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LI - Cena

Jonathan volvió a hacer suyo a Michael, otra vez tuvo la oportunidad de sumergirse en él, de volver a poseerlo y de sentir nuevamente la calidez de su cuerpo.
Observó sus ojos aqua, volvían a ser los mismos de siempre, otra vez brillaban igual.
Aún seguía escondiendose al hacerlo, todavía le costaba trabajo dejarse ver por él.
Sin embargo, no podía reclamarle, buscaría ganarse su confianza.
Le haría saber que con él no tenía por qué temer, podría verlo de mil formas y aún así seguiría amándolo igual.

Ahora faltaba llamar a su madre April y contarle la situación, esperaba poder contar con ella.

—Llamaré a mi madre, le avisaré que me quedaré contigo.

—No, ve a casa, estaré bien.
Hoy me has dado más que suficiente, me siento tranquilo y pleno.

—Quiero quedarme.

—De verdad, no te preocupes, estoy bien ahora, tú me haces feliz.
Además sé que Cherry adora que le leas cuentos y si te quedas conmigo no podrás hacerlo.

—¿Dejaste el auto allá en la oficina, cierto? Entonces ven conmigo a casa, duerme hoy conmigo y mañana te llevo al trabajo.
Déjame hacer algo bueno por ti.
Y te recuerdo que prometiste dejar tú aroma en mi cama.

—Sí, me iré contigo.

Volvió a atraerlo hacía él y lo besó de nuevo, no podía evitar quererlo como lo quería.
Jonathan de todas formas tomo el móvil y le aviso a April que Michael llegaría con él.
Sólo que antes de irse, el contador quería tener una conversación a solas con su novio, quería saber que había sucedido.

—Amor —mencionó en voz baja, mientras acariciaba su cabello—, cuéntame qué fue lo qué sucedió.
Necesito saber la razón del por qué verla a ella te puso así.

—Imaginaba que Patrick te lo había dicho, pero no me puse así por verla a ella, fue más bien por lo que dijo.
Hay una clave específicamente para mí, es aquella que portan los clientes más distintivos, los prioritarios.
Sofía, mi secretaria, me llamo a la oficina de Patrick, dijo la clave y que el cliente estaba en la oficina.
La vi ahí, creo que ambos fuimos bastante cordiales al principio, después hablo de ti, dijo cosas, la verdad es que no le creí.
Sólo que menciono el tema de mi madre, cosas del pasado, el escucharla fue volver a revivir de golpe todas ésas situaciones, era estar viendo todo en cámara lenta.
El hablar de mi madre —cerró los ojos y sus ojos se volvieron a llenar de lágrimas—, el recordarla, tan sólo mencionar su nombre, crea una catarsis en mí, hablar de ella es volver a verla.
Es recordar el por qué elegí especializarme en Derecho Civil & Familiar, es revivir cosas.
Luego vino el tema de mi padre, fue volver a aceptar que existe, tuve otra vez en mente todo lo que le hizo, volví a verla sufrir.
Yo todavía no soy capaz de hablar de ella abiertamente sin poder llorar o sentirme fatal, es algo que Sara lo sabe muy bien.

—¡Ella es terrible! Lamento que hayas tenido que revivir todo éso, cariño.
No debió de hablarte de algo que sabe que te hace daño, después de tantos años contigo es obvio que te conoce, debería ser más prudente.
Dime amor ¿Hay algo qué quieras saber de mí tiempo con ella?

—No, la verdad es que no me importa, para mí el hecho de que hayas empezado una relación conmigo siendo soltero es más que suficiente.
Sí te pregunto de ella, debería saber del resto, y creo que conocer de tus relaciones pasadas esta de más.
Lo único que quiero es enfocarme en tú presente, conocer a Cherry, ver lo de nuestra rutina, es en lo que quiero enfocarme.
A Sara le dí muchos años de mi vida, no quiero darle otro.

—Mi vida ¿Eres consciente de lo mucho qué te adoro?
De verdad que te quiero, te amo... con toda mi alma.

Nuevamente lo vió sonreír, al abogado le fascinaba la voz de Jonathan, mucho más cuando le decía que lo amaba.
Luego volvió a besarlo de forma lenta, pausada, llenándolo de besos por todo el rostro, buscando aferrarse a sus brazos.
El estar con él tumbado en la cama, era de las mejores sensaciones que había tenido, deseaba que en algún futuro estuvieran así todo el tiempo.

Jonathan llevó a Michael con él, quién aprovecho para llevarse consigo un cambio de ropa y unas plumas de gel con una figura de unicornio, que había conseguido para Cherry.
Hizo el mismo ritual, dejar que ella se acercará a él, realmente no quería incomodar.
April lo recibió también de buena manera, e incluso le apartó un lugar para que cenará con ellos.

Y por ende los acompañó.

Ésa mujer era tan intuitiva que desde que el abogado entró, de inmediato noto sus ojos hinchados.
Cherry mientras tanto se quedó con Michael en la sala, mostrándole sus juguetes para que jugará con él, en lo que Jonathan fue a buscar a su madre a la cocina.

Y ambos bajaron el tono de su voz.

—Mamá, ¿Podrías hacer un té para Michael? Uno que le ayude a dormir y relajarse.

—¿Qué fue lo qué pasó?

—Sara lo buscó otra vez.

April rodó los ojos, esperaba no volver a oír ése nombre.

—¿Y ahora qué quiere? Podría haber aparecido antes, no ahora.

—Desprestigiarme, hacerlo sentir mal a él por estar conmigo, y tener que meter el nombre de la madre de él para conseguirlo.
Realmente no me importa lo que ella diga de mí, menos sabiendo que Michael ha optado por no creerle.
Es sólo que me preocupa que lo siga buscando nada más por molestar.

—Él me habló de lo importante que es su madre para él, ha de haber sido difícil escuchar que lo chantajeara a base de ella.
Por lo que note, a Michael se le dificulta demasiado mencionarla, se le cierra la voz sólo con decir su nombre.
Y es que el tema de un familiar fallecido siempre es un tema delicado, no es un tema que se pueda sacar así cómo así, menos usarlo para herir a alguien.
Jonathan, yo te lo dije, que ésa chica era una bruja, en mala hora se te ocurrió salir con ella.
Sí te hubiera hecho lo que a tu novio, metiendo el tema de tu padre, habría ido personalmente a abofetearla ¡Tu padre fue un santo! De tan sólo pensarlo me da coraje, no sé lo permitiría a nadie, no le permitiría a cualquiera usar su nombre, menos para hacerme daño a mí o a ti.

—Lo sé, estoy igual de indignado que tú.

—¡Rezale a Dios para qué nunca me la encuentre!

Luego su primogénito le hizo la seña de que bajara la voz, a lo que April accedió.

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