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VINGT-DEUX.

Era finalmente inicio de un nuevo día. Tres de los hermanos Kim amanecieron siendo un relajo de brazos y piernas en una misma cama (en realidad, eran solo dos de ellos. Seokjin había terminado en medio de todo el desorden que eran sus hermanos). El trío gruñó casi al unísono ante el sol que se estaba colando por la ventana, debido a la cortina que se agitaba por el viento.

—Despierten ya —llamó Hoseok desde la puerta, apoyado contra el marco y con una taza de café en manos. Tenía el cabello alborotado y un pantalón de pijama cayendo por sus caderas.

—Déjanos en paz —se quejó Seokjin, haciendo sonreír a los menores. Si había alguien capaz de callar a Hoseok, ese era el mayor de todos. El segundo mayor se resignó a suspirar y agitar su mano a forma de despedida antes de dirigirse hacia la cocina, no sin antes detenerse a decir algo que sabía los haría levantarse.

—Me comeré solo todas las crepas que ordené, entonces —anunció y siguió su camino, riendo a carcajadas cuando escuchó el golpe sordo seguido del quejido de Namjoon y los murmullos y pasos apresurados por toda la segunda planta.

El primero en llegar a la cocina fue Jungkook, recibiendo felizmente un plato con varias crepas y un vaso con leche. —¡Gracias por la comida, hyung! —pronunció felizmente, comenzando a comer mientras el otro par entraba finalmente.

—No es nada —contestó mientras entregaba a cada uno sus platos. Los cuatro comieron en silencio, intentando despabilarse sin mucho éxito.

Era temprano, cerca de las 8:00, y tanto para Namjoon como para Hoseok, era un día libre. Ambos iban a acompañar a Jungkook durante el día mientras Seokjin iba a asistir a sus chefs a alguno de los restaurantes para aliviar un poco la carga de comensales que había aumentado debido a la temporada vacacional.

—¿Cómo te fue en el viaje? —preguntó finalmente el mayor, una vez tenía suficiente cafeína en su sistema para no caer dormido sobre su comida.

—Bien, lo mismo de siempre. La próxima semana junto a Jackson nos dedicaremos de lleno a ejecutar ese plan de negocio —explicó, tomando un sorbo de su té. Luego añadió—: esos nuevos socios son interesantes y tienen la fe puesta en este proyecto. ¿Cómo les fue a ustedes?

Hoseok tomó la palabra con un encogimiento de hombros mientras explicaba—: Trabajo intensivo en la escuela actualmente. Tenemos una presentación pasado mañana y hemos estado en ensayos hasta fallecer —contó, sonriendo al recordar el esfuerzo conjunto de todos—. ¿Irán?

—Por supuesto —dijeron los otros tres al mismo tiempo, comenzando a reír todos luego de ello.

—El restaurante está igual que cada temporada vacacional, a rebosar de gente. Pero es bueno, por supuesto. He contratado a algunos empleados de temporada y, hasta el momento, no han habido reportes de incidentes que merezcan mi atención —anunció, sonriendo de boca cerrada, con cariño y aprecio por sus hermanos que le escuchaban con extrema atención.

—Felicidades, hyung.

—Ah, a ustedes también —respondió el mayor, poniéndose luego de pie para ayudar a recoger los platos sucios—. Iré a prepararme para el trabajo, limpien por mí.

—¡Por supuesto! —exclamó Jungkook, acomodándose frente al lavabo. Comenzó a lavar la vajilla mientras tarareaba alguna canción que tenía en la cabeza, aunque no recordaba el nombre—. Este era el trabajo favorito de Taehyung-hyung —comentó de pronto, con un toque de nostalgia en su tono.

—Tienes razón. Parece que fue hace siglos cuando vivíamos así —responde Hoseok, viendo las tres sillas vacías en la mesa—. Los mellizos son todo un caso, ya ni siquiera pasan en casa.

—Déjalos, Hob-ah —dijo Namjoon—, andan explorando el mundo, volverán eventualmente —terminó, riendo luego de ello. Ese par de verdad que eran unos mocosos, por más que lo negaran. Los mayores, que habían tenido que ser víctimas de sus bromas, lo sabían mejor que nadie.

Aunque, para sorpresa de absolutamente nadie, ambos mejoraron mucho su conducta una vez Jungkook llegó a la vida de todos. Comenzaron a comportarse como verdaderos hermanos mayores.

Los tres mayores recordarán siempre con cariño la primera vez en que Taehyung tomó en brazos al menor de todos. Los mellizos solían andar siempre tomados de la mano, por lo que la expresión de Jimin ante el 'abandono' de Taehyung siempre les causará gracia. Por otro lado, la sonrisa llena de amor del menor del par al sostener a aquel pequeño ser en sus brazos también guardaba un espacio especial en los recuerdos de los hermanos.

Y, por supuesto, lo entendían. Jungkook era especial. Sin embargo, Taehyung parecía haber desarrollado un apego peculiar hacia el pequeño bebé desde el momento en que lo vio y, en adelante, fueron casi inseparables.

