LXVII - Novedades
Andrés Carnaghi se había ausentado de la oficina también, tenía una cita en el despacho de S&B Avvocati - Studio Legale.
Parecía que al final después de tanto tiempo lo aceptaron, llevaba desde que se gradúo tratando de conseguir un lugar en la prestigiada firma.
Lo recibió Frederick Brett Spencer, el padre de Michael Spencer, entro aún dudoso, pero no tenía forma de retractarse, había estado buscando pertenencer aquí.
Tomó asiento, miro de cerca al hombre, tenía los mismos ojos aqua, el mismo porte que su hijo.
Ambos con un aura resplandeciente, no necesitaban mencionar su apellido para imponer presencia.
Frederick era conocido por levantar el caso en contra de la Familia Rizzo, especialmente hacía el líder Fernando Rizzo, miembro fundador de dicha familia, un hombre que había salido de prisión hace meses.
Por ende no era sencillo llegar hacía un hombre como el señor Spencer, debía ser custodiando por haber ido en contra de la segunda familia más poderosa de Italia.
El padre de Michael no sé había ido en contra de cualquiera, si no ante un capo reconocido de la mafia, de ahí el prestigio que tenía.
Sólo que su hijo a los inicios de su carrera había seguido sus pasos, pero llendo tras la Familia Lombardi, la familia en la cima.
Andrés nunca entendió como un hombre como Michael había cambiado el rumbo de su carrera tan drásticamente, aún no lo entendía.
No comprendía cómo un tipo que podía tenerlo todo... cayó tan bajo.
Tenía el peso de la firma de su padre, los contactos, pero éso lo había desperdiciado.
Eligió ser el empleado de alguien más, uno más igual al resto.
—Andrés Carnaghi, perseverante como siempre, recibí tu C.V, impresionante, te has esforzado.
Seguí de cerca tu caso en contra de la extinta Familia Cramer & la Familia Palmieri, se requiere de valor para hacer algo así.
Estas a nada de crecer en la firma de L&B Associati, dime ¿Por qué quieres cambiarte? ¿Estás conciente qué con nosotros empiezas desde abajo? ¿De verdad estarías dispuesto a renunciar a lo qué ya tienes?
No te daré trato especial sólo por ser amigo de mi hijo.
—No soy amigo de su hijo, ni lo seré nunca, éso se lo aseguro.
Jamás caería tan bajo para usar el nombre de alguien más, ni siquiera el apellido de los Spencer para conseguir un trabajo.
He conseguido una amplia cartera de clientes por mí cuenta, me he arriesgado para crecer mi propio nombre, estoy dejando mi vida en esta carrera.
Quiero seguir creciendo, formarme como el mejor abogado penalista y laborista de Italia, deseo ser socio algún día de una firma de prestigio.
Usted sabe que desde que me gradué he querido formar parte de este despacho, no me importa empezar desde abajo con tal de conseguir un lugar.
—Entonces comienza a cortar todo lazo con L&B Associati, absolutamente todo —afirmó con severidad—, no quiero nada de ellos, ni a tus clientes, ni relación alguna.
Empezarás desde abajo, siendo colaborador, un asociado más, serás supervisado, recibirás asesoramiento, también ayudarás a un abogado sénior en sus casos, pero sólo de vez en cuando como método de prueba.
Andrés, te escucho ¿Aceptas o no?
—Sr. Spencer... sí.
—En cuánto renuncies allá, vienes aquí, trae tu documentación.
Quiero que repitas tu examen estatal, además de realizar de nuevo una pasantía tutorizada, es un requisito para poder ingresar con nosotros.
Sin nada de ello, ni te molestes en presentarte.
—Lo haré, con su permiso.
Carnaghi salió de inmediato, necesitaba tomar un poco de aire.
Volteó a ver la gran estructura del edificio, sin duda este era el lugar en el que quería estar.
Quería aprender de un abogado tan experimentando como Frederick, estaba dispuesto a volver a sus comienzos con tal de lograrlo.
Andrés llego a la oficina de buen humor, haría lo posible por cubrir los requisitos que le pedía Frederick.
