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Capitulo 5


Había pasado ya una semana desde que había visto a Eva y por más que intentó contactarla no pudo por miedo a que se apareciera otra vez el demonio, así que prefirió no volver a salir de su cuerpo mientras dormía, pero sentía mucha curiosidad por saber más de la maldición/don.

Audrey y él habían comenzado una linda amistad, tanto así que ya sabían que en el horario de la tercera clase era muy raro que alguien entrara al baño por estar en el último piso de la escuela, preferían ir a los baños de abajo, así que no había problema que ellos hablarán una hora exacta, conociéndose más.

Ethan había notado que Audrey era muy parlanchina y eso le gustaba, lo hacía sentir tranquilo, escucharla hablar de su vida pasada también y por primera vez le platico sobre sus sueños, gustos musicales, comida favorita, se sintió cómodo y pleno al no ser juzgado, pero luego se sintió confundido al notar que la única amiga que tenía era una persona muerta y no viva.


Era viernes, último día de clases y paso normal como cualquier otro día sin alguna novedad, sin embargo, algo dentro de él empezó a alertarse de la nada, sentía escalofríos y su piel se ponía chinita. A la hora de la cena empezó a sentir una leve punzada en el cuello mientras comía, le llego un olor putrefacto que le revolvió el estómago y no pudo comer más.

Alisson pensó que alguna comida le cayó muy pesada, le dio medicina para el estómago, luego jugo un rato con su hermano Caleb y a la hora de dormir volvió a sentir el mismo olor insoportable, no le prestó mucha atención y se durmió.

Alisson fue la primera en escuchar el grito de su hijo más pequeño, seguido de Fernando, quien se levantó a toda prisa sin importar cuan dormido todavía se sentía, guiado por su instinto protector y un poco más alerta llegó hasta la recámara de Ethan encendiendo las luces y listo para atacar a quien estuviera adentro, si es que había alguien.

Enseguida reflexionó que era absurdo creer que hubiera alguien adentro de su casa, no por gusto había gastado una buena cantidad de dinero en instalar la famosa alarma de la televisión. El especialista le había explicado que había más de siete cámaras alrededor de toda la casa y adentro, luces contra el movimiento que mandaban alertas a su teléfono, alarma contra incendios y robos, además de un seguro, todo fuera por la seguridad de su familia.

Pero, ¿Por qué tanta seguridad?

Fernando, antes de llegar a la habitación de su hijo más pequeño, revisó la habitación de Caleb, su primogénito, quien todavía seguía dormido con su pancita destapada y el cobertor en el piso. Recordó que desde bebé siempre fue muy inquieto para dormir. Después de percatarse de que todo estuviera bien, fue a la habitación de Ethan, quien estaba llorando desesperadamente en los brazos de su mamá.

—¿Qué pasó? – Fernando le preguntó a su esposa.

—Fue una pesadilla – Ali vio de manera preocupada a su esposo.

Un año atrás el pequeño Ethan había tenido una amiga imaginaria que lo logro atormentar y asustar, les costó mucho solucionar el problema porque Fernando no quería recurrir a la ayuda de su mamá quien practicaba la magia blanca, él no era creyente de esas cosas mucho menos quería involucrar a sus hijos en cosas extrañas, pero tuvo que hacerlo porque no encontraban la manera de que el pequeño mejorará.

—La señora… otra vez…  Muy fea… — Ethan hablo hipando del llanto incontrolable. — Estaba encima de mí.

—Shh, shh ya pasó mi amor, solo fue una pesadilla ¿Quieres que duerma contigo?

—Toma un poco de agua para que te calmes – Fernando le dio un beso en la coronilla.

—Quiero a papi – Hizo un puchero y sus ojitos se le achicaron aún más de lo que ya eran.

Fernando le ofreció sus brazos para cargarlo y llevarlo a su habitación, mañana tenía que madrugar para irse a trabajar y dormir en la cama del pequeño, era una tortura por lo angosta que era.

Por más que trato de conciliar su sueño no pudo, así que se levantó para fumar un cigarro y lograr apaciguar la ansiedad al ver a su hijo llorando por algo intangible que no existía o al menos eso pensaba él, no quería meter más a su mamá en estos asuntos porque no quería que su familia tuviera que ver con las maneras peculiares de resolver los problemas con magia blanca, la que su mamá practicaba, sabía que todo poder tenía sus consecuencias y no quería que les pasará algo malo a ellos.

No a sus hijos y a la hermosa Ali.

Él había vivido en carne propia las consecuencias con su abuela que había muerto de maneras misteriosas por no haber cumplido una promesa, su mamá no le dio ninguna explicación y nadie de la familia mencionaba nada al respecto, era un tema prohibido.

Recordó cuando era pequeño también miraba personas extrañas que salían de las esquinas de su habitación queriendo llegar hasta él, por alguna razón nunca se acercaban, pero lo atormentaban noches enteras. Inconscientemente, agarró su cadena con un dije de la estrella de cinco picos que su mamá le había regalado, le hizo prometer nunca quitárselo y hasta el día de hoy nunca se la quitaba. Con el tiempo dejo de ver a las personas extrañas y de tener pesadillas recurrentes con monstruos que le aterraban, pasaron a hacer recuerdos, hasta que Ethan tuvo su primer ataque de pánico al ver a su “amiga” imaginaria, recurrieron al psicólogo, a una iglesia y su último recurso fue su mamá.

La señora Carmen siendo la bruja más poderosa de su aquelarre hizo unos cuantos rezos, una limpia para quitar todas esas malas vibras y un té especial con hierbas poderosas, pero eso no iba a calmar al ente que estaba detrás del pequeño. El problema iba a hacer cuando se enterarán de que Ethan era el portador del don de los Miller. 

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