Capítulo 11
Era un nuevo día y el pelirrojo con puntas negras estaba despertando y lo primero que ve es a Ravel durmiendo a su lado, con su pijama transparente y mostraba su cuerpo, cosa que lo sonrojaba.
Kenichi: Ok, aún no me acostumbro a eso. – trata de moverse con cuidado pero ella lo abraza.
Ravel: Ah... Kenichi... no los aprietes tan fuerte... - dijo mientras apretaba el abrazo.
Kenichi: Cálmate, cálmate, está soñando. – decía en su mente mientras que la rubia acariciaba su cabello y lo presionaba contra su pecho.
Ravel: Mmmm...ah... ¿Quieres hacerlo? Bu-Bueno... es...mi primera vez... sé gentil por favor...
Kenichi: ¿Ravel? – ella empieza a abrir los ojos. – Bu-buenos días.
Ravel: Fufu, buenos días Kenichi. – se posiciona encima de él. - ¿Qué tal has dormido?
Kenichi: Bi-bien y creo que tú también. – Ravel recuerda su sueño y se sonroja masivamente, pero luego sonríe de manera coqueta y lo besa.
Ravel: Eres mi novio y no me molestaría. – lo besa con ternura para luego mover un poco su pijama y mostraba su escote. - ¿Te gusta?
Kenichi: *Sonrojado* S-Sí. – dijo sonrojado.
Ravel: ¿Qu-Quisieras tocarlos? – El pelirrojo se sonrojó más. – Sé sincero. – Kenichi temblaba pero da un asentimiento con timidez. -A-Adelante...tócalos.
El pelirrojo tenía sus mejillas tan rojas que hacían competencia con su cabello pero con timidez acerca sus manos a los pechos de la rubia Phoenix, haciendo que ella de un tierno gemido.
Ravel: Ahhh... ¿Te gus...ah...te gustan? – tenía un ojo cerrado mientras que el otro miraba a su novio quien tragaba saliva y asentía haciendo que ella sonría con timidez. – Continúa...
Kenichi sólo traga saliva y sigue acariciando, haciendo que ella de unos ligeros gemidos y en un arrebato lo besa, cada vez con más intensidad a la vez que lo abrazaba con fuerza, pero antes de que pasen a más intensidad...
KNOCK, KNOCK
Oigan, ya es momento de despertar, además... - abre la puerta. – Quedamos en en....tre...nar... - ve que Ravel estaba encima del Uzumaki además que estaban en una posición comprometedora.
Kenichi: Bu-Buenos días Raichi. – dijo nervioso mientras que Ravel se sonrojaba.
Raichi: Tú.... – se acerca mientras se metía a la cama. - ¿Qué le haces a Kenichi?
Ravel: L-Le estoy dando afecto. – dijo mientras lo abrazaba pero Raichi muestra un puchero.
Raichi: Yo también le daré afecto entonces. – toma al Uzumaki y coloca su cabeza en sus pechos.
Kenichi: MMMMMMM!!?? – pero Ravel hace lo mismo.
Ravel: Él prefiere los míos. – acaricia la cabeza de su novio.
Raichi: ¡No, Kenichi prefiere los míos! – nuevamente lo jala.
Ravel: ¡Soy su rey así que va conmigo!
Raichi: Pero él y yo fuimos cercanos en el Ryozampaku y hasta ahora lo somos. – ambas se acercan y afilan sus miradas.
Ravel: ¡Él prefiere los míos!
Raichi: ¡No, prefiere los míos! Y si lo dudas ¿Por qué no le preguntamos a él?
Ravel: Me parece bien, Kenichi ¿Cuál prefieres? – ambas voltean pero ven no había nadie. - ¿Eh?
Kenichi: Vaya forma de iniciar la mañana. – se dirige al baño principal y cambiarse ahí, se lava el rostro y se dirige a la sala, topándose con Koneko. – Buenos días Koneko.
