XXIV - Sinceridad
Michael escucho a Jonathan hablar un rato sobre su hija, y noto que se veía más relajado que nunca con una sonrisa deslumbrante.
De vez en cuando los dos se tomaban de la mano, compartían unos cuantos besos y volvían a hablar.
—Cherry apenas ha iniciado con la scuola elementare, es algo nuevo para nosotros, estamos acostumbrandonos al salto del preescolar a la escuela elemental.
Para mí eran más sencillas las salidas antes por qué en preescolar se cuenta con guardería, mi hija estuvo desde los 3 hasta los 6.
Y ahora con el salto a la elemental, mi madre me apoya en cuidarla.
Hago lo que debo hacer en la mañana, ayudó a Cherry a alistarse, nos vamos a las 08:25, la dejo en la escuela y me voy directo al trabajo.
Trato de ir a verla a la hora del descanso, mi madre pasa por ella a la salida de sus clases y llegó a casa directo a ayudarla con las tareas.
Entonces mí único momento libre; por así decirlo es de las 05:30 a las 08:00, a la hora que comúnmente hablamos.
—Tienes el tiempo justo, gracias por despertarme todas las mañanas.
—Ya te estoy abrumando demasiado, mejor cuéntame lo que querías decirme.
—No me abrumas, me agrada saber un poco más de tú rutina en las mañanas. Yo en cambio inicio mi día con tú voz, despierto siempre escuchandote, de ahí en adelante sabes todo lo que hago.
—Amo ser lo primero que escuchas.
Sujeto su mano por última vez, le robo un último beso, y guardo en su memoria su rostro.
No olvidaría una sonrisa como ésa.
—Antes de empezar a soltar verdades, quiero saber tú estatus ¿Soltero?
—Viudo, ya lo sabes.
—¿Alguna relación actual? No importa sí es informal, o quedan de vez en cuando.
—Solamente estoy quedando contigo ¿Y tú?
—Igual, tú nada más. No sé por dónde comenzar a explicarme.
En estos últimos meses has sido una luz en mí vida, creo que te conocí por todas las razones equivocadas, no estoy precisamente orgulloso de ello.
Y actualmente siento cosas por ti, no sé cómo pero me terminaste gustando, me fui enamorando poco a poco, fui dependiendo cada vez más de tú presencia, de tú voz.
Ahora estoy totalmente enloquecido con tus besos y con el tacto de tus manos.
Todo esto ha sido culpa mía, deje que esto se me saliera de las manos.
—Michael, no te estoy entendiendo.
—Cuando la relación con mi ex terminó, estuve lidiando con el alcohol durante un par de meses.
Me embriague lo suficiente una noche para acordarme de ella, descubri que me bloqueó, cree una cuenta falsa y me dí cuenta que su perfil estaba en privado.
Así que pensé en agregar a un conocido de ella para poderla agregar y ver qué había sido de ella.
No quise agregar conocidos cercanos a mí por qué creí que Sara, mi ex sospecharía, por ello parecía buen plan seguir a su novio, él mismo hombre con quién me engaño.
Dios, si que esto es estúpido.
Jonathan, solamente me acerque a ti para saber acerca de Sara, mi ex novia.
Fue bastante infantil de mí parte, lo reconozco, al principio dije “venga, esperaré un poco para agregarla”, luego no sé que demonios pasó.
Nunca quise lastimarte o jugar contigo, con el tiempo me olvidé de seguir a Sara.
Comencé a agregar a mis propios amigos a “la cuenta falsa”, junto con mis fotos, me olvidé por completo de la idea de querer saber de ella.
Solamente continúe hablando contigo, acostumbrándome a ti.
Jonathan lo miro de forma incrédula, no comprendía bien de lo que hablaba Michael, después retomo la conversación.
—Soy el ex novio de Sara Adams Levitt, una chica que suele ir bastante al gimnasio en el que trabajas.
Con la mujer que sales o saliste alguna vez.
—No sabía que ella tenía novio —murmuro—, lo lamento.
Michael ¿Aún quieres ver su perfil?
—No, no. Ella no me importa, me interesas tú, quiero que me perdones.
Eres increíble, tienes un alma hermosa, posees una voz que puede hipnotizar a cualquiera, te mereces todo, Jonathan.
Gracias por estos últimos meses, por despertarme todas las mañanas, por ser mí acompañante, sólo gracias.
Y yo, de verdad lo siento, nunca podré disculpame lo suficiente contigo.
Supongo que es todo, te llevaré a casa.
—Michael ven aquí, dime qué hay de esto —le respondió con un beso—, háblame de lo nuestro.
—No quiero perderte, quiero amarte, dame una oportunidad.
—¿Qué piensas de Cherry?
—Pienso que estás haciendo un gran trabajo con ella.
Es increíble como manejas tú tiempo para estar más presente en su desarrollo.
Y a pesar de tú responsabilidad, aprecio que aún así hables conmigo por las mañanas.
—¿Y qué piensas de mí?
—A ti te adoro, sabes que te quiero.
—Es todo lo que necesito para estar contigo.
Quiero ir a un sitio más privado, en dónde no me preocupe el alrededor.
Michael pago la cuenta y fueron directo al estacionamiento, los dos se subieron a la parte trasera del automóvil.
Estaba el auto estacionado en la oscuridad, alejado de la luz, ahí fue cuando Jonathan se sintió más libre.
Por lo que comenzó con ése ritual de pasar sus manos alrededor del cuerpo del abogado, a besar su cuello, subiendo y bajando para poseerlo tanto como quisiera.
Iniciando un recorrido, pero siempre volviendo a atacar sus labios.
—Me fascinas mi amor, se solamente mío.
—Desde hace tiempo que lo soy.
Siempre pienso en ti Jonathan, desde que despierto hasta el momento de ir a dormir.
Cada centímetro de mí cuerpo implora por ti, soy únicamente tuyo.
Quiereme también, tal cómo yo lo hago, corresponde mi amor.
—Es lo que trato de hacer con mis besos y caricias, quiero darte todo lo que necesitas.
Te sostendré entre mis brazos todo el tiempo, no te preocupes.
Voy a amarte cómo mereces que te amen, Michael.
Lo haré todos los días, confía en que mí amor por ti es real.
Le dijo que «sí», posteriormente se dejo llevar, hoy solamente eran ellos dos demostrandose amor.
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