—A Jimin-hyung siempre le gustó ayudar a Jin-hyung a cocinar —agregó Jungkook mientras se secaba las manos con una toalla.

—Cierto. Aunque lo paraba más de lo que ayudaba.

—No quiero escuchar eso de ti, Nam —intervino Hoseok—, ni siquiera puedes cortar una cebolla como se debe —Jungkook comenzó a reír a carcajadas al ver el rostro sonrojado de su hermano.

Namjoon se aclaró la garganta, abanicándose con la mano para reducir el sonrojo en sus mejillas. —Como sea... ¿hoy vendrá Yoongi también, Kook-ah? —decidió cambiar de tema, viendo con interés al menor al mismo tiempo en que ignoraba la dura mirada de Hoseok.

—¡Ah! de hecho, sí. Iré a darme un baño —murmura y, apresurado, finalmente se retira de la cocina. Entre los hermanos restantes, el menor se mira con desinterés las uñas mientras pasa de largo la mirada furiosa de su hermano mayor.

—Arruinaste las cosas.

—Acepta que tiene novio, hyung —dijo, sorprendiendo a Hoseok porque era definitivamente extraño por parte de Namjoon llamarlo de esa forma—. Yo estoy intentando aceptarlo. Me comporté como un patán durante su cumpleaños y estoy intentando arreglar el regadero que hice.

—Ese chico sigue sin agradarme, es todo —admite, recostándose contra el respaldo de la silla, los brazos cruzados sobre su pecho—; no lo conozco, no sé sus intenciones, su forma de ser, como trata a Jungkookie.

—Entonces, míralo. Yo los vi y me sorprendí. Estoy seguro de que tú también acabarás sorprendido, hyung. No es un chico malo y puedo entenderlo, de cierto modo. Además, hace feliz a Jungkookie y, al final del día, eso es lo primordial.

Dejando aquello como su última palabra, se levantó para dirigirse a su habitación con la intención de tomar un baño. Y, poco despúes, Hoseok hizo lo mismo.

Faltaban quince minutos para las 10:00 cuando sonó el timbre. Hoseok era el único en la sala de estar, pues había decidido al final no darse una ducha hasta más tarde. Observó con aburrimiento el pasillo hacia la entrada, intentando decidir si abrir la puerta finalmente o no.

—¡Yo voy! —anunció Jungkook mientras corría desde el segundo piso, ignorando la mirada de su hermano mayor para apurarse a abrir la puerta. Frente a él estaba Yoongi, con un ramo de rosas en sus brazos y una sonrisa amable.

—Hola, Kook-ah —saluda, inclinándose a besar su mejilla, entregando luego las flores a su novio. El mayor vestía con un pantalón, camiseta cuello de tortuga, botas y una gabardina, todo color negro. Además, su cabello estaba peinado a un lado dejando a la vista su frente—. ¿Quieres ir a cenar esta noche conmigo?

El menor rió y asintió, dejando entrar al chico. —Por supuesto que sí —contestó, cerrando la puerta a espaldas de ambos y avanzando uno al lado del otro hacia la sala de estar—. Ponte cómodo, Yoon; iré a poner en agua las flores.

Hoseok, que seguía cómodamente tirado en el sofá, mantuvo su vista en la pareja, alzando la ceja al ver el ramo de rosas, pero se abstuvo de comentar cualquier cosa. En cambio, siguió los movimientos del novio de Jungkookie, casi riendo por lo incómodo que se veía de invadir su hogar.

—Con permiso —murmuró Min, acomodándose en el sofá individual luego de dejar su abrigo en el brazo del sofá. El adulto se limitó a asentir y un silencio se asentó sobre ellos luego de eso.

Hoseok se tomó un momento para analizar a Yoongi, intentado descifrar que era lo bueno de él. Si Seokjin (que había tomado un rol protector en la vida de Jungkook) y Namjoon (que adoraba a Jungkook como si el mocoso fuese su salvador) habían terminado por aceptarlo, algo positivo debía haber en el adolescente.

Él no lo odiaba. O quizás sí, no estaba seguro. Lo que sí sabía, es que le molestaba su presencia porque implicaba una amenaza a la autoridad que él había construido en el hogar como el hermano estricto. Pensaba que si ambos jóvenes se hubiesen acercado frente a él, pidiendo permiso de su parte, definitivamente lo habría aceptado.

Era un pensamiento estúpido, lo sabía, porque él no era el padre de Jungkook, pero su tonto instinto protector y sus recuerdos del hermano menor bebé que se superponían al adolescente que era ahora, sacaban lo peor de él.

Aun así, sabía que Yoongi no era mala persona. No era tan bueno para percibir el tipo de persona que es alguien como lo era Taehyung, pero lo que había visto y escuchado le demostraba que parecía apreciar y respetar a Jungkook. Aunque eso, por supuesto, era lo mínimo.

Para Hoseok, una pareja necesitaba completar una serie de requerimientos (solo uno) para ser una pareja ideal. Ya vería si cumplía con ellos (ese).

Hasta aquí este capítulo, siento que quedó algo corto :(. En fin, si las cosas van bien, nos vemos prontito

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