Reencuentro pt2
Yoongi no sabía que había pasado por su cabeza cuando invitó a Jimin a su cuarto de hotel, quizá había sido un momento de debilidad de la cual se arrepentía esporádicamente porque en realidad estaba encantado de ver a Jimin un poco nervioso sentado en la cama del pálido.
Lo había invitado sin segundas intenciones pero verlo ahí sentado y tímido le trajo muchos recuerdos, como cuando intimaron por primera vez. Sacudió su cabeza para dejar de pensar en esas cosas y se sentó a un lado de Jimin.
Todo el trayecto al hotel había sido incómodo, estaban sumergidos en un silencio que ninguno de los dos pensaba en romper y Yoongi estaba cansado de eso así que suspiró y cerró los ojos para tomar el valor de hablar.
-Bien Jimin ¿de que querías hablar -preguntó Yoongi mientras miraba sus manos-
-Yo, bueno, yo quería saber como estabas -Yoongi, suspiró, apretó sus manos para tratar de controlar las ganas que tenía de estrecharlo contra él, las ganas que tenía de olerlo, de acariciarlo, de besarlo-
-Estoy bien Jimin, jodido pero bien -respondió mordaz el pelinegro, se negaba a seguir con sus pensamientos, los cuales solo le seguirían haciendo daño. Las palabras de Jimin aún no salían de su cabeza a petición del pelinegro, pues era de suma importancia tenerlas siempre en cuenta-
Él no dependía de Jimin, no dependía de su amor, no dependía de sus sentimientos.
Jimin al escucharlo bajó la mirada y sintió sus ojos picar, en el tiempo que estuvo con Yoongi este jamás le había hablado así.
-Yo, yo, lo...lamento tanto -con un poco de dificultad habló el rubio, el nudo en su garganta que de repente se formó le quemaba al hablar- perdón, se como te sientes y como te pudiste sentir cuando me fui -siguió hablando tan bajo que parecía un murmullo, pero que Yoongi podía escuchar perfectamente-
Yoongi rió sin gracia, le parecía una jodida broma lo que le decía el rubio, él no tenía ni puta idea de como se había derrumbado por su abandono y aunque ahora supiera la razón su dolor no disminuía, al contrario era más intenso por saber que Jimin jamás lo amo como el, por que jamás tuvo el valor de luchar por él.
Jimin lo miraba confuso, no entendía que era gracioso para él.
-¿De eso querías hablar? -preguntó Yoongi- por que si es asi, ahórrate tus palabras y vete -el pelinegro tenía una batalla con él mismo, deseaba escuchar a Jimin, deseaba que se quedara con él durante él tiempo que aún le quedaba para estar con él, pero si Jimin no se iba, él caería otra vez por el rubio, dejaría todo solo por poder fundirse en el cuerpo del contrario-
Así que lo mejor era que se marchara el rubio dejando atrás al pelinegro por segunda vez.
-Puedo entender que me odies, de verdad que lo hago, porque incluso a estas alturas también me odio, también puedo entender que no quieras volver a verme, pero solo déjame pedirte perdón por favor. Déjame explicarte por que me fui sin decirte nada -Jimin lo miraba con súplica mientras Yoongi huía de esos ojos que eran su debilidad-
Tenía tantas cosas por decir, pero se reprimía para no cagarla, no quería que Jimin lo odiara, suspiró y se levantó de la cama, caminó hacia la ventana y se quedó ahí mirando a la nada.
-Por favor Jimin, solo vete -habló con tono cansado, cerró los ojos e imploró que el rubio solo se fuera, su cordura estaba pendiendo de un hilo-
-Yoonie, por favor, solo dime que... -se cayó al ser interrumpido por la voz gruesa y fría de Yoongi, él solo quería escuchar de los labios del mayor que lo perdonaba, quizá se le escapaba un te extraño y por qué no un te amo-
-Por dios Jimin, ¿qué quieres de mí? Tu tuviste el valor y la dicha de seguir adelante sin mí, también quiero hacerlo y para eso necesito que te vayas y seas feliz -frustrado talló su cara con sus manos. Dentro de él había un cúmulo de sentimientos revueltos a punto de hacer erupción como un volcán y no sabía si eso sería bueno o malo-
-¿seguir adelante?, por dios -se levantó indignado Jimin, limpió una lagrima que se le había escapado y se posicionó detrás de Yoongi- el que ahora me veas bien no significa que lo esté o que lo estuve, me costó noches y días enteros de llanto para poder llegar a mi estado actual, días queriendo ir a buscarte, noches de insomnio pensando en ti. También sufrí, también lloré y también me dolió dejarte. Así que no puedes decir que todo fue fácil para mi.
