XLIX - Ellas
Era un Lunes cualquiera, había hablado con Jonathan como siempre por las mañanas, se sentía feliz.
Y esto por qué su novio tenía más confianza en él respecto al tema de Cherry, su hija.
Las cosas parecían ir relativamente bien.
Tenía la dicha de que le fuera bien en lo laborar y lo sentimental.
Michael estaba con Patrick en su oficina, después escuchó por teléfono la clave 53, ése era un número especial para clientes importantes o casos de urgencia que requerían prioridad. «Un 53 en su oficina», le había dicho Sofía, su secretaria.
Fue hasta su despacho y vió a Sara esperándolo, hace tanto que no la veía, hubiera dado lo que fuera por verla 7 meses atrás, hoy no tenía efecto en él, ella no le importaba más.
Hoy tenía un nuevo presente y otro futuro alejado de ella.
—Hola, Michael ¿Cómo estás?
—Bien, Sara ¿Y tú? Dime, por favor ¿Qué es lo qué necesitas?
Estoy ocupado con un caso, ayudándole a Patrick.
—Hablar contigo, supe que estás saliendo con Jonathan, el chico del gimnasio, aquél mismo hombre que besé y por él que terminaste conmigo ¿Te suena? ¿O es qué acaso lo has olvidado?
—Patrick... ¿Él te lo dijo?
—No, él no me lo dijo, no suele contar cosas de ti.
Yo vi tus fotos con él en las redes sociales.
—¿Y?
—Vamos Michael, yo te diré la verdad ¿Quieres saber quién es el?
Es la clase de chico que consigue nueva chica cada mes, sólo busca sexo con ellas ¿Sabes con cuántas sé ha metido del lugar en el qué trabaja?
Siempre busca sexo casual, sin compromiso, tú no eres ésa clase de chico, siempre has sido de los que es excusivo, él no lo es, ni lo será por ti.
Una vez que consiga lo que quiere, él te dejará, usa el tema de su hija como pretexto, ninguna es suficiente para ésa niña.
Nadie es tan buena mujer como Lucía.
Esperaría que no estés con él por las mismas razones que seguramente busca, el sexo casual.
Estaría decepcionada de ti, jamás quisiste tener intimidad conmigo.
—Sara... no, de verdad no voy a hablar contigo de él.
Ambos sabemos que esté tema esta por demás.
—Esta experimentando contigo, igual que con todas, a Jonathan no le importa si las mujeres que consigue son casadas o con novia.
Por qué para tú información, él sabía que yo salía contigo, siempre lo supo.
Michael yo te quiero, te guardo mucho cariño, y por éso es que vine a decírte la verdad sobre él.
Por favor mírame ¿Te acuerdas quién estuvo contigo cuándo tus padres se separaron? ¿Te acuerdas quién estuvo a tú lado cuando murió tu madre? ¿Cuándo quisiste suicidarte? ¿Sí te acuerdas?
Permíteme decirte que fui yo, la que te cuido durante todos estos años.
Soy la mujer a la que juraste proteger en nombre de Marcela ¿Te acuerdas de ella?
Quiero que me mires y me digas que te olvidaste de ésa promesa, dime si estarás con un hombre que le hace a las mujeres lo mismo que tu padre le hizo a tu madre.
—Sara, por favor... no me hagas esto.
Para este punto las lágrimas en el rostro de Michael habían comenzado a aparecer, todavía el tema de su madre le resultaba complicado, era difícil de procesar.
Él se volvía a sentir como un niño, queriendo huir de la mujer que le estaba hablando acerca de su madre.
—¡Acuerdate de ella! Y dime sí te permitiría salir con un hombre igual a tu padre ¡Él hombre que la hirió y la lastimó durante años!
Nos conocemos desde hace nueve años, he estado contigo cuando no eras nada, dure cuatro años siendo tú novia ¡¿Crees que te mentiría?
Házme saber si le creerás un amor profesado al tipo que se metió conmigo aún sabiendo que estaba contigo.
Si no me crees, ve y pregunta la clase de hombre que es tu novio en el gimnasio, lo sabrás todo.
