🐉2- El pasado.
Años atrás.
—¡Kana, no corras! —grita Mew viendo a su amado correr y que luego se detiene por cansancio respirando con dificultades.
—¡Deja de regañarme, solo eres mi prometido, no mi esposo! —responde Kana gritando al limpiar su sudor..
—¿Me estás desafiando? ¿Crees que no podría llegar a hacerte mi esposo? —pregunta Mew sonriendo.
—¿Qué te hace creer que podría aceptar al Dragón del fuego? —pregunta Kana con burla.
—Porque tú siendo el Dragón del agua estás destinado a ser mi esposo —responde Mew avanzando.
—¡Hey! No me dejes atrás —regaña Kana corriendo al lado de Mew y toma su mano.
Ambos siguieron avanzando tomados de la mano, disfrutando el paisaje. El sonido del viento les indicaba que el invierno estaba cerca.
—¿Piensas que podríamos ser felices ocultando nuestros orígenes? —pregunta Kana dejándose caer cerca del río.
—Hemos vivido estos años de forma tranquila, ocultando lo que somos mi ángel —responde Mew sentándose a su lado.
—Lo sé, así deberíamos vivir siempre, solo ocultos —responde Kana mirando el río y con su poder atraer un poco de agua para hacer un corazón—. Este corazón es tuyo, mi vida.
—Es muy bello —responde Mew sonriendo—. Tan bello como tú.
—Mew… Sí, algún día yo llegará a faltar, te pido que jamás cierres tu corazón al amor. El amor es algo tan hermoso y no me gustaría ser egoísta que guardes tu corazón solo para mí. Ábrelo para quien un día te dé el suyo.
—¿Por qué me dices eso Kana? Somos Dioses, no podemos morir.
—Todos siempre tenemos un defecto, no porque seamos Dioses, no podemos morir —responde Kana dejando caer el corazón y el agua moja el césped.
—La única forma sería que mataran a nuestros dragones Kana. Pero si no los mostramos, solo somos simples mortales en la tierra.
—Lo sé, no me escuches y sigamos hablando mejor.
—Mi ángel, ¿si yo te pidiera ser mi esposo, lo serías?
—¿Por qué lo preguntas otra vez? ¿Esposo? Si ya vivimos hace muchos años o quizás décadas siendo eso. Ya somos esposos.
—Lo sé, pero quiero que seas mi esposo. Ya deja de rechazarme nuevamente. Siempre que digo Matrimonio me ignoras.
—Mew, deja ese tema de lado, ya somos esposos con o sin un papel.
Kana se levanta y entra al río a mojar sus pies, empezó a jugar con el agua y a realizar figuras con ella.
—Jamás he entendido el porqué esquivas el tema del matrimonio —reclama Mew lanzando una esfera de fuego y hace desaparecer la figura de ave que Kana había creado.
—Mew, por qué yo no soy tu destinado en la vida. En unos años más, él llegará. Yo ya lo he visto en mis premoniciones.
—¿¡De qué demonios estás hablando?! —grita Mew poniéndose de pies y acercarse a Kana para apretar fuertemente sus hombros.
—¡Me estás lastimando idiota! —regaña Kana apartándose.
—P-Perdón, es que no tiene coherencia lo que dices Kana, nadie jamás podría sustituir tu lugar. Tú eres mi destinado y lo hemos comprobado con los años.
—Eso lo dices ahora, pero a ese pequeño ángel lo amarás más que a mí y estaré feliz de que quedes en buenas manos.
—¡Deja de decir tonterías Kana!
Mew sale del agua molesto y emprende el camino a su palacio, dejando pasos de fuego en el camino por su gran enojo.
Kana mira el cielo y cae sentado al río en lágrimas.
—Hubiera amado estar una eternidad a tu lado, como lo prometimos hace años aquí mismo, pero mi corazón de Dragón está enfermo, está dañado y ante eso ya no existe una cura. Pero sé que en unos años más alguien entrara en tu vida y sé que lo amarás más que a mi vida mía. Ahora estarás enojado, pero sé que me entenderás después.
•Días después.
—¿Aún estás enojado? —pregunta Kana tirando piedras al río.
—¿Ya dejaste de hablar tonterías?
—No, aún no. Ya que aún no me has escuchado.
