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Capítulo 8: El péndulo se mueve

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ALICE

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Me di cuenta de que Dominick y Kara tuvieron relaciones. Lo sé porque literalmente todo el colegio está hablando de eso. Estoy algo molesta, ¿cómo no estarlo? El chico que me gusta, de forma descarada se cogió a la tipa que más odio de todo el colegio.

Es lógico que me sienta mal. Lo que no es tan lógico, es pensar que eso no es lo que me tiene más frustrada. «¡Ahora sí voy a volarle la cabeza a Ryan Stalion!», pienso. Estoy molesta con Dominick, sí, pero principalmente por permitir que su amigo pasara por esto. No es justo que tenga esa preferencia tan marcada por Coba e Iriabelle cuando Axl ha sido igual de leal que ellos. Ya Axl ha pasado por demasiados momentos duros, como para que la gente que estima también actúe como si fueran sus enemigos.

«¡Soy una estúpida!», pienso mientras me miro al espejo, para asegurarme de que mi rostro no esté reflejando mis emociones. «Sí. Sigo luciendo perfecta», pero eso no me quita lo boba. Cuando vea a Dominick, él me dirá algo lindo, yo me derretiré viendo su sonrisa y sus ojos, me invitará a salir y yo terminaré aceptando.

De verdad quiero que me ponga las manos encima. Él lo sabe y por eso va a su ritmo, para que sea yo quien esté en desventaja. Él va ganando el juego y lo sabe. «¿Pero qué clase de persona soy?», pienso, mientras reflexiono en que también estoy molesta conmigo misma, pues, aquí estoy deseando que el mismo chico que dejó a su suerte a mi mejor amigo, me tome entre sus brazos.

«¡Tonto! Lo que le hiciste a Kara debiste habérmelo hecho a mí», pienso mientras trato de saciar el calor de mi cuerpo con mis propias manos. «Soy una persona terrible», pienso luego de haber llegado al clímax con mis caricias.

No logro entenderme. «¿Cuándo me comenzó a importar tanto si soy buena o mala persona?». Recuerdo cuando Dominick de forma irónica dijo "¿ahora eres una defensora de los debiluchos?" Respondí que no, pero ¿dije la verdad?

No puedo dejar de pensar en la chica becada que con una gran determinación dijo que sacaría a su familia de la pobreza, pero a su vez, no puedo evitar preguntar, ¿por qué?

¿Por qué el mundo es así? Nunca me importó el tema, y cuando comencé a hacerme preguntas, pensé que era simple falta de esfuerzo, pero esa becada se esfuerza, Axl se esfuerza. No dudo que los padres de la chica también le pongan ganas. Después de todo, hacen lo posible para mandarla al colegio pese a que la beca por sí misma no cubre todos los gastos. La madre de Axl no puede esforzarse más, pues quedó inválida y pese a todo lo que ella trabajó durante su vida laboral, lo que recibe de compensación es sumamente bajo.

August es un gran empresario. La cúspide del éxito y hasta hace poco pensaba que también la cúspide del esfuerzo. La gente suele imaginarse a los empresarios como sujetos cool, finos, refinados, guapos con modales. Toda quinceañera quiere un romance con un sujeto rico, pero mi padre no se parece en nada a esos galanes de novela.

Bueno, le doy algo de crédito. Sí lo es en apariencia, pues pese a su edad, luce bien conservado. Pero su personalidad es la de un hombre frío, que no tiene contemplaciones con despedir a las personas o en presionar para que el parlamento apruebe recortes al gasto público. A papá no le importa si esas personas que despide necesitan el trabajo. Para él, cada colaborador es desechable, y en parte tiene razón. Hay una larga fila de personas que harán ese trabajo por menos dinero.

Es lógico y siempre me ha parecido que la lógica debe reinar. Pero en ocasiones, incluso mi lógico padre se contradice. Lo he oído repudiar cuando los trabajadores se organizan, pues para él el solo hecho de que alguien piense de forma colectiva es un peligro. Para mi padre la solidaridad es el peor enemigo de una sociedad.

