Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XLII - Fatalidad

“Nuevos días”.

Finalmente llegó el día esperando, el día de ver a Cherry, además a la madre de Jonathan, estaba nervioso.
Había despertado más temprano de lo normal, 04:38 am, no había podido conciliar bien el sueño.
Tenía pesadillas acerca de lo mal que podría resultar el tema.
Preparó una taza grande de café, trato de desayunar algo, pero todo le sabía fatal, su estómago se negaba a tener algo retenido.

Miró el regalo envuelto de Cherry, April y desde luego el de Jonathan.
Era hoy el día, no tenía tiempo de acobardarse, más que era muy probable que la niña estuviera entusiasmada con la salida.

No podía fallarle a ella, ni a su novio.

Tampoco quería mostrarse nervioso, por qué era probable que pusiera igual a Jonathan, en estos momentos era cuando tenía que reconfortarlo a él, debía demostrarle que podía con una responsabilidad así.
Fue hasta su armario y observó todos los trajes que tenía, vió uno de color azul, así que optó por usar ése, el cual tenía un broche llamativo (a su vez discreto) en la solapa del saco. Y una corbata de color plata.

Cuando dieron las 05:30 le mando un mensaje a su pareja, avisando que ya había despertando.
Seguido de ello escuchó el móvil sonar, él también estaba despierto.
Aún estaba en cama, pero tenía una sonrisa resplandeciente, tan brillante como siempre.

Los dos tenían que recapitular el día que tendrían, era importante que estuvieran de acuerdo con cuadrar tiempos y los después.

—Buenos días, amor ¿Estás nervioso?

—Buenos días, cariño. No, estoy bien, mejor platicame ¿Cómo quedamos con los tiempos?
Queda igual, pasar a las 11:00 para ir al sitio de juegos para Cherry, 12:00 o 12:30 almorzamos.
Después los dejo a todos en casa de vuelta.

—Sí, es importante que almuerce en un lugar en el que se sienta cómoda.
Y tú y yo... aún no cuadramos el día.

—Ése será nuestro día cariño, sabes que no puedes irte conmigo después de dejarlos a ustedes en casa.
Es importante que Cherry no me asocie con algo negativo, no quiero que piense que el verme es sinónimo de que te alejes de ella.

—Tampoco podré besarte ¿Cierto?

—Mi vida... no.

—Tan cerca sin poderte besar, ni tocar, luego tener que ver que te vayas, será una sensación horrible.
Dios, Michael, no creo que pueda.

—Iré al trabajo un rato, tengo un par de papelería pendiente.
Antes de irme a laborar, paso por ti.
Sólo será un rato, pero podremos... hacer éso que hacemos cuando estamos juntos.

—Por favor, ven.

—No podría fallarte, sabes que haría lo que fuera por ti, Jon.

Su novio le mando un beso, después colgó, tenía el corazón al hilo, solamente Jonathan podía generar éso en él, hoy en definitiva tendría los tiempos justos.
Debía ser bastante rápido para manobrear todo, elegiría un traje cualquiera, después regresaría a casa a volver a ducharse y cambiarse.

Se metió a la ducha, hizo café, y se llevó su maletín con las cosas que necesitaba.
Salió de casa mucho antes de lo normal, 05:51 y ya tenía un pie fuera de casa, luego le mando un mensaje a su pareja avisándole que ya iba en camino para allá, para que estuviera listo.
Esta vez no podría entretenerse como siempre.
Pero esperaba que el poco tiempo con él, fuera más que suficiente para saciarse los dos.
Últimamente las cosas estaban llendo de ésa forma, no podía estar sin hacer algo cuando ambos estaban juntos.

Estaban acostumbrados a tocarse, abrazarce, besarse, o cualquier cosa que involucrará contacto alguno.
Hoy sería la primera vez que no podría hacer nada de éso.

Por qué hasta dónde Cherry sabía, él y su padre Jon... eran amigos.

Amigos que se amaban.

Los que tenían una evidente tensión sexual cada que estaban juntos.

En todo el camino fue pensando en él, en lo mucho que deseaba que esta relación poco convencional funcionará.
Al llegar a casa de Jonathan, el abogado apagó el coche y le mando un mensaje avisándole que estaba afuera.