—Si vuelves a hablar de esa misma tontería me volveré a encerrar en mi despacho.
—Mew, el cielo nos bendijo siendo Dioses, tú del fuego y yo del agua. Pero no son los únicos elementos que existen, la profecía dice que llegarán dos Dioses más que dominarán el viento y la tierra.
—Bla... Bla... Bla… Siempre la profecía dice lo mismo y para mí son simples mitos —interrumpe Mew desviando la vista.
—Y luego yo soy el pesado y mal genio.
—Por qué lo eres mi ángel, ya deja la tontería de lado y sigamos viviendo felices, ¿te casas conmigo?
—¡Ya vas a empezar otra vez con lo mismo! —grita Kana—. ¡No Mew! ¡No quiero ser tu esposo!
—¿¡Por qué no?! ¡Quiero una maldita explicación!
—¡Por qué mi Dragón está enfermo! ¡Mi Dragón está muriendo y yo con él!
Mew al escuchar la nueva información quedó inmóvil mirando a Kana quien solo empezó a llorar.
—Estoy muriendo Mew, mi Dragón está delicado, cuando no estoy a tu lado en las madrugadas, es porque estoy prácticamente agonizando, ya no tengo fuerzas para mantenerme en pie, es por eso que no dejo que me toques o acepto ser tu esposo.
—¿Quién más sabe todo esto?
—Zafiro, ella cuando se dio cuenta, hizo que un médico me vea y el diagnóstico era claro, quizás me queden días o pocos meses, es por eso que te dije que jamás te cierres al amor.
—Kana, tú jamás haces broma y si estás empezando ahora a hacerlas te sugiero que no las hagas, son pésimas. Te he mimado demasiado y te puedo aguantar todo lo que quieras, pero esto no.
—Que más desearía que fuera una broma Mew, pero la muerte es así, siquiera siendo un Dios me he salvado de ella.
—No… No… No es verdad…
Mew se aparta un poco y su forma humana desapareció revelando a su Dragón, quien rugió fuertemente y empezó a tirar fuego por todos lados.
—Sé que sufres en estos momentos amor mío.
Kana cerro sus ojos y entro al río para cambiar su apariencia y dejar a la vista su Dragón.
El Dragón de Mew se acerca y se deja caer sobre el césped y empezó a dejar caer lágrimas de dolor.
El Dragón de Kana se acerca y posa su cabeza encima de la de Mew y llora.
—Esta tristeza desaparecerá con los años, un nuevo compañero llegará a tu lado. Prometo que volveremos a reencontrarnos, jamás dejes de caminar por aquí donde están nuestros recuerdos y jamás dejes de buscarme por qué como sea volveré a tu lado.
La forma de ambos cambia y quedan abrazados, fuertemente llorando. Mew alza la vista y una de las escamas de Kana estaba sobre el césped y lo tomó.
—El solo pensar en perderte, me lastima mi corazón, no quiero que te vayas de mi lado Kana por favor.
—Mi destino es así, guarda esta escama como tu mayor tesoro y debes prometer que jamás te vas a cerrar al amor.
—No lo voy a prometer, porque cuando tú te vayas yo iré tras de ti.
—¡Eso jamás! No puedes cambiar el curso de la profecía, solo promételo y cuando yo me vaya me iré tranquilo.
—Lo prometo Kana, pero esa persona no será más importante que tú en mi vida.
—Te aseguro que sí lo será.
•Meses después.
La muerte de Kana había llegado.
Mew cargo a Kana ya débil hasta el río. Kana nuevamente lo hizo prometer que no se cerraría al amor y así lo prometió el Dios Dragón con sus lágrimas que mojaban sus mejillas y su Kana con sus pocas fuerzas se acercó dejando un corto beso y su cuerpo se empezó a disipar cuando empezó a cerrar sus ojos y este ya desapareció de los brazos de Mew.
—Te prometo mi ángel, que por aquí caminaré todos los días recordando los bellos recuerdos que vivimos y caminaré hasta encontrarte nuevamente y no me cerraré al amor.
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Perdón por la falta de ortografía 🙏
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Gracias por tomarte el tiempo de leer mi historia.
Bendiciónes ☀️🌻
disipar: Hacer que algo se desvanezca por separación de las partes que lo forman.
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