para enfrentar al dragón de agua.

El choque fue espectacular. El dragón de agua colisionó con los puños de Akaza, creando una explosión de agua, hielo y vapor que llenó la sala. Ambos combatientes luchaban con todo lo que tenían, cada uno empujando al otro al límite de sus capacidades.

Finalmente, con un último esfuerzo, Giyuu logró superar a Akaza, el dragón de agua envolviendolo y lanzándolo contra la pared. Akaza, aunque derrotado en ese momento, sonrió.

—Eso es más como lo que esperaba de ti, Giyuu-san —dijo, levantándose con dificultad—. Pero recuerda, siempre habrá una próxima vez.

Giyuu, agotado pero victorioso, respiró hondo. Sabía que cada batalla lo acercaba más a su objetivo, y que no podía permitirse bajar la guardia. Pero por ahora, había ganado esta ronda.

El sonido del agua cayendo y los jadeos de ambos combatientes se mezclaron en la sala, marcando el final de un intenso entrenamiento.

—Akaza —dijo Giyuu, después de recuperar el aire perdido. Se había dejado llevar en el entrenamiento.

—¿Qué necesitas? —preguntó curioso el pelirosa.

—¿Cuándo crees que conozca a las otras lunas? —La pregunta tomó a Akaza por sorpresa; no esperaba que Tomioka quisiera conocerlas tan pronto—. Ya que solamente los vi a todos una vez y no sé nada de ellos. Con los únicos que he convivido bien fuiste tú —el azabache hizo una pausa antes de continuar—. Y Gyutaro junto a Daki —dijo con cierta tristeza.

—Lo más probable es que Muzan-sama haga una reunión próximamente para ver el progreso de todos —explicó Akaza, tratando de disuadir la tristeza de Giyuu.

—¿Hacen reunión todos los meses? —preguntó Giyuu, asombrado.

—Cada cien años—le corrigió Akaza—, o pueden ser más ya que Muzan-sama siempre nos llama por separados, pero cuando una nueva luna se esta integrando las reuniones son más recurrentes. —Al ver la cara sorprendida de Giyuu, el pelirosa se rió—. ¿Y ustedes, cada cuánto tenían reunión de pilares?

—Nosotros, mmm, creo que cada seis meses, o menos no recuerdo muy bien —dijo Tomioka, dudoso—. Creo que era por la salud de... ¿cómo se llamaba? —Se preguntó a sí mismo, sorprendiendo al demonio— ¡Cierto, Oyakata-sama!

Akaza observó a Giyuu con interés, notando la confusión en sus ojos. El demonio comprendió que su compañero no recordaba completamente su vida antes de ser demonio. La memoria de Giyuu parecía fragmentada, como si algunas piezas cruciales se hubieran perdido en el proceso de su transformación.

—Oyakata-sama... —repitió Giyuu en voz baja, su mente tratando de aferrarse a los recuerdos dispersos—. Él... él era importante, ¿verdad? Osea por algo uso el término Sama...

—Sí, lo era —confirmó Akaza, su tono más suave—. Era el líder de los Cazadores de Demonios, y tú eras uno de sus pilares más fuertes.

—Se que yo soy un pilar o bueno, era un pilar—Giyuu frunció el ceño, esforzándose por recordar más detalles. La imagen de Oyakata-sama se desvanecía en su mente, como una sombra que se escurría entre sus dedos. La frustración lo invadió, pero también una tristeza profunda al darse cuenta de cuánto había perdido.

—Es... es como si hubiera un vacío en mi mente —dijo Giyuu, sus ojos ahora mitad negros se llenaron de desesperación—. Recuerdo fragmentos, momentos, pero no todo. ¿Qué me pasó, Akaza?

Akaza suspiró, sabiendo que la verdad sería difícil de aceptar para Giyuu. Pero también sabía que no podía permitirle recordar todo, ya que Muzan quería a Tomioka como un demonio poderoso y leal.

—La sangre de Muzan-sama tiene efectos poderosos —explicó Akaza, eligiendo cuidadosamente sus palabras—. Al convertirte en demonio, perdiste partes de tu memoria humana. Es un precio que todos pagamos.

Giyuu apretó los puños, la rabia y la impotencia mezclándose en su interior. Aunque había ganado una nueva fuerza y habilidades, había perdido una parte esencial de sí mismo.

Akaza, con una sonrisa oculta, asintió. Sabía que debía mantener a Giyuu en la oscuridad sobre ciertos aspectos de su pasado.

—Con el tiempo, algunas cosas pueden volver a ti —Mintió Akaza, aparentando ofrecer consuelo—. Pero ahora, tienes un nuevo propósito. Estamos juntos en esto, Giyuu. Muzan-sama tiene grandes planes para nosotros, además no es necesario recordar tu pasado cuando puedes vivir este hermoso futuro.-

Giyuu asintió lentamente, aceptando la realidad de su situación. Aunque la pérdida de su memoria era dolorosa, sabía que debía seguir adelante. La misión de dominar el sol se había convertido en su nuevo objetivo, y no podía permitirse fallar.

—Sí, lo sé —respondió finalmente— Y haré todo lo posible para cumplir con esos planes.— Ya no sabía si las palabras que salían de su boca eran mentira o no.

Con esa resolución, Giyuu y Akaza se prepararon para continuar su entrenamiento, conscientes de que cada batalla no sólo fortalecía su poder, sino también su determinación para volverse más fuerte.

Akaza, sin embargo, mantenía sus propios pensamientos. Sabía que Tomioka podría convertirse en uno de los demonios más poderosos, quizás incluso superando a él mismo. Su lealtad a Muzan y su deseo de mantener el control sobre Giyuu eran fuertes, y haría lo necesario para asegurarse de que Tomioka no recordará demasiado sobre su vida anterior.

—¡Akaza-donooooo! —Una voz chillona interrumpió el momento especial. —Muzan-sama nos llamó, prepárate que en una hora más nos vamos a reunir —dijo Douma, con una sonrisa forzada y falsa. —Oh, no sabía que Giyuu-dono estaba acá —habló mientras se acercaba al nombrado.

—Tomioka, refiérete a mí como Tomioka —su actitud cambió completamente, pasando de estar algo nervioso y sentimental a estar totalmente serio.

—Lo lamento, Tomioka-dono, me dejé llevar —se disculpó Douma con esa sonrisa falsa, solo para ocultar su enojo. —¿Quién se cree este niñato para hablarme así? Parece que se está creyendo mucho el cuento de líder, solo por ser la perra personal de Muzan —pensó.

—Entiendo. Si no tienes mucho más que decir, te puedes retirar —dijo Tomioka. No le daba buenas vibras ese rubio; sentía que podría tener conflicto con él en un futuro no lejano, pero aprovecharía el poder que se le había otorgado.

Douma se sorprendió, pero no dijo nada. Solo tomó el camino que usó para llegar.

—¡Jajajaja! Me muero de la risa —Akaza comenzó a reírse incontrolablemente, casi ahogándose con su propia saliva—. ¡La cara! ¡La cara que puso! —trató de explicarse, pero le fue imposible.

Tomioka lo miró curioso por unos segundos, sin entender qué le daba tanta risa.

—¿Qué es tan gracioso, Akaza? —preguntó finalmente, con una mezcla de curiosidad y desconcierto.

—Es que... ¡jajajaja! No soporto a ese tipo —respondió Akaza, tratando de calmarse—. Douma siempre actúa tan falso, confianzudo y superior, pero verte ponerlo en su lugar fue lo mejor del día. ¡La cara que puso cuando lo mandaste a callar fue impagable!

Tomioka no pudo evitar una ligera sonrisa ante la reacción de Akaza. Aunque no entendía completamente la relación entre Akaza y Douma, apreciaba el apoyo de su compañero en ese momento.

—Bueno, al menos alguien lo disfrutó —dijo Tomioka, relajándose un poco.

—Créeme, Giyuu, todos los que hemos tenido que soportar a Douma te agradecemos por eso. Él siempre actúa como si fuera el favorito de Muzan, pero tú... —Akaza hizo una pausa, su tono volviéndose más serio—. Tú eres diferente. Tienes un verdadero poder y una presencia que él nunca tendrá.

Tomioka asintió, apreciando las palabras de Akaza. Aunque su memoria seguía siendo un campo de batalla confuso, sabía que tenía un propósito claro y una misión que cumplir.

—Gracias, Akaza. Necesitaba escuchar eso —dijo Tomioka con sinceridad.

—No hay de qué. Ahora, prepárate para la reunión. No se si tambien tienes permitido ir, pero no nos vamos a arriesgar a llegar tarde —advirtió Akaza.

—Lo sé. Estaré listo —respondió Tomioka, su determinación renovada. 