El individuo es lo único que importa. Si las personas comienzan a pensar como colectivos, se pierde la libertad de ser uno mismo, o al menos eso es lo que dice él, pero si es así, entonces, ¿por qué él está organizado con otros empresarios para defender sus intereses? ¿Por qué él sí tiene el derecho y los demás no? La cámara empresarial a la que pertenece es en sí un sindicato de gente rica y la libertad que él dice que la solidaridad resta, él la destruye al despedir de forma arbitraria a las personas.

Siempre pensé que era porque nosotros éramos los ganadores y punto, pero si el statu quo es ilógico, ¿no es lo más lógico cuestionarlo? De nuevo, Axl... Él me ha hecho cuestionarme muchas cosas. Como el porqué un individuo que se esfuerza más como él, obtiene peores resultados que un individuo perezoso que simplemente nació con mejores oportunidades como Ryan.

Pese a que ese gusano entrena menos que Axl, pues lo hace básicamente para llamar la atención, él puede costearse un gimnasio caro, suplementos alimenticios y entrenadores personales. Axl por su parte, entrena usando árboles para golpear y escalar, practicando Pomsaes, observando desde la ventana a los chicos de la academia entrenar y su mejora se debe a la prueba y error que ejecuta peleando contra los abusivos que lo fastidian en el colegio.

Hacer bien esa Dwi Chagi le costó sudor y sangre. Para lograr darle ese golpe a Ryan tuvo que perder decenas de veces antes de eso. En varias ocasiones le interceptaron la patada, e incluso le rompieron la rodilla. Su cuerpo sana más lento porque no come tan bien y descansa poco, mientras que Ryan puede ir a un maldito spa a que le hagan un masaje y pagar un nutricionista.

Conocer a Axl me ha hecho ver con algo de repudio a mi padre y a mi hermana mayor que lo defiende a capa y espada. Reyna Rosenzweig tiene un objetivo y es que la familia siga siendo grande. Al precio que sea. Esto al igual que lo anterior, me parecía sumamente racional, pues si los Rosenzweig no son lo que son, yo dejo de ser lo que soy. No habría colegio privado, ni fiestas, no habría vacaciones en Europa. No tendría las habilidades marciales que tengo, pues desde pequeña he tenido maestros personales.

...

Hill Valley. Mansión Rosenzweig.

...

—De hecho, ni siquiera serías bonita —comenta mi hermana Reyna fingiendo un tono dramático. Estamos sentadas en una de las terrazas observando el atardecer.

—Explícate —le respondo de forma seca mientras prendo la fogata. El invierno ya se está comenzando a sentir.

—Eres una chica blanca y rubia en un país que no es primermundista ¿En serio crees que eso es coincidencia? —me consulta con ironía.

—Para ser honesta, nunca lo había pensado.

Mientras digo esto intento acercar mis dedos al fuego. La idea es que las llamas fluyan conmigo y no me quemen, pero no funciona, mi control del qi aún es deficiente en comparación con el de Reyna.

—La familia escoge sus genes. No es casualidad que parezcas europea —continúa.

—¿Significa que deberé contraer matrimonio con alguien que cumpla los requisitos fenotípicos que pide la familia? —indago.

—Básicamente —responde despreocupada—. No creo que a papá le guste que haya negros en la familia.

—Eso sonó bastante racista, incluso para ti —le reprocho mientras regreso a la mesa donde estaba sentada.

—A los hechos no les importan tus sentimientos —replica ella mientras sana la pequeña quemadura de mi dedo con un pétalo de rosa al cual le imprimió su energía. «Supongo que tiene razón», pienso.

—Entonces papá odiará a Dominick —bromeo.

—Dominick es blanco, pero es pobre —ella sonríe—. No creo que le moleste que sean novios, pero si de pronto comienzas a tomártelo en serio, quizá sí le importaría. —Mi hermana suena una pequeña campana que sirve para llamar a alguien de la servidumbre. Una vez que el mayordomo se hace presente ella pide té.