Koneko: Buenos días Kenichi-senpai. – dijo con la ropa de deporte escolar.
Kenichi: ¿Preparada? – se agacha para flexionar sus rodillas y la peli blanca da un asentimiento.
Koneko: Daré lo mejor de mí.
Kenichi: Ese es el espíritu. – estira sus piernas. – Aunque lo primero sería calentar los músculos. – Koneko asiente y se coloca a un lado de él para hacer lo mismo.
Koneko: ¿Desde cuándo ha hecho esto?
Kenichi: Desde que tuve contacto con uno de los compañeros de Raynare. – gira su brazo en círculos. – Después de la paliza que recibí, empecé con mi entrenamiento, y ahora que estoy dentro de un equipo, entrenamos todos, excepto los domingos. – termina de calentar y cruza los brazos para que lleguen las demás.
Luego de su rutina de entrenamiento, todo el grupo estaba tomando su desayuno.
Ayumi: ¿No sientes sueño Onii-chan? Te levantas muy temprano para entrenar.
Kenichi: No, incluso solía hacer eso donde vivía antes. ¿Lo recuerdas?
Ayumi: Sí, pero a las seis de la mañana y el maestro Akisame hacía que corrieras mientras lo llevabas sobre una llanta.
Kenichi: Sí, qué recuerdos.
Louise: ¿Y cuánto corrías?
Kenichi: Casi por una hora o más, aunque no recuerdo cuánta distancia lo hacía, el caso es que ya esta acostumbrado a levantarme temprano.
Koneko: Además que aprendiste artes marciales, en la boda lo demostraste.
Kenichi: Sí, aprendí el Muay Thai, Jiu Jitsu, artes marciales chinas, el manejo de armas, karate e incluso el abuelo de Miu, Hayato Furinji me entrenó.
Koneko: ¿Podría aprender también? Me gustaría mejorar y no tener un estilo de combate básico.
Kenichi: Claro, no veo por qué no, incluso las demás si quieren.
Louise: Su-Supongo que no hay de otra. – dijo desviando la mirada.
Noelle: No podemos depender de la magia todo el tiempo, si se acercan y nos desarman estamos perdidas.
Kenichi: Buen punto.
Miu: Podemos enseñarles lo básico por ahora.
Stella: Claro, estaría bien.
Luego de ese desayuno todos se dirigen a la academia, salieron a buena hora ya que Sona quería mostrarles el club que ya estaba listo.
Ravel: Buenos días Sona.
Sona: Buenos días Ravel, acompáñenme. – todo el equipo de la rubia sigue a la pelinegra, no era tan larga la distancia, además que estaba cerca del club de lo oculto y también del consejo estudiantil. – Ya está listo.
Kenichi: No me imaginé que lo hicieran tan rápido. ¿Les parece si entramos? – todas asienten y se sorprenden de lo espacioso que era.
Ravel: Todo está bien implementado, además de una gran despensa para poder cocinar y un gran comedor, además, una pequeña zona de entretenimiento. – dijo mientras inflaba el pecho con orgullo recibiendo aplausos.
Sona: Ya todo está listo y ya pueden utilizar el club.
Ravel: Gracias Sona. – la pelinegra da una reverencia.
Sona: De nada, ahora procedo a retirarme, nos vemos. – todos asienten y proceden a explorar el lugar por completo.
Noelle: Esto es muy cómodo. – se sienta en uno de los muebles.
Miu: *Mira los utensilios* Increíble, tiene para hacer cualquier tipo de platillo.
Raichi: Incluso los postres.
Kenichi: *Abriendo la despensa* Y una buena cantidad de ingredientes a nuestro alcance.
Ravel: Me alegra mucho que les guste. – da una sonrisa.
Kenichi: Sí, además que sería bueno que todos aprendamos.
Juvia: Juvia dará lo mejor para impresionar a Kenichi-sama.
Miu: Yo lo haré primero.
Raichi: De eso nada, yo lo haré primero.