—¡Mujer del biwa! Lleva a Tomioka-sama a su habitación.— Le ordenó a la chica, la cual nunca estaba presente pero siempre estaba escuchando.

El sonido del agua golpeando la porcelana resonaba en el pequeño baño, donde el grifo abierto llenaba la tina rápidamente, convirtiendo el suelo en una pequeña piscina. El vapor se elevaba mientras la temperatura del agua subía, haciendo que los espejos a su alrededor se empañaran lentamente. Mientras el baño se llenaba con el murmullo reconfortante del agua.

Al notar que la tina ya estaba llena, Giyuu apagó el grifo y comenzó a desvestirse lentamente. Mientras lo hacía, observó su cuerpo y notó los cambios que había sufrido: su piel era ahora más pálida y pequeñas manchas azules, similares a lunares, cubrían algunas partes de su torso junto a su cara además que un pequeño bulto con forma puntiaguda comenzaba a aparecer en su frente. No obstante, no le dio mucha importancia y se metió a la tina.

El tiempo pasó rápidamente y el agua comenzó a enfriarse. Antes de salir de la tina, sintió a alguien irrumpir en su tranquilidad.

—Veo que te estás arreglando —se escuchó una voz muy conocida.

—Ah —Giyuu dejó escapar un pequeño grito al sentir la mirada del intruso sobre su torso desnudo— Yo, en realidad no sabía si tenía que ir, pero preferí alistarme igual —explicó, algo nervioso y avergonzado.

—No entiendo por qué te avergüenzas; no es la primera vez que te veo en el baño —dijo Muzan sin vergüenza alguna, mientras Giyuu se sonrojaba intensamente.

—Igual, no me acostumbro a esto —respondió Giyuu, evitando el contacto visual.

—Pues tendrás que acostumbrarte, eres mi reina después de todo. Pronto te veré como te trajeron al mundo —dijo Muzan, tratando de agregar un poco de humor.

Giyuu soltó un suspiro y trató de relajarse en la tina, aunque la presencia de Muzan lo ponía nervioso. El agua tibia ya no era una distracción suficiente para desviar su atención de la situación incómoda en la que se encontraba.

—Muzan... —comenzó Giyuu, tratando de cambiar de tema—. ¿Hay algo específico que debo hacer en la reunión de hoy?—

—Solo debes estar presente y mostrar tu lealtad —respondió Muzan, su tono de voz suave pero autoritario—. Debido al desempeño que estás tomando, hoy te vas a presentar como la sexta luna superior.—

Giyuu asintió algo nervioso, solo había comido dos o tres humanos (Y se arrepentía) en todo este tiempo, pero a estado recibiendo mucha más sangre de Muzan que todos los demonios. No quería admitirlo pero estaba algo asustado, mientras más poder y de mayor rango sea, más poder va a tener Muzan en su ser y la misión autoproclamada sería extremadamente difícil de ejecutar. La pérdida de su memoria humana lo había dejado con muchas preguntas sin respuesta. Sin embargo, la presencia de Muzan y las expectativas puestas en él eran claras.

—Entendido —dijo Giyuu finalmente.

Muzan se acercó un poco más, sus ojos rojos brillando con intensidad.

—Recuerda, Giyuu. Eres especial. No solo por tu poder, sino porque eres mío. Nunca olvides eso —dijo Muzan, su voz suave pero llena de posesividad.

Sus manos rodearon el cuello del más bajo, apretando lo suficiente para obligarlo a levantar la mirada, pero sin quitarle el aire. Cuando los orbes mitad azules y mitad negros de Giyuu se encontraron con los ojos rojos carmesí de Muzan, se creó un silencio palpable. Las miradas se conectaron como si fueran dos imanes atraídos irresistiblemente.

De pronto, el pelinegro tomó la iniciativa, uniendo sus labios con los de Giyuu. Por primera vez, sintió que Giyuu correspondía al beso, lo que hizo que Muzan apretara más su agarre en el cuello del más bajo.

Giyuu, al sentir la presión, abrió un poco la boca en busca de aire, pero eso solo facilitó que la lengua de Muzan comenzara a explorar su cavidad bucal y se enredara con la suya. Después de unos minutos intensos, el aire se agotó y se separaron. Giyuu tenía un notable sonrojo en su rostro, mientras que Muzan también estaba ligeramente sonrojado, aunque su expresión lo disimulaba mejor.

—¿Con eso quedó claro que eres mío? —preguntó Muzan, su voz suave pero firme, dejando claro su dominio.

Giyuu respiraba con dificultad, su pecho subiendo y bajando mientras recuperaba el aliento. Sus ojos se encontraron nuevamente con los de Muzan, y asintió ligeramente, aún sin poder articular una respuesta verbal.

—Bien —continuó Muzan, soltando suavemente el cuello de Giyuu y acariciando su mejilla con un gesto posesivo—. No olvides nunca a quién perteneces.—

Giyuu se quedó en silencio, asimilando las palabras de Muzan. Sentía una mezcla de emociones: miedo, confusión, y una creciente dependencia hacia el demonio que lo había transformado. Sabía que su vida había cambiado para siempre y que su lealtad a Muzan no era algo que existía por cuenta propia todavía. ya que, en lo más profundo de su ser, todavía había fragmentos de su humanidad que luchaban por emerger.

—Ahora, termina de prepararte y ven conmigo. No podemos hacer esperar a los demás —dijo Muzan, dándose la vuelta y saliendo de la habitación.

Giyuu se quedó un momento más en la tina, respirando hondo para calmar sus nervios. Luego, se levantó y comenzó a vestirse. Agradecía a los dioses por haber traído su ropa al baño y no dejarla en el futón.

Se colocó un haori celeste que se difuminaba en un azul profundo, adornado con un delicado diseño de nubes. El haori dejaba al descubierto su pecho, permitiendo que la brisa fresca de la noche acariciara su piel. Luego, se puso un pantalón negro, similar a los que solía usar como cazador, que se ajustaba perfectamente a su figura, ofreciendo comodidad y movilidad.

Para no dejar tanta piel al descubierto, cruzó el haori entre su cadera y lo aseguro entre su pantalón, De esta manera, el haori cubría su torso y dejaba al descubierto su pecho, creando una imagen de equilibrio entre la elegancia y la funcionalidad. Mientras ajustaba su atuendo, Giyuu no pudo evitar notar cómo su apariencia había cambiado desde que se convirtió en demonio; su piel pálida, las pequeñas manchas azules que ahora adornaban su cuerpo como lunares y el pequeño cuerno que no le tomo importancia hace unos instantes.

—Veo que estás listo.— La mirada del pelinegro mayor recorrió toda la figura del contrario —Ven, tenemos que ir a la reunión— Le ordenó.

—Nakime, llévanos— Completo la oración el pelinegro menor, Muzan se sorprendió por la nueva actitud gobernante de este, sin embargo no le molestó es más, se alegró por ver al fin ver un avance.

Al sonar el biwa fue rápidamente llevado a otra parte, el lugar era extremadamente grande, habían puertas por todas partes, pisos flotantes y un gran vacío. No obstante el lugar estaba fuertemente iluminado.

Tomioka busco a su nuevo maestro o más que nada su nuevo "amigo" con la mirada, pero al no encontrar ese tan característico pelo rosado se tendió y prefirió esperar. Sabía que Muzan no estaba a su lado ya que después de todo el seguía siendo el líder de todo esto y el no era nada más que un peón en el gran tablero en el cual al lograr vencer a los peones enemigos se convertiría en la reina de su lado y podría moverse con mayor libertad logrando hacer jaque mate.

Sus pensamiento fueron interrumpidos al notar la leve presencia de alguien más, su aura era tranquila, reflejaba miedo y tranquilidad. O por lo menos para el.

—Kokushibo-san es un placer verlo nuevamente— Hablo el pelinegro mientras se acercaba al contrario.

—Tomioka-san— Dijo formalmente en forma de saludo.

El silencio reino el lugar, al parecer eran los primero en el lugar, kokushibo al no querer ser descortés con el demonio a su lado, con su mano le ofreció sentarse a su lado.
La oferta fue aceptada y de manera silenciosa se sentó a su lado.

—¿Le puedo preguntar algo?— Pregunto algo tímido, apesar de ya haber compartido palabtas anteriormente el temor no se le quitaba.

—Lo que necesite— Respondió de manera rápida.

—¿Usted fue cazador de demonios también?— De todas las preguntas nunca se espero esa. El aire se fue de sus pulmones por un segundo y los recuerdos de su pasado lo invadieron.

—Yo— Por primera vez en miles de años vaciló al decir las palabras —Podria decir que si— No quiso dar muchas explicaciones.