—En ese caso, no tiene de qué preocuparse —fanfarroneo—. No quiero a Dominick para algo serio. —Ella se ríe. «Odio cuando hace eso», pienso.

—¿Dije algo gracioso? —pregunto con mi tono gruñón. Ella se toma su tiempo para responder. El aroma de la lavanda, el limón y el jengibre se hacen presentes y por algún motivo no puedo dejar de relacionar esa sensación con las enseñanzas de Roberto.

—No, para nada —indica de forma irónica mientras le sirven té—. Estoy segura de que a Dominick no lo tomas en serio. —Se ríe antes de dar su primer sorbo.

—¿Qué insinúas? —cuestiono de forma golpeada.

—¿Qué pasa con tu pedacito de sol? —consulta con cada vez más ironía y una sonrisa en su rostro—. Su expresión ya no es tan infantil.

Ahora que lo pienso, tiene razón. Ha pasado casi un año desde que Axl le prometió a la pelirroja ser más fuerte que ella. Ya casi termina el ciclo lectivo. Estamos en octubre. Su rostro ha cambiado un poco. Ahora luce más varonil, pero...

—Ya no sonríe tanto —murmuro algo triste.

—Y eso te preocupa, ¿cierto? —continúa—. Te preocupa más eso que cualquier zorra de pelo colorido. Para ti es mil veces más importante eso que los cuadritos de tu galán de novela. —Esos comentarios me dejan sin palabras.

—¿Me equivoco? —finaliza sabiendo que puso el dedo en la llaga.

—No. No te equivocas —sentencio de forma seca—. Por cierto, el té está delicioso —le comento al mayordomo—. Muchas gracias, Jorge. —Jorge sonríe al ver que lo llamo por su nombre.

No puedo contradecirla, pues tiene razón. Admito que ahora que su expresión es más oscura, me parece más lindo, después de todo, soy superficial, pero ¿a qué costo? Este año lo ha pasado peleando con abusivos, pues ellos se organizan en pandillas. De modo que el simple hecho de defenderse le ha acarreado una seguidilla de problemas, pues cuando gana, eso no aleja a los matones, al contrario, hace que otros matones lo busquen para desafiarlo en venganza. Así funciona el Colegio Diurno Rafael Granados. Si no te defiendes de los bullyies tienes problemas y si te defiendes, también.

...

Al día siguiente.

...

—Reyna... —le consulto a mi hermana mientras me preparo para ir al colegio.

—Dime hermanita —responde con un tono algo más afectuoso que de costumbre. Me siento extraña cuando hace eso.

—Cuando dices que estarías dispuesta a hacer lo que sea para que los Rosenzweig sigamos siendo los que mandan ¿A qué te refieres?

—Ya estás grandecita como para que te mime con mentiras blancas. Lo que sea es lo que sea —sentencia.

—¿Es por eso por lo que la pelirroja me odia? —continúo preguntando— ¿Quién es ella?

—La Pelirroja, con mayúsculas, pues ese es su apodo —explica—. Su vandalismo es una de la razones del porqué critican a este gobierno, pero tampoco podría decir que todo es culpa del PSD —agrega refiriéndose al partido que está actualmente en el poder—. Controlar a alguien con las "habilidades" de Roxxane es bastante complejo. También le conocen como la Vigilante Escarlata. Es una antifa que simpatiza con la guerrilla y los movimientos de estudiantes universitarios.

—¿Antifa?

—No me gusta que finjas ignorancia —me regaña.

—Sí sé lo que es un antifa, pero no pensé que algo así podría existir aquí —admito algo apenada por mi propia ignorancia. Ella se ríe como si hubiera dicho un chiste. Me fastidia, pero supongo que me lo gané.

—La existencia de Roxxane es una consecuencia lógica considerando el cómo han marchado las cosas por aquí en los últimos años.

—¿A qué te refieres? —indago.

—Tendrás que descubrirlo tú misma —sentencia antes de irse de mi habitación—. No soy tu maestra de Estudios Sociales.

¿El supuesto terrorismo de Roxxane es una consecuencia "lógica" de cómo han marchado las cosas en el país? pero ¿No somos nosotros los que hemos marcado el rumbo de dicho país? ¿Entonces ella es un efecto de nuestras acciones? ¿Eso significa que hay cosas que he aprendido en el colegio que no son correctas? Somos los vencedores. Nosotros escribimos la historia. Si hay algo que no cuadra en ella, ¿significa que debo preguntarle a los vencidos?

...

Esa misma noche.

Bar Stratos. Al oeste de la provincia.

...

No sé si es el estrés por pensar en tantas cosas o el simple ímpetu de una joven que quiere probar cosas nuevas, pero luego de clases, decido aceptar una salida con Dominick. Entrar en un bar pese a ser menores de edad no es complejo. Normalmente Coba consigue identificaciones falsas, pero en esta ocasión no hace falta.

Un familiar es dueño de Stratos, un mega bar ubicado en el distrito de San Pedro. San Pedro es el "área universitaria" de la provincia. El constante flujo de estudiantes hace que a los bares en este lugar les vaya bien. Dominick y yo lucimos mayores, así que no hay mayor lío. Entre todo el bullicio, las luces y la música electrónica noto que en el sitio hay personas muy hermosas, pero cuando digo hermosas, lo digo en serio.

Chicos con rostros que parecen esculpidos con cincel y chicas con cuerpos hechos de porcelana. Mientras tomo un mojito reflexiono que todos mis amigos y amigas son así: de diseño. A lo largo de mi tiempo en el Gran Bretaña me he dedicado a buscar a la gente más "apta" para formar parte de mi círculo social.

Esos chicos guapos bailan bien, de seguro se expresan adecuadamente, tienen autoconfianza, son buenos coqueteando. Las chicas de seguro son pícaras, saben cómo seducir bailando y posiblemente también son buenas interrelacionándose.

Stratos no es tan distinto del Gran Bretaña. Está lleno de personas que cumplen con mis "requisitos sociales", pero si por mi criterio de elección inicial fuera nunca hubiera conocido a alguien tan dulce como Axl. «De seguro estarías incómodo aquí», pienso mientras reflexiono que quizá le gusten los sitios con menos gente.

Dominick me mira con su rostro esculpido con cincel y aunque intento pensar que ya no soy superficial, que ya no me dejo llevar solo por las apariencias, la verdad es que lo que está afuera sigue pesando mucho para mí. Lo sé, soy una gran contradicción andante. Finjo que lo de Kara no me afecta. Él, como de costumbre intenta hacerse el interesante, yo me intento hacer la difícil un rato.

—¿Cuánto tiempo planeas seguir con este juego? —le cuestiono con picardía a mi lindo pretendiente.

—¿De qué hablas? Tú eres la reina, tú eres la que controla este juego. Eres tú quién dice cuando se acaba y vamos en serio —me susurra. Tiene mucha confianza y eso me vuelve loca. Quisiera saltarle encima, pero me contengo.

—¿Ir en serio? —pregunto de forma pícara siguiéndole el juego—. Ahora el "gran" Dominick, ¿decidirá ir en serio con alguien? —agrego con ironía— ¿Dejarás de ser un picaflor para atenderme a mí?

—¿Tenías alguna duda de eso? —sonríe de forma encantadora—. Ya te lo he dicho varias veces. Las otras no se comparan a ti. —«Kara, Iriabelle, Alejandra. Que cínico es», pienso mientras bebo de mi trago. «Y aun así no deja de gustarme», sonrío con algo de complicidad— Para mí deshacerme de todas esas grupies no es problema, si es para que estés a mi lado.

Yo me sonrojo. De verdad me pareció lindo lo que dijo. De pronto me pongo sería. He bebido algunas copas y eso me da valor para decir lo que voy a decir. «Si de verdad eres tan ligador sabrás qué hacer con lo que te voy a decir», pienso mientras reflexiono sobre lo anticlimático que es lo que voy a hacer. Quizá arruine mi chance de "calmar mi lujuria", pero no puedo ser tan falta de honor como para no hacerlo.

—¿Por qué? —espeto. Dominick se sorprende al notar mi cambio de tono— ¿Por qué dejaste que peleara contra Ryan Stalion? —¿Qué expresión hará? ¿Se molestará conmigo? Después de todo, ya Axl le causa aversión y lo estoy mencionando justo en un momento que se supone que es nuestro.

—Sería insultar todo el esfuerzo que ha hecho. —Él no hace ninguna expresión de disgusto— Cada vez que puede practica contra Coba —me explica—. Pierde, pierde, vuelve a perder, pero su terquedad es tan grande que se sigue levantando y cada vez la diferencia de fuerza entre ellos es menor —agrega con un tono solemne.

Nunca lo había visto de esa forma. Axl me dijo que era su pelea y soy yo la que no entendí sus sentimientos.

»Los sueños de los seres humanos son eternos. —Tras decir esto, hace una expresión de desagrado. Posiblemente porque se acordó de la Pelirroja que lo superó con creces— Con todo respeto, pero no te metas, Alice. Axl ya no es un debilucho y ahora con menos razón me pienso entrometer en sus pleitos. —Luego de esto sonríe de forma altanera nuevamente.

»Preocúpate cuando le toque pelear contra mí, pues por más que se esfuerce seguirá debajo mío, pero a ti sí te dejaré estar sobre mí si gustas. —Luego de decir esto se me acerca y me toma un mechón de cabello. Yo estoy roja como un tomate y finalmente lo logra, me roba un beso. Uno más corto de lo que esperaba.

«¡Maldito! Siempre me deja con ganas de más». Intento retomar mi personaje. Así que respiro hondo y vuelvo a mi tono gruñón.

—¿Crees que te voy a dejar entrar en mi tan fácil? —presumo—. Un beso para bajar el calor está bien, pero si quieres algo más que eso, vas a tener que trabajar duro.

Tras decirle eso, no puedo evitar pensar en el terco chico, que ya no es tan hiperactivo, ni cabeza hueca, trabajando duro para volverse más fuerte que este hermoso prodigio que tengo en frente mío. «Incluso ahora debe estar entrenando», pienso.

—Iré hasta las estrellas por ti, Alice Rosenzweig. Tú eres la mejor —expresa con una sonrisa amable. Una que genuinamente me hace pensar que siente cosas y que en el fondo puede ser una persona sensible. «Me encanta. Nunca lo había visto hacer esa expresión tan tierna», pienso mientras me estremezco.

—De seguro le dices eso a todas —reprocho fingiendo desinterés.

—Probablemente —responde él con su tono presuntuoso—, pero la mayoría de las veces miento. —Yo comienzo a aplaudirle de forma lenta e irónica.

—Bien jugado, galán.

Quisiera que él me hiciera lo mismo que a Kara y me muero de envidia, pero esa noche no hago nada más que darle un par de besos, pero eso no es solo porque no quiero parecerle fácil. También es por ti, Axl.

...

Hace frío. Comienza a nevar ❄️

...

—¿Qué se siente comerse mis sobros? —pregunta con cizaña Kara Jovancevic al día siguiente. Estamos reunidos los populares a las afueras del colegio. Debo admitir que la estúpida se ve bien con su outfit de invierno. Como siempre con su timbre de voz chillante y su tono pretencioso.

—¿En serio te enorgullece ser el polvo de una noche? —escupo intentando sonar prepotente—. Solo eres una más de la lista de chicas que Dominick se llevó a la cama de forma sencilla.

Las personas comienzan a murmurar. Es como si estuvieran esperando con ansias vernos luchar como estúpidas por un chico. Ella me lanza uno de sus yoyos y yo sé que se va a detener, así que no me molesto en esquivarlo. Es una muestra de fuerza. Kara sonríe de la forma más asquerosa que existe. Desprecio esa expresión.

—¿Qué demonios? —expreso sorprendida al ver que el yoyo desvía su trayectoria. «No solo hace movimientos circulares, también rectos y diagonales», pienso. Tras esto, el ataque de Kara golpea a la becada de la ocasión anterior. «¡Demonios! ¿Por qué está aquí?».

—¡Oye niña! —exclamo asustada. «Ni siquiera sé su nombre», pienso apenada mientras voy hacia ella— ¿Estás bien?

—Perdón —se excusa desconcertada con un gran moretón en su frente, se ve que le duele—. Sé que no debo pasar cerca de las populares. Una becada como yo no puede...

Ella se disculpa de forma casi refleja. Como si nos debiera algo ¡Maldición! El mundo no es de las personas como Kara ¡Tú tienes derecho a andar donde quieras!

—¡Ya te dije que dejes de disculparte! ¡TÚ NO HICISTE NADA MALO!

Ella se queda pasmada. La entiendo. Hace unos meses yo la hubiera tratado con la misma frialdad que el resto, pero ¡estoy harta! ¡Estoy harta de ser un témpano de hielo!

—No pienso pelear por un chico —aviso a Kara Jovancevic mientras me acerco—, pero sí te voy a romper la maldita cara por esto ¡Basura! —Todos se sorprenden al oírme ser tan energética.

—Sabes —responde Kara—. Me encanta como las personas se vuelven predecibles cuando sabes qué puntos tocar. —Luego de decir esto la sombra de su ataque me alcanza. «Escondió un ataque, ¿puede ocultar la trayectoria de su yoyo usando la intuición? ¿La becada era el cebo?», pienso mientras reflexiono que ya es muy tarde como para esquivar el ataque.

—Anda, haz tu aparición y obsérvame con esa mirada de desprecio que tanto me encanta —susurra Kara.

—¡Rose Spread! —Es una 360° Dolgae Chagi. Una patada avanzada de Taekwondo. Kara se ríe como una maldita histérica.

—¿Viniste a defender a tu princesa? —vitorea Kara, extasiada porque parece que todo está saliendo como ella quiere.

—Alice es una princesa guerrera, no ocupa que la salven, pero, si aún pese a su gran fuerza hay una situación en la que mis amigos requieran mi ayuda...

—¿Axl? —indago sorprendida. Sigue siendo más chico que yo, pero su mirada ya no es la de ese niño amigable. Se ve, oscuro, pero también, ¡muy lindo! Él pone su mano izquierda en frente de su cuerpo y su mano derecha atrás. Esa posición de combate me recuerda algo. Lo que sé, es que ¡esa entrada fue increíble!

—Si mis amigos necesitan mi ayuda ¡Yo acudiré! —le responde con un tono firme. «Dios ¡Eso sonó tan genial!».

—¡Come on! ¡My Darling Hero! ¡Let's fight! —exclama Kara con un rostro enfermo. Como si estuviera teniendo un orgasmo ¿Todo lo que quería era fastidiarme para atraerlo a él?

—¡Me das asco! —le responde Axl con una mirada de profundo desprecio.

Those are the eyes, I love —sentencia y luego me voltea a ver a mí—. ¿No te lo había dicho? Dominick me gusta porque es una persona despreciable, pero Axl... Solo él es capaz de mirarme con ese odio ¡THAT'S THE TRUE LOVE FOR ME!

Axl separa sus piernas para comenzar su secuencia de patadas y Kara hace un corazón con sus manos

»No te preocupes Alicita. No te voy a quitar a Dominick. Eso lo hace cualquiera. Axl, I-Lo-Ve-U.

«¿Qué le pasa a esta enferma? ¡No te atrevas a ponerle tus asquerosas manos encima a mi Axl, maldita zorra!», pienso mientras mi corazón se acelera ¿Por qué late tan rápido? ¿Estoy celosa?

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