Recuerdos
Las punzadas constantes en su cabeza lo hicieron abrir los ojos despertando del hermoso sueño que había tenido, uno en el cual se reencontraba con su rubio de preciosas mejillas.
¿Cuánto había bebido ayer? Se preguntó al tomarse la cabeza con sus manos. Al parecer demasiado, su cabeza le estaba recriminando ahora por haber bebido en exceso la noche anterior. Pero ¿Qué podía hacer? No es como que tuviera algo mejor en que perder su tiempo. Sabía que debía ir a casa de su hermano pero no estaba de humor para estar ahí escuchando sus reclamos, había decidido que por fin regresaría a su departamento y afrontaría su vida como el adulto responsable que era.
Se tallo los ojos y decidió salir de la comodidad de su cama para ir en busca de algo para comer. Salió del cuarto descalzo y en cuanto se asomó al pasillo un fuerte olor a comida lo azotó. Un poco confundido camino hasta la cocina encontrándose con una espalda bastante ancha. El intruso se movía con familiaridad en la cocina, tomando especias, trastes y más.
¿Hace cuanto no veía esa imagen? El era muy cercano a Seokjin, a pesar de que este último era el mejor amigo de su hermano siempre hubo una cierta conexión entre ellos desde un comienzo, una complicidad que hacía única su amistad. Él fue su apoyo cuando decidió emprender camino por sí solo cuando era un adolescente.
Todo comenzó el día que su abuela murió, se sentía tan solo, tan triste, tan derrotado. Ella le había enseñado el grandioso mundo de la música, le enseñó a tocar el piano cuando tenía tan solo 3 años de edad, muy pequeño claro pero él llevaba la música en las venas y no fue para nada difícil aprender, para sus seis años ya tocaba el piano como todo un maestro, incluso amigos de su abuela lo comparaban con Mozart. A esa misma edad comenzó a componer melodías y a agregarles un plus a las grandes obras de grandes artistas. Su abuela se sentía tan orgullosa de él.
A los 7 años fue a su primer concierto como participante, él abriría el concierto de música clásica en Estados Unidos donde su abuela también participó. Fue todo un fenómeno pues era el primer niño en abrir un concierto de tan gran magnitud. Todo fue un maravilloso éxito, al día siguiente encabezaba las revistas y periódicos extranjeros y del país, ahí comenzaron a llamarlo el niño prodigio pues tenía una habilidad única a pesar de su corta edad, si sus pies no eran capaz de tocar el suelo mientras estaba sentado en el banquillo sus dedos si lograban danzar con ligereza y delicadeza sobre las teclas del piano.
Lamentablemente no todos estaban tan contentos con el resultado que había obtenido en aquel concierto. Cuando regresaron a Corea su madre le prohibió a su abuela volver a acercarse a Yoongi pues ella no quería que su hijo estuviera en ese mundo donde la fama y el dinero pudría a la gente.
Y así como comenzaba su carrera terminaba, se alejó de los reflectores y al cabo de unos meses todos se olvidaron de Min Yoongi el niño prodigio. Su abuela y él siguieron viéndose a escondidas, siguió enseñándolo y su abuela tocaba las creaciones que él componía bajo el nombre de "Augustos".
La noche que su abuela murió le pidió que no dejara de soñar y que no dejará que nadie decidiera por él el rumbo de su futuro. Así que con esa promesa hecha y con tan solo 14 años decidió dejar su casa para irse lejos de las personas que lo retenían a vivir una vida que él no quería y siguió su camino. Su hermano Namjoon siempre lo apoyó como pudo pero al ser solo 2 años mayor no podía hacer mucho.
Sin embargo, SeokJin siempre estuvo ahí para él, le dio un techo, ropa, comida, cuando él estaba solo sin un centavo en la bolsa. Para fortuna de ellos SeokJin venía de una familia muy bien acomodada económicamente, sus padres generalmente siempre estaban viajando así que no se enteraban que había un chico viviendo en su hogar, tampoco se dieron cuenta de que le pagaban la educación a Yoongi. Ellos solo le daban dinero a su hijo para que no los extrañara.