—Entiendo— Dijo de forma calmada dándole su espació. Kokushibo se centró en sus pensamientos mientras veía atentamente al contrario, apesar de ser un demonio era alguien muy calmado y algo compresivo cosa que comenzó q agradarle mucho.

—Disculpe, pero si me permite.— Volvió a hablar el pelinegro. —Me gustaría saber qué respiración ocupa o ocupo— Dijo de manera respetuosa, su miedo comenzó a desaparecer lentamente abriendo paso a un ambiente más calmado y lleno de respeto por parte de los dos.

—Yo ocupo la respiración lunar— Respondió sin rodeo alguno, no era de muchas palabras y Tomioka no le reclamo ni se enojo por no decir mucho. Ese nuevo demonio cada vez le agradaba más. —¿Y tu?—

—Yo ocupo la respiración del agua, se que es la más débil de todas o eso siempre dicen, pero incluso logré crear una onceava postura por mi cuenta— Expreso orgulloso. —Incluso mi técnica de sangre es de agua—.

Kokushibo sonrió levemente ante el entusiasmo del otro ¿Quien iba a pensar que el Tomioka nervioso y tenso de hace unos segundo cambio totalmente a uno más orgulloso y algo feliz?

—Pronto vamos a entrenar juntos. Tomioka, no me defraudes.— Hablo con una leve sonrisa casi inotoria.

—No lo haré Kokushibo-san.— Dijo mientras cerraba sus ojos. —Ah y por cierto, dígame Giyuu— Dijo dada por terminada la conversación.

El silencio reinaba en ese pequeño espacio en el que se encontraban, cuatro paredes que parecían estar hechas de puertas, el piso de madera que evitaba la caída a un vacío y el techo que los cubría, al parecer era uno de los pocos lugares cerrados en esa gran fortaleza.

—Tuve el atrevimiento de llamar primero al señor creciente uno junto al señor Tomioka. Ellos dos se han encontrado aquí todo el tiempo— La voz de una chica interrumpió el ambiente tranquilo. Dando inicio a la reunión.

—Aqui estamos— Hablo serio, impidiendo que el otro hablara. —Nuestro señor Muzan a llegado.—

El sonido de las gotas de sangre cayendo al agua resonó por toda la fortaleza. Muzan se encontraba en una especie de escritorio en mitad del lugar pegado al techo, lleno de libros, tubos experimentales y los lirios a su lado en una especie de maceta con agua.

—Gyutaro a muerto. Las lunas crecientes están incompletas.— Dijo de forma fría y sin mirar a nadie. Tomioka solo pudo agarrar su pantalón y clavar sus uñas en el para no demostrar el enojo e impotencia que sentia al recordar a los hermanos.

—¿Eso es verdad, señor?— Hablo la voz chillona del rubio por alguna parte de la fortaleza. —¡Le pido mil disculpas!— Dijo con una sonrisa en su rostro —Ya que yo fui el que le presentó a Gyutaro.. ¿Como será mejor disculparme?.. ¿Me saco un ojo para ofrecerselo? ¿O mejor...?— Continuo hablando mientras de tocaba la cara y miraba fijamente donde el pelinegro mayor se encontraba.

—No tengo necesidad de un globo ocular tuyo.— Dijo casi con desprecio por la insinuacion. —Tenia contemplando que Gyutaro sería derrotado. Fue culpa del estorbo de Daki, como era de esperarse— Dijo mientras parecía escribir algo en una libreta, sin importarle el como afectaría sus palabras a su nueva luna. — habría vencido si Gyutaro hubiera peleado desde el principio.— Se tomó un descanso —En retrospectiva, si no hubiera seguido peleando luego de haberlos envenenado.— Tomioka escuchaba atentamente las palabras de este, nunca supo cómo fue el final de los hermanos. —No.— Se interrumpió a si mismo mientras dejaba de escribir. —Ya no importa para nada—

—Ya eh encontrado y perfeccionado al remplazo de la luna creciente seis, Giyuu tomara su respectivo puesto.— El nombrado se tenso, apesar de estar en un lugar relativamente cerrado sintió como todas las miradas fueron puestas en el. —El sin ser una luna, me proporciono la sabiduría para encontrar la flor azul del infierno, incluso el mismo me la trajo.— Hablo seriamente. —Cosa que ustedes en todos estos años ni siquiera pudieron lograr ni un poco, pero eso ya no es relevante. Ya no voy a esperar nada de ustedes.— Dictaminó

—Otra vez esas aseveraciones tan tristes.— Volvió a tomar la palabra el rubio —¿Ha habido alguna vez que yo no haya cumplido sus expectativas?— Pregunto ignorando completamente el sermón anterior.