Noelle: Y-Yo seré quien impresione a Kenichi.
Louise: Tal vez no aprendí a hacer esas cosas, pero daré lo mejor de mí para sorprenderlo.
Stella: Estoy segura que yo lo sorprenderé con uno de mis platillos.
Eco: ¡No si yo lo hago primero!
Ravel: ¡Alto! ¡Como su rey, yo seré la primera en hacerlo! – mientras tanto el Uzumaki se retira con total sigilo de ahí mientras que las demás empezaban a discutir.
Kenichi: Cielos, eso estuvo cerca. – alguien le extiende una barra de chocolate. – Muchas gracias Koneko. – toma un poco y come.
Koneko: *comiendo chocolate* Todas quieren impresionarlo con un platillo.
Kenichi: Je, aunque yo también quiero impresionar a todas, incluso con postres.
Koneko: ¿Qué postres sabe hacer?
Kenichi: Unas galletas con chispas de chocolate, mi madre me enseñó de niño.
Koneko: ¿Podría probarlas alguna vez?
Kenichi: Claro, no hay problema. – le da una sonrisa y corresponde el gesto para invitarle más chocolate.
Koneko: Entonces yo también daré lo mejor para sorprenderlo con un dulce hecho por mí.
Kenichi: Gracias Koneko. – le da unas palmaditas en la cabeza, cosa que ella se agacha con timidez.
Koneko: Chan...
Kenichi: ¿Eh?
Koneko: Llámame Koneko-chan, Kenichi-senpai. – le dedica una sonrisa y el Uzumaki corresponde.
Kenichi: De acuerdo, Koneko-chan. – ella se sonroja y da una sonrisa.
Ya en la hora libre, antes que se dirija al club de cocina, fue a la azotea.
Michiru: Hola Kenichi.
Kenichi: Hola Michiru ¿Qué tal te va?
Michiru: Todo bien por el momento. – se acomoda en la barandilla. – Vine un rato a apreciar el paisaje.
Kenichi: Ya veo, yo igual después me iré al club.
Michiru: ¿Ya estás en un club? – el Uzumaki asiente.
Kenichi: El nuevo club.
Michiru: ¿El club de cocina? Supe que es exclusivo y la líder es Ravel Phoenix. – Kenichi asiente.
Kenichi: Al menos podré aprender nuevos platillos.
Michiru: ¿Podría pasar por ahí? – el pelirrojo la mira – Me gustaría probar uno de tus platillos.
Kenichi: Claro no hay problema. – le levanta el pulgar. – Bueno, debo irme, nos vemos en la salida. – Ella asiente.
Michiru: Nos vemos luego Kenichi.
Ya en el club, las chicas estaban con duda de lo que iban a hacer.
Kenichi: Hola chicas ¿Qué tienen planeado cocinar primero?
Ravel: Pensábamos hacer un postre.
Koneko: ¿Qué tal si hace las galletas que me contó en la mañana Kenichi-senpai? – todas las chicas lo miran.
Kenichi: Podría ser ¿Qué les parece chicas?
Ravel: Claro, pero yo haré el té para acompañar. – el pelirrojo con puntas negras asienten.
Kenichi: Muy bien, Eco, Louise, ustedes serán mis ayudantes. – ambas asienten. – Bien, los ingredientes son...
Y así ambas chicas toman lo pedido por el Uzumaki, por un lado están los ingredientes, otro lado, los utensilios y de paso, pidió que encendieran el horno a 180°C. Todas estuvieron atentas de cómo Kenichi empezaba a hacer las galletas, a la vez que explicaba paso a paso y no se perdían de nada, incluso Ravel estaba atenta, dejó lista la masa y riega las chispas de chocolate y los mezcla. Luego las coloca en un par de charolas una cantidad suficiente.
Kenichi: Abran el horno. – Eco lo abre y Kenichi rápidamente coloca ambas charolas ahí para que ella lo cierre. – Muy bien, esperemos unos once a trece minutos.
Estuvieron hablando de cosas triviales mientras pasaba el tiempo, hasta que el temporizador sonó y el Uzumaki ve que ya estaban dorados, por lo que con cuidado los retira, Louise preparó los platos, un par de minutos más procede a servirlos y junto con una taza de té.
Kenichi: ¿Y qué les parece? – todas proceden a dar el primer bocado, el silencio era sepulcral hasta que...
Todas: ¡DELICIOSO! – exclamaron emocionadas.
Miu: No sabía que hacías estas galletas tan deliciosas. – decía sorprendida.
Raichi: ¿Por qué no las hiciste antes? Están ricas. – saboreaba las galletas.
Kenichi: Je, lo siento.
Louise: Debo admitirlo, eres bueno para estas cosas. – dijo sonrojada. – Además, que tiene un toque nostálgico. – recuerda cuando sus días con su hermana Cattleya, por lo que el Uzumaki le acaricia la cabeza.
Eco: Me gusta, ¿Podrías hacer una ración de galletas todos los días por favor? – mira al Uzumaki con ternura. - ¿Sí?
Kenichi: *Resiste pero la mirada era tan tierna que da un suspiro de resignación* Está bien, te daré una bolsa de galletas.
Eco: ¡YAY! – Lo abraza y el pelirrojo le da unas palmadas en la cabeza cuando siente que lo jalan.
Koneko: Kenichi-senpai. ¿También podría hacerme unas galletas? – lo mira con tanta ternura por lo que el Uzumaki le acaricia la cabeza, haciéndola sonrojar.
Kenichi: Está bien, a ti también te haré galletas, pero no quiero que se lo coman todo de forma inmediata. – ambas asienten. – Muy bien. – les daba unas palmaditas en la cabeza, bajo la mirada de celos de todas.
Ya en la noche, todo el grupo se dirigía a su casa por otra ruta, a excepción del Uzumaki, resulta que Ravel había entregado algunos panfletos y les explicó a sus compañeros que tenían que hacer contratos, para sorpresa, el Uzumaki había sido llamado a un departamento, por lo que se dirige a pie al departamento asignado, no quería usar el círculo de transporte.
Kenichi: Aquí es. – toca el timbre y en menos de cinco segundos, la puerta se abre. – Buenas noches. Vengo en nombre del clan Phoenix. ¿En qué le puedo servir? Y lamento que no haya aparecido en el círculo del panfleto, no suelo hacer eso.
Bueno, entonces pasa. – el Uzumaki lo mira. – No hay problema joven humano.
Kenichi: ¿Cómo sabe eso? – estaba algo sorprendido pero procede a ingresar, sorprendiéndose por el diseño del lugar ya que no era estilo tradicional mientras que el sujeto peli negro con mechones rubios se retira a la cocina. – Me pregunto ¿En qué trabaja este sujeto? – Nota que el sujeto llega con una bandeja, dos vasos y una bebida alcohólica.
Venga, toma una copa. – dijo con una sonrisa llena de confianza.
Kenichi: Bueno, soy menor de edad, pero ya tomo estas cosas. – toma uno de los vasos.
Gracias, quería que alguien me acompañara con un trago. – eso despertó curiosidad en el Uzumaki.
Kenichi: ¿Para eso me llamó? – tenía una ceja levantada mientras lo miraba. – Bueno, el contrato se completa si se cumple el deseo, por lo que no tengo problema.
Whisky es lo que tengo, espero no te moleste. – el Uzumaki sólo niega, no había problema.
Pasó algo de tiempo y parecía que el sujeto estaba borracho.
Jejeje, ¿Decidiste ir caminando?
Kenichi: Sí, no he aprendido a usar los círculos mágicos así que voy trotando. – el sujeto sólo ríe.
Eres raro, lo digo en serio. – sigue riéndose mientras tomaba un poco de su bebida.
Kenichi: Mira quién lo dice. – pensaba con cara de póker, pero un contrato era un contrato, estuvieron "divirtiéndose" por un rato más hasta que se les acabó la bebida.
Eso fue muy divertido ¿Qué deseas a cambio? – eso sorprendió al pelirrojo con puntas negras.
Kenichi: ¿Eso es todo?
¿Acaso querías mi alma o algo así? – Kenichi sólo niega. - ¿Qué tal si te doy esto? – le señala un cuadro que estaba detrás de él. – No es una copia.
Kenichi: Pero con la calidad del dibujo, se ve caro.
Por ahora no tengo más a la mano. Si no, puedes quedarte con mi alma si quieres. – levanta los hombros.
Kenichi: No hace falta, estoy agradecido por la pintura, lo llevaré con cuidado.
El pelirrojo estaba regresando a su casa mientras cargaba el cuadro, estaba algo feliz y extrañado, feliz porque hizo su contrato y segundo, porque el sujeto era raro cuando en eso recibe una llamada.
Kenichi: ¿Si, Ravel?
Ravel: Lamento interrumpir pero, necesito que vengas a un almacén abandonado, localizamos un demonio renegado.
Kenichi: Muy bien, estoy en camino. – carga el cuatro y corre a gran velocidad, no le tomó mucho para llegar al punto que le dijo la rubia Phoenix quien estaba acompañada con el equipo de Rías. – Hola a todos.
Ravel: Hola Kenichi, lamento que tuvieras que venir así.
Kenichi: No hay problema.
Ravel: Encontramos un demonio renegado y Rías se ofreció a darnos apoyo. – el pelirrojo asiente. – Los de ataque cuerpo a cuerpo ingresen, los de apoyo mágico esperen afuera. – su equipo asiente y se divide.
Rías: Sí que tienes buenas tácticas. Yuuto, Issei, vayan también, Asia se quedará atrás. – Issei asiente y avanza pero Kiba estaba perdido en sus pensamientos. - ¿Yuuto?
Kiba: ¿Eh? Oh, lo siento. – sigue a Issei.
Kenichi: Vamos allá. – abre la puerta e ingresa con cautela para luego entren sus compañeras, finalmente Issei y Kiba ingresan y se colocan en guardia.
Koneko: Ahí está. – señala un lugar donde estaba una chica con una apariencia tímida, para luego mostrar su cuerpo entero, de la cintura para arriba era el cuerpo desnudo de una mujer mientras que de la cintura para abajo era el cuerpo de un arácnido, además que sus brazos se transformaron también.
Issei: ¡Un monstruo! – ve que el demonio renegado arrojaba varios objetos para distraerlos y se dirige a los techos.
Kenichi: Stella. – La pelirroja asiente y lanza un corte llameante, pero el demonio se dirige hacia donde estaba Kiba. - ¡Ten cuidado! – Pero se sorprende que estaba distraído.
Koneko: Yuuto-senpai. – el demonio expulsa un líquido que casi cae al rubio que seguía distraído por lo que Koneko lo empuja, pero le cae un poco en el brazo, deshaciendo parte de su ropa.
Kenichi: ¡Koneko! – se acerca y ve una herida en su brazo.
Koneko: Estoy bien Kenichi-senpai. – la demonio descendía con rapidez.
Kenichi: ¡Desgraciada! – concentra su energía en la mano y da un salto, impactando su técnica en una parte de su cuerpo, mandándola contra Miu y Raichi.
Miu: ¡Ahí lo tienes! – Issei usa un BOOST! Y golpea a la demonio.
Issei: Maldición, necesito más poder. – mira a Kiba que seguía perdido en sus pensamientos. - ¡Oye príncipe azul, reacciona!
El rubio vuelve en sí y se lanza al ataque, partiendo a la demonio en dos, sin embargo, se tropieza con un tuvo y se da un fuerte golpe en la rodilla, quedando presa fácil para el demonio, sin embargo, antes que lo atrape, Eco lo atrapa.
Eco: ¡LARGO DE AQUÍ! – lo arroja hacia la ventana y queda a merced de Ravel y Rías.
Rías: Te doy los honores. – Ravel asiente y extiende su brazo para que Noelle y Juvia hagan un ataque combinado, primero fue un geíser que le dio de lleno en su espalda y luego el agua es redirigida, impactando su estómago y cae con fuerza al suelo.
Louise: ¡TOMA ESTO! – extiende la varita y genera una explosión en el demonio, no era lo que quería, pero al menos hizo daño.
Ravel: Criatura desobediente, abandonaste a tu amo y seguiste tus ambiciones, eso es un acto que debe ser castigado. – Se acerca y genera llamas en sus manos. - ¡EN EL NOMBRE DEL CLAN PHOENIX, RECIBE TU CASTIGO! – Un ave llameante cae de lleno en el demonio, haciendo que se desintegre.
Rías: Sí que has mejorado.
Ravel: Es que me entrenaron mientras conseguía mis compañeras. – recuerda el entrenamiento de su primo y tiembla, pero luego ve a su equipo quien estaba saliendo y se sorprende al ver a Koneko, sujetándose el brazo mientras usaba la camisa del Uzumaki.
Issei: Menos mal se acabó.
Akeno: Ella perdió por completo su mente. Ya no quedaba nada a lo que llamarías demonio.
Issei: Rayos, no me gustaría terminar así.
Asia: ¡Koneko-.san! – Se acerca a auxiliarla.
Akeno: ¿Qué pasó? – el Uzumaki sólo usa la mirada señalando a Kiba quien estaba perdido, en eso Rías se acerca y le da una bofetada.
Rías: ¿Ya te despertaste? Un simple descuido y podrías ocasionar una baja.
Kiba: Lo lamento.
Rías: ¿Qué pasa contigo? Es raro que estés así.
Kiba: Hoy no es mi día.
Kenichi: ¿Se puede saber qué le pasó?
Issei: Verás, el club entero fue a mi casa ya que el club estaba en mantenimiento y vieron un álbum de fotografías, pero él vio una y su mirada cambió. – el pelirrojo asiente en señal de agradecimiento y luego mira al par.
Kiba: *Hace una reverencia* Me disculpo por lo de ahora. – procede a retirarse, dejando preocupada a Rías, pero Issei se acerca.
Issei: ¡KIBA! – lo detiene del hombro. - ¿Qué te está pasando? Estás actuando muy raro. Tú no le dirías eso a buchou.
Kiba: Eso no es asunto tuyo
Issei: ¡Estoy preocupado!
Kiba: ¿Preocupado? ¿Por quién? – Issei abre los ojos. – Los demonios somos de naturaleza egocéntrica.
Issei: ¿Estás bromeando?
Kiba: Aún así, me disculpo por lo que pasó. Nos vemos. – sigue avanzando.
Issei: ¡Espera! Dime qué te tiene así. Somos amigos ¿No es así?
Kiba: Amigos ¿Eh? Sí que eres apasionado Issei-kun, yo he recordado algo rudimentario. – el castaño estaba confundido. - ¿Por qué estoy vivo? ¿Por qué estoy luchando?
Issei: Es por la presidenta ¿Verdad?
Kiba: No. Yo vivo por venganza.
Issei: ¿Venganza?
Kiba: La espada sagrada Excalibur...Yo sólo vivo para destruirlos. – desaparece de ahí mientras que Issei estaba algo aturdido.
Kenichi: ¿Te molesta si lo sigo? Para que no cometa una locura. – la pelirroja asiente.
Ravel: Kenichi... - él sólo le dedica una sonrisa.
Kenichi: No tardo mucho, nos vemos en casa chicas. – se dirige a la misma dirección donde fue el rubio aunque con sigilo.
El tiempo pasaba, Kiba seguía perdido en sus pensamientos, mientras que el Uzumaki estaba siguiéndolo.
Bahamunt: Da gracias a tus maestros por enseñarte el arte del sigilo.
Kenichi: Lo sé. – da un salto a otro techo y continúa vigilando a Kiba, hasta que siente unas gotas cayendo en su cuerpo. – Oh genial, empezó a llover ¿Qué podría ser peor?
A su lado una pluma blanca cae y él la recoge, para luego voltear y ver a una chica rubia con una mirada estoica.
¿Eres Son Kenichi Uzumaki? – preguntaba mientras se acercaba.
Kenichi: Lo soy, ¿Quién eres? – pero la chica sólo convierte su brazo en una cuchilla.
Lo lamento, pero tengo órdenes de matarte. – el Uzumaki abre los ojos.
Kenichi: ¿Otra vez? – hace aparecer sus brazaletes, generando unas cuchillas de energías en ellas. – No creas que te lo dejaré fácil.
Lo siento... - se lanza al ataque y el Uzumaki se defiende pero dado que Kiba estaba tan perdido en sus pensamientos no pudo verlos ni escucharlos.
Mientras tanto, en la iglesia abandonada, tres encapuchados estaban ingresando, una de ellas tenía una espada envuelta y llevaba un símbolo religioso.
Está muy dañado. – dijo una voz femenina analizando el lugar.
Supe que hubo un enfrentamiento entre demonios y ángeles caídos aquí. – respondió a su compañera.
El contacto aún no llega. – se retira la capucha, mostrando a una chica con cabello azul y un mechón verde. - ¿Estás segura que se supone que lo conoceríamos aquí?
Por supuesto que sí. – se retira la capucha y acomoda su cabello castaño claro, que estaba acomodado en dos coletas. – Yo vivía aquí con mis padres. Al menos, cuando era pequeña. – Muestra una fotografía donde tenía una apariencia de niño y jugaba con un castaño, resultando se Issei.
Bien, será mejor que esperemos aquí. – dijo la tercera mientras las dos asienten.
De vuelta con Kiba, quien caminaba sin rumbo, recordaba la discusión que tuvo con Issei y le dijo que son amigos, pero él sólo le da la espalda y se fue.
Kiba: Perdóname, no soy digno de ellos... - en eso, ve un sacerdote que estaba corriendo mal herido.
Po-Por favor...sálvame. – pero cae.
Kiba: ¿Un sacerdote?
¡VAYA,VAYA! – Kiba mira hacia adelante y se sorprende al ver a Fred quien tenía una nueva espada. – Eres el maldito chico demonio de ese grupo de demonios de mierda ¿No es así?
Kiba: Fred Sellzen. ¿Aún vagas por esta ciudad?
Fred: ¡Oh! ¡No puedo contener mis lágrimas por esta reunión! – se ríe pero Kiba invoca una espada.
Kiba: Lo siento, pero no estoy de bromas en estos momentos. – eso hace que Fred ría con locura.
Fred: ¡Eso es una buena noticia! Ya me estaba aburriendo de sólo matar sacerdotes. – gira su espada y hace que un brillo aparezca, haciendo que Kiba esté en guardia.
Kiba: Ese brillo...esa aura.... ¿Acaso es...?
Fred: ¡Perfecto! ¡Esta es una buena oportunidad! Me gustaría mostrar algo que te devuelva el favor. Quiero compensar tu pedazo de mierda de espada demoniaca. ¡CON MI ESPADA SAGRADA! ¡EXCALIBUR! – Ríe con locura mientras que Kiba aprieta los dientes y su mirada reflejaba la ira.
Kiba: Nunca perdonaré a Excalibur. – se prepara para atacar.
FIN DEL CAPÍTULO
ESPERO LES HAYA GUSTADO...
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NO OLVIDEN DEJAR SU COMENTARIO Y SU ESTRELLITA, SIN MÁS QUE DECIR, HASTA LA PRÓXIMA.
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