Michael estuvo un rato así, usando su boca y sus manos, luego una vez que sintió la semilla caer dentro, limpió con su boca toda alrededor, buscando dejarlo bien, reluciente, tal como estaba al salir de la ducha.
Le dió un pico en los labios a su novio, quién estaba agitado aún, buscando recomponer su respiración, temblando aún por el espasmo.
Llevó uno de sus dedos a su boca, saboreando el sabor, abriendo un poco sus labios, le sonrió al contador y después se levantó, iría por enjuague bucal.

Pero Jonathan lo atrajo de vuelta, abrazándolo y besándolo de nuevo.

—Me vuelves loco, quédate siempre.

—Siempre me tendrás.

Fue al tocador, se quitaría la esencia de su pareja con enjuague.
Después de realizarlo, volvió con su pareja, le dió un beso a Jonathan otra vez, poniendo una de sus manos en su pecho, sintiendo su respiración subir y bajar, luego termino por darle otro beso en su frente en lo que acariciaba su cabello.
Tendría que dejarlo por un momento.

—Iré a explicarle a April lo que pasó con Sara, también le diré lo mismo que a ti, monetariamente y legalmente estas seguro conmigo.
Mientras tanto vístete, amor.

—De acuerdo, mi vida.

Asintió y vió a su novio salir de la habitación, marchandose directamente a la cocina, en dónde era seguro que estuviera su madre.
Siempre tendía a despertar temprano.

Y no falló, April se encontraba preparando el desayuno.

—Buenos días, Michael ¿Quieres desayunar algo? Ayer no cenaste nada, debes estar hambriento.

—Es que estaba un tanto cansado, he tenido unos días algo complicados en la oficina.
Cómo por ejemplo hoy, es uno de ésos días, gracias a Sara, mi ex.
Me imagino que ya Jon la ha puesto al tanto de lo que ha estado haciendo, ya dió inicio a una casería de brujas.

—Tantas mujeres en el mundo y ustedes salieron con la misma, no sé que tiene ella de especial.
Pero los hombres aman a las rubias, el prototipo de chica perfecta con la que sueñan todos ¿Y ahora cómo planea arruinar la vida de mi hijo?

—Ya inicio —respondió con pesar en lo que le tendía su celular para que leyera lo escrito—, lamento que su hijo este siendo afectado por ella.

Busco sus lentes, cuando los encontró Michael le tendió una silla, ella le agradeció, después comenzó a leer la carta abierta que Sara había posteado.

Estaba horrorizada con el contenido escrito ahí, también se sintió mal al leer los comentarios hirientes sobre su hijo, él no haría algo como éso.

—Michael, mi hijo no es un hombre perfecto, pero yo y mi marido lo educamos bien, él jamás dejaría a una mujer en una situación tan delicada.
A mí nuera Lucía la acompaño en todo su proceso con el cáncer, no la dejo un sólo día, e incluso aunque le partió el alma que dejará las quimioterapias, él respeto su voluntad.
Ella no quería morir sin ser madre, además tenía la esperanza de curarse y ver crecer a su hija, desafortunadamente no lo logro.
Y mi hijo no la dejo un sólo día, la enfermedad de ella lo destrozó como no tienes idea —dijo con la voz entrecortada—, sin embargo siempre se mostró fuerte, la acompaño en cada momento, estuvo a su lado cuando murió.
Se quedó dormido con ella tomado de la mano, recuerda que se despidió de él en la noche, por éso no quiso dormir, se quedó al lado de ella en una silla agarrándola de la mano, durmió así y cuando despertó sintió sus manos heladas, Lucía se había ido.
Mi hijo no tiene el alma para dejar una mujer embarazada, nunca lo haría, es un hombre responsable.
La realidad es que Sara lo dejó cuando supo de la existencia de Cherry, no él.

El abogado noto a su suegra llorar, le dolía lo que estaba pasando con su hijo, por lo que la tomo de las manos y le habló.
Posteriormente secó las lágrimas que bajaban por su rostro.

—Lo sé, no tiene por qué preocuparse usted ni él por Sara, ni lo que diga.
Esto no va a resolverse en redes sociales, lo resolveremos en la corte, le prometo que le ayudaré a Jonathan en el proceso para limpiar su nombre.
Únicamente les aconsejo mantenerse alejados de toda red social, más que nada por salud mental.
No dejen que algo que ella diga los afecte, el resto del mundo no conoce a Jon, ni les interesará saber la verdad.
Pero sepa que no lo dejaré sólo en esto, lo ayudaré legalmente, conozco a un abogado que es un Bulldog para estos casos, son su fuerte.
Es demasiado soberbio cómo para perder un caso así.

—Es seguro que le vaya mal en el trabajo, no solamente puso su nombre, también adjunto la dirección.
Es peligroso que vaya sólo.

—Irá acompañado, estaré afuera del lugar en el coche y no entrará solo a las instalaciones, estará cuidándole de cerca un colega mío.
Va a estar en caso de que lo necesite, sobre todo para velar por sus intereses, ninguna empresa quiere mala publicidad, más si sus principales clientes son mujeres, es probable que lo despidan.
Pero monetariamente estará bien, igual de forma legal, yo correré con todos los gastos.
Pasé lo que pasé hoy o en estos meses, estaré con él.

—Gracias, yo no entiendo por qué a mi niño tiene que pasarle cada calamidad, todo lo pasa.
No quiero imaginar cómo le irá el día que yo no esté, no podré cuidarlo.

—Por favor no piense en ello, tampoco se preocupe por el futuro que es incierto, aunque estamos seguros de una sola cosa en esta vida, la cual es irremediable.
Señora, le juro que haré lo posible por hacer a su hijo feliz, voy a cuidar de él como no pude hacerlo con mi madre, éso se lo puedo asegurar.

—¿Por qué me llamas señora?

Y luego recordó las palabras de Jonathan, bueno, ni modo.

Lo hecho hecho está.

—Discúlpeme ¿Entonces cómo debo llamarla? ¿Ross? ¿April?

—Dime que tú no me estas preguntando éso.
Michael, no olvides que soy la madre de tu novio.

—Entiendo.

Observó a Cherry por el pasillo, la niña había despertado, no le dijo nada, pero Michael aún así le tendió su mano y la ayuda a subir a la silla.

El abogado, fue a la sala, observó la foto de Lucía con la urna a un lado, sin duda había sido muy bella.
El cabello, sus mejillas, su nariz, eran igual a los de Cherry, lo único que cambiaba de la niña era el matiz de sus ojos, su hija en común había sacado los ojos de Jonathan.
Pensó en su pareja y en lo difícil que debió haber sido lidiar con ello sólo.

Así que los girasoles terminaban aquí, al lado de su fotografía.

Michael poco a poco iba uniendo las piezas de la vida de Jonathan.
Esperaba tener algún día todas las piezas juntas y ayudarle a sanar.