—El clan ubuyashiki no ha sido aniquilado aún— La mención del clan resonó en la cabeza de Tomioka pero no lograba recordar el por qué. —¿Qué ha sido sido de la cura de la flor azul del infierno?— Akaza se tenso levemente al recordar la nueva misión dada.

Gracias a que Tomioka encontró la flor que ellos estuvieron buscando tantos años, nunca se dieron la tarea de buscar como crear la cura.

Muzan al no recibir respuesta se aferró a su escritorio. —Ya no importa nada, cada día estoy más cerca de dominar el sol por lo que la destrucción del clan será mucho más fácil.— Algunos frascos a su alrededor reventaron por la presión que estaba aplicando.

—Tenga la bondad de perdonarme— Una voz que el pelinegro menor nunca había escuchado, rogó por el perdón.

—No tengo nada que objetar— Hablo nuevamente sin levantar la mirada el demonio que se encontraba a su lado.

—Es que yo soy malo para las búsquedas e investigaciones. No sé qué podría hacer al respecto— Dijo Douma juguetón mientras se balanceaba de un lado a otro.

—Escuche Muzan-sama tengo información que logrará hacer que esté un paso más cerca de su objetivo, es información reciente— Otra voz se hizo presente, tampoco la reconocía, pero noto que rápidamente la cabeza del extraño cuerpo fue cortada y apareció en la mano de Muzan.

—Gyokko No me gustan los rumores, pero una vez que confirmes la información quiero que te dirigas haya con hantengu.— Dijo antes de que la biwa sonará y el desapareciera frente a sus cabezas.

—Kokushibo-san ¿Cuando va a comenzar nuestro entrenamiento?— Se atrevió a preguntar luego del silencio que se creo.

—En dos días, prepárate porque no me gusta la gente débil.— Dijo antes de desaparecer frente a el, cosa que encontró algo grosera, pero no le importó mucho.

—Akaza, siempre quieres ir a los extremos— Escucho nuevamente la voz de kokushibo pero algo alejada junto a un ruido de una katana cortando la carne de un demonio.

—Nakime, por favor ¿me puede llevar a mi habitación?— Le pregunto a la chica de manera más cortes, el ruido de la biwa resonó y el se encontraba frente a tres niños durmiendo en futones apartados.

Al ver a los pequeños demonios durmiendo supuso que afuera de la fortaleza ya era de dia ya que había perdido toda la moción del tiempo. Comenzó a caminar con lentos y arrastrados pasos hacia su futón, necesitaba un descanso después de todo lo sucedido.


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_____________続ける____________
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Secretos y rumores de la era Taisho:

»Después de la discusión que tuvo con muzan este se enojó tanto que trato de acelerar la transformación de tomioka y este al estar practicando tanto tiempo el arte de sangre demoníaca contribuyó a su pérdida de recuerdos y la aceleración del proceso.

»Tomioka se acuerda de las personas más influyentes en su vida como sabito, los pilares, tanjiro, etc, pero se ha comenzado a olvidar con las que menos interactuaba, como Oyakata-sama, la mayoría de cazadores de bajo rango, etc. Además de olvidarse de cosas pequeñas de su trabajo como cazador de demonios.

»El bulto que le aparece a Tomioka en la frente es un pequeño cuerno, este detalle fue agregado en representación de los dragones ya que en si, Tomioka en su forma de demonio representa físicamente al dragón del agua (headcanon de casi todo el fandom.)

Datos

Okey, me declaro hater de las tildes. Cada tres palabras que escribo me aparece la línea culeada abajo de la palabra diciendo que tengo que poner una puta tilde. ¡ME TIENE CHATA GRRRR! JAJAJAJA

Hubo una leve referencia a Karl y Gary 🗣️

Dato curioso de mi: me gusta mucho sacar partes textuales del anime para poner acá, si saben cuál puse les doy un besito.

En este capítulo creo que me agarró mucho la inspiración y me quedé escribiendo hasta las seis de la mañana, lo más gracioso es que dije que me quería dormir temprano :b

Anyways los amo mucho

Se despide konavx

Palabras: 4755

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