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LXVIII - Abogado

Patrick regresó con Michael a la oficina de él, estaba mentalmente agotado, las confrontaciones con Andrés siempre eran igual de difíciles.

Discutían cada vez peor.

Riley vió a su compañero con el teléfono, lo más seguro es que estuviera hablando con Jonathan, no creía que fuera capaz de dejarlo del todo por el día de hoy.

Ni siquiera se había dado cuenta de su presencia.
Así que tomo ése tiempo para despejarse, tenía migraña.

—Hola, Patrick ¿Qué tal te fue con Andrés?

—Dile a Jonathan que ya tiene a su abogado, Andrés es lo que necesita, es experto en Derecho Penal & Laboral, lo representará bien.
Lo único que Carnaghi pidió es que Jonathan venga con él mañana a las 10:00 am, así que por favor los dos sean puntuales.

—No te preocupes, no desperdiciaría una oportunidad como esta, menos cuando Andrés ha accedido.
Ambos sabemos que es la mejor opción para Jonathan.

—Sí, pero ¿No sé te hace riesgoso? ¿No crees qué lo saboteará?

—Andrés es demasiado orgulloso como para perder un caso, además que si lo acepto, de seguro espera algo a cambio.
Tal vez quiera que le deba un favor, sabes mejor que nadie el aprecio que le tiene a mi padre, no lo sé, igual no importa.

«En efecto», murmuró Patrick por lo bajo, él ya sabía cuál era el precio.
Bueno, hoy perdía a otro amigo, al igual que era probable que perdiera a Sara.

En cuanto Andrés, él tuvo una visita más tarde, al parecer alguien más estaba solicitando sus servicios.
Le había dicho a su secretaria que no más casos, pero debido a la insistencia, decidió salir él mismo a explicarlo, de verdad no tomaría un caso más.

Su sorpresa fue tal al ver a Sara, ella quería hablarle.
Hace tanto que no la veía, estaba igual de bonita como la recordaba.
Se olvidó de todo por un momento y la invitó a pasar, ella lo saludó con un beso en la mejilla.

Y Andrés no tuvo problema en corresponderle.

—Hola querido ¿Cómo has estado?

—Bien, muy bien ¿Y tú? Por favor toma asiento.
Dime a qué debo el honor de tú visita.

—¡De maravilla! Estoy muy bien, quería hablar contigo, parece que necesitaré un abogado y nadie mejor que tú para defenderme.
Traté de contactar a Patrick, pero no conseguí que me respondiera.

—No puedo, a menos que quieras irme a solicitar a la firma S&B Avvocati - Studio Legale, estaré trabajando ahí próximamente.
Aquí no atenderé ningún caso más, debo terminar con lo que tengo aquí antes de renunciar e incorporarme con ellos.

—Mis felicitaciones, así que lograste acceder al fin con el gran Sr. Spencer.
Te habrías ahorrado el tiempo si me hubieras escuchado, yo te habría ayudado.
Entonces volveré a tratar con Patrick —suspiró irritada—, espero él quiera ayudarme con esto.
Aunque ya tuve una asesoría previa con él, por ende estoy tranquila.

—Lo dudo, últimamente Riley no toma casos pesados.
Tendría que ser algo fácil, además que vaya con su área, de lo contrario dudo que quiera ayudar.
Él ha perdido cierta confianza con el tiempo, no sé la razón, pero es lo que dicen los rumores.

—¿Quién más de aquí crees que estaría dispuesto a ir en contra de Michael? Claro, excluyendote.

—Nadie, al menos de esta firma no, es uno de los socios y tiene cierto poder aquí e incluso maneja las finanzas, nadie en su sano juicio se iría en contra de él.
También dudo que alguien de la firma de S&B quiera ayudar, después de todo irías en contra del hijo del fundador.

—¿Ni siquiera Patrick?

—Éso no lo sé, Sara.
Desconozco mucho de la vida actual de Riley, no sé si se inclinaría por ti o por Michael, no tengo la mínima idea.
Hace tiempo que no nos vemos fuera de aquí, ni hablamos.
Él es un completo extraño para mí.

—Siempre supe que no querías a Michael, pero a Patrick... no lo sabía, pensé que eran amigos.

—No lo somos, hace años que eligió su sitio.
Simplemente somos compañeros, luego no seremos nada cuando me vaya de aquí.
Tan sólo espero que éso sea en cuanto antes, no quiero tener que lidiar con él, ni Michael, nunca más.
Sara —mencionó su nombre con voz calida, luego tomo una de sus manos—. Yo te tengo cierto aprecio por los buenos tiempos, eres una buena mujer, fantástica en muchos sentidos, talentosa, inteligente, puedes hacer cualquier cosa.
Puedes hacer lo que quieras, pero menos irte en contra de un tipo como Michael, no con la influencia que tiene.
Los dos sabemos que si lo enfrentas, vas a perder.

—¿También le tienes miedo?

—No, no le tengo miedo e incluso sería interesante ir en su contra.
Sólo que de alguna forma se ha vuelto intocable a causa de Riley, puedo ir en contra de Michael, pero no de Patrick.

—Ya veo, sí he notado que se volvieron cercanos.

—Lo son, créeme.

Andrés abrazo a Sara antes de que se fuera, no podía decirle que él llevaría el caso en su contra, todo debido al tema de confidencialidad.

Le tenía aprecio, además de cierto cariño, todo por los viejos tiempos.
Tanto Andrés como Patrick veían algo en Sara, a los dos les era imposible odiarla, al contrario... la querían.

Ella les traía buenos recuerdos, el verla era ver el pasado y poderlo abrazar.

Era lo que Sara Adams Levitt representaba, el pasado.

Un recuerdo lejano, pero a la vez hermoso.

Carnaghi se contuvo, una parte de él quería contarle todo, asesorarla, protegerla, explicarle cómo podía protegerse de Michael.
Sin embargo, no era correcto que lo hiciera, sería negar su ética y carrera.
Lo dudo demasiado, quería ir tras ella, algo dentro le decía que debía ir.
No sabía si lo movía el desagrado por Michel Spencer, la ira hacía Patrick Riley o el sentido de protección que tenía aún por Sara.

Al final optó por dejarla ir.

«Volviendo a él».

Michael salió lo más rápido que pudo del trabajo, al llegar con Jonathan lo primero que hizo fue abrazarlo.
El sostenerlo, sentir su calidez, lo hacía demasiado feliz.

Era como regresar a la primera vez que lo abrazó, sobre todo el recordar verlo arriba de un escenario con el saxofón.
El día que sintió de nuevo una sensación embriagadora al abrazarlo.

La vez que quiso huir, por qué la idea de ver a la persona de la se estaba enamorando con su ex, lo destrozó.

Cada que pasaba tiempo sin verlo, le era inevitable pensar en como lo conoció, después de todo había sido una idea absurda.
Tan absurda que se le olvidó por completo del plan original, el volver a saber de Sara, su ex.
El tener la posibilidad de regresar el tiempo y tenerla de vuelta.

Hace tiempo que la había soltado.

Y ahora que tenía a Jonathan en su presente, Michael no estaba más aferrado al pasado.

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