Por fin podía salir del “basurero” en el que según él trabajaba.
En cuanto paso por su oficina, observó que Michael lo estaba esperando con un par de documentos.
La persona que menos quería ver estaba ahí, menuda suerte.
—¿Revisas mis horarios, Spencer?
—No, no los reviso, sabes que no estoy a cargo de esta sección.
Tengo un cliente que necesita un abogado experimentando, es un caso de difamación y otro de despido injustificado, ambos estan ligados, quería pedirte si puedes representar a este cliente.
—Representalo tú, o consige a otro abogado, no soy el único aquí.
No tomaré ningún caso grande por ahora, estoy hasta el tope de trabajo, no puedo.
Ahora sí me disculpas, tengo cosas que hacer.
—Entiendo.
Andrés cerró la puerta, dejando a Spencer afuera, no lo quería en su oficina.
Patrick vió lo sucedido, luego le pidió a Michael que le diera los documentos que tenía en el legajo que portaba.
«Yo lo arreglo», menciono Riley, seguido de ello entro a la oficina de Carnaghi, después le arrojó los documentos al escritorio.
—Revísalo.
—¿Qué es esto? ¿Y quién te crees para entrar así a mi oficina?
—No me cuestiones, quiero que lo revises, no pasé toda la mañana preparando este caso para ti, como para que ni siquiera lo mires.
Andrés miró el nombre de Sara escrito ahí, evidentemente se negaría.
—Pasas de servidumbre de Spencer a mi asistente, eres tan cambiante, Riley.
Me alegra que quieras superarte, pero no tomaré un caso que vaya contra Sara Adams Levitt y sé que tú tampoco.
Riley se acercó y tomó a Carnaghi del saco, no desperdiciaría su día en vano.
—Lo harás, por qué es un favor que te estoy pidiendo.
—¿Y beneficiar al idiota de Spencer? No, no lo creo.
Te juro que soy capaz de perder estos casos a propósito.
Haría que él le terminará pagándole a Sara, éso te lo aseguro.
Y el caso de despido injustificado sería lo de menos, es más dales mi teléfono a los dueños del lugar en dónde fue despedido Bettley para defenderlos y darles mis felicitaciones.
Puedo demostrar que la acción de su despido fue debidamente justificada.
—Házlo, no es mí problema, es el de él, pero algo te aseguro, tú y yo no volvemos a hablar.
Me demostrarás que me he equivocado durante todos estos años, entenderé al fin que no hay más remedio contigo.
Soy lo último que te queda de humanidad, no lo olvides, Carnaghi.
—No puedo por qué me iré de aquí, al fin dejaré este basurero.
Así que me concentraré en los últimos casos que me quedan.
Te repito, no lo haré, además no quiero involucrarme.
—Entonces lárgate cuanto antes.
Patrick después de ello quiso tomar los documentos, a lo que Andrés no le permitió.
—Eres un sinvergüenza.
—¿Lo harás o no?
—Escúchame bien, Riley —mencionó con seriedad mientras se ponía de pie—, óyeme infeliz bastardo.
Si tu cliente no viene mañana conmigo a las 10:00, no lo atenderé después.
Y tú, Spencer, y todos en esta porquería de lugar se van al demonio.
Ayudaré a ése imbécil, pero a cambio tienes prohibido volver a entrar a mi oficina, tienes prohibido volver a hablarme, no te quiero cerca de mí. ¡No sabes cómo me repugnas! ¡Largo!
Seguido de ello lo arrastró hacía la salida, después le cerró la puerta en la cara igual que a Spencer.
El abogado penalista llevó una de sus manos a su cabeza, Riley le ocasionaba dolor de cabeza.
Cuando se tranquilizó, saco una copia con los datos del nuevo cliente, luego salió para entregársela a su secretaria.
—Agende esta cita por favor, es la última, no tomaré otro caso más.
Si ése hombre no llega a las 10:00 am, no lo dejé pasar más tarde.
—Entendido, Licenciado Carnaghi.
—No tomaré más casos, es el último.
Posteriormente regreso a la oficina, debía recuperar el tiempo perdido.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro