Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 1: Golpes, sótano y un paraguas verde.

Golpes, sótano y un paraguas verde.

Es de noche, o eso creo. He estado ya varias horas aquí dentro y no estoy seguro de nada. En el sótano puede ser de día o de noche que nunca lo percibo. Hay veces que puede pasar mucho tiempo y solo saberlo porque me siento demasiado débil por no comer nada.

- Mamá, por favor déjame salir –chillo entre lágrimas y golpeo la puerta con la poca fuerza que me queda –. Papá, mamá, por favor…

No hay respuesta. Puede que sea porque no hay nadie en la casa. Cuando mis padres me encierran se olvidan completamente de mí para perderse en su mundo de vicios y violencia.

Esta situación comenzó cuando yo tenía 8 años. Por lo que recuerdo, mis padres eran unos alcohólicos empedernidos y mi padre, en especial, me despreciaba porque pensaba que no era hijo suyo. Muchas veces estos peleaban, a los golpes incluso y mi padre le pedía explicaciones a mi madre mientras la estampaba contra la pared. <<Ya ni sé con cuántos te has acostado, eres una puta>>, decía. Yo no entendía mucho, pero ahora, a los 10 años tengo más conciencia del significado de esas palabras.

He sido abusado por un largo tiempo y el sótano ha sido el lugar donde ellos me han encerrado desde que se “reconciliaron”. Ahora ellos siguen su arrebato pero dejándome a un lado.

- Mamá, estoy sediento, por favor, agua…-imploro. El cuerpo me dolía por la golpiza recibida y solo podía tratar de formular algunas palabras.

- Cállate, maldito –dijo entonces mi padre-. Estamos ocupados aquí -oía música alegre que provenía de algún lado de la casa.

Después de unas horas, finalmente mi madre abrió la puerta para dejarme salir. Con mucha dificultad subí, escalón por escalón hasta llegar arriba. Por un momento la luz que se reflejó en los ojos me dejó aturdido.

- Yoongi, prepárate para ir a la escuela. Acuérdate de lo que hemos hablado: fuera de la casa ni una palabra de esto a nadie. Los vecinos son unos chismosos, no tienen por qué meterse en asuntos familiares. ¿Te quedó claro? –me advirtió.

Yo solo asentí.

Fui como siempre directo a mi cuarto, sin mirar la cara de los dos monstruos que vivían conmigo. Por un corto momento me sentí seguro. Estaba en mi habitación, con mis juguetes y todas las cosas que apreciaba. Verlo todo ordenado me hacía esbozar una sonrisa imaginando una realidad distinta, pero  miraba los moretones que mi padre me había dejado en el cuerpo y todo se desmoronaba. Me recordaba a mí mismo que solo lo conservaban así para mantener las apariencias por si eran sorprendidos por alguna visita de mis profesores.

- ¿Por qué te demoras tanto? ¡Baja ahora mismo! –grita desde el otro lado de la puerta mi padre, con un tono de ebriedad en su voz.

En la cama tenía dispuestas unas prendas de ropa. Eran un suéter y un pantalón. No era invierno pero debía vestirnos para ocultar los golpes.
Aunque en la escuela me tildaran de rarito, aunque me muriera de calor, tenía que hacerlo.

Ya abajo mi padre con una botella en la mano me amenaza de nuevo con quedarme callado y coge el dinero que hay en la mesa del comedor. Se avecina otra pelea, seguro.

- No te atrevas a tomar ese dinero. Eso es de los dos –dice furiosa mi madre.

Ese era dinero que nos daba el gobierno tras el accidente que tuvieron mis padres años atrás, que imposibilitó a mi padre trabajar –aunque él desde entonces se aprovecha de eso-, y también, por el historial de alcohólicos en proceso de “rehabilitación” que presentaban. Al tener un hijo, les favorecía para obtener unos cuantos dólares extras.

Mientras yo engullía el pedazo de pan duro y el vaso de leche que había en la cocina, en la sala se desataba el desastre. Como estaba acostumbrado, solo lo ignoraba y me concentraba en comer.

Ya afuera de la casa, respiraba aliviado por escapar momentáneamente de mi triste presente. Golpes, riñas, adultos apestados de alcohol y un sótano oscuro se habían convertido en mi destino y no podía evitarlo.

Está lloviendo y no me importa.
Lentamente, paso a paso, me dirijo a la escuela, mientras lágrimas de desesperación escapan de mis ojos y yo rezo porque la lluvia me purifique un poco el alma. <<Si pudiera también, quitarme toda la suciedad y el dolor de mi cuerpo, sería ideal>> deseaba para mis adentros.

De pronto, una sombrilla verde con dibujos divertidos de perritos amarillos me cubrió. Reconocía el paraguas y eso solo significaba que mi amigo me había encontrado. Una gran alegría y un rastro de seguridad se instaló en mí.

Era mi querido Jimin.

Sí. Como lo veís. Estoy aquí de nuevo con otra historia para vosotros. Esta vez con nuestros queridos Suga y Jimin. Sigan conmigo en este viaje de misterios y sorpresas y no van a arrepentir.

***
En cada capítulo les haré varias preguntas relacionas con lo publicado y con las situaciones que vendrán a continuación. A ver si eres un buen lector y te das cuentas de las pistas que dejo en el camino.

Preguntas: ¿Qué piensan de la situación por la que pasa el pobre Yoongi? ¿JiMin qué papel jugará en todo esto?

Como siempre espero tu voto.

Los amo💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro