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AXL

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Todos los días me levanto en la madrugada correr una hora. Luego de eso hago cien lagartijas, cien abdominales y cien sentadillas, para calentar. Práctico cada Pomsae diez veces, hago diez Pomsaes al día, así que son un total de cien.

Luego comienzo a practicar mis patadas. En este orden: Dollyo Chagi. Esta es una patada de lado normal. Dwi Chagi. Una patada con giro hacia el frente y Mon Dollyo Chagi. Una patada en espiral en la que con la pierna trasera atacas hacia la cabeza.

Esta última fue la que más me costó dominar. No recuerdo cuantas veces me he caído intentando hacer ese giro. Pero recientemente, no solo pude lograr hacerla de forma efectiva, sino que también logré ejecutar la 360° Dolgae Chagi. Es como la Mon Dollyo, pero con la pierna de en frente y un giro adicional que le agrega fuerza.

Algo que hace años pensaba imposible, ¡ahora es posible! Decidí llamarla Spread Rose porque no puedo dejar de pensar en ella. La princesa del Gran Bretaña y mi mejor amiga, Alice Rosenzweig. No quiero que Dominick se dé cuenta, pero me parece muy linda. No solo por su apariencia. Realmente me parece alguien agradable, aunque ella misma se auto perciba como alguien odiosa. Cuando estoy con ella me siento feliz, pero aún si tuviera alguna chance, lo cual no creo, sigue siendo la chica de mi mejor amigo y soy alguien que respeta los códigos.

Cuando me hizo recostarme sobre sus piernas, sentí el deseo de estar ahí siempre. Olía rico, era cálido, pero no soy bueno expresando emociones, además, tenía miedo de hacer o decir algo indebido, por lo que me aparté. En fin, si ella es feliz, yo estoy feliz y si Dominick está feliz, yo estoy feliz.

Dominick. Sé que a veces es odioso y me trata de la patada, pero no puedo odiarlo. Fue mi primer amigo cuando no tenía nada. Antes yo era aún más patético. Fui a la Escuela Efraín Granados, o Escuela de Barrio Lala. Una escuela de mierda. Nadie me hablaba, me jalaban el pelo y me decían ofensas homófobas por mi tono de voz y a los maestros no les importaba. Ellos también decían que era afeminado.

Mi sueño era poder jugar con alguien, que alguien me aceptara, dejar de estar solo, que mi corazón dejara de lastimar. La soledad era más dolorosa que los golpes de los abusivos. Fue ahí cuando conocí a Dominick. Me dijo que yo le caía bien, pero que no por eso me iba a tratar bien y que no esperara en él un buen amigo. Para mí fue suficiente.

En cuanto a Coba. Sé que se esfuerza por intentar congeniar conmigo, pero algo me dice que en el fondo no le caigo bien. Cada vez que puede me hace bromas pesadas. Es fastidioso, pero tampoco lo odio. De hecho, me ha ayudado a entrenar. Él también era débil, pero se hizo fuerte más rápido que yo. Eso lo hizo popular. Ahora tiene una pandilla. En ocasiones me ayuda a conocer personas en mi nuevo colegio, pero siempre la cago y lo hago quedar mal, por mi forma rara de ser. Así que no lo culpo por no quererme.

En cuanto a Iriabelle. Ella fue la que me apoyó cuando peleé contra Ryan. Actualmente somos compañeros en la 1-15. Es por eso por lo que, aunque soy asocial, intenté charlar con ella, pero me ignoró. Supongo que es porque no soy popular y hablarme en el colegio sería penoso para ella. Así que decidí dejarlo así.

Hace poco Alice vino a mi casa y mi mamá se puso a revolotear de alegría haciéndose ideas raras, pues ella siempre está presionándome para que consiga novia, pues quiere nietos. Me sentí muy avergonzado porque empezó a hacer teorías locas respecto a ella y yo. Preguntando si éramos pareja.

Sorpresivamente ella asintió y dijo que sí era mi novia. Cuando le pregunté por qué hizo eso, me respondió: "si eso hace más fácil tu relación con tu mamá, entonces dejemos que lo piense. Será nuestro secreto". Hizo una sonrisa tierna, un gesto de silencio son su dedo y me guiñó un ojo.

Mi mamá es algo compleja. Su condición psicológica es inestable. De modo que a veces es sumamente cariñosa e incluso empalagosa y de pronto, de la nada, puede cambiar de humor abruptamente y volverse violenta. Para desgracia de todos, tiene un novio con el que no me llevo bien. Él también me fastidia porque le parezco afeminado, pero eso no me importa. Lo que me molesta es que él es violento con mamá y yo no puedo hacer nada.

Pensé que obtener poder cambiaría esa situación, pensé que cuando fuera más fuerte que él, podría defender a mi mamá, pero me di cuenta de que ahí no radicaba el problema. Si lo lastimo, ella se pone de parte de él. Si discuto con él, él amenaza con irse y cuando lo hace, ella me culpa por "arruinar su relación". Así él la haya agredido, él busca la forma de hacerla pensar que es culpa de ella y que yo la manipulo.

Es un callejón sin salida. Quería ser fuerte para que ella no se tuviera que preocupar, ya que tenía ataques de ansiedad cuando veía mis moretones, pero, aunque he entrenado tanto, sigo sin ser capaz de proteger nada.

Honor, cortesía, modestia, paciencia, autocontrol y coraje. Cada vez que me siento triste, repito eso para animarme, pero...

«Tengo miedo».

Hace tiempo que Roberto no da clases.

Lo corrieron de la academia por dejar que personas como yo se colaran a los entrenamientos y desde entonces nadie lo ha visto. El apartamento donde fuimos a visitarlo está vacío. Quisiera poder mostrarle cuanto he mejorado, pero también siento culpa y ni siquiera he podido verlo para decirle que lo siento.

«Es fuerte. Nada malo le puede haber pasado», pienso mientras rezo, pero... «¿A quién o a qué le rezo?». No siento que realmente tenga fe en algo. Así que me levanto resignado y decido hacer con dios un pacto triste.

Él jamás hablará conmigo, y yo no diré que él no existe.

Kara Jovancevic. Ella me repugna, pero no es solo porque a Alice le caiga mal. Realmente me he tomado la molestia de averiguar quién es ella.

La familia Jovancevic es similar a la familia Rosenzweig. Es decir, una de las familias duras del país, pero a diferencia de Alice que no se aprovecha de su estatus para pisotear a los demás, Kara si lo hace.

El escándalo de su padre por múltiples denuncias de abuso sexual fue un ejemplo para todo el país de que es imposible meter a un Jovancevic a la cárcel. Además, no es solo su padre. Dos políticos cercanos a esa familia salieron bien librados de un gran caso de malversación de fondos. Caso Diamante, le llamaron los medios.

Ese grado de impunidad que tiene su familia y aliados, hace que esa chica enferma sienta que puede hacer lo que le da la gana sin consecuencias. No sé si su forma de ser sádica tiene relación con que su padre sea un abusador y realmente me parecería sumamente cruel si fuera así, pero no por eso pienso perdonarla por dañar tanto a personas que no se lo merecen.

...

A las afueras del Gran Bretaña.

...

—¡Girasore! —Repelo su ataque con una Dollyo Chagi.

Usa yoyos como herramientas de ataque y defensa. También puede controlar la dirección de estos por medio del qi, pero eso no me importa. Debo derrotar usuarios si quiero ser más fuerte que Roxxane y Roberto.

—¡Violet! —Con una Mon Dollyo Chagi ataco a la cabeza, luego de esquivar una seguidilla de idas y vueltas de sus yoyos que rompen las piedras a mi alrededor.

Corrijo, más que "romper" es "cortar", pues las piedras son separadas en partes, no por el impacto contra el yoyo, sino por la presión que ejerce la rotación del el aire. Quiero terminar esto rápido, pues si uno de esos juguetes me toca, hará mucho daño. No quiero terminar como esos escombros.

—Darling, me decepcionas —me susurra al oído—. Creí que al menos verías mis ataques completos. —Más que escombros parecen pedazos de zanahoria picada en cubitos—. Please, don't do me that.

No solo he estado aprendiendo sobre ella porque me caiga mal, también es porque sabía que esta pelea llegaría. Después de todo, Kara es una de las amistades frecuentes de Dominick. Así que se equivoca. Si he visto la sombra de su ataque. Cuando lanza un yoyo, lanza otro escondido. Son como dos pequeñas sierras.

Como sé que puede cambiar la dirección de su ofensiva en medio de su ejecución, predigo el cambio de trayectoria y desvío sus dos ataques y sus respectivas sombras con una serie de patadas giratorias. Aprovecho el factor sorpresa, para cambiar de estrategia.

—What? —se pregunta mientras la tengo amarrada del cuello con los vendajes de mis manos.

—Te he estado observando —le confieso—. Así que yo también decidí traer juguetes.

—Oh sweetie, that's so cute —enuncia con una expresión de excitación, como si estuviera sintiendo placer al ser estrujada. «¡Que desagradable!», pienso—. ¿Me has estado acosando? Eso me encanta —consulta de manera irónica mientras sonríe de forma sádica. Yo intento estrujar más fuerte para que se calle—. ¡No sabía que te gustaba jugar rudo! I love it!

«Ya entiendo porque Alice la odia», pienso. Mientras lo hago, ella se logra zafar y tras una serie de movimientos, logra amarrarme a mí con los hilos de sus yoyos. Están hechos de un material resistente. «Siento que me va a cortar la garganta», reflexiono mientras busco como chocar con una pared de concreto para quitármela de encima.

Logro estrellarla contra la pared y me safo de sus hilos. Me froto el cuello. Me cuesta un poco volver a respirar bien, pero no puedo dejar eso de lado y atacar de forma imprudente. Después de todo, la respiración es una de mis ventajas. «Respira y fluye como el agua», pienso antes de iniciar de nuevo mis ataques.

—Violet! Girasore! Rose Spread! —Le logro conectar tres patadas seguidas— Mis manos son para cocinar. No para tocar tu mugrosa cara, malnacida —expreso antes de lanzarle mi último ataque.

—Que cruel eres conmigo, my darling. Harás que me sienta mal —se mofa, de nuevo con su sonrisa cruel. Mis golpes no parecen hacerle daño.

—Styr fry for the princess! —Le doy una ráfaga de patadas a alta velocidad y ella logra repeler la mayoría, usando los hilos de sus yoyos como defensa giratoria. «Maldición», pienso. Luego usa el impulso del remolino para contraatacar.

—Gracias por mostrarme tu amor de esa forma. —Sonríe— Now it's my turn, sweetie. —Esta vez, a diferencia de en el momento de mi pelea con Ryan, sí tengo guardia y estoy listo para recibir el ataque, pero— Yo también preparé algo delicioso para ti cariño —sentencia mientras el aire que está cerca de sus manos parece deformarse.

»¿Qué clase de anfitriona no tiene un platillo fuerte para su invitado? ¡Deathscythe Whirlwind! —Luego de eso, recibo al menos una docena de golpes en forma de remolino por parte de su yoyos y calculo que me rompió al menos un par de costillas. Ella hace un mohín con una expresión victoriosa y comienza a lamer mi sangre que quedó embarrada en los hilos de sus yoyos.

»You're delicious my darling! —afirma mientras se me acerca, al tiempo que lame sus dedos que también están embarrados de mi sudor y sangre—. Aún derrotado y en ese estado tan lamentable, me sigues mirando con esa expresión de desprecio.

Dominick y Coba también miran. Como de costumbre no se preocupan, pero esta vez no me miran con condescendencia. Siento que al fin me he ganado su respeto, pero el respeto no gana una pelea.

«Los sueños de los seres humanos son eternos», pienso para motivarme mientras me levanto. Alice está llorando. Yo no quería hacerla llorar. Solo quería ayudarla, pero de nuevo, no soy capaz de proteger a nadie.

—¿Ese es todo el odio que me tienes? —me grita Kara antes de lanzarme un nuevo ataque.

—¿Crees que no te odio lo suficiente? —expreso de forma irónica.

Esquivo varios ataques mientras reflexiono en el "cómo": ¿cómo aprendí a seguir sus movimientos? Es como si cada fibra de mi ser la repudiara y ese desprecio fuera como una marea que fluye por mi ser moviendo cada uno de mis músculos. Luego de recortarle distancia, le hago una llave al cuello ¿Desde cuándo sé hacer movimientos de sumisión?

—¿Un abrazo? —me pregunta de forma burlona—. ¿Aquí, frente a todos? ¿Qué atrevido? —Se ríe hasta que la fuerzo a dejar de hacerlo.

—¡Te quebraré la puta garganta! «Si sigo ejerciendo presión la voy a matar. La odio, pero tampoco quiero asesinarla, pero no puedo detenerme», pienso.

—Definitivamente no me has decepcionado cariño. I am proud of you! —expresa de nuevo con esa mueca de mierda—. You're my guilty pleassure!

«¿Trompos?», pienso, mientras esquivo un corte. Al parecer, no solo usa yoyos, también trompos, estos tienen cuchillas. Si los anteriores juguetes cortaban el aire por la presión, estos lo hacen al doble, pues por sí mismos tienen filo. Dos de esos atacaron en trayectoria de X y por poco me cortan la garganta.

«¡Esta tipa está demente! Andar por ahí con armas de ese tipo, sin medir consecuencias», pienso, mientras reflexiono que no soy mejor que ella, pues acabo de intentar estrangularla hasta morir.

No odio a Kara, me genera repelús, es cierto, pero a diferencia de Ryan, ella sí me toma en serio. No se ha contenido. Incluso ha usado su qi para infringirme el mayor daño posible. Eso debería molestarme, pero, al contrario. Me halaga.

—¿De qué sirve hacer las cosas si no se hacen con amor? —me pregunta—. Cuando proteges a los demás, cuando te proteges a ti mismo; son muestras de amor propio y amor por tus camaradas y en ambas alguien recibe daño. The-lo-ve-is-pa-in...

Me perturba que diga que el amor es dolor, pero a la vez me comienza a generar algo de gracia su forma retorcida de ver las cosas.

»¿Creíste que me enfadaría porque te pusieras algo rudo, mi amor? ¡Al contrario! Esos ojos rojos encienden mi pasión. —Luego de que me dice esto, volteo a ver a todas las personas que observan y miran como si yo fuera una especie de fenómeno.

«¿Ojos rojos?», pienso. «Demonios. No de nuevo». Todo comenzó por el temor constante que siento de que me ataquen, ya sea en el colegio o en la casa. Comencé a volverme algo paranoico, dejé de dormir, la ansiedad se apoderó de mí y ahora, cuando estoy sumamente agobiado, mis ojos se ponen de ese color y comienzo a hacer movimientos que no recuerdo haber entrenado.

Estrello mi cabeza contra el piso.

—¿Uh? —musita Kara y finalmente deja de hacer esa sonrisa fastidiosa.

—No te voy a vencer jugando sucio —fanfarroneo mientras recupero el control de mi cuerpo—. No es que no me haga falta el incremento de estadísticas. Ella es más fuerte que yo, pero no soy yo. Ese poder es prestado. No es el fruto de mi entrenamiento.

—So boring —comenta con una expresión de decepción—. Me estaba divirtiendo mucho. —Sonríe— Aún así me diste satisfacción durante bastante tiempo y eso no lo hace cualquiera.

«Odio que cada cosa que dice tenga doble sentido», pienso.

—¡Deathscythe Whirlwind! —No tengo fuerzas para esquivar. Así que me quedo de pie esperando el ataque. Soy terco, pero también sé reconocer cuando pierdo. Los ataques me dan, pero no en mis puntos vitales. Aún sigo consciente. Ella se acerca, me toma del mentón y me da un beso— Me encantaría que se repita, My Darling Hero —me susurra mientras sostiene mi barbilla. Luego de eso, me suelta y caigo al piso.

«¿Mi primer beso fue con Kara Jovancevic? ¡MALDICIÓN!», pienso mientras quedo inconsciente. Siendo que lo último que ven mis ojos es a Alice con una expresión de ¿enfado?