Jin siempre fue ese apoyo incondicional, fue su pilar que lo ayudó a mantenerse de pie y Yoongi siempre estaría agradecido con él. El mayor se fue enamorando de aquel muchacho pálido con muchos sueños que cumplir, pero prefería ocultar sus sentimientos que perder la amistad que tenía con él, así que solo se dedicó a amarlo en silencio.
Los años pasaron, Yoongi consiguió un empleo para dejar de depender de su amigo. En ocasiones Namjoon le ayudaba con dinero que obtenía trabajando. A sus 17 años el abogado de su abuela lo contactó para darle un poco del dinero de la herencia que su abuela había dejado. Con eso pudo comprar un departamento donde vive actualmente.
Desde entonces era común ver a Jin en la cocina, en la sala, en la habitación. Compartían prácticamente todo. Gracias a su mayor, Yoongi jamás se sintió solo y ahora que lo veía ahí de nuevo se había dado cuenta cuanto lo extrañaba.
Extrañaba el sabor de su comida, su risa escandalosa, su compañía. Ahora que lo pensaba no recordaba por que fue que dejo de venir Jin, ¿Por qué se alejaron?
—Oh despertaste, ¿Cómo dormiste? Supongo que debes tener dolor de cabeza —la voz de Jin lo sacó de sus recuerdos, entró en la cocina y se sentó en el desayunador—
Jin le arrimo un vaso de café y una pastilla.
—Toma esto te ayudará con el dolor, el desayuno está casi listo.
Yoongi tomó la pastilla y bebió un poco de café, esperaba que la pastilla hiciera efecto rápido el dolor era insoportable.
Dejó el vaso en su lugar y volvió a mirar a su mayor, extrañaba tanto a su amigo. Mirándolo detenidamente por varios minutos logró recordar porque se alejaron.
Cuando Yoongi conoció a Jimin, este último comenzó a pasar más tiempo en casa del mayor y las visitas de Jin comenzaron a ser menos frecuentes, le dolía verlos juntos, como se demostraban amor, como Yoongi miraba al rubio, le rompía el corazón.
Pero todo se fue al carajo cuando pelearon por que Jin se sentía excluido y reemplazado por Jimin, por que era difícil para él dejar de pasar tiempo con su menor cuando estaba tan acostumbrado a él, cuando prácticamente vivían juntos, compartían todo, incluso en algunas veces besos y caricias. Jin estaba molesto, enojado y con el corazón hecho pedazos, quizá por eso ese día dijo cosas hirientes y sin pensar a Yoongi. El menor no podía darse cuenta de la situación y no la entendía, así que se sintió ofendido y dolido.
Min ahora se daba cuenta que quizá había hecho las cosas mal, él fue el primero en besar a Jin y también lo fue al terminar lo que tenían.
—Esta un poco caliente, come con cuidado —por segunda vez Jin lo regreso a la realidad, le puso el plato frente a él, para después sentarse frente a Yoongi a comer sus alimentos—
Yoongi miró el plato de sopa para resaca frente a él y por un momento le dolió el corazón, esta vez no era por Jimin, era por Jin, ese chico frente a él que movía los labios mientras hablaba y reía. Hasta ahora se preguntaba si le había hecho daño, pero cómo hacerle daño alguien que ni siquiera tiene sentimientos románticos por ti. Eso fue lo que siempre le decía Jin, todo era casual, atracción física, comodidad, complicidad, pero jamás amor, por que amor de pareja jamás podía haber entre ellos.
Entonces por qué se sentía culpable viéndolo tan despreocupado y sonriéndole como si nunca se hubieran separado por meses. Meneo la sopa con la cuchara para haya y para acá, Tal vez sí se merecía lo que ahora le pasaba con Jimin, quizá era su karma por no haber podido amar a Jin como él se merecía, por haber dejado lo que fuera que tenían por Jimin. Quizá el rubio tampoco pudo amarlo de verdad y por eso lo abandonó.
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