02 ⟢
Su mesa estaba llena de libros abiertos y post-it pegados en la pequeña pizarra que tenía en la pared. Se estiró en su silla recargándose en el respaldo y tomó su teléfono viendo que tenía algunos mensajes que NamJoon le había enviado hace poco tiempo.
Monnie hyung
Cuando estes libre llámame, extraño a mi hermanito.
JiMin sonrió presionando el botón de llamar y abrió su cámara a la vez mientras esperaba a que el timbre dejara de soñar para poder ver a su hermano del otro lado. Se rió cuando casi al instante fue respondido y NamJoon le reclamó por haber tardado tanto en llamarlo.
—Te envié esos mensajes hace media hora, estuve esperando tu llamada desde entonces.
—Hablas como si hubiera sido una eternidad, hyung —ambos sonreían y NamJoon comenzó a mostrarle los nuevos libros de botánica que había encontrado en la biblioteca de su universidad donde estaba realizando un servicio.
—No sabía de estos libros, alguien me los mostró.
JiMin se dio cuenta de esa sonrisa en el rostro de su hermano, incluso si pudiera verlo frente a él seguramente el mayor ya estaría sonrojado. Le alegro verlo así porque cuando él llegó a esa casa NamJoon ya era un adolescente que seguramente habría tenido una o dos parejas y hablar de eso con su hermano de entonces diez años no era algo interesante para el menor.
—¿Y ese alguien te gusta?
NamJoon sonrió sabiendo que no podría engañar a su hermano menor y asintió sintiendo que todo su rostro se enrojecía y sus orejas se ponían calientes. JiMin soltó una carcajada cuando lo miro y acomodó su teléfono de tal forma que su hermano pudiera seguir mirándolo apoyándolo en la pared.
—Lo conocí hace unas semanas haciendo mi servicio, su nombre es SeokJin, es dos años mayor que yo. —JiMin asintió, le gustó ver esa faceta enamorada de su hermano porque se veía realmente feliz.
—¿Ya han tenido alguna cita?
—Varias —se rió el moreno recordando las citas después de la universidad que tuvo con SeokJin—, pero en realidad también quería saber si tú no haz conocido a alguien, Minnie.
El omega bufó, negó con una sonrisa que apenas elevó la comisura de sus labios y NamJoon solamente lo miro hacer rayones en una hoja en blanco de su libreta.
—Nadie quiere a un omega gordo, hyung. Es normal que nadie se interese en mí sí me veo de esta manera —se señaló al estómago y el alfa sintió que mil cosas se le venían encima, porque hacía tanto tiempo que no escuchaba a su hermano decir aquello y darse cuenta que su autoestima no había mejorado lo hizo sentir que falló en lo único que podía hacer al vivir tan lejos de él.
—JiMin, creí que habíamos hablado de eso, no todos son como tu madre, hay personas a las que no les importa tu físico ni los números que muestra la báscula al subirte, esas personas buscan...
—Sí, sí. Seguramente deben existir esas personas pero no para mí, estoy bien así hyung, no siento la necesidad de enamorarme ahora.
—¿Y qué harás cuando ocurra? ¿Vas a huir de tus sentimientos por temor a lo que piense esa persona? —JiMin se paralizó y sus ojos se sintieron cansados repentinamente con el ligero ardor que se apareció anunciando su llanto.
—Es tarde, me iré a dormir. Cuídate y descansa.
No permitió que NamJoon abriera siquiera la boca cuando terminó la llamada y puso su teléfono en silencio por si el alfa volvía a llamarlo no se sentiría obligado a responder.
Pero NamJoon tenía razón, seguramente cuando alguien le gustara lo primero que haría sería huir de esa persona, después de todo sabía que a los alfas no les gustaba un omega gordo como él.
Por dos días seguidos YoonGi no apareció en el lugar donde se habían conocido, le pareció extraño ya que el mayor fue quien le pidió poder almorzar junto a él, pensó que tal vez para el mayor se volvió incómodo convivir con alguien como él y terminó decidiendo a última hora que mantendría su distancia del omega.
—Te dije que no puedes irte —el empujón que le dieron lo hizo retroceder y tropezarse con sus propios pies provocando que cayera sobre su trasero y sus codos se llevaran la mayor parte del impacto haciendo que se raspara y desde su camisa se notaran los puntos de sangre.
JuYeon se rió quedando de cuclillas frente a JiMin, quien tenía el rostro enrojecido por la bofetada que le habían dado, su cabeza estaba agachada para no tener contacto visual con ellos y el alfa se burló de él cuando vio sus manos temblorosas apretando las orillas de su camisa hasta que se arrugó.
—Eres patético JiMin, seguramente si bajarás de peso habrías sido alguien que incluso me gustara.
Cuando el alfa se rió los demás también lo hicieron, el omega soltó el llanto y apretó sus labios para no soltar ningún alarido cuando su cabello fue tomado con brusquedad para levantar su cabeza y ver los ojos del alfa que se reía de su estado.
—No puedes hacer nada JiMin, nadie escucha a los omegas como tú e incluso si lo hicieran nadie va a creerte.
