capitulo 2
El pequeño Ethan se encontraba en un trance convulsionando mientras el ente estaba arriba de él, intentando tomar posesión de su pequeño cuerpo como si fuera un parásito quien se introduce sin ningún permiso y te enferma, creando una infección que solo la puedes combatir con antibióticos, en este caso combatir algo del alma es complicado de llevar a cabo.
Pero hay que ser realistas salvar un alma de un parásito es complicado, se necesita coraje y tener un temple muy fuerte para que el mal no destruya la fe que hay en la persona.
Ethan se sentía ajeno a él, era un sentimiento extraño a pesar de estar ausente, tenía sus sentidos despiertos. Podía escuchar y ver todo, sus pupilas se movían buscando algo, una figura reconocida que lo ayudara, pero no vio a nadie provocando que sus lágrimas salieran incontrolablemente, quería sentir el aroma a flores de su mamá o los brazos de su papá que era un refugio donde nada pasaría.
¿Por qué no estaban ahora para protegerlo?, ¿Dónde estaba mamá y papá?
Sentía un ardor en su garganta y por más que intentará moverse con todas sus fuerzas sus extremidades no respondían, pero cuando parecía que todo estaba perdido, Ethan logro ver otra sombra muy diferente a la que tenía encima de él, esta tenía la piel pálida azulada con un vestido negro y el pelo recogido en un moño.
El fantasma gritó tan fuerte que los oídos del niño zumbaron al punto de marearlo y aturdirlo, logró escuchar el gruñido molesto que salió del ente, eso detuvo el ardor en la garganta, sin embargo, provocó un ataque de tos, cómo pudo se levantó débil intentando abrir bien sus ojos para buscar al fantasma, pero cuando logro visualizarlo algo lo tomo del cuello levantando su pequeño cuerpo en el aire.
Entonces sintió su respiración putrefacta cerca de su oído.
—Mío… —una voz gutural que además de sonar horrible te ponía la piel de gallina.
—No te pertenece, aún no —Ethan no entendía nada, pero su miedo era más fuerte y lo único que quería era despertar de esta horrible pesadilla.
—Es mío.
—Maldito demonio asqueroso.
El fantasma sacó un collar y se lo mostró al demonio inmediatamente esté chilló como si algo lo estuviera quemando al mismo tiempo que mostraba su verdadera forma… Ethan cayó al suelo débil y apenas consiente se preguntó que era ese collar con garabatos extraños que al demonio tenía miedo.
Ava Miller era la tía tatarabuela de Ethan y así como ella sufrió en vida por un demonio, no iba a dejar que pasará con un pequeño niño de siete años quien tenía una vida por delante. El sello lo iba a mantener alejado por un tiempo, pero no para siempre y eso le preocupaba porque no quería que terminara como su hermano, tenía que hallar la manera de romper la maldición y que Ethan viviera una vida normal.
La pregunta era ¿Cómo hacerlo?
Se sentó a un costado de la cama observando al pobre niño que respiraba agitado, ella sabía que parte del demonio había quedado en él y ese solo era el comienzo del tormento que le esperaba.
Eva posó su mano fría sobando los mechones negros y rebeldes mientras se regulaba su respiración, cerro sus ojos y entro al subconsciente de Ethan, estaba en un rincón de su cuarto acurrucado, llorando asustado.
—No grites, no te haré daño – trato que su voz se escuchará dulce y tranquila, se acercó poco a poco.
—¿Quién es?, ¿Qué quiere?, Mis papás me vendrán a buscar si usted vuelve a hacer algo.
—Tranquilo Ethan, yo no te voy a lastimar. Sé que no me conoces, pero no soy peligrosa, nosotros somos familia, además tus papás no te pueden escucharte aquí – Ethan abrió sus ojos asustados por las confesiones que le había hecho esta nueva mujer «fantasma».
—Mi mamá siempre me escucha y ella vendrá por mí – Trató de sonar lo más convincente posible, pero apenas balbuceaba por el llanto y no se le entendía nada.
—Solo escucha lo que te voy a decir, soy hermana de tu bisabuelo Jacob y vengo a protegerte.
—¿Entonces usted sería una tía abuela? Pero mi bisabuelo murió hace muchos años, como es posible que usted me esté hablando, eso quiere decir que yo estoy… Muerto – Ethan palideció de inmediato al imaginarse muerto, que pasaría con sus papás estarían devastados o su hermano con quien jugaría. Esto no podía estar pasando y menos a un niño.
—No estás muerto, solo estás soñando, así que tranquilízate, esto que te diré es muy importante y tienes que prestar atención. Este fue tu primer viaje extra corporal eso quiere decir que heredaste el don de los Miller, tu alma puede Salir de tu cuerpo y vagar por este plano que se llama el “más allá”.
«Puedes ir a dónde tú quieras, pero hay consecuencias al dejar tu cuerpo por mucho tiempo. Es por eso que vino el demonio, él fue elegido por la maldición para entrar y apoderarse de tu alma y no se va a detener hasta conseguir lo que quiere, quiero que entiendas que no será fácil, de hoy en adelante podrás ver cosas que otras personas no pueden ver, ellos no perciben de la misma forma que nosotros. Puedes ver gente que ya está muerta, tú puedes escucharlos y ellos a ti; solo recuerda tener cuidado en quien confiar. Yo estaré siempre cuidándote por qué ese es mi deber y promesa».
—¿Tengo un don? – Ethan se había calmado un poco, sin embargo, solo un cuarto se le había quedado grabado. Lo demás seguía procesando su pequeño cerebro.
—¡¿Por qué me enviaste a un niño?!, Si tienes un don, pero no cualquier don, no todos lo consideran un privilegio, ese fue mi caso, para mí fue una maldición.
—Una maldición… ¿Por qué yo? Las maldiciones eran malas, luego recordó el miedo que le causó y el olor a putrefacto que emanaba del demonio, se sintió indefenso, pero sobre todo confundido.
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