Y el volcán hizo erupción, arrasando con todo a su paso, como si fuera lava hirviendo quemaba el interior del rubio y el suyo al mismo tiempo.
-¿Y crees que para mi lo fue? -se giró furioso con los ojos cristalizados- ¿crees que después de que te fuiste yo logre superar todo eso? Carajo, detuve mi vida por ti, mis sueños. Me hundí en el puto bar mientras me ahogaba en el alcohol y tocaba el piano esperando que regresaras, todas las malditas noches eran un infierno, no había día que no bebiera para poder tragarme los malditos nudos que se formaban en mi garganta -su voz se había quebrado por el ardor en su pecho, recordar todo lo que había pasado era duro, tener que decir en voz alta lo que no quería aceptar era difícil para él- te lloré y aun lo hago, por que te amo mucho más de lo que amo mi vida por eso cuando te fuiste me sentí vacío, sin ganas de querer seguir adelante, anhelaba volver a verte, ansiaba tenerte entre mis brazos, no importaba el motivo por él cual te habías ido solo importaba tenerte conmigo. Por que joder -pasó una mano por su cara tallándola y quitando los restos de las lágrimas- dependía de ti, de tu amor para poder avanzar, para poder vivir y creí que tu me amabas de la misma manera en la que yo lo hacía, pero darme cuenta que solo te habías ido por que un par de payasos te intimidaron fue...desgarrador, saber que no me amabas lo suficiente me terminó por romper y darme cuenta de que mi amor era dependiente me hizo abrir los ojos.
Sentía derrumbarse, su postura se encorvó mientras sollozaba, Jimin no sabía que decir, escucharlo de Jin era una cosa pero escucharlo de Yoongi y presenciar como este se rompió al hablar era peor, él había causado todo eso en Yoongi y se lamentaba por eso, ahora solo quería abrazarlo y decirle que lo amaba aun mas de lo que lo había hecho, que estaría con él para siempre y que ahora no permitiría que nadie se interpusiera entre ellos.
Jimin se abalanzó hacia él, lo abrazó tan fuerte no quería que siguiera llorando, dolía demasiado escuchar a Yoongi llorar, dolía verlo hacerse tan pequeño.
-Perdóname por favor, te amo, te amo de la misma forma en la que tu lo haces, pero todo lo hice pensando en tu supuesto bienestar, se que me equivoqué pero ya no puedo volver al pasado para remediar mis errores -habló entre sollozos Jimin, tomó entre sus manos el rostro de Yoongi y limpio sus lágrimas- te amo Yoonie, te amo demasiado.
Ambos se quedaron mirando, se perdieron unos segundos en los ojos del contrario, el volcán volvió a hacer erupción, esta vez quemando ambos cuerpos por la cercanía, por el toque y por el amor que había en el ambiente. Ambos con las emociones más calmadas dieron paso a sus pasiones.
Jimin un poco tímido acercó su rostro al del pálido, estrelló sus labios acolchados contra los labios finos del mayor, comenzó a moverlos con miedo de no ser correspondido, pero se sorprendió cuando el mayor comenzó a responder, se separaron por unos segundos, Yoongi lo tomó por él cuello y volvió a besarlo esta vez de una manera más ruda, más intensa. Sus corazones habían hablado, se habían expresado y era momento de que el cuerpo lo hiciera.
Tanto tiempo sin tener algún contacto físico les estaba comenzando a pasar factura, las largas y huesudas manos de Yoongi viajaban por el cuerpo del menor, recordando aquella silueta que tanto lo volvía loco, Jimin jadeaba por el beso intenso y por las traviesas manos de su mayor que se colaron dentro se su camisa acariciando su tersa piel.
Min caminó hacia la cama empujó con cuidado al rubio, se quitó la camisa y los pantalones, se quedó ahí de pie mirando al menor con las pupilas dilatadas por el deseo. Jimin entendió y enseguida quitó sus prendas para quedar en bóxer frente al mayor.
Yoongi lo inspeccionó, no quería perder detalle del cuerpo del amor de su vida, quería grabar cada lunar y cada cicatriz. La mirada inocente y a la vez deseosa de Jimin lo estaba poniendo a mil, el sonrojo de su rostro y sus labios le incitaban a seguir. Su cuerpo estaba más definido que meses atrás y le encantaba, el tatuaje de letras negras que sobresaltaba en sus costillas por el color claro de su piel lo hizo sonreír.
"Min Yoongi"
Se podía leer, jamás creyó que realmente algún día se tatuaría su nombre, lo escuchó decir en alguna ocasión pero pensó que se quedaría como una idea loca.
