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⚜Capítulo XVI⚜

Cuando al fin Jimin logró despertar, las lobas le dieron un poco de espacio, solo porque Hoseok había prometido continuar regulando su temperatura mientras ellas iban por más medicina. El monje sonrió a su amigo y se sentó junto a él, en la cama, tomando un paño para secándole el sudor de su frente, a causa de la fiebre.

—¿Cómo te sientes?

—Como si Yoongi estuviera durmiendo sobre mí en su forma animal —bromeó Park, parpadeando varias veces cuando su vista quiso fallarle —. Tengo mucho calor.

—Es la fiebre —le dijo el Hoseok, volviendo a remojar el paño en agua fría —. Ese lobo te mordió, pero las lobas dijeron que no fue una mordedura profunda. Solo tendrás fiebre por unos días si dejas que ellas te cuiden.

Jimin negó, tratando se sentarse en la cama.

—No necesito ninguna enfermera. ¿Dónde está Yoongi?

Una de las lobas regresó con un ungüento oloroso y otra con té para el rey.

—Acaba de despertar. Podrá verlo luego de que lo auscultemos, rey Park.

—Quiero verlo ahora —demandó Jimin, desafiando la dura mirada de la mujer de blanquecinos cabellos.

—Luego —casi gruñó, queriendo revisar la herida en el tobillo de Jimin. Sin embargo, el mayor alejó su pie, dispuesto a demostrarle a aquella loba que hablaba en serio. No pensaba ceder. Necesitaba ver a Yoongi y comprobar con sus propios ojos, que el pelinegro se encontraba bien.

—Ahora —exigió una vez más.

—¡Por la luna! —gruñó la mujer, y la otra loba se encogió de hombros, temiendo que Krystal explotara —. ¡Déjeme curar su puto pie y luego iré por él!

—¿Qué parte de "quiero ver a mi cachorro" no estás entendiendo, pulgosa?

Hoseok y la otra mujer jadearon horrorizados cuando escucharon esas palabras y Krystal se puso de pie, conteniendo sus garras que pedían salir para arrancarle la garganta al hombre.

—¿Y qué parte de ¡después! no estás entendiendo, rey mimado? —soltó ella, dispuesta a enfrentarse al rey.

Jimin la miró serio por unos segundos y luego sonrió, curioso de que alguien se atreviera a hablarle de tal manera. Esa loba ya le caía bien.

—Me caes bien. Pero primero quiero ver a mi cachorro —dijo, completamente serio. Esa sin duda sería su última palabra.

Hoseok observó acusadoramente a su amigo cuando ambas lobas se retiraron de nuevo, pidiéndole que al menos bebiera el té mientras le traían a "su cachorro". Después de lo que le había contado, entendía que quisiera ver al lobo desesperadamente, pero también necesitaba decirle otras cosas antes de que viera al pelinegro. Por empezar, aquello que le estuvo ocultando por tantos años, solo porque se lo había prometido al rey Park.

Cuando una de las lobas le aseguró que la mordedura solo había sido leve, Hoseok casi se echa a llorar, agradeciéndole a todos los dioses por cuidar de su amigo a pesar de que éste parecía amar poner su vida en peligro. Jimin necesitaba entender de una vez por todas por qué no podía permitir que un lobo lo mordiera.

—Ya... deja de verme así, o me vas a gastar —Hoseok se tentó a sonreír —. Dime qué tan mal estoy y cuánto me queda de vida —siguió bromeando el rey. Sin embargo, la sombría mirada de su amigo, lo hizo desistir con las bromas —. Ho...

—Le prometí a tu padre que siempre cuidaría de ti sin contarte esto... pero supongo que es momento de que sepas la verdad.

Con la simple mención de su padre, Jimin ya supo que, lo que fuera a decirle el mayor, no era algo que podía pasarse por alto. Así que, asintiendo con algo de duda, el castaño le pidió a Hoseok que continuara.

—Sabes bien que mi madre fue una de las doncellas que asistió el parto de la tuya, el día en que llegaste al mundo —Park volvió a asentir y entonces recordó las palabras en la carta.

—Me pediste que no repitiera la historia de mi madre...

—Antes de que tú nacieras, ocurrió la primera rebelión de los lobos del oeste. Ellos querían el territorio de Goguryeo, incluso exterminaban otras manadas al no poder quitar a los humanos del medio. Tu padre prohibió habitar las montañas y bosques, por seguridad, pero, aun así los lobos entraban al reino y asesinaban a inocentes al azar.

—¿Qué tiene que ver esto con-?

—Tu madre fue mordida por uno de ellos cuando se atrevieron a atacar por primera vez el palacio—confesó Hoseok, viendo el desconcierto tallado en los ojos de su amigo —. No fue una mordida leve como la que te dio ese lobo en Baekje. Y tu padre...

—Hoseok, solo dilo —suplicó Jimin cuando la ansiedad ya comenzó a consumirlo. Él solo quería saber de una vez por todas qué había ocurrido con su madre, y si ella de verdad había muerto en el parto.

—La reina entró en labor de parto luego de ser atacada y todos priorizaron tu vida, Jimin. Tu padre permaneció a su lado en todo momento y fue quien te sostuvo cuando naciste y también el que te protegió de que tu propia madre te asesinara —reveló, atreviéndose a mirar a los ojos del otro —El rey Park fue quien la mató. La reina sobrevivió a la maldición, pero se convirtió en algo peor que un lobo cuando su sangre aceptó el veneno del animal. Una bestia...

—Su sangre...

—Sí —confirmó Hoseok, sin necesidad de que Jimin terminara de pronunciar sus palabras —. Tú eres el primer y único nacido bajo la maldición de un lobo. Su veneno corre por tus venas. Es por ello que tu padre dejó que Yoongi se criara a tu lado cuando perdió a su manada. Esa esencia animal que tienes, siempre lo hizo sentir en casa.

—¿Soy un lobo?

Hoseok rio sin mucha gracia, solo para que sus lágrimas no cayeran.

—No, amigo mío —pronunció con pena —. Tú...

—Llevas un monstruo dentro —respondió alguien más. La misma loba testaruda que insistió tanto en revisar su herida. Aquella que no dejaba de mirarlo como si lo juzgara, cuando lo cierto solo era que temía por los suyos.

La mujer terminó por avanzar los pocos pasos que podía dar dentro de la habitación y cerró la puerta para que nadie más los oyera. Una vez junto a la cama, hizo a un lado a Hoseok y tiró de uno de los brazos del rey para subir sus mangas.

—Mire —pidió, mas Jimin no supo qué debía ver exactamente —. No tiene heridas o hematomas. Ni siquiera un rasguño. Ningún humano es capaz de sanar tan rápido. Mucho menos soportar los colmillos de un lobo. Le dirán que la mordedura de ese lobo negro no fue profunda para excusarse, pero solo son falacias. El veneno en su sangre lo protege de nosotros, rey Park, pero no de un alfa puro —le aseguró y regresó las mangas a su lugar. Y entonces, una simple mirada de la mujer, bastó para dejarle en claro a Jimin quien era el único que podía convertirlo en ese monstruo.

—Yoongi... —Krystal asintió, desviando su mirada al no soportar la tristeza en los ojos del hombre.

—Si quiere entregarle su humanidad a ese lobo puro... prepárese para dejar libre a una bestia, capaz de asesinar incluso a quien más ama.  

Habían pasado exactamente vente años desde la última vez que lo vio. Su rostro no era más el de un niño sonriente. Sus hoyuelos seguían allí, aunque ahora sobre rasgos más marcados y adultos. Sus ojos, iguales de filosos que los de Yoongi, parecían abrir las puertas de tu alma y ver lo que ocultabas de ellos. Su cabello era más corto que el del mayor, pero aún así conservaba ese intenso color a noche.

Yoongi ni siquiera necesitó presentaciones, en el instante en que lo vio, su lobo lo recordó.

—Namjoon... —. El otro lobo sonrió, feliz de que su hermano mayor no lo hubiera olvidado. Incluso no pudo resistirse al pedido de su lobo cuando se lanzó sobre el otro para abrazarlo con fuerza. No fue hasta que Yoongi se quejó, conteniendo un aullido, que el menor lo soltó apenado.

—Siento eso. Mi lobo no me permitió evitarlo —se disculpó, rascando su oreja, tal como Yoongi también solía hacerlo cuando se avergonzaba. Podía pasar dos vidas más y esos Min no dejarían de parecerse.

—No pasa nada —susurró Yoongi y carraspeó cuando no supo qué más decir. Jamás pensó que volver a ver a uno de sus hermanos se sentiría tan...

—Incómodo —murmuró Namjoon y Yoongi lo miró, guardándose su sonrisa solo para él. Fue entonces cuando el menor suspiró, sabiendo que ya no podía esperar más con lo que tenía que decir. Esperaba que después hubiera tiempo para abrazos y reencuentros, pero ahora habían cosas importantes qué tratar. Una de ellas, decirle quien era aquel lobo negro que está con Jeon —. El lobo negro que está con Jeon...

—Jungkook —le cortó Yoongi, atrayendo la atención del otro — Es Jungkook ¿verdad? —Namjoon asintió, cabizbajo y Yoongi observó la cicatriz de la mordedura en su brazo. Que ellos sanaran rápido no significaba que las heridas no pudieran dejar huellas. La mordedura en su brazo y la gran cicatriz en el rostro de Namjoon, eran la prueba de ello.

—Jungkookie... él fue criado como uno de los hijos del líder de esos lobos —comenzó a relatar el Namjoon, ayudando a su hermano a sentarse en la cama antes de continuar —. Él tenía apenas un año y meses cuando pasó aquello. Cada noche yo lo abrazaba antes de dormir y le repetía hasta que se dormía: Min Jihoon es tu padre, Min Ciel es tu madre, Namjoonie es tu hyung que no te dejará solo y Yoongi hyung es quien esperará por nosotros.

Yoongi sonrió apenas, pensando en el Namjoon de cuatro años que siempre lo molestaba, pero que también solía preocuparse mucho por sus hermanos cuando estos se herían o enfermaban.

—Nos separaron al poco tiempo cuando descubrieron lo que hacía. Jeon posiblemente pensó que sería una gran venganza que el menor de los Min olvidara a su propia familia y que lo llamara padre a él. Lo crio como a un hijo e incluso lo nombró el Beta de la manada. Logró que Jungkook se olvidara completamente de nosotros —Namjoon miró el brazo de Yoongi —, por eso no le importó lastimarte así.

—¿Cómo sabes que fue él?

—Te he estado observando, hyung —confesó, poniéndose de pie para caminar hasta el montón de leña sobre la que hervía un cuenco de acero —. A Jungkook también. Es una tarea fácil de realizar, cuando tu enemigo piensa que estás muerto —bromeó y, con el agua caliente, preparó una infusión de crisantemos que ayudaría al otro lobo con sus dolores musculares —. Bebe mientras esté caliente.

—Gracias —pronunció Yoongi, observando las tres flores amarillas en el pocillo —. También crecí creyendo que todos estaban...

—Fue mejor así por un tiempo. Aunque déjame decirte que, convertirte en el perro guardián de un rey, te dio una popularidad que no necesitábamos. De no ser por eso, Jeon no habría sabido de ti —comentó su hermano y Yoongi se quedó pensando por unos minutos en aquellas palabras.

... el perro guardián de un rey...

—¿Dónde es-

—Hyung —lo interrumpió Namjoon, sentándose en el suelo sobre sus muslos antes de llevar su cuerpo hacia adelante, inclinando también la cabeza —. La manada estuvo esperando todo este tiempo por ti. Es hora de que lideres a Gaya. Es hora de que los lobos del Oeste paguen por sus crímenes y también que un nuevo líder guie a los suyos. Te necesitamos. Madre y padre protegieron tu vida sabiendo que esto alguna vez podría pasar. Es momento de que pagues ese favor, guiando a los lobos.

—Namjoon... yo...

—Solo un líder de sangre puede dirigir a los nuestros y lo sabes —aseguró, haciéndole imposible la tarea a Yoongi de negarse —. Tu lobo ha estado inquieto al acercarse la primera luna de tu vigésimo primer cumpleaños ¿verdad?

Yoongi lo miró entre cohibido y ansioso al no saber qué responder.

—Quizás no recuerdes el día en que naciste, hyung. Pero tu primera luna es esta noche. Tu lobo al fin es un completo adulto y ahora más que nunca te reclamará un compañero y una manada. Eres una alfa líder, un puro y tu manada ha esperado todos estos años por ti, sabiendo que este día llegaría. Como uno de los últimos Min, cuidé el puesto por ti, pero yo no soy un alfa líder. Jamás lograré armonizar a la manada como sé que tú lo harás.

—Pero... Namjoon, yo no sé... ¿Qué manada?

—La de Gaya —respondió el menor, sentándose de regreso junto a su hermano —. ¿Recuerdas la manada de las historias de mamá? El reino escondido, liderado por lobas albinas. ¡Existe! Ellas cuidaron de mí y de los pocos que sobrevivimos a la fuga de los lobos del Oeste. Incluso de algunos que huyeron de sus propios clanes cuando estos fueron atacados en su momento. La líder de las lobas está dispuesta a darnos todo su apoyo para que, de una vez por todas, alguien acabe con la tiranía de Jeon y su ambición por gobernar sobre los hum-

—Namjoon —habló una mujer, llamando la atención de ambos lobos. La mirada de esta se cruzó brevemente con la de Yoongi y asintió en un pequeño saludo —. El rey despertó y no nos deja auscultarlo sin antes ver a su cachorro. Así que mueve el culo y haz algo —exageró sus últimas palabras y se marcó sin esperar respuesta.

Yoongi la miró desconfiado, y luego a su hermano, quien solo sonreía, como si ya estuviera acostumbrado al carácter de la mujer.

—Lamento eso. Ella es un poco tímida por eso siempre se salta las presentaciones —comentó el menor, escuchándose pronto de la habitación de al lado un: ¡Tímida, tus bolas!

—¿Ellas es...?

—Krystal. Mi loba —respondió Namjoon, inflando su pecho en orgullo —. Ella lidera el escuadrón de Jägerin que los casó del palacio de Baekje. Pero que no te engañe con su rudeza. Puede llegar a ser muy tierna cuando quiere —susurró eso último, solo para que Yoongi escuchara. Algo le decía al mayor que si la loba escuchaba a su hermano decir aquello, su cabeza rodaría.

Namjoon sonrió cuando vio a su hermano estrujar la delgada manta que lo cubría, al tiempo que sus ojos iban de un lado a otro, buscando algo... o a alguien. Era muy probable que su lobo reconociera las palabras rey y despertó, y ahora se encontrara ansioso por ir a verlo. Lamentablemente, Namjoon sabía que eso no era para nada bueno.

—Es la primera vez en nuestra historia que un lobo elige a un humano como compañero —susurró Namjoon y Yoongi dejó sus manos quietas, prestándole su total atención —. ¿Cómo pasó?

Yoongi lo observó en silencio. A los pocos segundos separó sus labios para responder, pero como las palabras no llegaron, volvió a juntarlos. Ni siquiera él tenía una respuesta para ello. Lo único que podía asegurar, era que lo amaba. Aunque extrañamente, ahora tenía miedo de ir a verlo. No quería imaginarse qué tan herido resultó solo por ir a rescatarlo.

—Hyung, sin un lazo que los una, jamás tendrás a tu lobo satisfecho. Sentirás la necesidad desmedida de marcarlo, tu propio animal interior buscará tomar el control para hacerlo cuando no se lo permitas y si marcas a un humano... —Yoongi desvió su mirada como si no quisiera escuchar más, pero eso era algo que Namjoon necesitaba dejar claro.

Su hermano había vivido mucho tiempo lejos de sus costumbres, necesitaba entender en qué peligro estaba poniendo a aquel hombre.

—Hyung... cuando un lobo muerde a un humano, éste le entrega una parte de su esencia animal, que se fusiona con la consciencia humana. La unión ocurre tan de repente, que nubla el juicio del humano, provocando que el lado salvaje gobierne en su mente, hasta el punto de consumirlo, y en muchos casos, matarlo. El resultado... siempre será la creación de un monstruo. Si lo muerdes, ese hombre que conoces perderá su humanidad, Yoongi hyung. Y después de eso, no le esperará nada más que la muerte. Si en verdad lo amas, no dejes que tu lobo lo marque.

—Es doloroso...

—Lo sé —bufó el menor, conociendo el sentimiento —. Cuando nuestro lobo reclama un compañero, resistirse a los instintos es duro. Somos parte animal después de todo.

—No quiero lastimarlo. Me prometí a mí mismo que jamás permitiría que algo le pasara. Aunque irónicamente, ya ocurrió.

Namjoon sonrió y palmeó el hombro de su hermano.

—Se nota que él también está dispuesto a todo por ti —soltó, atrayendo la curiosidad del otro —. Fue por ti, tonto. Arriesgo su vida por su cachorro —se burló, ganándose un gruñido de Yoongi.

—Solo Jimin puede llamarme así.

—Oh... así que Jimin, y no rey Park ¿eh? ­­—rio una vez más el joven de hoyuelos. Esta vez, Yoongi prefirió permanecer en silencio. Solo podía pensar en qué tan mal estaría su compañero. Su lobo moría por verlo, pero también temía encontrarlo en un estado incapaz de soportar.

—Sabes... hay algo que me inquieta un poco —confesó el menor de los lobos luego de permanecer un tiempo en silencio.

—¿Qué es?

Namjoon frunció el ceño y chocó sus dedos índices mientras trataba de explicarse correctamente para que no quedaran dudas.

—Ya sabes... Ese humano y tú... cómo... ¿Ya lo hicieron? ¿Es lo mismo que con las hembras? ¿Podrá darte cacho-

Justo cuando Namjoon se encontraba expresándole sus dudas a su hermano mayor, Krystal regresó, entrando en el momento menos indicado.

—¡Bastardo asqueroso, deja de preguntar eso y llévalo a ver al rey! —le gritó, golpeando al lobo con uno de los troncos que traía para reponer la leña. Namjoon se carcajeó entre quejas y disculpas, admitiendo que no pudo contenerse ante la duda, mientras que Yoongi silenciosamente le agradeció a la loba por haber interrumpido. Esa era una información que no necesitaba compartir con su hermano. Ni con nadie.

«Compañero» susurró su lobo entonces, meneando su rabo, ansioso por ver al rey. Él también lo ansiaba demasiado, pero al mismo tiempo tenía tanto miedo. Ni siquiera se había atrevido a preguntarle a Namjoon por aquello que había oído al despertar.

«—El lobo lo mordió»

—Por favor, que esté bien.

Volví con otro capítulo largo xD 

¿Alguien ya se esperaba que eso le hubiera ocurrido a la madre de Jimin? 👀 ¿O que nuestro rey fuera... un monstruo?


Nina Glastor🖤

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