Le dio dos golpes no tan suaves en la mejilla para terminar de ponerse de pie e irse de ahí abandonando a JiMin en aquel ático de limpieza donde el conserje guardaba todo lo que usaba. Cerraron la puerta tan fuerte que varios productos le cayeran encima y se abrieran dejando el olor encima de él.
Lloro cuando escucho el timbre que daba inicio a las clases porque no quería asistir de esa manera, no quería que lo vieran, quería irse a casa para poder cambiarse o ya no volver por el resto del día. Pero en casa estaba su madre, lo que de alguna forma le parecía todavía peor a quedarse en la escuela, su padre no tendría tiempo para ir a casa y traerle ropa si se lo pedía y NamJoon estaba en la universidad a casi tres horas de él.
Se sentía patético lleno de detergente, con el cuerpo adolorido y su llanto robándole el aire cuando comenzó a hiperventilar sintiéndose mareado y débil. Se apoyó de sus rodillas para acomodar su cabeza, respirando lo más despacio que podía para calmarse y poder regresar a clases.
Estaba tan cansado que terminó quedándose dormido hasta que el conserje abrió la puerta y llamó a la enfermera y la directora al encontrar a un chico dormido en el cuarto de limpieza.
—No fue nadie... de verdad.
La alfa frente a él suspiró llenando una nota de salida para que el omega se retirara en cuanto sus padres vinieran por él. Por más que JiMin había rogado que no los llamaran al mujer hizo caso omiso viendo que su estado no era el mejor y en la enfermería no podrían hacer más que curar los raspones de sus codos y dejarlo descansar.
—JiMin, para poder hacer algo al respecto con el acoso escolar necesitamos que las víctimas sean valientes y hablen, no puedes encubrir a alguien que te está haciendo daño —JiMin solo asintió, cerrando sus labios y bajando la cabeza. La alfa no quiso insistir más cuando lo vio llorando, solo le permitió desahogar su llanto sin que alguien pudiera verlo y aprovecharse de su momento de vulnerabilidad.
—Directora SoYoon, los padres de JiMin no han respondido ninguna llamada —la secretaria le mostró el registro de llamadas del teléfono escolar, ambas mujeres lo miraron con tristeza, una más que la otra.
—¿Tienes algún otro familiar que pueda ayudarte, JiMin? —Les dio el número de su hermano entre sollozos, NamJoon no tardó ni siquiera dos minutos en responder y cuando le informaron del estado de su hermano lo primero que hizo fue salir corriendo de su clase en dirección al tren más rápido que lo hiciera llegar a su hermano.
—Por favor, no llamen más a casa ni lo dejen irse, estaré ahí en cuanto pueda, no lo lleven a casa, por favor —la mujer se preguntó por qué el joven parecía tan desesperado de no enviar a su hermano con sus padres, pero simplemente siguió la orden que le dio el alfa y llevo a JiMin a la enfermería donde pidió que le dieran una camilla para descansar y le prestaran algo para cambiarse.
SoYoon se fue de ahí con un mal sentimiento en su pecho al dejar a su alumno así, en lugar de ir a su oficina fue directo al salón de JiMin junto a su secretaria y el psicólogo escolar para evaluar a los alumnos que podrían ser agresores del omega.
YoonGi abrió la puerta del almacén asomando su cabeza para ver a JiMin, pero para su sorpresa no había ni siquiera un rastro del aroma del omega ahí. No lo había visto debido a que su abuela había enfermado y tuvo que cuidar de ella mientras su madre trabajaba al igual que sus hermanos, además tampoco tenía manera de contactar a JiMin ya que no se le había ocurrido pedirle su número de teléfono.
—¿JiMin?
Lo busco detrás de unos estantes, busco su mochila o algo que pudiera delatar su presencia, pero no había nada, como si JiMin jamás hubiese estado ahí. Se sintió deprimido al no verlo, pero no podía perder más tiempo buscándolo antes de que el receso terminara así que se sentó sobre una mesa al lado de la ventana, abrió su fiambrera sonriendo levemente al ver el almuerzo que su madre le había puesto a pesar de que no tenía mucho tiempo ni siquiera para preparar a veces su almuerzo para el trabajo.
Comió pensando dónde estaría JiMin, si había faltado o algo había ocurrido para que no estuviera almorzando ese día.
Desde la enfermería JiMin veía por la ventana las gradas, pensando en que seguramente YoonGi podría estar ahí si asistió ese día a la escuela.
—JiMin, come algo por favor —asintió con tristeza hacia Suzy, la enfermera que se encargaba de cuidarlo ese día. La omega le dio una caricia en el cabello y se retiró diciéndole que regresaría para recoger su plato mientras ella hacía otras cosas.
No creo que YoonGi se sienta solo si no estoy ahí.
Su pensamiento lo hizo suspirar mientras tomaba un bocado sintiéndose mal por comer, creyendo en el fondo que debería simplemente dormir para evitar tener hambre, pero la calidez de Suzy le hizo pensar que tal vez no estaría mal llenarse un poco el estómago antes de irse a casa.
Los amo. 💜
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