Lo tomó por las piernas y las abrió ligeramente para que pudiera entrar entre ellas, se abalanzó sobre el rubio y volvió a besarlo, acariciarlo, jugó con sus pezones haciendo que soltara gemidos que eran música para sus oídos, bajo sus besos por su cuello, sus clavículas, chupó, lamió y mordisqueó sus botones haciéndolo retorcer. Siguió bajando por su abdomen y con sus dedos largos jugó con el elástico de su bóxer, lo bajó ligeramente para lamer su vientre.
Jimin estaba desesperado, su miembro estaba duro como roca, quería que el pelinegro terminara con su martirio e hiciera algo con él, lo que fuera pero que lo ayudara a liberarse, soltó un gemido alto cuando sintió los dientes de Yoongi clavarse ligeramente en la parte interna de sus piernas, mientras con una mano su mayor le masajeaba su duro miembro.
Cuando Yoongi terminó de jugar con la cordura de Jimin, de un tirón le quitó el bóxer liberando por fin su miembro goteante y duro, sin perder tiempo lo metió en su boca, lo único que podían escucharse en la habitación eran los chasquidos que producía la boca de Min y los gemidos sin control de Jimin.
La sensación intensa que estaba sintiendo era abrumadora, levantó su cabeza para mirar hacia abajo y con lo primero que se topó fue la mirada de lujuria de Yoongi y sintió que solo con eso podía venirse. Se volvió a recostar y con su mano tomo los negros cabellos de Min para llevar su propio ritmo.
Con los ojos lagrimosos y saliva saliendo de su boca Min terminó recibiendo el semen de Jimin en su boca, este soltó los cabellos mientras que con un gruñido sintió el alivio.
Sin dejar que el rubio se repusiera Yoongi escupió el semen de Jimin en su entrada e ingreso dos dedos de golpe, el menor soltó un quejido y abrió los ojos de golpe, tomo las sabanas entres sus puños por el ardor que de repente sintió en su entrada. El pelinegro comenzó a mover sus dedos para poder dilatar la entrada del menor, cuando escucho los gemidos bajitos de Jimin metió un tercer dedo, su entrada estaba casi lista para recibirlo y aunque su cordura estuviera en él límite debía esperar un poco más si no quería hacerle daño a su menor.
Unos minutos después sacó sus dedos y con un quejido protestó Jimin por el vacío que sentía. Yoongi se quitó el bóxer y se alineó en la entrada del menor, no sin antes esparcir saliva por su pene.
-Lo siento cariño, dolerá un poco por que no estaba preparado para esto - poco a poco fue ingresando, Jimin tomaba las sabanas entre sus puños por el dolor, era mínimo pero dolía-
Cuando logró meter todo su miembro en Jimin se quedó quieto para que el menor se acostumbrara así tamaño. El rubio le dio el pie para seguir cuando comenzó a mover su cadera.
Después de tantos meses sus cuerpos volvían a encontrarse, volvían a fundirse entre ellos y volvían a entregarse a ese gran amor que aún lograban sentir.
Entre jadeos y gemidos, ambos se decían cuanto se amaban, mencionaban el nombre del otro, por fin después de tantos años podían sentir que estaban bien, que estaban en él lugar correcto con la persona correcta.
Ambos llegaron al clímax al mismo tiempo, Jimin viniéndose en su vientre y Yoongi dentro de él después de soltar un te amo, el mayor se dejó caer encima de su menor sin salirse de él, Jimin solo lo abrazo y sonrió porque él había soñado con este reencuentro durante tanto tiempo.
Una vez afuera de Jimin Yoongi fue al baño se limpio y salió con una toalla húmeda para limpiar al rubio, una vez listo se acurrucaron entre las sábanas y el primero en caer en el mundo de los sueños había sido Jimin. Yoongi solo se había quedado viéndolo, grabándose cada facción de su rostro, se limpió una lágrima y le deje un beso en los labios para salir de la cama y comenzar a vestirse, acomodo todas sus pertenencias en su maleta y se aseguro que nada se le quedará. Tomó una hoja de la libreta que siempre cargaba con él y escribió una última nota para el hombre que más amó, ama y amará por siempre.
Después de colocar la nota en el buró miró una vez más al menor, acaricio su rostro y dejó un beso en su frente. Tomó sus maletas y salió de la habitación, tal vez cuando el menor despertara lo odiaría pero era lo mejor, para él. Porque estaba seguro que de quedarse y despertar junto a él cambiaría sus planes.
Era momento de comenzar a cerrar ciclos, de comenzar a pensar en él, en su bienestar y en su felicidad.
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