Capítulo 12: El retorno de la bestia.
El retorno de la bestia.
Llegamos al edificio y yo estoy que reviento de la furia que siento ahora mismo. Mi hermano está completamente loco. Yo lo quiero pero no puede pretender que puede gobernar mi vida sin más. Yo tengo derecho a hacer lo que quiera. Tengo que decirlo, el Jimin de ahora es completamente diferente al del pasado. Ya nada es igual.
Yo voy delante balbuceando cosas mientras Jimin me pisa los talones impasible. Mientras hago un debate mental con todo lo que quiero decirle me dirijo por el largo pasillo hasta llegar a nuestro apartamento. Me fijo de repente que la puerta esta entreabierta y me giro con sorpresa hacia Jimin que se queda pensativo. Juntos sigilosamente entramos porque era posible que hubieran robado.
No se ve nada. La oscuridad reina tranquila todo el espacio y solo se vislumbra algún detalle gracias a las luces exteriores que traspasan los grandes cristales de las ventanas. De repente, una luz proveniente de la pequeña lámpara de la sala se encendió, o mejor dicho, la encendieron.
Allá en la esquina donde estaba el sofá una figura masculina se dejaba iluminar vagamente por la fuente de luz. No sabía quién era. Quizás era el ladrón que esperaba por nosotros para agarrar nuestras cosas. En ese momento me dirijo algo tímido a la sala y toqueteo torpemente la pared con la mano en busca del interruptor. Aquí esta. Pude encontrarlo con facilidad.
Se hizo la luz en todo el apartamento y pude ver finalmente la cara del hombre en el sofá. Por un momento no lo reconocí, pero después de unos segundos pude darme cuenta de quién era. Es imposible olvidar aquellos ojos que hace años me miraron conteniendo la maldad en ellos, aquel rostro ahora envejecido con el cual hasta hoy tengo pesadillas.
¿Acaso era una terrible visión lo que tenía frente a mis ojos? ¿Mi mente ha decidido jugarme una broma perversa? No. No es eso. Este hombre es de carne y hueso. Su sonrisa malévola me lo asegura. Nuevamente me encontré con el monstruo.
…………………..
Es mi padre. Estoy seguro de eso. Pero es imposible, él había muerto. Aquel bendito incendio se había llevado su maldita alma al infierno junto con mi madre. ¿Ahora que hacia aquí? ¿Acaso quiere atormentarme con su presencia? ¿Intimidarme? La verdad es que solo verlo me hace flaquear las piernas.
- Hola, querido hijo. Cuanto tiempo –dice con una irónica sonrisa. Su voz se oye ronca, grotesca como el rugido de un viejo león.
- ¿Qué haces aquí? –vacilo un momento. Mi voz me traiciono.
- Soy tu padre. ¿Cómo no voy a querer ver a mi único hijo? –contesta levantándose del sofá. Yo respondo con un respingo que me hace recordar todo lo vivido en el pasado.
- ¿Ese es tu padre? –pregunta entonces Jimin que se había quedado en una esquina de la sala.
- Sí. Este es el cretino que arruino mi vida cuando era niño –grito en respuesta.
- ¿A quién le hablas? –dice extrañado la bestia disfrazado de humano.
- ¡A mi hermano! –chillo- No te tengo miedo. No estoy solo como en el pasado. Ahora no puedes golpearme como antes. No estamos solos aquí.
- ¿De que hablas? Solo estamos tu y yo en este lugar…. Déjate de juegos Yoongi. Vayamos al grano. Vine aquí por una razón.
- Me importa poco porque estás aquí. No quiero saber nada de ti. ¡Si no moriste vete lejos y déjame tranquilo! –exclamo con dolor.
- Solo deja que te haga una pequeña historia y después me voy –dijo divertido y se tumbó de nuevo en el sofá mientras yo lo miraba desconcertado y parado como una estaca- veo que has vivido muy bien teniendo en cuenta lo que hiciste. No pensé que fueras tan cínico.
- ¿De qué hablas? –interrumpo.
- Hablo del incendio. No me digas que no te acuerdas. No puede ser que hayas olvidado lo que hiciste ese día.
Flashback
Estoy hambriento y sin casi fuerzas. He estado aquí encerrado en mi habitación por días pero sin ninguna esperanza de sobrevivir a esto. Parecía que es mi fin. El sonido de mis gritos se ahoga por la música que proviene en la sala. Cada vez estoy más débil. Si pudiera salir…
Entonces, como un destello recordé que la puerta estaba cerrada con llave y si, la suerte se apiadaba de mí, esta podía estar todavía en el picaporte de la puerta. Era una posibilidad ínfima, casi ridícula. El destino me había fallado tantas veces como para poner ahora en mi camino una luz tan improbable como esa. De todos modos, es mejor morir luchando por sobrevivir que esperar a que la muerte te busque sin posibilidad de escapar. Iba a intentarlo.
Sorprendentemente, en cuestión de segundos tenía preparado un plan para hacerme con la llave. Y por un momento me reprendí por hacerlo cuando estaba al borde de la muerte y no días anteriores. Puede ser, también que con las situaciones más precarias el cerebro funcione mejor. Sentía como todo mi cuerpo se concentraba en vivir. Vivir era la única meta que tenía.
Lo primero que hice fue rascar una hoja de uno de los cuadernos escolares e introducirlo por debajo de la puerta de manera que coincidiera con la posición del picaporte.
¡Sí, ya está justo abajo!
Ahora casi arrastrándome por el suelo, rebuscaba entre los juguetes alguno que tuviera en su composición algún alambre que me permitiera sacar la llave. Después de unos minutos encontré exactamente lo que necesitaba.
Con mucho trabajo agarre el pequeño alambre y lo introduje por la ranura de la cerradura. Con toques torpes y un poco desequilibrados note la dureza de la llave. ¡Estaba allí! Gracias a los cielos, a Dios o a la suerte. Ahora mismo todos parecían ser la misma cosa. Seguí haciendo presión con el alambre tratando de evitar que se doblara hasta que escucho un sonido sordo: el sonido de la libertad.
No cabía de felicidad en mí. Al inspeccionar el papel pude ver encima, a mi salvación en forma de metal. Rápidamente abrí la puerta.
Con cautela baje las escaleras. En la sala estaban mi madre y mi padre….y otro hombre. Extrañado y temeroso aprovecho la penumbra que hay en la parte de los escalones y con rapidez me dirijo a la cocina que quedaba cerca.
Suspiré de alivio al notar que nadie percibió mi presencia. Aunque se veía que ellos estaban ocupados en sus propios asuntos. Entonces traté con lentitud asomarme por la meseta de la cocina y desde allí pude presenciar una escena decisiva. Bruscamente la música se detuvo.
- ¿Así que este es tu amante? –gritaba mi padre.
- Sí. Tú bien sabes que estoy con él. Aun antes de casados lo seguí amando –exclama mi madre. –Para que sepas él es el padre de Yoongi. Si, te mentí. No eres capaz de darme un hijo aunque te jactas de ser un macho. Solo eres un animal.
- Así que yo no soy el padre…-respondió mi papa- lo sabía. Es que lo sabía. ¿Como creerle a una prostituta como tú? Tú y tu hijo solo son basura para mí. Los tenía cerca para coger el dinero del gobierno.
- ¿Crees que me importa? –replica mi madre- Yo planeaba irme con el hoy y dejarte ese costal de pulgas a ti. No lo necesito. Por mí como si lo matas. Yo voy a vivir con el hombre que amo.
Las tres bestias que veía en la sala ahora se estaban gritando unas a otras. Las palabras que escuché en ese momento me hicieron un hoyo en el corazón.
Claro.
Solo son escorias malditas que no merecen vivir.
El dolor que sentí fue en vano. Por más que en algún momento pensaba que lo merecía, sé que ellos lo deben recibir multiplicado por 100.
Miraba atentamente como mi supuesto padre se batía a los golpes con el otro hombre. El primero agarraba el cuello del segundo con una mano y con otra agarraba una botella y se la estampaba en la cabeza. Observé como cada pedazo de vidrio terminó enterrado en el pecho de aquel hombre como un cuchillo que desgarra un animal. Tras unos segundos el cuerpo del herido dejó de moverse y mi padre entonces se dirigió a mi madre. Esta gritaba y él la agarraba por el cuello igual que con el anterior.
- Te lo mereces- gruñía.
Sí que se lo merece. Todos merecen morir pensaba yo.
Entre parpadeo y parpadeo una imagen lo mismo grotesca como justiciera aparece ante mis ojos. Mi padre estrangulaba a mi madre. Esta chillaba y él sonreía. Yo también sonreí. Él gritaba que se muriera y yo lo deseaba también. Después de un momento, dos cadáveres sin vida yacían en el suelo.
Fue bastante rápido. Pasó en un instante. Incluso yo me maravillé de la velocidad con la que el ser humano podía perder la vida en manos de otro.
Ahora me toca a mí. Era mi momento de tomar venganza por todo lo sucedido estos años. El dolor, el maltrato, mis lágrimas. Todo. Cogí entonces una cerilla y la encendí. Agarré una botella que contenía alcohol y lentamente, disfrutando el momento, fui derramando el líquido por la cocina. Aproveché el momento de distracción de mi padre y rodeé la sala, silencioso hasta que mirándolo a él, cara a cara, le prendí fuego a la casa. Si existía el infierno ellos irían sin dudas para allá. Yo seguramente sería salvado ya que solo hice justicia.
¡Aquí va otro capítulo!
Debo decir que lamento mucho la tardanza para actualizar la historia. Es que tengo que hacer cosas de la escuela y pues también como que me cuesta subir un capítulo cuando parece que no es del agrado de los lectores. A lo mejor no es lo bastante interesante Y pues eso me desanima para seguir la historia.
En fin...wow, Yoongi inició el incendio de hace 10 años. Y él no sabía nada. A veces la mente borra los recuerdos más grotescos pero...será entonces todo lo que él olvidó? Esperen el próximo capítulo.
Como siempre espero tu voto.
Los amo💜
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