Me equivoqué, te pido perdón, sé que no soy mejor que él, pero te he de confesar que yo aún te quiero Michael —le dijo con pesar—, aunque me odies por contarte la verdad sobre él.
Eres la clase de chico que no merece ser usado como experimento.
La clase de hombre que vale la pena, tú querido mereces mucho más.
Jonathan solamente jugará contigo, en cuanto llegue otra chica o alguien que le atraiga lo suficiente, él te dejará.
Esta experimentando su sexualidad contigo, eres uno más.
Vió a Michael recargado en la pared con lágrimas en los ojos, por ello fue a abrazarlo, volvió a tenerlo entre sus brazos.
Era igual de cálido, tal como ella recordaba.
—Sí me necesitas llámame y lo siento Michael, no quería hacerte llorar.
Debí explicarte quién era él antes de que terminaríamos, tuve que ser sincera cuando me preguntaste por él.
Fue mí culpa no decirte cómo era él tipo con el que me metí, pero únicamente buscaba sexo de él, algo que tú no querías darme,
Nunca quisiste tener relaciones conmigo, durante mucho tiempo me pregunté que me faltaba para que me vieras como mujer.
Acarició su rostro con suavidad, sus ojos aqua eran tan lindos como recordaba, solamente que estaban totalmente rojos y cristalizados.
Sara volvió a hundir su cuerpo con el de Michael, buscando darle consuelo alguno.
Su ex novio estaba estático, recargado sobre la pared, con sus manos pegadas a la misma pared.
Patrick estaba por salir a comer, así que fue a avisarle a Michael, sólo que al entrar vió a Sara con él.
Éso si que era una sorpresa, cerró la puerta detrás de sí, cuando sintió a Michael abalanzarce contra él, envuelto en lágrimas.
—Patrick no pude proteger a mí madre, no pude hacerlo.
—Oh, vamos hombre, no es tú culpa, los dos lo sabemos, lo mejor que le pudo haber pasado a ella fue haber dejado a tu padre.
Michael yo a ella la recuerdo feliz, acuérdate de éso.
Tú, has llevado casos similares a los de ella, sabes que lo mejor es salir de ahí ¿No es así?
—No te vayas, no me dejes sólo.
—No lo haré. Ve al baño, limpiate ésas lágrimas y vamos a comer algo.
Lo guío hasta el baño que estaba dentro de la oficina y cerró la puerta detrás de él.
Luego dirigió su mirada a Sara.
—Esto —dijo señalando la puerta del baño, luego la señalo a ella—, quiero que me digas qué haces aquí y por qué lo has hecho llorar.
—Patrick, no te incumbe, te recuerdo también que tu amiga soy yo, no él.
¿Sí te acuerdas qué ha estado solamente enfocado en su carrera? ¿Arrastrando a cualquiera para crecer? ¿No es por éso qué Andrés lo odia?
Pregúntate por qué eres él único que le habla de aquí ¿Te digo por qué? Lo haces por qué era mi novio.
Pero nadie en esta maldita oficina lo quiere, tú lo sabes.
—Acá nadie quiere a nadie, y sí soy tu amigo, te la doy por válida.
Pero tampoco voy a permitir que hagas un escándalo aquí, debo cuidar mi trabajo ¿Quieres hablar con él?
Búscalo afuera, no vengas a verlo aquí, ya de él dependerá si te quiere ver o no.
Y ahora es obvio que no te quiere ver, déjalo en paz.
—¿Éstas de mí lado o del de él? Creí que éramos amigos.
—Y por qué somos amigos no le hablo a seguridad, no puedes entrar acá sin cita, menos con Michael.
Estoy trabajando Sara, no metas mi amistad contigo para chantajearme, ni pongas en riesgo mi estadía aquí.
Si de verdad valoras nuestra amistad, te irás de aquí sin rechistar.
—Me iré, pero tú y yo hablamos más tarde, tengo cosas que contarte.
Te quiero, salúdame a Andrés y dile a Michael que me llame.
—Lo haré.
Patrick asintió, Sara le dió un beso en la mejilla y él le abrió la puerta para que se fuera.
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