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LVIII - Ausente

Los tres fueron al trabajo del contador, Cherry en particular corrió a abrazar a su padre, mientras que Michael se limito sólo a observar de lejos, mientras escondía el ramo de rosas detrás de él.
Había valido la pena traer a la niña con él, por que éso había hecho feliz a su novio, lo notaba en su rostro.

Era fácil notar cuando Jonathan estaba feliz, él era tan expresivo igual que siempre.

—¡Papi!

—Hola princesa, que sorpresa verte aquí mi vida ¿Qué tal te fue en la escuela?

—Bien, hoy nos tocó colorear un dibujo de un payaso y hacer un reloj de papel con números.
Luego vino mamá —después señaló al abogado—, y él por mí a la escuela para venir a verte.

—Me hace feliz verlos a los tres, gracias por aceptar venir con ellos.
Cuándo llegué a casa veré el dibujo del payaso y lo decoramos con brillantina ¿De acuerdo?

Jon tomo a la niña entre sus brazos y la cargo, después miro a su novio, moviendo los labios en silencio le dibujo un «te amo».
April lo notó por lo que les daría algo de espacio.

—Hay que dejar que tu papá se ponga un abrigo, mientras nosotras aguardamos en el coche.

—Sí.

—Nos iremos adelantando.

April y Cherry se adelantaron, Michael iba tras ellas cuando Jonathan cerró la puerta para evitar que no sé fuera.
El contador lo tomó del saco y lo besó, mientras lo mantenía recargado en la puerta, no estaría más sin uno de sus besos, la idea de tratarlo como amigo no le agradaba en absoluto.

—Bebé, eres el mejor. Me hace tan feliz verte aquí.

—Sé que te dije que no vendría, pero no quería dejar pasar la oportunidad de verte a ti, no podía no venir contigo.
Cherry quería verte y francamente yo también, así que venimos por ti.
Jonathan —suscitó su nombre con dulzura para después tomar su rostro—, tú eres lo mejor que me ha pasado. Todavía recuerdo lo feliz que me hacía ver tus videos antes de despertar, Dios que me enamoré de tu sonrisa, yo te amo, cariño.
Me enamoraría de ti mil veces otra vez, volvería a seguirte en tu perfil, repetiría todo lo nuestro de nuevo.
Quiero formar parte de tu familia, no sé lo que es tener una funcional, pero te juro que quiero aprender, yo estoy dispuesto a ayudarte.

—Me avisó mi madre que querías llevarlas a comer, tenía la esperanza de que vinieras por mí también, veo que no me equivoqué.
Agradezco que quieras hacer el intento de convivir con ellas, significa mucho para mí.
Y amor, te digo que sí a todo, yo quiero que estés con nosotros, también te necesito en mí cama todos los días, te extraño cuando no estás.
Te amo igual, Michael.

—Esto es para ti —dijo con voz tenue mientras le entregaba el ramo junto con el girasol—, espero que te gusten.
Las compré pensando en ti, también les dí dos girasoles a ellas, y aparté uno especialmente para ti.

—Gracias, así te tendré presente el resto del día.

—Vamos, cariño. No debemos demorar.

Ambos se dieron un último beso, del cual se les hizo difícil desprenderse, no querían separarse, pero debían hacerlo.

Los dos salieron de la oficina tomados de las manos, cuando se toparon a Sara afuera con ropa deportiva junto con un legajo.
Jonathan no podía decirle nada aunque quisiera por qué estaban dentro de las instalaciones de su lugar de trabajo, además que Sara tenía la membresía para estar ahí, estaba en su derecho, no podía prohibirle nada.

No había nada que hacer al respecto, sin embargo la presencia de ella no evitó que su novio lo soltará, seguía con sus manos entrelazadas.

—Entonces vas en serio con él, aún después de lo que hablamos, ya veo.
Sabes al principio creí que esto —los señaló a los dos—, era un mal chiste, una broma, es que es surrealista.
Dos ex míos juntos, no sé que pensar, no sé si reírme o enojarme.

—¿Qué haces aquí?

—Siempre he venido a este gimnasio, tengo membresía.
Pero sólo por qué siempre has sido tan lindo conmigo, te lo diré.
Estoy haciendo lo que tú no —le señaló una carpeta—, consigo pruebas de lo que te dije, por qué se que tú no lo harás, eres la clase de hombre que se ciega cuando esta enamorado.
Luego terminas hundido en alcohol ¿Ha sido así desde qué terminamos? ¿No? Te conozco tan bien, Michael.

—Y te repito lo mismo que ése día, no me interesa saber nada.
Al contrario me alegro de que él disfrutará su soltería antes de casarse conmigo, no tendrá nada que extrañar si es que experimentó lo suficiente.

A Jon lo amo igual, no me puede importar menos lo que pudo haber hecho meses o años atrás lejos de mí.
Lo único que espero es que todo lo que vivió haya valido la pena para hacerlo feliz, él lo merece.

—Bien —después le sonrió y le dió un beso en la mejilla—, adiós querido cuídate, tú también Jon.

Seguido de ello Michael volteó a ver a Jonathan y le dió un fugaz beso, para después salir del lugar.

Al llegar al coche sólo le ayudó a su novio a abrir la puerta para que pasará, después observó a Sara saludarle de lejos, él le devolvió el saludo y subió también al coche, debía apurarse o volvería tarde al trabajo.
Michael nunca sería descortés con ella, sabía que llevaba las de perder en caso de rebajarse a su nivel.

Por su parte Jonathan estuvo un tanto ausente en camino al restaurante, igual al llegar, solamente se dedicaba a mirar a Cherry.
El abogado perdió la cuenta de la cantidad de veces que el hombre de ojos color avellana peinó a su hija, deshaciendole el peinado y volviéndolo a armar.

Probablemente estaba molesto con él.

Luego le hablo de repente.

—Ya vengo, iré a comprar algo ¿Me acompañas, Michael?

—Sí.

El contador lo llevó hasta el baño, después lo metió dentro de un cubículo.
No le dijo palabra alguna, solamente lo besó, después pasó sus manos por su cintura y todo el torso.

—Tú y yo hablaremos en la noche.

—¿Estás molesto conmigo, Jon?

—No, no lo estoy, pero ten por seguro que si mi madre ni mi hija estuvieran esperando afuera, te haría mío aquí mismo, Michael.
Te amo, ven a casa esta noche.

—Jon te prometo que estaré ahí, también te amo. Sólo dame un beso.

—Ambos sabemos que nos saldremos de control, ni tú te contendras, ni yo lo haré, ninguno puede hacerlo.
Michael, amor tú lo sabes, no podemos seguir ocultandolo.

Jonathan le concedió un beso corto y al terminar mordió suavemente sus labios, era todo lo que le podía dar, al menos por ahora.

***

En cuanto a Cherry & April.

«Mamá ¿Por qué actúan cómo novios?».

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