Tratar de superar la ruptura con Sara no había sido nada sencillo. Creía que la parte más difícil ya había pasado: tener que romper con ella y enterarse de que no lo amaba.
Lo más difícil fue ir a ver al padre de Sara; probablemente estaba yendo demasiado lejos, pero no quería desaparecer de la vida de la familia de Sara de la noche a la mañana.

Recordaba ese día con claridad. Habían pasado dos días desde la ruptura, cuando se presentó en la casa de los padres de su ex, quienes, para su sorpresa, lo recibieron.

—Sr. Adams, buenos días. Lamento tener que venir a molestarlos. Solo... quería despedirme de ustedes. Vine aquí hace días para pedirle la mano de su hija. Y creí —suspiró—, pensé... que era mi deber informarles sobre lo sucedido.

—Lo sabemos, Michael.

—Entonces, no tengo más que decir. Gracias por tratarme bien siempre. Es una lástima que lo mío y lo de Sara no haya funcionado.

—Sí, es una lástima que ella no haya querido mantener una relación a distancia o incluso mudarse de ciudad para estar contigo. Aunque las relaciones a distancia no funcionan, tal vez más adelante puedan reconsiderar el matrimonio cuando sus caminos vuelvan a juntarse. Buena suerte, hijo.

Después cerró la puerta, y Michael no entendía qué sucedía. ¿Mudarse? ¿Sara se iría? Probablemente no conocía muchas cosas de su exnovia.

Lo único que sabía es que le costaría una eternidad olvidarla.

Meses después.

La idea de pasar su vida sin Sara se estaba volviendo difícil. Al principio, creyó estar bien, pero desde hace una semana, aquel sentimiento de "¿qué estará haciendo ahora?" regresó.

Ya habían pasado cuatro meses desde la ruptura, y aún seguía soltero, preguntándose por el karma.

Decidió crearse una cuenta falsa para ver qué estaba haciendo su ex. Para su sorpresa, el perfil en StelRM era privado, no podía agregarla a menos que tuvieran conexiones en común. Suspiró, y después de meditar un poco, pensó en su nuevo novio y un "no" se dibujó en sus labios. Vio su perfil, que decía "figura pública" y le dio "seguir". Tal vez se arrepentiría mañana, pero le echaría la culpa al alcohol. Simplemente quería saber si el tipo con el que lo engañó seguía con ella.

Y con esa idea en mente, se fue a dormir.

Al día siguiente, se levantó con una notificación: "@jonathan_bettley8 está transmitiendo en vivo".

Desgraciadamente, tenía un sueño ligero, y cualquier ruido, por más pequeño que fuera, lo despertaba. Maldijo internamente, pero ahora, gracias a que el hombre había aceptado su solicitud, podía ver el contenido acerca de su ex. Un pensamiento crítico pasó por su mente al recordar la notificación: “¿qué más da si veo al canalla?”. Abrió la notificación; era una transmisión del chico entrenando boxeo. Veintiocho personas estaban viendo la transmisión, y el número iba cuesta abajo. “Perdedor”, pensó. Luego, él se detuvo y giró su vista hacia la cámara. Ahora, había empezado a hablar.

—Gracias a “@alstory_price” por unirse. ¿Cómo te va?

Estaba hablando de su usuario falso. El número de vistas seguía descendiendo, sin comentarios. Aquello le sentó mal, así que solo puso un comentario: “Me va genial, buena rutina”. Observó después la sonrisa iluminada, las enormes pestañas y los ojos avellana.

Su enfoque a la cámara asustaría a cualquiera. Se imaginó recorriendo el sitio y toparse con esa vista en un vídeo a las 03:00 a. m.

No era agradable.

—Gracias.

Otra vez, esa maldita sonrisa.

Lo odiaba.

Al finalizar la transmisión en vivo, solo eran dos en la transmisión. Se había fumado todo el en vivo únicamente por compasión.

Posteriormente, recibió un nuevo mensaje directo. Lo abrió y leyó algo que rezaba lo siguiente: “Te agradezco no dejarme solo. Al final, éramos tú y mi madre, probablemente”.

Meditó un poco y respondió: “Descuida, quizás éramos yo y tu chica”.

Esperaba una respuesta, pero no llegó. Fue directo al perfil de su ex y se preguntó si era correcto seguirla ahora. Luego echó un poco de imaginación: “Vamos, ninguna mujer aceptaría una cuenta recién creada que mágicamente sigue a su novio”. Incluso él sospecharía.

Los días pasaron y despertar escuchando su voz se había vuelto rutina. Jonathan transmitía todos los días a las 06:00 a. m., ya sea haciendo ejercicio, yendo en bici, corriendo, etcétera.
Apenas se despabilaba un poco, daba clic en la transmisión, cerraba los ojos y escuchaba su voz.

“@alstory_price, se ha unido”.

—Buenos días, alstory_price, parece que somos solo tú y yo en las mañanas. Hago ejercicio todos los días a esta hora antes de irme al trabajo, me ayuda a liberar estrés.

Volvió a cerrar los ojos y luego lo escuchó de nuevo.

—Y dime, ¿cómo te llamas? ¿Qué sueles hacer a las 06:13 a. m.?

—Michael, despertar y encender la cafetera.

—Oh, así que Michael, buen nombre. Sabes, me alegra acompañarte a través de la pantalla en la mañana, siento que no estoy hablando solo como todos los días anteriores.

—El sentimiento es mutuo, me has servido de despertador y no me siento solo cuando voy conduciendo.

—Es halagador.

Subió el volumen del móvil, después fue a la ducha y escuchó su voz a lo lejos. Se vistió, puso su café en un termo, colocó el teléfono encima del estéreo del auto y siguió su voz.

Esa era su nueva rutina.

Aquella atmósfera se rompió cuando lo escuchó suspirar. Así que en el semáforo rojo, le puso un comentario: “¿Pasa algo? Te escucho. Perdona que no escriba mucho, pero voy manejando”.

—No es nada, es que de verdad no te miento cuando te digo que solamente somos nosotros dos, y probablemente te esté hablando de cosas que ni siquiera te interesan. De verdad que lo siento, hombre.

—Me va bien escucharte, eres mi despertador.

—¿Qué te parece si hablamos por llamada?

—Sí, pero lo hacemos mañana o más tarde, que voy llegando al trabajo.

—Va, te dejo mensaje.

Y cortó la transmisión.

Después de ello, pensó nuevamente en Sara y si era correcto hacerse amigo del tipo con el que ella lo engañó.