Y lo vió salir con su abrigo negro, el mismo que le había “prestado”.

El contador entro al auto, ninguno de los dos dijo nada, solamente se habían fundido en un gran beso.

—Baja del auto conmigo —le dijo con un sonido ahogado—, baja ahora.

Michael no le replicó solamente quitó las llaves del auto, salió junto con Jonathan y este lo llevó a la parte trasera de su casa.

El contador abrió la puerta del sótano y lo hizo pasar ahí.
Lo atrajo hacía él, lo besó con frenesí, y paso sus manos por toda su espalda a medida que lo besaba.

Empezó a respirar pesadamente, tenía una sensación abrumadora en el pecho, un cosquilleo que recorría sus pulmones, era tan extasiante.
Estaba perdidamente enamorado del hombre que tenía en frente.
Se mordió los labios para que no lo escucharán, a como pudo le desabrocho la camisa, mientras lo distraía con un beso.
Pasó sus manos por todo su torso mientras continuaba atrapando sus labios.
Lo tocó como si no pudiera volver a hacerlo jamás, lo besó como si fuera la última vez, gruño por lo bajo al sentir al abogado apartarse, quién buscaba conseguir algo de aire.

Éso le hizo darse cuenta que estaba llendo demasiado lejos, tal vez por el miedo de perderlo, de pensar en tener la certeza de que Michael después de hoy no le volvería a hablar.
Esperaba que despertará del trance, que se diera cuenta que siempre no podía estar con él.
Después de ello sintió los brazos de su novio atraparle, mientras él mantenía escondido su rostro en el cuello del abogado, estando agitado, con un millón de interrogantes.

No quería perderlo, no sabía por qué esperaba lo peor.

—No me voy a ir Jon —dijo con voz baja, mientras mantenía una de sus manos en la cabeza de su novio, mientras que con la otra lo sostenía de la cintura—, amor mío, me tienes, te lo he dicho en otras ocasiones.
Quiero estar contigo, no me asusta tu vida, prometo que nos veremos a solas más tarde.
No hay nada que disfrute más que estar contigo, a tu lado.

—Prometelo.

—Te lo prometo, cariño.

Jonathan le creyó, esta vez lo besó de forma más lenta, llendo más despacio, con espacios cortos, diciéndole la palabra “amor” en un tono muy bajo, luego un “te quiero” de la misma forma.

Después lo rodeó entre sus brazos, besando su frente, pasando sus dedos sobre cabello y diciéndole cuánto lo quería, a lo que Michael también le correspondió.
Encendió la luz del sótano, miró a su novio con la camisa desarreglada, le susurro un “perdón”, mordió su hombro levemente, lo besó otra vez y al final le ayudo a acomodarle la ropa otra vez.

Abotonando cada uno de sus botones devuelta, mientras veía la imagen de su cuerpo por completo.

—Mi vida —le dijo suavemente—, voy a venir por ti, te lo prometo.
Quiero dormir contigo también, me gusta despertar con tu voz, amo sentirte conmigo al despertar.

—Estaré esperando por ti, te quiero, Michael.

El abogado le correspondío, unió sus manos con las de él y le sonrió.
Después los dos salieron del sótano, para ir rumbo al auto.
Michael subió a su coche, besó a Jonathan una última vez y puso en marcha el coche devuelta.
Y no sé fue hasta que vió a Jonathan entrar a casa, en definitiva debía manejar su tiempo hoy.

En cuanto a Jonathan, regreso a su habitación, se quitó el abrigo, aspiró el aroma del perfume de su novio y lloró.
Le asustaba que las cosas no resultarán, temía que Cherry odiará a Michael, no quería dejarlo.
También estaba la posibilidad de que él se diera cuenta que era una responsabilidad muy grande por asumir. No podía culparlo.

Tenía todas ésas preocupaciones encima, creía que Michael era demasiado joven para estar con él, también pensaba en la suposición de que a lo mejor querría tener sus propios hijos y él no podía dárselos.

Estaba realmente asustado de este día, que tenía los elementos de tornarse en una fatalidad.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro