Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

El Perdón

Miro mi reflejo en el espejo de cuerpo completo por cuarta vez, aún me sorprende verme envuelta en seda blanca. El vestido es sencillo y discreto, pero a la vez es lo más hermoso que me he puesto nunca, compruebo mi maquillaje, simplemente perfecto, suave y delicado, sin ningún tipo de exageración; levantó la vista hasta mi largo pelo, recogido en un moño elegante y con una gran variedad de flores silvestres decorándolo.

Hoy es el gran día, y a pesar de mis primeras reticencias a llevar un vestido de novia tradicional, me encanta mi aspecto, me siento precisa. Y esto es en gran parte gracias al hombre que me espera en la playa- donde la boda tendrá lugar- él es quien me ha devuelto las ganas de sonreír a la vida, quien ha sabido sacarme de los oscuros lugares en los que me encontraba. Jamás había imaginado que podía volver a ser tan feliz. Pero aquí estoy, apunto de casarme con el amor de mi vida y supongo que debería sentir nervios o exaltación, pero todo parece tan correcto, que simplemente estoy relajada y contenta, en paz.

Me giro sonriente al escuchar la puerta abrirse.

- Leah, estás preciosa.

Sonrío aún más y me acerco a él, está guapísimo, vestido con un pantalón blanco y una camisa del mismo color. Toma mis manos entre las suyas grandes y deja un delicado beso.

-Sam.- Digo, en forma de reproche.- ¿No se supone que deberías estar esperando fuera?

Me da una de sus blancas sonrías y suelta mis manos, mirando a mis ojos fijamente.

-Lo sé, pero necesitaba decirte algo.- Sam toma aire y vuelve a envolver sus manos con las mías.- Gracias por todo.- Suelta mis manos con delicadeza y toma otra gran bocanada de aire.- Hace apenas seis años tú eras la persona más importante de mi vida, sabes que aún hoy sigues siendo muy importante, pero todo cambió el día que me transforme. Hacerte daño, Leah, fue desgarrador para mí, era lo último que deseaba y no me lo perdone de verdad hasta que tú lo hiciste; tú perdón, era lo único que me faltaba para ser totalmente feliz.

>> Voy a serte sincero, cuando me imprime de Emily creí que jamás me perdonarías, quería que no me perdonarás; sentía que me merecía ese dolor, por todo el daño que te provoque, que aún te seguía provocando, teniendo que compartir mis pensamientos y sentimientos con los tuyos por culpa de la unión de mentes. Me sentí tan aliviado el día que encontraste a tu otra mitad… Y no solo por mi,- Me da una dulce sonrisa.- quería verte feliz Leah, tú te lo mereces más que nadie.

Sam vuelve a coger mis manos - Así que gracias, por perdonarme y por no guardarnos rencor ni a mí ni a mi Emily.

Aparto mi mirada de la suya con los ojos llenos de lágrimas no derramadas, no sabía que necesitaba esto hasta que lo ha dicho. Sufrí mucho por Sam, y también le hice sufrir mucho a él, y a la pobre Emily, ninguno tenía la culpa, la imprimación es así, algo hermoso pero incontrolable, de eso me di cuenta el día que yo misma la experimenté.

Sam ríe por lo bajo, con su mirada puesta en el ramo de flores silvestres, miro hacia él, tratando de no arruinar mi maquillaje, al quitar la humedad de mis ojos.

-Solo pensaba…- Sam dirige su mirada hacia mí, parece divertido y a la vez alucinado.- Si nada hubiera cambiado seis años atrás, ahora yo sería el que espera por ti en la playa, y sin embargo, ¡soy quien te va a acompañar al altar!- Su sonrisa se convierte en una suave risa a la que me uno.- Muchas gracias por elegirme como tu padrino Leah, Harry estaría muy orgulloso de la mujer en la que te has convertido, y estoy seguro de que su espíritu está siempre a vuestro lado.- Mi risa acaba convirtiéndose en  una sonrisa triste al recordar a mi padre.- Sobre todo hoy, él está contigo, sabiendo que va a entregar a su hija a un hombre que la hará plenamente feliz, y no puedo sentirme más honrado de ser yo quien tenga el honor de pasear a tu lado hasta el altar.

Sonrío a Sam en forma de agradecimiento.

-Pero, y aún a riesgo de parecer pesado, necesito decirte esto Leah:

>>No sabes como me odie cuando mi transformación me hizo separarme de ti y mentirte, preocuparte y engañarte sin pestañear siquiera. Y aunque tu pienses lo contrario, cuando conocí a Emily y me imprimé en ella, no todo fue luz y color. Mi dolor no pasó sin más. Yo te amaba Leah, y hacerte daño también me dañó a mi, necesito que entiendas eso.

>>Ahora que tú has sufrido en tus propias carnes la imprimación, es el momento en el que me puedes comprender de verdad, porque ni tan siquiera con la lectura de mente que hay entre los lobos se puede enseñar tal grado de amor. No hay nada que te haga conocerlo de verdad hasta que no lo experimentas por ti mismo. Y tú ya sabes lo que es esto.

>>Te amaba, sí, y me dolio hacerte daño, pero lo que sentía por Em iba mucho más allá, y por más daño y problemas que esto pudiera acarrear, era lo justo. Habría sido mucho más doloroso para todos si tu y yo hubiéramos continuado, estar contigo sin amarte nos hubiera destrozado a ambos. Y aunque la decisión que tome se que pareció que lo hice a la ligera, dejándote y yendo a los brazos de Emily, quiero que sepas que medite por mucho tiempo eso, pase días en el bosque, solo, con mi lobo, reflexionando sobre mis sentimientos, perdido y enfadado porque no entendía nada; nada excepto que tenía que volver a su lado, que la necesitaba conmigo y que tu y yo ya no funcionaba. Se que te costó entenderlo y no me extraña, y se que te hice daño y jamás podré arrepentirme lo suficiente por ello Leah.

-Sam…-Mi voz salió ahogada.- Todo eso ya está olvidado, jamás podría ser feliz del todo, ni siquiera con él a  mi lado, si siguiera guardandoos un rencor que no os mereceis. Me dolio cuando acabaste conmigo sin explicaciones y fuiste con mi prima, por supuesto que lo hizo.

>>Te amaba profundamente, fuiste mi primer gran amor, incluso cuando me dejaste, te seguí amando. Cuando te fuiste con ella, te seguí amando, hasta cuando me transforme y tuve que ver lo felices que erais todos los días te seguía amando. Hubiera hecho cualquier cosa por odiarte o simplemente que me fueras indiferente, pero no podía, me era imposible dejar de quererte.

>>Quiero que sepas algo, yo te perdone antes de conocer a mi alma gemela.

Sam me mira con el entrecejo fruncido, duda de mis palabras. Sonrío un poco y es mi turno para agarrar sus manos.

-Cuando me fui a vivir a Seattle hace 4 años, lo hice aún amándote, pero allí, y antes de conocerlo a él, me di cuenta de que en realidad ya no te amaba.- Suelto las manos de Sam y  me vuelvo hacia el espejo, la vergüenza me impide mirarlo a los ojos.- Me aferraba a tu recuerdo, al recuerdo de nuestro amor, no solo como el primer amor más real que tuve, sino también como un bote salvavidas.

>>Te usaba como excusa, Sam, llevaba haciéndolo muchos años. No quería enfrentarme a mis problemas, no quería volver a enamorarme y que me rompieran el corazón otra vez, asi que utilizaba lo que me hiciste para protegerme de volver a sufrir, de volver a amar.

Sam se coloca detrás mío, mirándome a los ojos a través del espejo, muy atento a lo que tengo que decirle.

-Estaba equivocada, creía que si seguía con el recuerdo de ese amor, y el dolor que esto causó, jamás volvería a enamorarme, ni a sufrir. Pero me di cuenta, que cuando pensaba en ti y en Em no había rencor e ira, como yo misma imaginaba, había dolor. Pero sobre todo, había miedo, terror a volver a enamorarme y perderlo, pánico a que la historia se repitiera, a que hubiera algo mal en mi que impidiera que los hombres me amaran.

>>Y tenía razón, había algo mal dentro mio que impedía que los hombres se enamoraran de mí: mi actitud ante el mundo, ante el amor.

Me giro para mirarle a los ojos con una sonrisa que no llega a mis ojos, él me devuelve una sonrisa triste.

-Cuando llegue a esa certeza, fue cuando pude cambiar, cuando pude perdonar y creo que fue ahí cuando me permití volver amar. En el momento en que yo misma pude llegar a esa determinación, estoy segura de que la Diosa Luna escuchó y supo que era el momento de mandarme a mi otra mitad.

Ambos sonreímos, ahora de verdad, Sam alarga sus brazos y me atrae hacia él en un cálido abrazo, tardó un segundo en reaccionar, pero enseguida envuelvo mis brazos alrededor de su torso.

Oímos como alguien avisa desde fuera que ya es hora de que salga, mientras ambos susurramos a la vez “gracias”.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro